Revista Profesional del Ejército de EUA

Edición Hispanoamericana

Artículos exclusivos en línea de diciembre 2017

La protección de bienes culturales en los ejercicios de entrenamiento de acción decisiva

Mayor Kristoffer T. Mills, Ejército de EUA

Dra. Laurie Rush

Publicación: 11 de diciembre de 2017

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Soldados de la 10a División de Montaña entrenan en las inmediaciones de un sitio cultural protegido el 28 de julio de 2005 en Fort Drum, Nueva York. Parte del entrenamiento de la 10a División de Montaña antes del despliegue es aprender a reconocer y proteger sitios históricos y culturales en peligro. Los sitios protegidos en Fort Drum y sus inmediaciones son un escenario ideal para este tipo de entrenamiento. (Foto de los autores)

Desde sus inicios en 2014, el Estado Islámico (EI) ha llevado a cabo una campaña discriminatoria y deliberada para acabar con toda la historia cultural no islámica, destruyendo sitios antiguos no islámicos de gran importancia cultural, que ha acaparado la atención mundial. Una respuesta estratégica efectiva para acciones genocidas perpetradas por fuerzas como el EI requiere una comprensión sofisticada del papel que desempeñan los bienes culturales en la creación y el sostenimiento de la identidad comunitaria. Los bienes culturales, como se definió en la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado de 1954 en La Haya, son:

«… estructuras históricas y religiosas, monumentos, sitios arqueológicos; objetos como obras de arte, manuscritos, libros, así como colecciones de interés científico, histórico, artístico o arqueológico; y depósitos de archivos, museos y grandes bibliotecas»1.

Corresponde a los que participan en operaciones de estabilidad entender cómo la destrucción de bienes culturales es una expresión de poder agresivo que busca reducir la capacidad de resistencia y supervivencia de una comunidad cultural. Apoyar la estabilización de comunidades que intentan recuperarse de las atrocidades de una ocupación genocida que pretendía erradicar no sólo la existencia, sino también toda la historia y la memoria de un pueblo, requiere de educación y entrenamiento para poder identificar, respetar y proteger los bienes culturales en el campo de batalla.

En septiembre de 2016, la sección G-9 (Operaciones cívico-militares) de la 10a División de Montaña (infantería ligera) comenzó una colaboración especial con la Dirección de Recursos Culturales (Cultural Resources Branch, CRB) en Fort Drum, estado de Nueva York. El oficial G-9 auxiliar, mayor Kristoffer Mills, consultó a la administradora del Programa de Recursos Culturales (Cultural Resources Program, CRP), Dra. Laurie Rush, para tener una mayor comprensión de los lugares de gran importancia cultural en el campo de entrenamiento de Fort Drum mientras planeaba un ejercicio de capacidades de combate exportable a nivel de brigada, este es un tipo de entrenamiento de campaña basado en un ambiente de entrenamiento de acción decisiva. Este ejercicio en particular, el Mountain Peak 17-02, se realizó en Fort Drum para preparar a la unidad para una rotación de entrenamiento posterior en el Centro de Entrenamiento para el Alistamiento Conjunto (Joint Readiness Training Center), en Fort Polk, Luisiana.

La Dr. Rush fue contactada inicialmente para crear una lista de objetivos que no podían ser atacados durante el ejercicio. Estos objetivos se basarían en lugares que verdaderamente son espacios protegidos en Fort Drum. A medida que se desarrollaba el plan para el ejercicio, el oficial G-9 auxiliar se dio cuenta de que el CRP de Fort Drum podría facilitar diferentes escenarios de capacitación relacionados con las operaciones cívico-militares, y la administradora del CRP vio una oportunidad para enseñar a la 10a División de Montaña sobre la protección de bienes culturales. Desde entonces, la colaboración entre la sección G-9 y la CRB ha continuado mejorando las operaciones y los entrenamientos de la 10a División de Montaña en el área.

Antecedentes

La CRB de Fort Drum está subordinada a la Dirección de Medio Ambiente, que pertenece al Departamento de Obras Públicas de la Guarnición, y es una oficina funcional en el esquema del Mando de Gestión de Instalaciones (Installation Management Command). Lamentablemente, las unidades que participan en el entrenamiento consideran estas dependencias como un obstáculo porque muchos de los arqueólogos que trabajan en las instalaciones abordan la gestión de bienes culturales indicándoles a los soldados, los instructores y la sección de control de polígonos de tiro lo que no pueden hacer y donde no pueden excavar, y restringiendo el área de operaciones de las unidades en el campo de entrenamiento. Como consecuencia, los planificadores militares a veces llaman a los mapas arqueológicos de las instalaciones del Ejército mapas del «sarampión»—es decir, los sitios arqueológicos son considerados síntomas de una enfermedad que afecta a la instalación militar.

Esta actitud un tanto contradictoria con respecto a la gestión administrativa de los campos de entrenamiento también se debe a que los altos mandos militares no reconocen que los arqueólogos de estas instalaciones representan conocimientos y experiencia en el campo de las ciencias sociales que podrían ser de mucho valor para el personal que se prepara para operar en un campo de batalla multicultural y complejo que es característico de la mayoría de las posibles áreas operacionales a nivel mundial actualmente. Ante la necesidad de prepararse para tal complejidad, los arqueólogos del Departamento de Defensa (Department of Defense, DoD) son probablemente un gran recurso para las unidades que entrenan para misiones en el exterior porque han sido formados en el análisis de comportamientos culturales, el modelado predictivo de modelos de ocupación en una amplia gama de ambientes, y el reconocimiento de evidencia de comportamientos humanos anteriores que incluye métodos sofisticados de análisis de imágenes.

A diferencia de muchas otras instalaciones del DoD, el CRP de Fort Drum hace hincapié en el empleo de sitios arqueológicos y bienes culturales en las áreas de entrenamiento para proporcionar oportunidades de capacitación realistas. No tiene sentido impedir que los miembros de las Fuerzas Armadas de EUA operen alrededor de los bienes culturales de gran importancia que se encuentran en las áreas de entrenamiento cuando se están preparando para misiones en lugares que son conflictivos y ricos arqueológicamente, como las antiguas ciudades mesopotámicas de Irak o la Ruta de la Seda que pasa por Afganistán. En reconocimiento del significado y la importancia del entrenamiento con respecto a los bienes culturales, el Departamento del Ejército ha autorizado el empleo de los recursos culturales en las instalaciones como medios de capacitación en su guía más reciente para los jefes de recursos culturales2.

Arqueólogos del Ejército realizan una excavación de prueba el 2 de agosto de 2007 en Fort Drum, estado de Nueva York, para evaluar el potencial de futuras excavaciones en el sitio. El entrenamiento de maniobras alrededor de estos lugares habituaron a los soldados a incorporar la protección de lugares de gran importancia cultural en su planeamiento operacional y en sus acciones en el campo. (Foto de los autores)

Por ser el acuartelamiento de la 10a División de Montaña, Fort Drum también ha tenido la oportunidad de aprender de forma directa sobre los desafíos que presentan los bienes culturales a través de las experiencias de militares que han regresado a la instalación después de varios despliegues. Los soldados y los instructores de la 10a División trabajan arduamente para garantizar que las oportunidades de entrenamiento correspondan y respondan a las lecciones aprendidas de los despliegues en posiciones avanzadas. El CRP ha apoyado estos esfuerzos, especialmente cuando los desafíos se tratan de bienes culturales. Por ejemplo, cuando los soldados informaron que los insurgentes iraquíes estaban usando lápidas como posiciones de fuego, el Equipo de Recursos Culturales (Cultural Resources Team, CRT) construyó réplicas de cementerios culturalmente idénticos y los incluyó en los campos de entrenamiento de áreas urbanas en Fort Drum para practicar en este tipo de escenario. Después de que se publicaran noticias a nivel mundial sobre cómo fuerzas estadounidenses y polacas causaron daños en la antigua ciudad de Babilonia en 2004, el CRT construyó ruinas similares en los campos de entrenamiento para ofrecer oportunidades en el terreno para identificar, evitar y respetar lugares antiguos como también sitios considerados sagrados por comunidades indígenas durante el curso de las operaciones militares3.

El empleo de antiguas comunidades como oportunidades de entrenamiento

Los ciudadanos que perdieron sus hogares en la década de 1940 en Fort Drum son un incentivo adicional para facilitar los sitios arqueológicos al personal militar. Cinco villas al norte del estado de Nueva York fueron desalojadas cuando la instalación fue expandida. Inicialmente, estas villas eran áreas de acceso prohibido por ser designadas como distritos arqueológicos por el Registro Nacional de Lugares Históricos de Estados Unidos (National Register of Historic Places), lo cual no agradó del todo a algunos de los antiguos residentes de estas áreas4. Como señala uno de ellos: «Cedimos nuestros hogares para el entrenamiento militar, no para la arqueología»5. En respuesta, el personal de recursos culturales pidió ayuda al Programa de Administración de Áreas de Entrenamiento Integrado (Integrated Training Area Management) y a los administradores de la Sección de Mantenimiento y Rehabilitación de Tierras (Land Rehabilitation and Maintenance, LRAM) para transformar estas áreas de acceso prohibido, y llenas de ruinas de los siglos XIX y principios del XX, en una oportunidad de entrenamiento que permitiera proteger estos elementos históricos, ayudara con la capacitación y estableciera un entorno seguro para los soldados6. El personal de la LRAM se encargó de eliminar la vegetación alrededor de los lugares históricos para que los administradores del CRP y la LRAM pudieran desarrollar parámetros sobre la estabilización y protección del área.

La primera propiedad que formó parte de la lista del Registro Nacional fue el distrito arqueológico de Sterlingville. Esta colonia industrial fue establecida a mediados del siglo XIX con el propósito de manufacturar arrabio. La colonia, que se encontraba en un cruce de caminos, contaba con dos iglesias y sus correspondientes cementerios, una escuela, un hotel, un almacén general, una oficina de correos y múltiples casas, además del horno alto y su respectivo molino hidráulico. El Ejército la compró en 1940, desalojó a sus habitantes y destruyó todas las estructuras7. Los cimientos, los pozos, las cisternas y otras construcciones robustas eran los únicos vestigios que quedaban para 2002 y ese fue el momento en el que la administradora del CRP y el personal de la LRAM empezaban a transformar la propiedad en un medio de capacitación. Su ubicación en un cruce de caminos y la distancia relativamente corta al acuartelamiento hacían de la villa un área importante para un gran número de escenarios de entrenamiento, desde el establecimiento de puestos de control hasta campamentos.

El mayor desafío en la transformación de un área como Sterlingville es cómo proteger los elementos históricos mientras se les presenta a los soldados evidencia de que están operando en un área designada como histórica. Algunos de los métodos comunes para proteger estas estructuras son cubrir los cimientos que se encuentran en mal estado con geotextiles y llenarlos de arena y gravilla, reforzar las paredes de mampostería con entramados de madera tratada a presión, colocar sacos de arena alrededor de pequeñas construcciones como cisternas e incluso emplear las cadenas de oruga de tanques recicladas para cubrir construcciones que pueden servir como posiciones de combate para vehículos. Una vez transformada, el área fue denominada «Área Histórica; Se permite entrenar; Prohibido Cavar».

El «distintivo emblema del Escudo Azul» se describe en el Artículo 16 de la Convención de La Haya de 1954. El emblema se emplea para identificar bienes culturales y al personal responsable por su protección. (Foto: Wikimedia Commons)

El Escudo Azul, un símbolo internacional para la protección de bienes culturales, según la Convención de 1954 en La Haya, también fue añadido a algunos de los elementos de señalización para que los soldados pudieran familiarizarse con él8. Los instructores también añadieron estructuras de madera a las propiedades que habían sido completamente cubiertas con la tela y el relleno para que la villa pudiera lucir como una comunidad una vez más.

Tanto el personal de recursos culturales como los administradores de la LRAM estaban de acuerdo en que la inclusión de recursos culturales en los entrenamientos sería de gran utilidad para las unidades. Los instructores y los soldados utilizan los sitios como consideren adecuado. Durante los primeros años de la 10a División en Irak, las réplicas de ruinas a menudo eran empleadas para la identificación de detonantes de artefactos explosivos improvisados, y Sterlingville emergió como un lugar sumamente importante para recrear escenarios desafiantes como puntos de control y mercados.

En 2014, el CRP tuvo la oportunidad de asesorar a la 10a División sobre cómo usar los sitios de forma proactiva para enriquecer los diferentes escenarios que formarían parte de los ejercicios anuales de Mountain Peak. Uno de los planificadores del ejercicio se comunicó con la administradora del CRP para aprender más sobre los tipos de recursos culturales en las áreas de entrenamiento y dónde estaban localizados. El CRT proporcionó un informe del terreno y organizó una visita a Sterlingville para indicar dónde se encontraban las réplicas de los sitios y sus características, los cementerios históricos, los indicadores de elementos históricos escondidos en el área y el campamento del Cuerpo Civil de Conservación (Civilian Conservation Corps, CCC) del área, que cuenta con un dique, un estanque y un área de picnic. El planificador trabajó con el CRT para preparar la señalización de bienes culturales que se asociarían con distintos escenarios del país ficticio de Atropia y sus naciones vecinas, grupos étnicos e insurgentes. Él le dio a la administradora del CRP la oportunidad de tener una sesión informativa con el equipo rojo, que iba a desempeñar el papel de insurgentes en el escenario, sobre cómo analizar el terreno histórico. En este escenario, los elementos culturales desempeñarían un papel fundamental.

No fue sino hasta el 2016 que el CRT pudo mejorar esta pequeña iniciativa y proporcionar más apoyo para los ejercicios de campaña y los ejercicios del Mountain Peak de la 10a División de Montaña. El apoyo adicional fue producto del enfoque proactivo y las contribuciones de la sección G-9 de la División.

Para apoyar los entrenamientos antes de los despliegues en el exterior, la 10a División de Montaña distribuyó juegos de cartas a los soldados que describen las acciones que deben tomar para proteger sitios históricos y culturales en peligro. (Foto de los autores)

Trabajo preliminar para los ejercicios de protección de bienes culturales

Para ayudar con el planeamiento del Mountain Peak 2016, la CRB contribuyó con un mapa de lugares de gran importancia cultural en Fort Drum que están protegidos por las leyes locales, estatales, nacionales e internacionales. Entre estos sitios figuran cementerios, pueblos abandonados, haciendas, cimientos de ruinas, iglesias, lugares ceremoniales antiguos de nativos americanos, y sitios arqueológicos que datan de hace 10 000 años o más. Todos estos sitios son de gran importancia histórica para las comunidades locales, los nativos americanos y los ciudadanos del mundo que muestran interés por ellos, y son preservados por el Gobierno federal en nombre del pueblo estadounidense. Al principio, la administradora del CRP proporcionó esta información a los planificadores del ejercicio responsables por la implementación de los elementos de protección medio ambiental necesarios para todos los entrenamientos que se realizan en Fort Drum y de conformidad con todas las leyes y regulaciones de protección medio ambiental del estado de Nueva York y el Gobierno federal.

Es importante señalar que el mapa de sitios protegidos de Fort Drum y otros mapas similares de todas las instalaciones de entrenamiento en territorio estadounidense son análogos a los inventarios de bienes culturales de sitios e instituciones protegidos que los planificadores de operaciones deben considerar para las operaciones avanzadas no solo bajo la Convención de 1954, sino también las leyes de conflicto armado, la legislación nacional como la Section 402 of the National Historic Preservation Act (Sección 402 de la Ley Nacional para la Conservación Histórica) y las regulaciones del Departamento de Defensa y del Ejército como la U.S. Central Command Environmental Regulation 200-2, Environmental Quality: CENTCOM Contigency Environmental Guidance (Regulación 200-2 del Mando Central sobre la regulación del medio ambiente)9. Estos inventarios contribuyen a la lista de objetivos que no pueden ser atacados durante el proceso de selección de blancos y por lo tanto, tener la oportunidad de recrear este tipo de escenario durante un ejercicio es otro aspecto importante detrás de los esfuerzos para la inclusión de bienes culturales en los entrenamientos que se realizan en Fort Drum.

  • Ministro, Asuntos Culturales, Antigüedades y Arqueología de Atropia (MACAA)
  • Viceministro, MACAA
  • Seguridad, MACAA
  • Director, Organización para la Preservación de Bienes Culturales y Medio Ambientales de Atropia (OPBCMA)
  • Subdirector, OPBCMA
  • Director, Consejo de los Pueblos Indígenas de Atropia (CPIA)
  • Subdirector, CPIA
  • Director regional, Grupo de Asistencia Humanitaria para el Mundo Islámico (GAHMI)
  • Subdirector regional, GAHMI
  • DART/OFDA (USAID)

Una vez que el inventario se haya establecido y distribuido, el próximo paso sería que la administradora del CRP y su equipo organicen visitas guiadas de las áreas de entrenamiento para mostrar donde se encuentran los sitios protegidos, los sitios de entrenamiento simulados y varios ejemplos de métodos de identificación y señalización de lugares de gran importancia cultural. Estas visitas ofrecen un panorama del terreno humano (población local) en las áreas de entrenamiento para que las habilidades desarrolladas en casa sobre la «lectura» de un entorno multicultural puedan ser aplicadas en situaciones difíciles en el exterior.

Las visitas de bienes culturales guiadas por expertos en la materia también pueden servir como oportunidades de entrenamiento independientes. Estos lugares pueden ser incluidos en los ejercicios de navegación terrestre, y Fort Drum ha establecido guías de bienes culturales para los análisis de batallas en el terreno (staff ride) y ofrece ejercicios de campaña para los cadetes del Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de la Reserva (Reserve Officer Training Corps, ROTC) en los cuales estos tienen que identificar las características de piedras usadas por aborígenes en el paisaje boscoso del área.

El CRP también ha creado varios productos para apoyar la formación y el entrenamiento de los soldados con respecto a la protección de bienes culturales, ejemplo de ello son juegos de cartas basados en temas arqueológicos de países como Egipto, Irak y Afganistán, guías de bolsillo y sesiones informativas sobre bienes culturales específicos10. Los juegos de cartas son distribuidos en todo el DoD para promover la protección de bienes culturales y han inspirado una serie de materiales similares en toda la comunidad internacional. La guía de bolsillo sobre bienes culturales ha sido distribuida ampliamente y el oficial G-9 auxiliar la incluyó como un apéndice del Anexo K (Operaciones de Asuntos Civiles) en las órdenes de operación para el ejercicio.

Una sesión informativa sobre bienes culturales creada específicamente para Fort Drum por la Dra. Rush también fue incluida como un apéndice en el Anexo K e incorporada en los entrenamientos de preparación para la misión de los soldados11. La sesión informativa abordaba como identificar y respetar los bienes culturales, y se centraba en el valor estratégico que los bienes culturales representan para tanto las fuerzas amigas como enemigas.

El coronel Scott Naumann, comandante del 1er Equipo de Brigada de Combate, 10a División de Montaña y su Estado Mayor se reúnen con actores desempeñando el papel de civiles el 1 de diciembre de 2016 durante el Mountain Peak 16-02 en Fort Drum, Nueva York. Los actores hacen el papel de residentes locales para ayudar con el entrenamiento de interacción de las unidades con los líderes de la nación anfitriona. (Foto: Mayor Kristoffer Mills, Ejército de EUA)

Los productos, las visitas y los materiales mencionados anteriormente ayudaron al oficial G-9 auxiliar en la redacción detallada de los Anexos K y V (Interagencia) para las órdenes de operaciones tácticas del Mountain Peak 17-02, y permitió el desarrollo de escenarios robustos para apoyar los entrenamientos de operaciones cívico-militares. Sin embargo, hubo un problema—no se contaba con el personal suficiente y calificado que pudiera desempeñar diferentes papeles en apoyo de los distintos escenarios y variables que se implementarían durante el ejercicio. Este problema se solucionó cuando la administradora del CRP junto con su equipo de diez profesionales se brindaron para desempeñar diferentes papeles durante el ejercicio.

Ejecución del ejercicio

El CRP de Fort Drum ofreció un apoyo considerable al oficial G-9 auxiliar en el desarrollo de tanto los Anexos K y V como los diferentes escenarios y variables del ejercicio. Además de ayudar con el planeamiento del ejercicio, miembros del CRT se ofrecieron para actuar como diferentes personajes del país ficticio de Atropia para crear una sensación más realista de los escenarios. La administradora del CRP ejerció el papel de una alta funcionaria del Gobierno como ministra de Asuntos Culturales, Antigüedades y Arqueología de Atropia. Las diez personas de su equipo ejercieron diferentes papeles representando a múltiples organizaciones no gubernamentales (ONG), organizaciones gubernamentales internacionales y a una organización de un grupo nativo de Atropia (véase la figura).

El beneficio de tener al personal del CRP ejerciendo diferentes papeles durante el ejercicio es que ellos conocen a fondo el área de entrenamiento y comprenden la importancia histórica y cultural de los sitios, dado que trabajan en el área de entrenamiento cuando no están trabajando en las oficinas de la guarnición. Estos actores eran arqueólogos o antropólogos de profesión y por ello, el oficial G-9 auxiliar creó organizaciones para diferentes escenarios que reflejarían sus verdaderas profesiones. Antes de la ejecución del ejercicio, los actores recibieron guiones detallados, temas de discusión, reglas de enfrentamiento e información sobre el origen de sus respectivas organizaciones y personajes. El oficial G-9 auxiliar también permitió que se realizaran ensayos y formuló estrategias para las posibles preguntas, debates y problemas que podrían surgir durante los encuentros y las interacciones claves entre líderes y unidades. Él actualizó diariamente a los actores sobre los acontecimientos de diferentes escenarios para que estuvieran mejor preparados para sus papeles.

Soldados del Ejército estadounidense bajan las escaleras del Zigurat de Ur, templo de la ciudad histórica de Ur y sitio arqueológico en las afueras de Nasiriyah el 13 de mayo de 2009, alrededor de 320 kilómetros al sudeste de Bagdad. Las fuerzas estadounidenses transfirieron el control del sitio a las autoridades iraquíes el mismo día. (Foto: Nabil al-Jurani, Associated Press)

La CRB tenía recursos adicionales que contribuyeron al realismo del entrenamiento. Había suficientes disfraces, joyas y accesorios para que cada individuo del equipo de diez personas pudiera representar un tipo de traje tradicional «atropio». Los actores se vistieron con bufandas, collares, turbantes, trajes ceremoniales, fajas, cinturones, chalecos y puñales. La contribución más importante fue que la sección tenía réplicas de artefactos que fueron incorporados en los escenarios. Esta inclusión añadió otro nivel de profundidad y realismo al ejercicio.

Para la sección G-9, la presencia de objetos promovía el entrenamiento y la conciencia de la protección de bienes culturales. Algunos de estos artefactos eran lápidas, sellos y cálices que eran colocados por los observadores/controladores en territorio enemigo con la expectativa de que fueran recuperados durante la fase de exploración de áreas delicadas por la unidad que participa en el escenario. El personaje representado por la administradora del CRP introdujo los artefactos en un escenario en donde tenía que reunirse con el comandante de la brigada, aquí ella presentó fotografías de los artefactos que fueron robados en la forma de un catálogo del Museo Nacional de Atropia. Delegaciones atropianas de varias organizaciones no gubernamentales, gubernamentales y privadas proporcionaron información sobre los artefactos e hicieron hincapié en la importancia cultural y las instrucciones específicas para la manipulación de cada artefacto. La inclusión de estos artefactos proporcionó una oportunidad para que las unidades perfeccionaran sus habilidades de comunicación interpersonal y practicaran cómo establecer relaciones durante encuentros clave con líderes. Estos escenarios también sirvieron de entrenamiento para varias secciones del Estado Mayor de la brigada como la S-9 (operaciones cívico-militares), la S-2 (inteligencia) y la S-3 (operaciones), los oficiales de relaciones públicas, los oficiales jurídicos y la compañía de asuntos civiles agregada. El comandante de la brigada inmediatamente estableció una relación con los funcionarios atropianos y los representantes de las delegaciones, y le transmitió a su Estado Mayor la importancia de devolver los artefactos al Gobierno de Atropia. Él también comprendía el enorme potencial de estas oportunidades para difundir mensajes estratégicos y el potencial de la recuperación de los artefactos para obtener datos de inteligencia valiosos. La recuperación de los artefactos fue un éxito táctico y estratégico para la brigada.

La incorporación de protección de bienes culturales en el ejercicio de brigada en Fort Drum fue repetida durante un segundo ejercicio en Fort Polk, Luisiana, en apoyo de la 3a Brigada de la 10a División de Montaña. Lamentablemente, el equipo de diez personas del CRP no pudo viajar a Fort Polk, pero la administradora aceptó la invitación del oficial G-9 auxiliar para desempeñar un papel y ejercer de asesora durante el ejercicio. Ella desempeñó el mismo papel del ejercicio anterior, ministra de Asunto Culturales de Atropia, participó en dos escenarios de encuentro de líderes con la 3a Brigada, y también se reunió con la brigada para coordinar el entrenamiento de la semana académica (semana de preparación) antes del despliegue en apoyo de la operación Inherent Resolve.

En el primer encuentro de líderes, la administradora del CRP se presentó y expresó preocupación por el posible impacto de las operaciones de combate en los sitios culturales que formaban parte del área de operaciones de la unidad. En el segundo encuentro al día siguiente, ella presentó fotos de los artefactos atropios que fueron robados del Museo Nacional de Atropia cuando fue saqueado y destruido por fuerzas enemigas. Los oficiales S-9, jurídico y de protección tomaron las fotos e instruyeron a los batallones subordinados sobre cómo manipular correctamente los artefactos. El oficial de relaciones públicas de la brigada también publicó un comunicado de prensa sobre el encuentro y los artefactos extraviados.

Dos días más tarde, otro personaje fue introducido al escenario. Este personaje era un campesino atropio que había descubierto una bolsa con dos artefactos mientras limpiaba la basura que dejaron las fuerzas enemigas. El campesino también pidió ser compensado por la unidad debido a los daños sufridos durante las maniobras. Este escenario era una oportunidad para que el Estado Mayor difundiera mensajes estratégicos y demostrara su capacidad para respetar los bienes culturales de una nación anfitriona. También era una oportunidad para recolectar información adicional sobre las fuerzas enemigas.

Al día siguiente, un nuevo personaje entró en el escenario para añadir mayor profundidad. Este personaje era un arqueólogo que trabajaba a nivel provincial. Él visitó la brigada en nombre de la ministra para solicitar los artefactos. Durante la visita, él mencionó que había visto fuerzas enemigas mientras inspeccionaba sitios arqueológicos en el área de operaciones de la unidad. Este escenario era una oportunidad para que el oficial S-2 de la unidad le hiciera preguntas al arqueólogo no solo sobre las maneras de proteger los sitios arqueológicos, sino también recolectar información sobre la actividad enemiga.

Durante este segundo ejercicio, diferentes aspectos sobre la protección de bienes culturales fueron incluidos en el escenario para proporcionar oportunidades de entrenamiento únicas que de otra manera no estarían disponibles para la unidad. Los personajes de los escenarios centrados en la protección de bienes culturales eran quienes dictaban los objetivos de entrenamiento de las operaciones cívico-militares de las unidades. La unidad se reunió con líderes clave para establecer relaciones con el Gobierno de la nación anfitriona. La introducción de personajes sirvió como una oportunidad para difundir mensajes estratégicos a través de la sección de relaciones públicas. La información que proporcionaron los personajes le permitió a la sección S-2 recolectar inteligencia para apoyar las operaciones de inteligencia y el Estado Mayor pudo poner en práctica su capacidad para comprender las políticas y las leyes asociadas con los bienes culturales. Antes que acabara el ejercicio, la sección S-9 de la brigada repatrió los artefactos robados al Gobierno atropio. Teniendo en cuenta la próxima misión y destino de la 3a Brigada, la lección más importante fue comprender y apreciar la protección de bienes culturales.

Punta de la lanza

A medida que aumentan los esfuerzos para derrotar al EI y estabilizar Irak y Siria, la comunidad internacional continuará haciendo hincapié sobre la importancia de proteger de modo significativo los bienes culturales durante las operaciones militares. Fort Drum también ha ayudado con conocimientos técnicos en los esfuerzos internacionales de carácter militar para establecer mejores prácticas, doctrinas y políticas relacionadas a la protección de bienes culturales; ejemplo de ello ha sido la gestión para obtener fondos del programa «NATO Science for Peace and Security» para crear una serie de talleres de investigación avanzada dedicados al tema.

En el verano de 2016, miembros del ROTC haciendo prácticas en Fort Drum proporcionaron inventarios de bienes culturales para Estonia, Finlandia, Lituania y Letonia para apoyar los escenarios de un ejercicio de la OTAN en el mar Báltico12. Según el Mando Aliado de Fuerzas Conjuntas en Nápoles (Allied Joint Force Command Naples) de la OTAN, estos datos fueron empleados productivamente en escenarios en donde las vibraciones de vehículos pesados en movimiento amenazaban con derrumbar una iglesia antigua y en donde un castillo cerca del mar requería protección especial13. En la evaluación del ejercicio, el consenso fue que la inclusión de estos detalles aumentó la importancia y el realismo del ejercicio.

En Fort Drum, la participación de la CRB y el enfoque en la protección de bienes culturales en un ejercicio de entrenamiento del Ejército probablemente no tenía precedentes en la historia de la fuerza moderna, según la administradora del CRP, quien ha trabajado en el Departamento de Defensa por casi veinte años. Este enfoque y la incorporación de actores del CRP demuestran cómo se pueden innovar los entrenamientos de operaciones cívico-militares para que las unidades puedan interactuar con funcionarios gubernamentales de la nación anfitriona y organizaciones no gubernamentales, gubernamentales y privadas.

La colaboración entre la sección G-9 de la 10a División de Montaña y el CRP, y los escenarios implementados, ofrecen un modelo de entrenamiento a nivel de brigada y división para el Ejército que puede ser repetido por otras organizaciones militares en todo el mundo. El Reino Unido no hace mucho ratificó la Convención de La Haya y como resultado, el Ministro de Defensa calificó los entrenamientos de Fort Drum como prácticas que merecen ser examinadas14. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) está interesada en proporcionar entrenamiento sobre la protección de bienes culturales a los militares de los Estados miembros de las Naciones Unidas y ha consultado a la administradora del CRP de Fort Drum para obtener ayuda15. Las Fuerzas Armadas austriacas también han comenzado a emplear los pueblos en las áreas de entrenamiento como medios de entrenamiento de la misma manera que Sterlingville, y han incorporado ruinas en los ejercicios16.

La colaboración entre la administradora del CRP y el oficial G-9 auxiliar es innovadora, y en términos de lo que representa para el sector de arqueología del Departamento de Defensa, es la «punta de la lanza» para el entrenamiento sobre la protección de bienes culturales. La creativa inclusión de artefactos en los escenarios de entrenamiento y la participación del CRP en los ejercicios militares son oportunidades importantes que pueden ser compartidas con nuestros aliados de la OTAN y la ONU mientras desarrollan programas y estrategias para implementar la protección de bienes culturales en los entrenamientos militares. Además, esto presenta una oportunidad para actualizar y expandir la doctrina militar sobre la protección de bienes culturales ya que la única doctrina que aborda el tema actualmente es la Graphic Training Aid 41-01-002, Civil Affairs Arts, Monuments, and Archives Guide, de octubre de 201517.

Conclusión

Mientras nuestros aliados de la coalición y multinacionales cooperan para derrotar al EI y otras organizaciones que quieren erradicar parte de la historia humana para sus propios beneficios políticos, la comunidad internacional debe también cooperar y aprovechar cada oportunidad para preservar y proteger la herencia cultural de civilizaciones antiguas. Lamentablemente, ya se han perdido demasiados sitios y artefactos históricos a manos del tiempo y la negligencia humana, pero todavía hay esperanza y oportunidades entre todos los pueblos para proteger y preservar el registro y el curso de la historia humana para nuestros hijos y futuras generaciones.

Notas

  1. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), «Convention for the Protection of Cultural Property in the Event of Armed Conflict with Regulations for the Execution of the Convention 1954», página web de la UNESCO, accedido 4 de octubre de 2017, http://portal.unesco.org/en/ev.php-URL_ID=13637&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html.
  2. Kathleen McLaughlin, Historic Property Guidance (Washington, DC: Department of the Army, 2016).
  3. Jonathan Steele, «Damage Inquiry at Ancient Babylon», página web de The Guardian, 11 de junio de 2004, accedido 20 de septiembre de 2017, https://www.theguardian.com/world/2004/jun/12/iraq.jonathansteele.
  4. «National Register of Historic Places», página web de National Park Service, accedido 21 de septiembre de 2017, https://www.nps.gov/nr/.
  5. Thomas Bogenschutz, fallecido, y su esposa fueron la última pareja en casarse en Sterlingville antes de que la villa fuera destruida. El comentario fue hecho en 2002 o 2003 durante una visita en autobús a Fort Drum de las familias que perdieron sus hogares en la instalación.
  6. Army Regulation 350-4, Integrated Training Area Management (ITAM) (Washington, DC: U.S. Government Publishing Office, mayo de 1998).
  7. Keitha Kellogg Peterson, Drummed Out (Watertown, NY: Benjamin Printing, 2002), accedido 20 de septiembre de 2017, http://nyheritage.nnyln.net/cdm/pageflip/collection/jcclibrary/id/3959/type/compoundobject/show/3821 /cpdtype/document/pftype/image#page/2/mode/2up.
  8. «The Blue Shield Emblem», página web de U.S. Committee of the Blue Shield, accedido 21 de septiembre de 2017, http://uscbs.org/blue-shield-emblem.html.
  9. National Historic Preservation Act, 54 U.S.C. § 300101 et seq. (2016), accedido 20 de septiembre de 2017, http://www.achp.gov/nhpa.pdf; U.S. Central Command (CENTCOM), Environmental Regulation 200-2, Environmental Quality: CENTCOM Contigency Environmental Guidance (MacDill, FL: U.S. CENTCOM), accedido 20 de septiembre de 2017, https://www.cemml.colostate.edu/cultural/09476/pdf/CENTCOM_ITTR_CCR_200-2-1.pdf.
  10. James A. Zeidler y Alexandra V. Wallace, «Product Catalog for Cultural Property Planning and Training in the Department of Defense», Center for Environmental Management of Military Lands, otoño de 2010, accedido 4 de octubre de 2017, http://www.denix.osd.mil/cr/lrmp/factsheets/reports-and-other-products/product-catalog-for-cultural-property-protection-planning-and-training-legacy-09-324/; «Heritage Preservation, ROE First!: Pocket Guide for U.S. Military Personnel», página web de DOD Environmental, Safety, and Occupational Health Network and Information Exchange (DENIX), accedido 21 de septiembre de 2017, http://www.denix.osd.mil/cr/lrmp/factsheets/reports-and-other-products/soldier-pocket-guide-english-heritage-preservation-roe-first-legacy-08-324/; sesión informativa cultural de Laurie Rush, 24 de octubre de 2016.
  11. Kristoffer T. Mills y Laurie Rush, apéndice 3 (sesión informativa cultural) del Anexo K (operaciones cívico-militares) de la orden de operación 17-02 de la operación Atropian Resolve, 1 de noviembre de 2016, https://army.deps.mil/Army/CMDS/FORSCOM_10mtn/g9/Excercise (tarjeta de acceso requerida).
  12. Laurie Rush, instructora del programa Fort Drum ROTC Cultural Property Protection Internship.
  13. Comentario de un teniente de aviación anónimo (OF-2) (coordinador de la Fuerza Aérea británica) al oficial auxiliar de Estado Mayor, J9 I CMI/CIMIC [información militar clasificada/cooperación cívico-militar] Operaciones y Selección de Blancos, Mando Aliado de Fuerzas Conjuntas en Nápoles (presentación en un taller de la OTAN, Sanremo, Italia, 7-9 de diciembre de 2016).
  14. Timothy Purbrick (teniente coronel, Royal Lancers (regimiento de caballería), oficial de Estado Mayor de la reserva del Ejército, Concepts Branch, Army Headquarters, Reino Unido), comunicación personal, viaje a Fort Drum, estado de Nueva York, para estudiar el enfoque de Fort Drum, 12–14 de junio de 2017.
  15. Solicitud de apoyo del jefe de la Unidad de Preparación y Respuesta ante Emergencias de la Unesco, Giovanni Boccardi, y Jan Hladik, secretario de la Convención de 1954. Laurie Rush participó como catedrática en el Entrenamiento de Protección de Bienes Culturales de la Unesco para las fuerzas de mantenimiento de la paz africanas en el Centro de Entrenamiento de Mantenimiento de la Paz en Harare, Zimbabue en septiembre de 2017.
  16. Anna Kaiser (directora del programa de maestría sobre la protección de bienes culturales en Donau University at Krems), el ejercicio fue organizado para el NATO Advanced Research Workshop, agosto de 2017.
  17. Graphic Training Aid 41-01-002, Civil Affairs Arts, Monuments, and Archives Guide (Washington, DC: Department of the Army, octubre de 2015), accedido 21 de septiembre de 2016, https://rdl.train.army.mil/catalog-ws/view/100.ATSC/B64AFE99-CA98-4891-AD9E-5D69EC28A14F-1302924733371/gta41_01_002.pdf.

El mayor Kristoffer T. Mills, oficial de asuntos civiles del Ejército, es el oficial G-9 auxiliar de la 10a División de Montaña (infantería ligera), en Fort Drum, estado de Nueva York. En su destino anterior, se desempeñó como comandante de una compañía de asuntos civiles y oficial auxiliar de la sección (G-9) del Elemento de Manto Tipo Misión (Mission Command Element) de la 4a División de Infantería en apoyo a la operación Atlantic Resolve y el Grupo de Entrenamiento Militar Conjunto-Ucrania (Joint Military Training Group-Ukraine). Obtuvo una licenciatura en Geografía Regional Humana de la U.S. Military Academy en West Point, Nueva York, y una maestría en Ciencia Militares del U.S. Army Command and General Staff College en Fort Leavenworth, Kansas.

La Dra. Laurie Rush es una antropóloga y arqueóloga del Ejército, desempeñándose como civil en apoyo de la 10a División de Montaña en Fort Drum, estado de Nueva York. Ella inició una serie de proyectos para apoyar la implementación de protección de bienes culturales durante las operaciones militares y recientemente codirigió un proyecto de la OTAN para el desarrollo de políticas, doctrinas y mejores prácticas sobre la protección de bienes culturales. Obtuvo una licenciatura de Indiana University Bloomington y una maestría y doctorado de Northwestern University. También es socia de la American Academy in Rome e investigadora socia del Smithsonian.