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Artículos exclusivos en línea de junio de 2025

La competencia es mi consigna

La clave para estar preparado

 

Sargento mayor de comando Kirk R. Coley
Centro de Excelencia de Aviación

Traducción de Alexandro Bonilla, Army University Press

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Tres soldados completamente equipados y portando sus armas están en cuclillas en un terreno cubierto de pasto.
 

Introducción

Encontrar un tema relevante para todos los suboficiales líderes del Ejército es un reto. Somos un equipo grande con increíbles diferencias y especialidades. Aun así, cuando me senté a escribir este artículo, quise encontrar un nexo común y, al final, se me ocurrió: la competencia. Los principales entrenadores de los soldados son los suboficiales, y esa función requiere competencia, sea cual sea la especialidad.

Después de casi 30 años en el Ejército, tengo muchos ejemplos de competencia basada en los suboficiales. Sin embargo, un recuerdo antiguo de un cabo sigue influyendo en mí como Sgto. May. Cdo. hasta ahora. ¿Por qué? Porque la competencia era su consigna.

El cabo competente

Durante mi estancia en la 82.a División Aerotransportada a finales de la década de 1990, los suboficiales eran la base del entrenamiento de la unidad. Los soldados entrenaban para dominar su oficio en cualquier entorno y convertirse en expertos en la defensa de áreas de reunión táctica.

Los cabos y sargentos en todas las unidades eran algunos de los líderes más informados e influyentes. Estaban deseosos por demostrar su valía a todos, y no había reto que no pudieran superar.

Soldado señala hacia adelante mientras un compañero mira a través de un par de binoculares.

Los suboficiales subalternos se encargaban regularmente de los polígonos de tiro, las operaciones de convoy y las marchas. Y se desempeñaban como jefes de salto en operaciones aerotransportadas.

Uno de los jefes de salto más experimentados en mi primera asignación a una compañía era un cabo. Le faltaban dos puntos para alcanzar el máximo puntaje de ascenso, pero debido al número de la fuerza final, no pudo alcanzar el puntaje para ascender a sargento.

Este cabo era suboficial de entrenamiento y maestro de jefes de salto de la compañía. Durante este tiempo, ganó múltiples premios de Soldado y Suboficial del Mes. Parecía un reglamento andante, y había pocas preguntas sobre entrenamiento de unidades y liderazgo que no pudiera responder.

Como cabo, acumuló más saltos tácticos que nadie en la unidad. Resultaba divertido ver cómo los altos mandos envidiaban a un cabo que supervisaba una operación aérea táctica masiva nocturna de riesgo moderado con una hora de lanzamiento después de la media noche.

Yo era un Sold. 1.a Cl. cuando conocí a este increíble cabo, e inmediatamente admiré su dedicación y profesionalismo. Me di cuenta de que tanto los jefes como los soldados respetaban a este suboficial subalterno por su competencia y dominio técnico de su oficio. El joven parecía adoptar la responsabilidad adicional con tremenda energía, porque sabía que todos dependía de su experiencia.

Su competencia —la capacidad de un solo suboficial subalterno— mantuvo a nuestra unidad preparada para llevar a cabo operaciones aerotransportadas con éxito. Cada interacción con él influyó en mi percepción de los suboficiales y definió en quién quería convertirme como futuro líder. La competencia se convirtió rápidamente en mi consigna.

La competencia es mi consigna

A lo largo de la historia del Ejército, los suboficiales han sido el pilar de la organización. Muchos al escuchar esto por primera vez se preguntan qué significa. Un buen punto de partida para comprenderlo es el Credo del Suboficial, con sus ideas de conducta, servicio y humildad.

Soldado muestra a otro soldado una libreta de notas mientras habla con él.

Esos elementos son vitales, pero una declaración cerca de la mitad del credo establece la base del pilar del Ejército: «La competencia es mi consigna» (Credo del Suboficial —Valores del Ejército, s.f.). Los suboficiales apoyados en la competencia —independientemente de su rango— son técnica y tácticamente competentes, conscientes de sus deberes y responsabilidades, y enfocados en la listeza como líderes. La competencia es más que una consigna. Es la clave para estar preparado.

Táctica y técnicamente competente

Hay muchas cosas que considerar cuando se habla de competencia, pero rápidamente vienen a la mente la capacidad táctica y técnica. En el pasado, las cadenas de suministro fijas permitían la consistencia en la entrega de equipamientos y en los tiempos de entrenamiento.

Por el contrario, el equipamiento actual del Ejército cambia con frecuencia, y la organización se replantea constantemente si el entrenamiento y la educación de los suboficiales son adecuados. Sin embargo, dejando a un lado el entrenamiento, la responsabilidad de desarrollar y mantener la capacidad técnica es una cuestión de responsabilidad personal.

La capacidad técnica con las herramientas del oficio elegido es una cuestión de series y repeticiones, no de rango. Cuanto más dominen los suboficiales su oficio o especialidad, mejor preparados estarán para dirigir, orientar y entrenar a otros en ese conjunto de aptitudes.

Además, un suboficial técnicamente competente siempre estará preparado, ¡y eso incluye el manejo de equipamientos nuevos! Al fin y al cabo, esa listeza es el sello distintivo de un profesional.

Soldado trabaja en su arma.

Aun así, la capacidad técnica en las fuerzas armadas requiere un contexto: una comprensión de cómo se emplean las herramientas y las destrezas. La capacidad táctica es el contexto en el que se emplean las capacidades técnicas en el campo de batalla o para apoyar la misión de un comandante. Los soldados y las unidades suelen adquirir capacidad táctica de dos maneras.

En primer lugar, los soldados deben comprender la doctrina rectora que rodea a su rama y la doctrina del Ejército en general. La expectativa de leer la doctrina relevante en torno a la profesión elegida es razonable.

Al fin y al cabo, la doctrina proporciona a los líderes y a los soldados un lenguaje y una comprensión comunes de las operaciones. Este conocimiento compartido complementa la confianza entre los líderes y los soldados, una base para ejercer una iniciativa disciplinada.

En segundo lugar, la capacidad táctica surge del entrenamiento. El Ejército no tiene presupuestos de entrenamiento uniformes, y la calidad del entrenamiento percibida difiere entre las unidades. Sin embargo, la habilidad de asumir y comunicar el valor del entrenamiento para estar preparados para un futuro desconocido es muy valiosa y está al alcance de todos. El entrenamiento nos hace más competentes tácticamente y nos prepara para un combate futuro.

Los suboficiales competentes técnica y tácticamente están preparados para usar y emplear su arma o sistema en apoyo de cualquier misión. El combate acabará sirviendo de evaluación para los suboficiales y sus soldados: no permite pausas ni tiempo para prepararse rápidamente.

Por lo tanto, los suboficiales deben establecer competencias antes del combate. Los que hacen hincapié en la competencia técnica y táctica para sí mismos y para sus soldados se convierten en habilitadores de combate para sus comandantes.

Autoconciencia: Deberes y responsabilidades

Los suboficiales son profesionales. El ascenso a los galones permanentes (hard stripes) implica que los soldados tomaron la decisión deliberada de adoptar su trabajo como una profesión. Independientemente de su rango, los suboficiales competentes comprenden los deberes y responsabilidades que se les asignan y no necesariamente necesitan que se les recuerde o explique su posición en el equipo.

Al fin y al cabo, el Credo del Suboficial afirma que los superiores de un suboficial «dispondrán del máximo tiempo para cumplir con sus obligaciones» y «no tendrán que cumplir con las mías» (Credo del Suboficial —Valores del Ejército, s.f.).

Los suboficiales competentes en sus deberes y responsabilidades conocen y adoptan su función de entrenadores principales y líderes de primera línea en sus unidades de asignación. Los suboficiales competentes en la organización comprenden el mando tipo misión y el valor de la comunicación. Desarrollan relaciones profesionales valiosas en su unidad.

En resumen, los suboficiales competentes en la organización comprenden su propósito y requieren una instrucción mínima, operando regularmente a partir de la intención del comandante. Una vez más, el rango y la posición no son relevantes. Los suboficiales competentes en la organización mejoran la listeza en todos los niveles. Al combate no le importa si usted conoce su función y sus obligaciones, pero el combate pondrá a prueba esa comprensión.

Liderazgo centrado en la listeza

Los suboficiales que conocen su oficio y la función que desempeñan en su unidad siempre deben considerar la listeza. La listeza no se consigue de la noche a la mañana y —para seguir inspirándome en el mensaje del sargento mayor del Ejército— al combate no le importa si usted o sus soldados están preparados (Weimer, 2024).

Los líderes y los profesionales se preocupan por la listeza. Los suboficiales competentes técnica y tácticamente, que poseen un sentido firme de la estructura y el propósito de la organización, entrenan de manera significativa a los soldados a los que sirven directamente y mejoran aún más el entrenamiento de la unidad.

Un liderazgo centrado en la listeza significa que los suboficiales comprenden las realidades de la guerra, se preparan para el combate futuro y desarrollan a los soldados para que sean guerreros y líderes competentes.

Los suboficiales centrados en la listeza asumen la marca definitiva del profesionalismo, al darse cuenta de que forman parte de algo más grande, «un miembro de un cuerpo de ejército consagrado» (Credo de los Suboficiales —Valores del Ejército, s.f.). Estos suboficiales saben que al combate no le importa si usted está listo cuando llega, y evalúan tanto la listeza individual como la de la unidad mucho antes de llegar al teatro de operaciones de combate.

Conclusión

Actualmente la listeza es un tema importante en el Ejército, y lo será en el futuro. La competencia, la consigna sagrada del suboficial, es la clave de la listeza. Quienes tienen la clave tienen en sus manos el éxito del Ejército en el futuro. La competencia proviene de la educación y de un entrenamiento útil. La competencia no surge de la simple participación, sino que es el resultado de un entrenamiento exigente y realista.

Cultivar la competencia y la listeza resulta en la capacidad de responder al llamado de la nación. El 11 de septiembre de 2001, la historia entregó a los militares una prueba de competencia. Varias unidades se activaron en respuesta al atentado y a la posterior persecución de Osama bin Laden. Hasta entonces, esas unidades se entrenaban de forma decisiva para ser competentes en combates a gran escala. Como resultado, estas unidades eran muy disciplinadas y capaces de responder cuando el combate las ponía a prueba.

Cuando piense en el significado de la frase «La competencia es mi consigna», asegúrese de reflexionar a fondo. Los soldados y suboficiales no deben olvidar nunca que desarrollan su competencia mediante el estudio profesional y un fuerte entrenamiento. Conozca la función y el propósito de su organización y apoye profesionalmente a sus comandantes, líderes colegas y soldados a su cargo.

Su búsqueda de competencia creará un sentido de liderazgo orientado a la listeza que producirá de manera significativa eventos de entrenamiento para mejorar tanto la capacidad de supervivencia como la letalidad de su unidad y del Ejército. Al fin y al cabo, la misión de todo soldado es estar disponible y listo en cualquier momento, alertar y reunirse rápidamente para prepararse para saltar a territorio enemigo.

Busque la competencia en todo lo que haga como suboficial y soldado. Esa búsqueda garantizará su dedicación a una profesión que es la envidia de nuestros adversarios y el pilar del Ejército de los Estados Unidos.


Referencias

 

NCO Creed – Army Values. (n.d.). https://www.army.mil/values/nco.html.

Weimer, M.R. (2024). Combat Doesn’t Care: How Ready Are You? NCO Journal, 1-4. https://www.armyupress.army.mil/Journals/NCO-Journal/Muddy-Boots/Combat-Doesnt-Care-Weimer/.

 

El sargento mayor Kirk R. Coley es sargento mayor de comando del Centro de Excelencia de Aviación, Fort Novosel, Alabama. Se enlistó en el Ejército en 1995 como técnico de reparación de sistemas eléctricos de armamento/aviación para el helicóptero AH-1 Cobra y posteriormente cambió al helicóptero OH-58D Kiowa Warrior. Se ha desempeñado en diversos cargos, desde líder de pelotón a suboficial de operaciones a jefe de salto de brigada. Coley obtuvo una licenciatura en estudios profesionales empresariales y de gestión por el Excelsior College.

 

 

Cláusula de exención de responsabilidad: Las opiniones expresadas en este artículo son las de los autores y no reflejan necesariamente las opiniones del NCO Journal, el Ejército de EUA o el Departamento de Defensa.

 

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