Revista Profesional del Ejército de EUA

Edición Hispanoamericana

Artículos exclusivos en línea de abril 2018

Soldado, ¿Estás en mi lista de amigos?

Un análisis y recomendaciones para la relación entre líderes y subalternos militares en las redes sociales

Mayor Gregory C. Mabry Jr., Ejército de EUA

Publicación: 3 de abril de 2018

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Como parte de las tareas del curso para una maestría en Enfermería, el capitán Michael Barnes, de la Guardia Nacional del Ejército del Estado de Ohio

Las redes sociales son una herramienta estupenda pero, en realidad, la interacción cara a cara es la que produce el impacto a largo plazo.

–Felicia Day

En el año 2016, la población del mundo alcanzó aproximadamente 7,4 mil millones de personas1. Hoy en día, el promedio mensual de participantes activos en las redes sociales es 4,2 mil millones de usuarios2. El Ejército de EUA se ha dado cuenta de esta tendencia y ha evaluado los beneficios, obligaciones y vulnerabilidades de los soldados y organizaciones patrocinadas por el Ejército que mantienen una presencia en las redes sociales3. Actualmente, los soldados enfrentan un constante equilibrio entre la necesidad de auto expresión y adherencia a los valores y reglamentos del Ejército, mientras los comandantes enfrentan la preocupación inmediata de mantener la seguridad operacional en todas las plataformas de redes sociales4.

A través de entrenamiento, educación y políticas obligatorios del Ejército, los soldados y las organizaciones patrocinadas por el Ejército son expertos en la práctica de mantener la seguridad en cuanto a publicar detalles sobre las operaciones del Ejército en sitios digitales no clasificados5. Habiendo establecido una política y práctica para proteger los esfuerzos de comunicación del Ejército en las redes sociales, la fuerza actualmente intenta usar las redes sociales para maximizar los beneficios para los soldados y el Ejército6. El Ejército ha usado las redes sociales para propósitos que van desde el reclutamiento hasta publicar información sobre las juntas de ascenso en grado7. El soldado moderno es muy conocedor de las redes sociales y la propensión de registrar sus vidas y compartir detalles personales en línea. Según el Centro de Investigación Pew, aproximadamente 70 por ciento de todos los adultos usan un sitio de redes sociales, como mínimo8. Los sitios de comunicación social más usados por adultos en Estados Unidos son Facebook, Instagram, Pinterest, LinkedIn y Twitter9. Estos detalles personales no están fácilmente disponibles a los líderes militares de nivel medio y alto que son novatos o reacios a participar en las actividades en las redes sociales con sus soldados. El beneficio de un cambio de paradigma que incluye las redes sociales entre los líderes del Ejército tiene implicaciones bastante amplias. Establecer nexos con los subalternos a través de las redes sociales es otra herramienta que puede apoyar el desarrollo de entendimiento mutuo y, en algunos casos, la reacción rápida para apoyar la salud comportamental. En el presente artículo, se delinea la importancia de las redes sociales en el desarrollo de confianza y entendimiento mutuo, así como se aboga por un nuevo planteamiento para el apoyo de salud comportamental que aprovecha mejor las redes sociales. El objetivo no es que los soldados paren de usar las redes sociales, ni inducir un sentido de ansiedad de una presunción general de que cada mensaje en Facebook o tweet en Twitter podría resultar en una acción bajo el Código Uniforme de Justicia Militar (UCMJ).

Conociendo a su soldado y la diferencia generacional

Mientras los líderes de nivel medio y alto en el Ejército de EUA hacen la transición del crepúsculo de la era del bum de bebés a los años primos de la Generación X y Generación Y, la capacidad de relacionarse directamente con el soldado milenario subalterno puede disminuir10. Según un artículo en la revista International Journal of Virtual Communities and Social Networking, los milenarios y las personas de la Generación X han comenzado a anticipar «estrechas relaciones con sus líderes, comunicaciones frecuentes y francas y la integración de sus contactos personales y profesionales a través de las redes sociales»11.

En el tercer trimestre de 2017, Military Review publicó un artículo titulado «Es hora de participar en las redes sociales» que resumió los beneficios multifacéticos de las redes sociales desde el reclutamiento hasta la imposición de la ley12. Sin embargo, el Ejército debe desarrollar esta tecnología emergente en lugar de un planteamiento general en cuanto a la participación de los líderes. El deseo de saber los detalles de la vida de un soldado, específicamente la estabilidad del estatus doméstico, monetario y relacional podría ser impedido por el rango, edad o una combinación de estos factores. Si el soldado se siente intimido por su suboficial u oficial superior, esto podría deteriorar las relaciones y la comunicación entre ambos. La investigación indica que un empleado subalterno de la Generación X está más dispuesto a divulgar información personal a su jefe si son amigos en las redes sociales13.

Los detalles de la vida cotidiana de un soldado durante horarios de trabajo y en casa pueden ser relatados en las redes sociales, lo que podría proporcionar una comprensión única de las dificultades del soldado y su metodología principal del soldado para lidiar con el estrés. Estas redes digitales proporcionan detalles escritos, verbales y fotográficos del estado mental y estándar de vida del soldado. Los subalternos podrían hacer clic en «me gusta» para la página web de su grupo musical favorito en Facebook o Pinterest, proporcionando un tema de discusión el siguiente día sobre el género musical favorito de una persona. Este escenario conversacional es un ejemplo de cómo la discusión podría apoyar en el diálogo para desarrollar el entendimiento mutuo entre el líder y el soldado milenario subordinado. Una vez que se establezca el nivel de comprensión mutua con el soldado subordinado, el subalterno comenzará a divulgar las dificultades de vida previamente desconocidas por el liderazgo. Este punto de vista desconocido del soldado subordinado proporciona una oportunidad para iniciar el apoyo de salud comportamental.

El apoyo de salud comportamental, intervención y rescate a través de las redes sociales

La presencia e interacciones personales de una persona en las redes sociales tiene un efecto directo en su sentido de autoestima14. Además de las interacciones de un soldado con sus homólogos y familiares cercanos, la presencia en línea de un soldado tiene el potencial de causar problemas de salud comportamental. Según el Comando de Reclutamiento del Ejército de Estados Unidos, la edad promedio de alistamiento es aproximadamente 20 años, la edad de un estudiante universitario tradicional15. En 2014, el periódico USA Today llevó a cabo una encuesta de estudiantes universitarios en el área metropolitana de Chicago que utilizan las redes sociales. En el estudio, se supuso que casi 90 por ciento de los 23 participantes indicaron que su participación en las redes sociales causó o contribuyó a sus sentimientos de ansiedad16. Además, un estudio publicado en Psychoneuroendocrinology sugirió que comportamientos específicos en Facebook, tal como hacer amistades, aumentan la cortisona diurna, una hormona del estrés en la sangre17.

Las redes sociales no solo alimentan la ansiedad, sino que también actúan como un ímpetu para que las personas abrumadas pidan ayuda, ya sea de forma obvia o sutil. Han sido muchas las ocurrencias registradas de integrantes de las fuerzas armadas que piden ayuda de intervenciones de salud comportamental a través de las redes sociales18.

En Estados Unidos, aproximadamente 20 por ciento de todos los suicidas son veteranos de las fuerzas armadas19. En una ocurrencia, el sargento mayor de comando (retirado) Jeffrey Powell reaccionó a un suicidio activo frustrado de uno de sus exsoldados a través de Facebook20. El soldado publicó una actualización en Facebook con una foto de sus muñecas laceradas y cubiertas de sangre. Powell se dirigió a la línea de consulta de división en el área y contactó la cadena de mando actual del soldado. Los servicios médicos de emergencia intervinieron para rescatar al soldado del suicidio frustrado. En un ambiente militar típico, donde un sargento mayor y un soldado de nivel inferior no hubieran hablado de las dificultades de la vida, Powell no hubiera tenido la oportunidad de intervenir. Powell adscribió su capacidad de intervenir y ayudar a salvar la vida de su soldado a ser amigos en Facebook21.

El titular «No hay doble personalidades en las redes sociales» en la parte superior de un cartel que es parte del esfuerzo del Ejército de educar a soldados sobre el uso de las redes sociales

Como líderes, se les exhorta a los integrantes de las fuerzas armadas que evalúen las interacciones y bienestar entre sus homólogos y familia. Una recomendación para que los líderes apoyen la facilitación de esta tarea es incluir una evaluación de la «salud y bienestar digital» de sus soldados, significando que la inspección de salud y bienestar convencional debe extenderse a la esfera no convencional—la de las redes sociales. Para facilitar esta inspección de salud y bienestar digital, se recomienda que los soldados entrantes proporcionen sus nombres de pantalla de sus cuentas en las redes sociales a la cadena de mando.

La adquisición de esta información no es una medida draconiana para avizorar a los integrantes militares. Los líderes no pedirán sus contraseñas. Esta práctica no constituiría una invasión de privacidad, porque un mensaje en las redes sociales es un documento público. El objetivo sería mitigar los resultados de salud comportamental con una defensa personal cibernética activa. Además de la seguridad operacional, los líderes de unidad podrían crear un sistema para monitorear el aspecto de sentimientos personales y eventos domésticos en las redes sociales.

Una versión de esta propuesta ha sido intentada con casi 100.000 integrantes de las fuerzas armadas. En 2013, un programa para ayudar en la reducción de suicidas de veteranos llamado el Proyecto Durkheim fue implementada por primera vez en Facebook22. El proyecto desarrolló «algoritmos para determinar cuáles frases o combinación de frases son más probables de pronosticar intentos de suicidio»23. En el periódico The Boston Globe, se reportó sobre este proyecto, declarando, «especialistas de big data, incluyendo la empresa de software Newton, Attivio Inc., colaboran con expertos de suicidas militares para abordar el problema a través de las redes sociales para monitorear a los veteranos para detectar señales de desesperación»24.

El procedimiento funciona con la asignación de especialistas de salud comportamental para programar el software para identificar palabras clave o frases. Estas palabras clave o frases son procesadas por el sistema analítico, revisando miles de mensajes en línea en las redes sociales. Aunque el algoritmo, palabras clave y frases exactos usados por el Proyecto Durkheim son propiedad intelectual propietaria, «el lenguaje codificado de una persona con tendencia suicida frecuentemente incluye frases tales como ‘Estarías mejor sin mí’, ‘Estropeé todo’ y ‘Jamás puedo ser perdonado por mis errores’»25. Aparte de la fraseología, acciones comportamentales «tales como comprar un arma o regalar las pertenencias pueden ayudar a identificar a los veteranos en peligro y frecuentemente lo publican en las redes sociales»26.

Cuando se identifica un mensaje en las redes sociales como una posible idea de suicidio, se alerta al personal médico y a los miembros de familia autorizados. Estas frases e indicaciones comportamentales en las redes sociales son fuertes indicadores sobre los cuales se basa una decisión de intervención. Sin embargo, las indicaciones para hacer una intervención con un soldado podrían ser pasadas por alto si los líderes de unidad no llevan a cabo una evaluación de salud y bienestar digital. Una evaluación de salud y bienestar tradicional se centra en la salud física pero no aborda las dimensiones comportamentales y emocionales de un soldado.

Si bien hay casos de integrantes militares que reciben castigos bajo el UCMJ para sus mensajes, los líderes de unidad deben garantizar que sus soldados estén conscientes de que la capacidad de monitorear es basada en los propósitos de bienestar, no punitivos27. Además, todo personal asignado con la tarea adicional de ver los mensajes de un soldado en las redes sociales no debe usar esta información en cualquier capacidad extraoficial por temor a medidas correctivas por el gobierno28. Este tipo de política garantizaría que las personas acertadas son conscientes de los mensajes publicados por el soldado.

El objetivo de este cambio de paradigma en la política es evolucionar como una organización, evitando la obsolescencia social. Garantizar que el comando esté consciente de la salud emocional de un soldado subalterno en las redes sociales hace uso del ciberespacio para mejorar la preparación de la unidad.

Formar un equipo para tener reacciones oportunas a los pedidos de ayuda en las redes sociales

A diferencia de la intervención de Powell para frustrar el intento de suicidio activo de su exsoldado, muchos pedidos de ayuda comportamentales son sutiles. Los líderes pueden leer un mensaje en las redes sociales de un soldado y ser ambivalente con respecto a la intención del mensaje. En 2015, Facebook introdujo un equipo de especialistas para revisar los mensajes en su página web que parecen ser suicidas en su naturaleza. Si un mensaje en Facebook fuera indicado como posiblemente suicida, el especialista de prevención del suicidio enviaría un mensaje con información sobre la Línea de consulta nacional para prevenir el suicidio al usuario29. Si bien Facebook ha tomado acciones nobles para ayudar a los usuarios que se identifican como suicidas, el Ejército necesita establecer un equipo con un protocolo de reacción más oportuno para llevar a cabo más evaluaciones diagnósticas de mensajes identificados en las redes sociales que pueden significar una preocupación de salud comportamental para el personal militar actual.

El empleo de oficiales de estado mayor especiales y elementos de mando ya en posición para prestar asistencia elimina la necesidad de incrementar los requisitos de dotación de personal del Ejército. El Consejo de Salud Comportamental de Brigada (BBHC) podría ser presidido por el oficial de salud comportamental (BHO). Dos campos de especialización clínica designadas como BHO por cada Departamento Médico del Ejército (AMEDD) son trabajadores sociales y psicólogos clínicos30. El BHO ya sirve típicamente como el asesor de salud comportamental para el cirujano de brigada y varios equipos de mando en la organización31. Los deberes adicionales de un BHO en este papel incluyen consultas de mando, educación, entrenamiento y resiliencia.

Otro miembro del BBHC podría ser el consejero de vida familiar militar de brigada (MFLC). Al principio, el mandato de un MFLC era proporcionar «servicios de apoyo que podrían complementar los existentes programas militares de salud comportamental para apoyar a integrantes militares y sus familias que tenían dificultades con los efectos de despliegues extendidos y repetidos debido a los conflictos en Irak y Afganistán»32. Sin embargo, en la iteración actual del programa MFLC, se proporciona «el apoyo de asesoramiento no médico para una gama de asuntos, incluyendo relaciones, intervención en caso de crisis, control del estrés, aflicción y asuntos ocupacionales, individuales y familiares»33. Estos asuntos podrían ser registrados en la conversación en las redes sociales del soldado identificado.

Con razón, no todos los asuntos personales pueden ser abordados eficaz o adecuadamente a través del prisma de los aspectos psicológicos o comportamentales. Una adición plausible al BBHC sería el oficial de asuntos públicos (PAO) de la brigada para incorporar su entrenamiento y pericia en el uso de las redes sociales. Cabe destacar que el PAO no es experto de salud comportamental pero consultaría en la capacidad de un experto en la materia y usuario funcional de las redes sociales. Además, la inclusión de un capellán para proporcionar perspectivas del punto de vista espiritual serviría para equilibrar el equipo.

Concebiblemente, el BHO, conjuntamente con el MFLC, el PAO, el capellán y el comandante, podrían revisar los mensajes indicados en las redes sociales para confirmar los signos de alerta y la necesidad de más evaluaciones e intervenciones comportamentales a través de una evaluación de salud mental dirigido por el comando.

Como es el caso con muchos equipos de apoyo en el alcance del Ejército, el BBHC sería un programa del comandante, presidido por el BHO. El análisis integral suficiente de mensajes indicados en las redes sociales no se podría llevar a cabo desde un solo punto de vista. Por lo tanto, solo entrenar al PAO para revisar un mensaje en las redes sociales y dar una estimación final no proporciona una solución integral. Como consecuencia, el rol consultativo actual del BHO sería ampliado por presidir sobre una estructura de equipo incrementada con una variedad de pericia, mientras simultáneamente proporciona orientación de expertos en la materia a los integrantes del equipo de comando.

Según la Instrucción 6490.04, Mental Health Evaluations of Members of the Military Services, del Departamento de Defensa, una evaluación de salud mental dirigido por el comando «podría usarse para una variedad de preocupaciones, incluyendo aptitud para cumplir deberes, requerimientos ocupacionales, asuntos de seguridad, cambios significativos en el rendimiento o cambios comportamentales que pueden ser atribuibles a posibles cambios en el estatus mental»34. Como ocurre con muchas iniciativas del Ejército para proteger a soldados, normalmente se prefiere la educación preventiva en lugar de medidas reactivas, especialmente para las preocupaciones de salud comportamental35. Como resultado, un BHO podría rotar el entrenamiento a varios batallones bajo su control para dar bloques de instrucción sobre la resiliencia para el control del estrés, manejo de conductas agresivas u otros imperativos psicoeducacionales para mitigar la posibilidad del estrés comportamental.

Para estandarizar el entrenamiento para tratar el estrés incurrido de las redes sociales, un bloque de instrucción enseñado en el Curso de Proveedores de Servicios Médicos de Brigada, la pista de salud comportamental en el Curso Básico de Líderes Oficiales del AMEDD y/o el Curso de Carrera de Capitanes del AMEDD para los BHO debe ser considerado y, si es viable, implementado. Esta recomendación sirve para llenar el vacío en los sistemas y procesos actuales.

La implementación de una evaluación de entrenamiento en las redes sociales para los BHO probablemente será un proceso lento. No todos los BHO son expertos en las redes sociales, ni todos los BHO tienen acceso a los PAO para llevar a cabo el adiestramiento en el trabajo. Sin embargo, se necesita abordar las preocupaciones de salud comportamental mientras tanto. Un planteamiento a corto plazo para abordar estas preocupaciones sugiere que todos los lugares de entrenamiento básico y avanzado en el Ejército proporcionan un bloque de instrucción sobre la posibilidad de resultados comportamentales negativos relacionados con el uso de redes sociales. Este bloque de instrucción debe hacer hincapié en el conocimiento del asunto e instrucciones para dónde los soldados pueden buscar ayuda y apoyo a través de su cadena de mando, el capellán de la unida o su clínica de salud comportamental local.

A la inversa, no se les ofrece a todos los soldados la oportunidad de ser evaluados y tratados por personal en uniforme. En los casos donde los terapeutas civiles educan, evalúan y tratan trastornos comportamentales relacionados con el uso de las redes sociales, bloques de instrucción también necesitarán estar disponibles para los terapeutas civiles, garantizando que el estándar de asistencia es uniforme en todo el espectro de proveedores civiles y militares.

Las legalidades de hacer amistades con un subalterno en las redes sociales

Las legalidades del UCMJ con respecto a un líder y un soldado siguiéndose en Facebook, Instagram, Pinterest, LinkedIn y Twitter son regidas por el Reglamento del Ejército (AR) 600-20, Army Command Policy36. Un contacto en LinkedIn o amigo en Facebook, sin importar el estatus jerárquico, no constituyen la fraternización a menos que el hacer amistades cause que una o más personas involucradas

  1. viole, o parezca violar, la integridad de autoridad de supervisión o la cadena de mando;
  2. cause la parcialidad o falta de equidad verdadera o percibida;
  3. incluya, o parezca incluir, el uso impropio de rango o posición para el beneficio personal;
  4. sea, o se perciba como, explotador o coercitivo en su naturaleza; o
  5. cree un impacto adverso real o claramente predecible en la disciplina, autoridad, estado de ánimo o la capacidad del comando de cumplir su misión37.

Descartando el género, orientación sexual o preferencia sexual general, «ninguna de estas relaciones requiere un elemento de una naturaleza sexual; solo tiene que causar una situación real o percibida que produzca un impacto negativo en el buen orden y disciplina»38. Además, el AR 530-1, Operations Security, proporciona orientación a soldados, contratistas y civiles sobre cuál información se considera adecuada cuando se discute información relacionada con el Ejército en un medio público39.

En algunos casos, la ley estatal y esta posible iniciativa del Ejército de EUA están en conflicto. Desde enero de 2016, 23 de los 50 Estados de EUA tienen legislación oficial que les prohíbe a los empresarios el acceso para ver la cuenta de un empleado en las redes sociales40. La misma ley en estos 23 Estados le prohíbe a un supervisor hacer obligatoria la aceptación de una solicitud de amistad en las redes sociales. La inclusión general es el elemento clave para evitar la percepción de favoritismo cuando se hacen amistades o se establecen vínculos con soldados subalternos en las redes sociales. No se puede incluir a algunos subalternos en un grupo en línea y excluir a otros. Si se excluyen a algunos subalternos de un grupo o lista de amigos de un supervisor en las redes sociales, todo incentivo o acción favorable que se les otorga a los subalternos incluidos podría ser interpretado como la «parcialidad o una falta de equidad»41. La participación de las personas que evitan las redes sociales no será requerida. Sin embargo, si los soldados comienzan a usar las redes sociales más tarde, pueden informar a su cadena de mando.

Conclusión

La salud psicológica de la generación actual y las generaciones venideras de soldados es de suma importancia para una fuerza de combate sana. La meta de muchos programas de salud comportamental del Ejército es ser activo en su vigilancia para proteger a nuestros soldados. Para un moderno Ejército de EUA, es crucial enfatizar la necesidad de enmiendas de política para asignar los recursos en apoyo del entrenamiento en el uso de las redes sociales para soldados y personal de apoyo. Debe considerarse otros recursos para apoyar psicológicamente a los soldados, los que indican la necesidad de apoyo comportamental a través de las redes sociales.

El Proyecto Durkheim, establecido en 2011, es una solución prometedora para identificar los asuntos de salud comportamental de los soldados en las redes sociales. El camino hacia el futuro es averiguar si el Proyecto Durkheim es viable y aplicable a la población general de soldados. El AMEDD tiene un equipo de investigación robusto para analizar los datos y certificar las conclusiones del proyecto. Si no se puede propagar inmediatamente el Proyecto Durkheim en todo el Ejército, deben asignarse esfuerzos para hacer la minería de datos en cuanto a los resultados y aplicar soluciones basadas en las pruebas para acelerar la mitigación de reacciones negativas de salud comportamental.

El reconocimiento de problemas de salud comportamental a través de las redes sociales es un planteamiento activo que solo será eficaz si los líderes prestan atención a las actividades de sus soldados en estas redes. Los soldados continuarán usando las redes sociales y si los líderes quieren observar y aprender aspectos complejos de sus subalternos, las redes sociales son un lugar crítico para adquirir conocimientos, dado el rápido cambio cultural inmenso que incitó la cultura de internet. El hacer amistades autorizadas entre soldados subalternos y líderes no es libre de riesgos u obligaciones. Sin embargo, el peligro de descartar la dimensión digital de un soldado no es prudente.

Divulgación del autor: El autor no tiene afiliación alguna con Attivio Inc. o el Proyecto Durkheim. No se recibió ninguna compensación monetaria por las opiniones expresadas en el presente artículo.


Notas

  1. Plyush Manguklya, «Social Media by the Numbers [Infographic]», Huffington Post, 25 de abril de 2016, accedido 18 de diciembre de 2017, http://www.huffingtonpost.com/piyush-mangukiya/social-media-by-the-numbe_b_9757926.html.
  2. Ibíd.
  3. U.S. Army Audit Agency, «The Army’s Use of Social Media External Official Presence Sites», Audit Report, A-2011-0150-IET (Alexandria, Virginia: U.S. Army Audit Agency, 26 de julio de 2011).
  4. Reglamento del Ejército (Army Regulation - AR) 530-1, Operation Security (Washington, DC: U.S. Government Publishing Office [GPO], 19 de abril de 2007).
  5. «Professionalization of Online Conduct», ALARACT [Mensaje a todas las actividades del Ejército] 014/2017 (Washington, DC: Subsecretario del Ejército, 23 de febrero de 2017).
  6. Wyatt Kash, «Army Sees Benefits in Social-media Presence», GCN (sitio web), 27 de octubre de 2009, accedido 18 de diciembre de 2017, https://gcn.com/articles/2009/10/27/army-see-benefits-in-social-media-presence.aspx.
  7. Por ejemplo, véase la cuenta Twitter del United States Army Human Resources Command, «@ArmyHRC», accedido 18 de diciembre de 2017, https://twitter.com/ArmyHRC.
  8. Kevin Gallagher, «The Social Media Demographics Report: Differences in Age, Gender, and Income at the Top Platforms», Business Insider (sitio web), 4 de agosto de 2017, accedido 18 de diciembre de 2017, http://www.businessinsider.com/the-social-media-demographics-report-2017-8.
  9. Ibíd.
  10. Ben Widdicombe, «What Happens When Millennials Run the Workplace?», New York Times (sitio web), 20 de marzo de 2016, accedido 18 de diciembre de 2017, https://www.nytimes.com/2016/03/20/fashion/millennials-mic-workplace.html.
  11. Katherine Karl y col., «Would You Accept a Facebook Friend Request from Your Boss?: Examining Generational Differences», International Journal of Virtual Communities and Social Networking 9, nro. 1 (enero de 2017).
  12. Brenton Pomeroy, «Es hora de participar en las redes sociales», Military Review (3er Trimestre de 2017), accedido 8 de marzo de 2018, http://www.armyupress.army.mil/Journals/Edicion-Hispanoamericana/Archivos/Tercer-Trimestre-2017/Es-hora-de-participar/.
  13. Karl y col., «Would You Accept a Facebook Friend Request from Your Boss?»
  14. «Social Media Affects Self-Esteem», Applied Social Psychology (blog), Penn State University, 14 de marzo de 2016, accedido 18 de diciembre de 2017, https://sites.psu.edu/aspsy/2016/03/14/social-media-affects-self-esteem/.
  15. «Frequently Asked Questions about Recruiting: What Is the Average Enlistment Age?», U.S. Army Recruiting Command (sitio web), accedido 18 de diciembre de 2017, http://www.usarec.army.mil/support/faqs.htm#age.
  16. Katlyn Tolly, «Does Social Media Affect Students’ Self-Esteem?», USA Today (sitio web), 21 de octubre de 2014, accedido 18 de diciembre de 2017, http://college.usatoday.com/2014/10/21/does-social-media-affect-students-self-esteem/.
  17. Julie Katia Morin-Major y col., «Facebook Behaviors Associated with Diurnal Cortisol in Adolescents: Is Befriending Stressful?», Psychoneuroendocrinology 63 (enero de 2016): págs 238-46, accedido 18 de diciembre de 2017, https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26519778.
  18. Marie Berberea, «Soldier Posts Suicide Attempt to Facebook», Army.mil, 30 de septiembre de 2014, accedido 18 de diciembre de 2017, https://www.army.mil/article/134479/Soldier_posts_suicide_attempt_to_Facebook; Chelsea C. Cook, «Soldier’s Suicide Note Goes Viral; Family Demands Better for Veterans», CNN, 6 de julio de 2013, accedido 18 de diciembre de 2017, http://www.cnn.com/2013/07/06/us/soldier-suicide-note/.
  19. Jacqueline Howard, «A Suicide Attempt in an Army Unit can Lead to More, Study Finds», CNN, 26 de julio de 2017, accedido 17 de diciembre de 2017, http://www.cnn.com/2017/07/26/health/military-suicide-attempts-study/.
  20. Berberea, «Soldier Posts Suicide Attempt to Facebook».
  21. Ibíd.
  22. Karen Weintraub, «Monitoring Social Media to Cut the Military Suicide Rate», The Boston Globe (sitio web), 22 de julio de 2013, accedido 18 de diciembre de 2017, https://www.bostonglobe.com/business/2013/07/21/researchers-monitor-social-media-posts-bid-cut-military-suicide-rate/vNDSTeZipCXEi2JBoIetbP/story.html.
  23. Ibíd.
  24. Ibíd.
  25. Ibíd.
  26. Ibíd.
  27. Cheryl Rodewig, «Social Media Misuse Punishable under UCMJ», Army.mil, 9 de febrero de 2012, accedido 18 de diciembre de 2017, https://www.army.mil/article/73367/Social_media_misuse_punishable_under_UCMJ.
  28. «Misuse of Position and Government Resources», Departmental Ethics Office, Department of Justice (sitio web), actualizado 18 de mayo de 2016, accedido 18 de diciembre de 2017, https://www.justice.gov/jmd/misuse-position-and-government-resources.
  29. Kevin McSpadden, «How Facebook is Helping Suicidal People», Time (sitio web), 26 de febrero de 2015, accedido 18 de diciembre de 2017, http://time.com/3723472/facebook-suicide/.
  30. Department of the Army Pamphlet 600-4, Army Medical Department Officer Development and Career Management (Washington, DC: U.S. GPO, 27 de junio de 2007), págs. 79, 81, and 101–2.
  31. Ibíd.
  32. «Military & Family Life Counseling (MFLC) Program», MHN (sitio web), accedido 18 de diciembre de 2017, https://www.mhngs.com/app/programsandservices/mflc_program.content.
  33. Ibíd.
  34. Department of Defense Instruction 6490.04, Mental Health Evaluations of Members of the Military Services (Washington, DC: U.S. GPO, 4 de marzo de 2013), pág. 2, accedido 15 de diciembre de 2017, http://www.esd.whs.mil/Portals/54/Documents/DD/issuances/dodi/649004p.pdf.
  35. Office of the Chief of Public Affairs Press Release, «Army Health Promotion, Risk Reduction and Suicide Prevention Report», Army.mil, 28 de julio de 2010, accedido 9 de enero de 2018, https://www.army.mil/article/42934/army_health_promotion_risk_reduction_and_suicide_prevention_report.
  36. AR 600-20, Army Command Policy (Washington, DC: U.S. GPO, 6 de noviembre de 2014).
  37. Ibíd., p. 28.
  38. Teresa Schlosser, «Army Updates Reg Defining Inappropriate Relationships», Army.mil, 13 de noviembre de 2014, accedido 18 de diciembre de 2017, https://www.army.mil/article/138222/Army_updates_reg_defining_inappropriate_relationships.
  39. AR 530-1, Operations Security.
  40. «McGuireWoods LLP», «Virginia Workplace Social Media Password Privacy Bill Signed», JD Supra Legal News (sitio web), 9 de abril de 2015, accedido 18 de diciembre de 2017, http://www.jdsupra.com/legalnews/virginia-workplacesocial-media-password-95889/.
  41. AR 600-20, Army Command Policy, pág. 28.

El mayor Gregory Mabry, PsyD, LCSW, BCD, Ejército de EUA, Cuerpo de Servicio Médico, es un trabajador Social Clínico Acreditado certificado por la comisión y oficial de salud comportamental en la Sección de Apoyo de Maniobra de la División de Conceptos y Capacidades del Centro y Escuela del Departamento Médico del Ejército. Cuenta a su haber con una licenciatura en Sociología de la Universidad Estatal de Austin Peay, una maestría en la Tecnología de Información de la Universidad Webster, una maestría en Servicio Social de la Universidad Estatal de Fayetteville y un doctorado de la Universidad California Southern.

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