Las autoridades civiles en Manbij, Siria
El importante papel de Asuntos Civiles para estabilizar ambientes no permisivos
Teniente coronel Peter S. Brau, Ejército de EUA
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Nota del autor: El presente artículo se basa en experiencias personales mientras servía en la División de Operaciones de Asuntos Civiles (CAOD), Cuartel General del Comando Central de EUA, y en informes operacionales del período previo a la liberación de Manbij, Siria, desde julio de 2016 al presente. Durante este período, la CAOD estaba encargada de preparar informes sobre el progreso de las autoridades civiles en el noreste de Siria para el comandante del Comando Central y altos representantes de la coalición, coordinar la asistencia humanitaria con el Departamento de Estado y la Agencia de EUA para el Desarrollo Internacional y colaborar con el equipo de asuntos civiles de la Fuerza de Tarea Conjunta de Operaciones Especiales-Operación Inherent Resolve, el cual era responsable de proporcionar asistencia humanitaria y determinar las áreas bajo dominio civil en el noroeste de Siria.
Antecedentes
«Proporcionar seguridad, mantener el orden público y atender las necesidades inmediatas de la población» son tareas de estabilización fundamentales del Departamento de Defensa (DOD), conforme la DOD Directive (DODD) 3000.05, Stabilization1. En la mayoría de los casos, estas actividades ocurren en ambientes no permisivos durante e inmediatamente después de las operaciones de combate. Debido a la inseguridad en estos ambientes, es posible que el Departamento de Estado (DOS), principal encargado de las actividades de estabilización, y la Agencia de EUA para el Desarrollo Internacional (USAID), agencia a cargo de la implementación de las actividades de estabilización, no puedan dirigir estas actividades en el terreno. En estos ambientes, si recibe la orden y obtiene la autorización necesaria, el DOD puede asumir el liderazgo de la implementación de las actividades de estabilización hasta que sea viable iniciar la transición de responsabilidad a otros departamentos y agencias gubernamentales de EUA. Sin embargo, para que esto funcione, el DOS, la USAID y el DOD tienen que colaborar y desarrollar un plan de estabilización. Cuando sea práctico, la planificación debe incluir la participación de socios regionales y de coalición, fuerzas armadas socias y organizaciones no gubernamentales (ONG). Cuando sea necesario que el DOD lidere las actividades de estabilización, se podrían emplear los equipos de asuntos civiles, los cuales son medios excelentes para consolidar los avances militares y transferir el control a las autoridades civiles.
Recientemente, esto fue exactamente lo que ocurrió en el noreste de Siria, en donde la Fuerza de Tarea Conjunta de Operaciones Especiales-Operación Inherent Resolve, con el apoyo de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), luchó para derrotar el Estado Islámico (EI) y liberar los pueblos y ciudades que estaban bajo su control. La liberación y estabilización subsecuente de Manbij, Siria, destacaron numerosas brechas entre las entidades que participaban en las actividades de estabilización y proporcionaron importantes lecciones sobre el esfuerzo de planificación requerido entre las autoridades locales civiles, el DOD, el DOS y la USAID en ambientes no permisivos después de operaciones de combate, como también lecciones sobre las consecuencias de una falta de planificación conjunta.
La liberación
En agosto de 2016, el brazo armado del Consejo Democrático Sirio —las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF)—, con el apoyo de asesores de operaciones especiales estadounidenses, condujeron operaciones para liberar sectores de la provincia de Alepo (específicamente, Manbij y áreas aledañas). El EI había ocupado y gobernado Manbij desde 2014 y durante ese período reemplazó el liderazgo civil, supervisó los servicios básicos y realizó una limpieza étnica y religiosa conforme sus opiniones religiosas. A medida que las SDF entraban en las fases finales de la liberación de la ciudad, a los equipos de asunto civiles (CA) de las fuerzas de operaciones especiales (SOF) del 96o Batallón (Aerotransportado) de Asuntos Civiles que eran parte de grupo de asesoría de EUA les fue asignada la tarea de consolidar los avances operacionales en Manbij y sus alrededores. Debido a la probabilidad de que todavía había células durmientes del EI operando en el área y el gran número de dispositivos explosivos improvisados colocados por los defensores del EI en toda el área, el ambiente fue considerado no permisivo, lo cual impidió que el DOS y la USAID desplegaran su personal en la ciudad.
Como resultado de este ambiente no permisivo, surgieron incoherencias cada vez mayores entre la información transmitida por los socios de la USAID (en su mayor parte varias ONG locales contratadas para proporcionar asistencia humanitaria inmediata) al Equipo de Asistencia de Transición y Reacción en Siria (START) de la USAID, ubicado en Ankara, Turquía, y los informes de los equipos de CA de las SOF que operaban en la ciudad. Las ONG informaron que no había problemas en la ciudad, a pesar de no haber podido operar cerca de la ciudad, e inicialmente eran menos de cinco ONG en todo el distrito de Manbij de la provincia de Alepo. Por otro lado, los equipos de CA de las SOF que se encontraban en la ciudad informaron que había falta de apoyo médico, escasez de alimentos, falta de electricidad, falta de agua potable, cuerpos descompuestos de combatientes del EI en las calles, un número cada vez mayor de personas internamente desplazadas (IDP) en el área y crecientes niveles de basura en toda la ciudad. Esta incoherencia hizo que el START y el Comando Central de EUA (USCENTCOM) percibieran requisitos de asistencia humanitaria marcadamente diferentes para los habitantes de la ciudad durante los primeros meses de las operaciones de EUA en Manbij.
La formación del Consejo Civil
A medida que avanzaban las operaciones de liberación, la población se organizó y, con el apoyo y asesoramiento de los equipos de CA de las SOF, estableció una entidad de gobernanza denominada el Consejo Civil de Manbij (MCC)—que más tarde fue renombrado Administración Civil Democrática de Manbij y sus alrededores (véase la figura 1)2. El MCC fue establecido con el apoyo de líderes tribales locales y las SDF, la cuales liberaron la ciudad y gozaban de un alto nivel de apoyo popular. A fin de disminuir las preocupaciones de Turquía sobre la supuesta influencia del Partido de Unión Democrática (PYD) y su brazo armado, las Unidades de Protección Popular (YPG) —consideradas terroristas debido a su afiliación con el Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK)—, el comandante de las SDF, el general Mazloum Kobani, garantizó que permitiría al MCC gobernar la región sin la influencia de las SDF a medida que continuaban su ofensiva contra el EI al este del río Éufrates.
El MCC fue formado de acuerdo con una forma de gobierno común en el noreste de Siria, con una presidenta y un presidente (uno árabe y uno kurdo) que conjuntamente supervisan hasta trece comités (también presididos por mujeres y hombres) con varios subcomités y niveles de membresía. Además, un precepto de esta organización era garantizar que todas las etnias fueran representadas en proporción a su respectivo porcentaje poblacional para garantizar un cuerpo gobernante verdaderamente representativo. Aunque no fue una elección democrática, las personas elegidas fueron seleccionadas a través de un voto representativo por líderes tribales, quienes votaron en nombre de sus respectivas tribus.
Aunque el MCC era popular entre los kurdos y recibía fuerte apoyo árabe en ese entonces, el Consejo no era visto favorablemente por Turquía o el START (debido a su ubicación remota en Ankara y la posible influencia de su asociación con el gobierno turco). Por su parte, el régimen sirio no apoyó al MCC, pero no estaba condiciones de oponerse a él activamente debido a la guerra civil continua en muchas partes del país y su lucha existencial contra el EI en otras áreas.
El establecimiento del MCC ocurrió sin mucho espectáculo en una ciudad desesperada por un regreso a la normalidad después de años de guerra civil y control del EI. Sin embargo, esto no ocurrió sin percances. Con agendas internacionales y étnicas (del régimen sirio, Rusia, Turquía, árabes, kurdos y Estados Unidos, por solo mencionar algunos) y alianzas tribales opuestas (algunas tribus en el área apoyaban fuertemente el EI, otras se oponían con igual ímpetu y otras trataban la gobernanza en la región como una transacción, ofreciendo su lealtad al grupo que fuera considerado el más fuerte en ese momento), el MCC necesitaba desesperadamente apoyo y patrocinio internacional. No había, ni todavía hay salarios para los miembros del MCC que tienen cargos de liderazgo de forma voluntaria. Hasta la fecha de publicación del presente artículo, tampoco hay fondos para servicios básicos u operaciones gubernamentales; sin embargo, algunos impuestos han comenzado a proporcionar fondos para los servicios básicos y combustible. Dado que el MCC no es oficialmente reconocido por la comunidad internacional, no puede recibir financiación oficial para sus operaciones (o para cualquier consejo civil en el noreste de Siria) de las Naciones Unidas u otros órganos de gobierno internacionales. Por ello, los fondos del MCC dependen de donaciones—y la gran mayoría de estas tienen restricciones o se limitan a proyectos específicos (en lugar de pagar salarios o usarlas como presupuesto para la reconstrucción de la infraestructura de servicios básicos).
Intereses opuestos—el comienzo del estado final deseado
Es importante comprender la dinámica subyacente en la región, que fuertemente influyó en el apoyo inicial a favor y en contra del MCC, porque los puntos contenciosos continúan entre Turquía, los kurdos, Estados Unidos y el régimen sirio.
El último consejo que gobernó Manbij antes de la llegada del EI huyó a Turquía cuando el EI tomó el control de la ciudad. Llegó a conocerse como el Consejo de Azaz porque algunos de sus miembros continuaron operando desde la ciudad de Azaz, Siria, mientras el resto de los miembros huía a Turquía. El Consejo de Azaz, abrumadoramente árabe en su composición, disfrutó de una relación duradera con el START y la comunidad internacional antes de la liberación de Manbij debido a su estrecha relación con Turquía y la facilidad con la que podía comunicarse con el START.
La USAID, el organismo principal para la asistencia humanitaria (y la posible reconstrucción de la comunidad), estableció el START como una plataforma para avanzar las metas de política exterior de EUA con respecto al norte de Siria. El liderazgo del START realizó grandes esfuerzos para reinstalar el Consejo de Azaz porque, desde su punto de vista y debido a la estrecha relación del consejo con Turquía, esta entidad era el cuerpo gobernante legítimo de Manbij. Sin embargo, la mala reputación del Consejo de Azaz entre la población, su inactividad con respecto a las contribuciones de la comunidad internacional y su estrecha relación con Turquía generó reticencia sobre una reconciliación entre Manbij y el consejo. La población de Manbij, en general, consideraba al Consejo de Azaz y su liderazgo como un grupo de políticos corruptos y ladrones, debido principalmente a la percepción de que sus miembros huyeron de la ciudad con grandes cantidades de fondos públicos. Algunos residentes continúan exigiendo un juicio para abordar esta violación de la confianza pública. El MCC, autorganizado y compuesto por personal local, afirmó no tener comunicaciones o vínculos con el Consejo de Azaz, pero sí exhortó a sus miembros a regresar a Manbij para asumir cargos en la reconstrucción de la ciudad. Sin embargo, desde un principio, se estableció la expectativa de que los miembros del MCC que regresaran no recibirían ningún rol de liderazgo hasta que se reintegraran y demostraran su valor ante la población local.
Esfuerzos para obtener asistencia humanitaria
Inmediatamente después de la liberación de Manbij, era evidente que había una brecha en la entrega de asistencia humanitaria y la lenta restauración de servicios básicos en la ciudad. La demora en la asistencia duró tres meses y se convirtió en un punto de desacuerdo entre el START y el CENTCOM, como también un inminente desastre humanitario. Las ONG que contrataron personal del lugar para proporcionar asistencia a los habitantes de Manbij informaron a sus homólogos en el START que sí se estaba proporcionando asistencia; sin embargo, en dónde y a quiénes estaba en disputa. Los equipos de asuntos civiles en la ciudad informaron que no había ninguna ONG operando dentro de los límites de la ciudad y continuaron observando por semanas a medida que la situación humanitaria empeoraba. Finalmente, esta situación llegó a su punto crítico cuando el general Joseph Votel, comandante del CENTCOM, aprobó la entrega de ayuda humanitaria sin la concurrencia de la USAID. No fue hasta que el comisionado especial presidencial Brent McGurk visitó la ciudad, vio la crisis y exigió que tanto la USAID como el START «solucionaran la situación inmediatamente» que el START (1) comenzó a aceptar los informes de los equipos de asuntos civiles como fácticos y (2) estableció el START-FWD, un elemento avanzado que cubriría el noreste de Siria para comprender mejor lo que verdaderamente estaba ocurriendo en el terreno.
Un comité del MCC estableció un grupo de voluntarios conocido como la Organización de Socorro y Desarrollo de Manbij (MORD). Con la liberación de Manbij, el MORD asumió el liderazgo del programa de implementación de Asistencia Humanitaria, Cívica y de Desastres en Ultramar (OHDACA), que contaba con un presupuesto de US$ 1,5 millones y fue establecido por los equipos de CA de las SOF que estaban operando en Manbij.
El MORD estaba compuesto por activistas, jóvenes educados en las universidades de Alepo y Raqqa que buscaban fortalecer sus ciudades natales a través de una sociedad civil independiente, y resultó ser un socio de implementación eficaz. Antes de distribuir asistencia a la población local, el MORD resolvía conflictos con otras agencias de asistencia, colaboraba con el MCC y coordinaba la seguridad. Esto estableció las condiciones para que pudieran unilateralmente llevar y transportar cargas de asistencia de un depósito utilizado por el OHDACA y subsecuentemente distribuir la asistencia a la población de Manbij y otras partes. La distribución casi inmediata de asistencia humanitaria después de la liberación de Manbij (antes de que las ONG pudieran actuar) fue vital para satisfacer las necesidades humanas básicas y mitigar las deficiencias de los servicios básicos, los cuales a su vez eran fundamentales para garantizar la victoria y establecer las condiciones que impedirían la reemergencia del EI.
Incluso cuando el MORD coordinaba y colaboraba con las ONG, había fricción entre el MORD y las ONG que operaban fuera de su estructura. En muchos casos, estas ONG proporcionaban el mismo tipo de asistencia básica ofrecida por el MORD, pero como operaban de forma separada, la influencia de estas ONG comenzaron a socavar la legitimidad del recientemente formado MCC. Una de las lecciones aprendidas desde el principio fue que el MORD no podía forzar a las ONG a trabajar con su organización—todos las ONG tienen su propia misión, restricciones y operaciones. En su lugar, el MORD tenía que interactuar y fortalecer su relación con las ONG primero para después intentar eliminar la fricción durante los esfuerzos de asistencia.
El MCC en comparación con otros consejos civiles
Mientras las SDF continuaban su avance contra el EI y liberaban otras ciudades en el noreste de Siria, rápidamente se fueron estableciendo otros consejos civiles usando el marco del MCC (véase la figura 2). Los nuevos consejos fueron recibidos con la misma euforia porque representaban esperanza y libertad del EI. Sin embargo, como la organización de los consejos civiles seguía un modelo kurdo, mientras más las SDF avanzaban hacia el sureste, más eran los desafíos para los consejos civiles porque las minorías árabes se estaban convirtiendo en mayorías (sin embargo, en la práctica, los árabes ocupaban muchas, tal vez más, posiciones de liderazgo en el modelo de gobernanza inclusivo de los kurdos).
El consejo civil de Raqqa. A medida que las SDF cruzaban el río Éufrates y comenzaban su aproximación a Raqqa, varias lecciones aprendidas en Manbij fueron aplicadas. Como hubo una brecha evidente en la asistencia después de la liberación de Manbij, los equipos de asuntos civiles decidieron proporcionar más fondos del programa OHDACA; se identificaron puntos de infraestructura clave que necesitarían reconstrucción o restauración inmediata; las ONG que operaban en la región almacenaron asistencia humanitaria en la forma de alimentos, productos de higiene e ítems no perecederos (p. ej., mantas, calentadores y combustible), y varios campamentos para personas internamente desplazadas fueron preplanificados para recibir el éxodo anticipado de civiles de la ciudad. El START tuvo una participación muy activa durante este proceso y quería evitar otra brecha en el suministro de asistencia humanitaria como la que ocurrió después de la liberación de Manbij.
Al igual que el MCC, el Consejo Civil de Raqqa (RCC) surgió debido a presiones internas para identificar líderes civiles que se habían quedado en la ciudad durante la guerra civil y la ocupación subsiguiente del EI. Los organizadores del RCC se rehusaban a permitir que los líderes civiles anteriores que huyeron a Turquía asumieran nuevamente posiciones de liderazgo. La postura del RCC era dar la bienvenida a todos los antiguos residentes e incorporarlos en calidad de voluntarios en uno de los comités; y solo así, después de haber dado prueba de su valor, podrían obtener posiciones de liderazgo.
El mayor reto del RCC sería trasladar su sede de Ein Issa (al norte de Raqqa), donde el consejo operaba antes de la liberación, a la ciudad de Raqqa cuando esta fuera liberada del EI. El nivel de destrucción aquí era mucho más alto que el de Manbij o Tabqah (una ciudad a 55 kilómetros al oeste de Raqqa) y se aproximaba a niveles presenciados en el oeste de Mosul, en donde vecindarios enteros fueron completamente destruidos. Hasta la fecha, solo algunos vecindarios cuentan con agua corriente, no hay electricidad y muchas áreas de la ciudad no reciben suficientes servicios médicos. Aunque las escuelas han comenzado de nuevo, muchas están infradotadas, sin agua corriente y solo ofrecen educación primaria. No hay escuelas secundarias (grados 6 a 12) en casi toda la ciudad. La euforia inicial por la liberación de la ciudad se ha desvanecido y muchos habitantes resienten cada vez más un consejo civil que no ha podido realizar mejoras más rápidas y amplias (aunque se podría argumentar que sin fondos internacionales, cualquier consejo tendría dificultades insuperables para llevar a cabo tal reconstrucción).
Otros consejos civiles regionales. Se han establecido consejos civiles en muchas partes del noreste de Siria, como Tabqah, Shaddadi, Dayr az-Zawr y otras aldeas, con la misma estructura de los consejos ya mencionados. Aunque la mayoría de estos consejos cuentan con el apoyo de los ciudadanos, también se sienten cada vez más frustrados por el lento retorno a la normalidad de los servicios básicos, producto de la renuencia de la comunidad internacional a proporcionar cualquier forma de asistencia que pueda beneficiar al régimen de Assad a largo plazo. Por ello, la mayoría de las mejoras solo proporcionan soluciones temporales a problemas sistémicos que solo pueden ser resueltos a través de un gran influjo de fondos para la reconstrucción.
El problema obvio—¿se perdió una oportunidad?
En dos años, el consejo civil de Manbij ha crecido y se ha convertido en un imán para personas desplazadas que buscan un área donde la estabilidad ha echado raíces. Hay servicios básicos y sanitarios disponibles y los mercados prosperan. La normalidad ha regresado—pero, tal vez, no por mucho tiempo.
Después de la operación Euphrates Shield, en la que Turquía capturó el área fronteriza al oeste de Manbij y al este de Afrin, y la captura subsecuente de Afrin durante la operación Olive Branch, se formaron consejos civiles. Estos contaban con el respaldo de Turquía y estaban compuestos en gran parte por refugiados que previamente habían ocupado cargos de liderazgo, pero habían huido a Turquía, quien los consideraba aliados y sin afiliación con los grupos PKK/PYD/YPG. Los consejos apoyados por Turquía reemplazaron los consejos existentes, a pesar de la fuerte oposición local, que los consideraba ilegítimos y no representativos de aquellos que se quedaron y sobrevivieron el dominio del EI.
La declaración del presidente Donald Trump en diciembre de 2018 sobre la retirada de fuerzas de EUA en Siria ha puesto en duda el futuro de los consejos civiles y la estabilidad que estos han generado. Fuerzas turcas se han concentrado en la frontera y están decididas a establecer una zona de seguridad libre de terroristas del PKK (Turquía considera al PKK, el PYD y las SDF como versiones distintas de la misma organización). Las SDF buscan un socio seguro para reemplazar a Estados Unidos y sus socios de coalición para hacerle frente a Turquía—y es probable que lleguen a un acuerdo con Rusia y el régimen de Assad. Esto recuerda lo que ocurrió cuando las fuerzas turcas se acercaron a Manbij durante la operación Euphrates Shield, lo cual generó una situación tensa entre Estados Unidos y su aliado de la OTAN. El MCC cedió el control de cinco aldeas al régimen de Assad para crear una zona de amortiguación entre las fuerzas turcas que avanzaban y Manbij, y el régimen y los rusos pudieron intervenir y detener a los turcos y a las fuerzas de oposición sirias respaldadas por los turcos.
Es probable que si las SDF y las fuerzas de EUA hubieran anticipado la acritud continua del gobierno turco con respecto a los nuevos consejos civiles, habrían recomendado al Consejo Civil de Manbij desde el principio a incluir más representación del consejo de Azaz o habrían ayudado al comité de relaciones exteriores a elaborar un plan de comunicaciones estratégicas para mitigar las preocupaciones turcas. Aunque estas medidas hubieran calmado a los turcos o impedido sus operaciones a lo largo de la frontera, readmitir miembros del consejo de Azaz habría sido un trago amargo para los residentes locales que se quedaron durante la ocupación del EI, dado que ellos no querían personas que consideraban traidoras o corruptas en puestos de autoridad.
En retrospección, dado que EUA indicó que mantendría su presencia en el área hasta que se llegara a un acuerdo de paz, respaldar el consejo fue la decisión correcta en ese entonces. Sin embargo, sabiendo cómo la situación se ha deteriorado en la actualidad, se pudo haber tomado otras acciones. Entender las costumbres y las redes regionales es un elemento clave en los asuntos civiles, pero mantener una perspectiva general del entorno estratégico y posibles problemas con los países limítrofes es de igual importancia.
Últimas consideraciones
Shervan Derwish, portavoz del Consejo Militar de Manbij, da una conferencia de prensa sobre las operaciones para liberar Manbij el 4 de junio de 2016. (Foto: Cahîda Dêrsim, @dersi4m a través de Twitter)
A pesar de la escasez de recursos y apoyo internacional marginal, el MCC demostró que era capaz de restaurar Manbij a la normalidad y transformar una ciudad que llegó a ser controlada por el EI. Los recursos disponibles fueron consumidos a un ritmo más alto de lo normal porque como Manbij era un ejemplo de estabilidad en toda la región, atrajo muchas personas a la ciudad. El gobierno inclusivo, la seguridad y la administración de servicios básicos del MCC atrajo entre 400 a 500 personas internamente desplazadas a diario que escapaban de otras áreas controladas por el EI, lo cual aumentó el número de personas internamente desplazadas en la ciudad y sus alrededores a más de 60 000.
La clave para estabilizar áreas afectadas por un conflicto es planificar adecuadamente desde el principio con nuestros socios de DOS y USAID las actividades de estabilización, no solo durante la Fase IV, Estabilización, sino en todas las fases de las operaciones militares3. Si el entorno de operaciones impide la presencia del DOS y USAID, el Departamento de Defensa debe estar preparado para encargarse de la ejecución de estos planes. La estabilización de Manbij tras su liberación demostró la importancia de usar los equipos de CA de las SOF para trabajar con la población local y a través de ellos. Usar unidades de asuntos civiles preparadas para dirigir esfuerzos de asistencia humanitaria y programas de gobernanza, como ocurrió en Manbij, permitió el dominio humano local en tiempo real. Esto a su vez facilitó la organización de un gobierno civil interino y permitió que se desarrollara y se mantuviera durante su período más vulnerable inmediatamente después de liberarse del EI. El ejemplo de Manbij también demuestra que la buena gobernanza tendrá mejores probabilidades de éxito si se apoyan las entidades locales inclusivas, en lugar de forzar a la población a aceptar lo que perciben como una entidad externa y corrupta (como el Consejo de Azaz).
Sin embargo, este ejemplo también identifica la necesidad de mejor planificación entre el Departamento de Estado, USAID y el Departamento de Defensa. La falta de un plan existente, el escepticismo interinstitucional sobre los informes de los equipos de asuntos civiles y la necesidad de convencer a nuestros socios interinstitucionales y a la comunidad internacional para apoyar el MCC hizo perder mucho tiempo valioso. Si el START y sus socios hubieran apoyado el MCC de forma más adecuada, la transición a la normalidad y estabilidad después de la liberación en toda la región (más allá de la ciudad de Manbij) habría sido más rápida. Sin embargo, las lecciones de Manbij ayudaron a estabilizar áreas no permisivas en Tabqah cuando fue liberada del EI y Raqqa, cuando fue liberada por la Coalición Árabe Siria y el apoyo de las SDF.
En último lugar, es importante comprender la dinámica del lugar, pero también tener presente los problemas estratégicos regionales que pueden surgir con países vecinos. Aunque siempre es deseable tomar la mejor decisión en un momento dado, si se busca estabilizar una región a largo plazo, el objetivo final siempre debe tenerse presente. La posición de EUA con respecto a Siria siempre ha sido una política de una sola Siria para impedir la desintegración del país (lo que significa que cualquier consejo civil que se establezca tiene que aceptar el régimen), y que Turquía categorizara al PYD como una organización terrorista, y, por defecto, a las SDF (o gran parte del grupo), tendría importantes repercusiones. Al fin y al cabo, Estados Unidos ha estado en Afganistán por 17 años y en Irak casi el mismo tiempo luchando por los mismos motivos que Turquía, intentando establecer una zona de amortiguación para proteger a sus ciudadanos de las redes terroristas dentro y fuera de su territorio. Estados Unidos se negó a reconocer el cambio de nombre del Frente Al-Nusrah cuando los terroristas en Siria cambiaron de nombre y cortaron relaciones con la organización anterior—por lo cual es comprensible que Turquía hiciera lo mismo con el PYD/YPG y las SDF cuando estos grupos cortaron vínculos con el PKK y anunciaron que solo llevarían cabo operaciones en Siria y no tenían intenciones hostiles contra Turquía4.
El 16 de enero de 2018, cuatro norteamericanos (dos militares, un civil del Departamento de Defensa y un contratista) murieron como consecuencia de un ataque suicida en Manbij. El Estado Islámico se adjudicó la autoría del ataque. Aunque el presidente Trump y el vicepresidente Pence han declarado victoria sobre el EI en Siria —una victoria simbólica sobre el califato físico—, el EI continúa siendo una gran amenaza activa en la región.
Notas
- Department of Defense Directive 3000.05, Stabilization (Washington, DC: U.S. Government Publishing Office [GPO], 13 de diciembre de 2018), 4.
- La figura 1 se basa en información publicada en «Manbij Democratic Civilian Administration Council Takes Office», ANF News, 12 de marzo de 2017, accedido 22 de enero de 2019, https://anfenglish.com/news/manbij-democratic-civilian-administration-council-takes-office-18957, y en los informes de los equipos de asuntos civiles de las fuerzas de operaciones especiales en el terreno.
- Field Manual 3-0, Operations (Washington, DC: U.S. GPO, octubre de 2017), 1-12. Las operaciones conjuntas están dividas en cinco fases: Fase 0 (Configurar), Fase I (Disuadir), Fase III (Tomar la iniciativa), Fase IV (Estabilizar) y Fase V (Establecer autoridad civil).
- Nota de prensa de la Oficina del Portavoz, «Amendments to the Terrorist Designations of al-Nusrah Front», Departamento de Estado de EUA, 31 de mayo de 2018, accedido 22 de enero de 2019, https://www.state.gov/r/pa/prs/ps/2018/05/282880.htm.
El teniente coronel Peter Brau, Ejército de EUA, es el jefe de sección, Golfo Central e Irán, en la División de Sincronización de Comunicaciones, Dirección de Planes J5, Comando Central de EUA (USCENTCOM). Sirvió desde julio de 2016 hasta julio de 2018 como jefe de integración de información civil en la División de Operaciones de Asuntos Civiles (CAOD), CCJ3, USCENTCOM. En la CAOD, fue responsable de desarrollar una herramienta para evaluar los consejos civiles en el noreste de Siria de manera coordinada entre todas las instituciones de gobierno, los comandos de combate y los componentes de servicio y solucionar las opiniones inconexas que impactaban la asistencia proporcionada en Manbij. Tiene más de 20 años de experiencia en el servicio activo, la Guardia Nacional y el Componente de la Reserva de EUA en la artillería de campaña, municiones, logística y asuntos civiles.
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