Métodos clásicos de influencia aplicados al liderazgo militar contemporáneo
Mayor Joseph D. Schmid, Ejército de EUA
Traducción de Alexandro Bonilla, Army University Press
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La clave del liderazgo exitoso es la influencia, no la
autoridad.
—Kenneth Blanchard
El liderazgo en el ejército se define como «la
actividad de influir en las personas brindando propósito, dirección y motivación para cumplir la misión
y mejorar la organización»1. Por lo tanto, piense que la capacidad de influencia de una
persona depende de su habilidad para articular o ejemplificar propósito, dirección y motivación. De este
modo, la habilidad del líder de influenciar se convierte en la variable independiente que actúa sobre
las tres variables dependientes posteriores de propósito, dirección y motivación de los subordinados. Y,
sin embargo, ¿cómo se mejora la habilidad de influir en los demás?
Numerosos académicos han utilizado diversos enfoques para explorar este punto de investigación. Por
ejemplo, Gerald Sewell afirma que los líderes que aprovechan la inteligencia emocional y la empatía
están mejor preparados para intuir cómo los miembros de su equipo recibirán e interpretarán los mensajes
personalizados2. Este tipo de líderes influyen directamente en los demás, sobre todo a través
de la empatía. Por el contrario, el Cnel. Joseph Escandón se centra en conseguir y mantener una cultura
de unidad excepcional que fomente «la confianza, la unión y el trabajo en equipo»3. De este
modo, los líderes influyen indirectamente creando una cultura en la que los miembros del equipo se
sientan cómodos trabajando. Tanto las teorías modernas de Sewell como las de Escandón han aportado
valiosas ideas al punto de investigación actual. Sin embargo, sus ideas se sitúan en el ámbito de la
teoría moderna. Este artículo propone un enfoque completamente distinto.
Sostengo que los líderes militares modernos pueden aumentar significativamente su habilidad para influir
en los demás retomando las ideas expresadas en la filosofía clásica griega y romana. Textos antiguos
como la Retórica de Aristóteles y las Meditaciones de Marco Aurelio contienen métodos
de influencia directa o indirecta que los líderes militares contemporáneos pueden y deben poner en
práctica. En consecuencia, este artículo pretende resumir estas técnicas clásicas y explicar cómo los
líderes directos y organizacionales pueden utilizarlas para brindar un propósito, una dirección y una
motivación claros y concisos.
Retórica aristotélica
En primer lugar, consideremos cómo Aristóteles diferencia entre ethos, pathos y logos al discutir sobre
el arte de la persuasión retórica directa4. El ethos denota un método de influencia que se
origina en individuos de experiencia reconocida. El pathos consiste en influir a las personas a través
de declaraciones emocionales personalizadas para evocar una respuesta convincente. Por último, el logos
se apoya en la lógica y la racionalidad para ilustrar la inevitabilidad del argumento del orador; o en
una prueba completa. En la época clásica, oradores como Pericles acudían al Ágora y pronunciaban un
discurso con la esperanza de influir en la opinión de la audiencia. Estos oradores aprovechaban los tres
métodos de influencia (ethos, pathos y logos) para intentar convencer a los oyentes.
Los que aprovechan el ethos refuerzan su mensaje con el peso de su propia credibilidad. Por ejemplo,
Michael Halloran interpreta el ethos como «lo que podríamos llamar el argumento de autoridad, el
argumento que dice, en efecto, ‘créeme porque soy el tipo de persona en cuya palabra puedes
creer’»5. Por lo tanto, el ethos sería utilizado por los oradores de la Grecia clásica que
encarnaban los valores morales más preciados de la polis, ya fuera el valor, la astucia o la
liberalidad. Además, es más probable que la audiencia del orador se deje convencer por sus argumentos si
el orador tiene una reputación de experto en el tema debatido. De este modo, la experiencia, la
autoridad y la veracidad percibidas aumentan la habilidad de un líder para trasmitir ethos mientras
intenta dirigir las mentes de grandes masas de ciudadanos.
Numerosos ejemplos históricos ilustran cómo los líderes ejecutan el ethos con éxito. Por ejemplo, en
1940, durante la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill afirmó:
Seguiremos hasta el final, lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y
océanos, lucharemos con creciente confianza y creciente fuerza en el aire, defenderemos nuestra Isla,
cueste lo que cueste, lucharemos en las playas, lucharemos en las áreas de desembarque, lucharemos en
los campos y en las calles, lucharemos en las colinas; nunca nos rendiremos6.
Desde la perspectiva de la población británica, la veracidad de este mensaje se vio magnificada porque
Churchill se había ganado la reputación de firme opositor a la política de apaciguamiento. Por ejemplo,
incluso cuando Churchill no consiguió un escaño en la Cámara de los Comunes durante los años de
entreguerras, siguió criticando a quienes deseaban apaciguar la incipiente amenaza nazi. En esencia,
Churchill cultivaba un ethos de determinación tenaz frente a probabilidades abrumadoras. En
consecuencia, esta reputación dio veracidad a las palabras de Churchill cuando pronunció su discurso
«lucharemos en las playas».
Teniendo en cuenta estos sentimientos, los líderes contemporáneos de los combatientes deben ganarse
primero la credibilidad en cualquier función de la conducción de la guerra, que esperen dirigir. Antes
de que los líderes de los niveles táctico, operacional y estratégico puedan demostrar ethos en sus
interacciones cotidianas, es preciso acumular experiencia relevante, sufrir penurias y superar
adversidades. Las acciones y las palabras de los líderes militares contemporáneos de todos los escalones
sólo se tomarán en serio si los que están siendo dirigidos saben que el líder mantiene una experiencia
fidedigna. En consecuencia, los líderes de los combatientes deben tratar de desarrollar continuamente su
capacidad de proyectar ethos.
En segundo lugar, el pathos se refiere a la habilidad de adaptar los argumentos para evocar respuestas
emocionales en la audiencia. Los espectadores se dejan influir después de que el orador haya intuido
correctamente una declaración de valores que la audiencia considera convincente. Por ejemplo, Sara
Rubinelli sugiere que «las apelaciones emocionales pueden influir en la capacidad de persuasión de los
discursos porque tocan aspectos que influyen en la toma de decisiones humanas»7. De este
modo, las apelaciones emocionales se convierten en el eje central que permite al líder influir en la
audiencia. Consideremos el «Mensaje del general al mando de la 1.a División de Marina a todos
los efectivos» en marzo de 2003, como se muestra en la figura 1, y redactado por James Mattis antes de
la invasión de Irak.
Mattis hace un uso experto del pathos mientras busca armar de valor a sus Infantes de Marina ante un
conflicto armado aparentemente inminente. Por ejemplo, como muestra la figura 2, comienza con «Sadam
Husein ha torturado, encarcelado, violado y asesinado al pueblo iraquí; ha invadido países vecinos sin
provocación alguna; y ha amenazado al mundo con armas de destrucción masiva. Ha llegado el momento de
poner fin a su reinado de terror. Sobre tus jóvenes hombros descansan las esperanzas de la
humanidad»8. Estas palabras evocan una ira justificada en la audiencia, que puede imaginarse
a sí misma como una fuerza del bien que intenta socavar a un déspota peligroso. Además, la
1.a División de Marina luchará más tiempo y aguantará más porque se lanza al conflicto armado
creyendo que está apoyando las esperanzas de la humanidad. De este modo, Mattis había combinado el
pathos y la retórica cargada de emotividad en su mensaje mientras preparaba a sus Infantes de Marina
para la guerra.
Sin embargo, para ser un promotor eficaz de pathos, los líderes contemporáneos deben comprender las
motivaciones emocionales de los combatientes a los que deben dirigir. Una vez alcanzado este
conocimiento, los líderes pueden vincular el propósito, la dirección y la motivación a los centros
emocionales de sus formaciones.
Consideremos además que, en su esencia, los conflictos armados siempre han sido «un esfuerzo
humano»9. Las formaciones en todos los escalones están integradas por seres humanos que
conservan respuestas emocionales, procesos de toma de decisiones y sistemas de valores individuales. Por
lo tanto, el líder es responsable de elaborar un mensaje que unifique a toda la formación hacia un
sentimiento emocional compartido. En su libro War as an Inner Experience (La guerra como
experiencia interna), Ernst Jünger se refiere a este sentimiento emocional compartido como eros, o el
espíritu unificado común para todos los combatientes10. Las memorias de Jünger están llenas
de ilustraciones que describen formaciones de poder de combate que entran en experiencias emocionales
comunes y las comparten. Por lo tanto, el objetivo de un pathos eficaz en la oratoria pública es
aprovechar el sentido común potencial arraigado en las emociones compartidas. Por esta razón, los
líderes contemporáneos de los combatientes harían bien en reconocer este hecho e incorporarlo a sus
interacciones diarias.
Por último, el logos aprovecha la lógica teórica u observable, el razonamiento y los patrones de hechos
para fortalecer la validez de un argumento. Por lo tanto, la audiencia se ve influida por los hechos
abrumadores que un orador emplea en su retórica. Por ejemplo, Thomas Johansen utiliza la figura 2 para
articular cómo se pueden combinar tres tipos de conocimientos lógicos (logos) en la argumentación de un
orador para influir en quienes escuchan.
Johansen distingue entre conocimientos teóricos (verdades absolutas), técnicos (lo que se puede crear) y
prácticos (lo que se puede hacer) y argumenta que los tres contribuyen al «razonamiento que funciona con
el deseo para provocar una acción»11. En consecuencia, un orador utiliza estos tres tipos de
razonamiento para integrar la acción potencial futura de la audiencia con sus deseos. Esencialmente, el
logos impulsa la acción a través de la lógica.
Quizá el mejor ejemplo de logos en el contexto militar estratégico se encuentre en organizaciones de
laboratorio de ideas como la Corporación RAND o el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Este tipo de organizaciones son expertas en aprovechar la lógica para influir en los responsables
políticos hacia resultados específicos. Por ejemplo, el último informe de RAND, titulado U.S.
Military Theories of Victory for a War with the People’s Republic Of China (Teorías militares
estadounidenses de la victoria en una guerra con la República Popular China), combina los tres tipos de
conocimientos lógicos a la vez que aboga por decisiones específicas de política de defensa que giran en
torno a la defensa de Taiwán12. Desde una perspectiva teórica, el informe parte de la base de
que China seguirá intentando dominar Taiwán, resultando en un posible «conflicto que estalle a través
del Estrecho de Taiwán»13. Desde una perspectiva técnica, los autores comparan las
plataformas militares estadounidenses y chinas que podrían entrar rápidamente en acción en caso de
conflicto dentro del Estrecho de Taiwán. Y, por último, desde una perspectiva práctica, los autores
prevén cinco variantes distintas de victoria estadounidense: dominación, negación, devaluación, política
arriesgada e imposición de costos14. Estas cinco variantes son rutas potenciales que Estados
Unidos podría tomar en caso de que se desencadenara un conflicto en Taiwán. De esta manera, el informe
aprovecha los tres modos de logos.
Este mismo uso de logos puede difundirse hasta los niveles tácticos y operacionales. Por lo tanto, los
líderes militares contemporáneos deben hacer un esfuerzo planificado para comunicar lógica, razonamiento
y patrones de hechos a formaciones deseosas de propósito, dirección y motivación. Después de todo, como
sugiere Leonard Wong, una fuerza totalmente voluntaria formada por una población profesional bien
educada querrá entender por qué está luchando15. En consecuencia, los comandantes que
proporcionan «el por qué» mezclando el razonamiento lógico en sus órdenes tienen más probabilidades de
ganarse y mantener la confianza de aquellos a los que dirigen.
Marco Aurelio y la pertenencia al equipo
Marco Aurelio ofrece un enfoque totalmente distinto al de los líderes que buscan influir directamente a
través de la palabra hablada o escrita. Escribiendo como emperador en la antigua Roma de 161 d.C. a 180
d.C., Aurelio favoreció a los líderes que eran conscientes de que eran sólo una pequeña parte de un todo
mayor (μελος) mientras que al mismo tiempo buscaban mejorar constantemente su propio sentido de
la virtud. De este modo, los líderes organizacionales podían ejercer una influencia indirecta sobre los
seguidores, que reconocían que estaban siendo dirigidos por un individuo ilustrado que pone los
intereses colectivos por delante de los intereses personales.
Considere sus ideas sobre la pertenencia a un equipo. Aurelio declara «como varios miembros unidos en un
cuerpo, también son las criaturas razonables en un cuerpo dividido y disperso, todos hechos y preparados
para una operación común... Yo soy un μελος, o un miembro de la masa»16. Por lo
tanto, cada miembro, sin importar cuán afluente o poderoso, es sólo una parte del todo, un mecanismo más
pequeño en la máquina más grande, una porción subordinada al organismo total. Para Aurelio, los líderes
en todos los escalones deben actuar con moderación y cumplir debidamente el papel que se les ha
asignado. Los que no son capaces de interiorizar esta realidad caen en la soberbia presuntuosa y
posteriormente empiezan a actuar en contra de los intereses del conjunto.
Diferentes culturas a lo largo del tiempo se han referido a este tropiezo utilizando una variedad de
palabras. Por ejemplo, el término anglosajón ofermōde denota confianza desmedida en uno
mismo17. El griego antiguo lo reconocía como ὕβρις, o lo que los oyentes
contemporáneos interpretarían como arrogancia18. Todos ellos denotan la antítesis del
argumento de Aurelio. Por lo tanto, esto es lo que los líderes militares contemporáneos deben evitar si
desean seguir siendo una parte influyente del todo mayor. Sin embargo, ¿cómo se traduce la idea de
μελος en la realidad contemporánea dentro del ámbito de la influencia militar?
Como era de esperar, el conocimiento de la doctrina del Ejército ofrece una excelente vía para quienes
buscan definir un sentido de propósito como parte de la gran organización. Manuales como el Field Manual
3-96, Brigade Combat Team (Manual de Campaña 3-96, Equipo de Combate de Brigada), y el Field
Manual 3-94, Armies, Corps, and Division Operations (Manual de Campaña 3-94, Ejércitos, Cuerpo
de Ejército, y Operaciones de División), ofrecen grandes modelos generales de las organizaciones del
Ejército, con descripciones de los puestos de trabajo. Por lo tanto, se podría argumentar que los
oficiales que asimilan estos manuales están mejor preparados para articular cómo los esfuerzos
individuales de su equipo apoyan a los de escalones superiores.
Además, obtener la sabiduría de quienes nos han precedido también puede ser útil para entender mejor
nuestro propio papel en relación con el todo mayor. Por ejemplo, Jocko Willink y Leif Babin comentan la
importancia de controlar el ego propio al interactuar tanto con subordinados como con superiores.
Afirman: «El ego lo nubla y lo perturba todo... el ego puede impedir que un líder lleve a cabo una
evaluación honesta y realista de su propio rendimiento y del rendimiento de su equipo»19.
Esta afirmación es una manifestación moderna de los comentarios de Aurelio sobre el μελος. Los
egos agrandados limitan la habilidad de un líder para determinar correctamente su papel al interactuar
con subordinados y superiores por igual. Por lo tanto, los líderes militares modernos deben tratar de
mantener el control de sus egos mientras toman decisiones que afectan tanto a su propio equipo como a
los equipos de escalones superiores e inferiores. De este modo, pueden cumplir más fielmente la función
que se les ha asignado.
Asimismo, la filosofía de Viktor Frankl sobre el sentido también reverbera el concepto de Aurelio
μελος. Por ejemplo, tras sufrir en cuatro campos de concentración distintos entre 1942 y 1945,
Frankl llegó a creer que el sentido es «un efecto secundario no intencionado de la dedicación a una
causa mayor que uno mismo o... el resultado de la entrega a una persona distinta a uno
mismo»20. Una vez más, se ve la importancia de servir voluntariamente a una causa mayor. Por
lo tanto, para Frankl, el propósito, la dirección y la motivación se manifiestan cuando los esfuerzos de
un individuo se orientan hacia algo distinto al interés personal.
Teniendo presentes estos sentimientos, los líderes militares modernos deben esforzarse por expresar el
principio de μελος. Entre otras tareas, las formaciones de poder de combate existen para
formar, capturar o perseguir. Estas tareas siempre sirven a un propósito mayor dentro de un esquema de
maniobra más amplio. Los líderes eficaces pueden controlar su propio ego de forma exitosa a la vez que
articulan cómo la tarea actual apoya los esfuerzos de la siguiente formación superior. De este modo, el
propósito, la dirección y la motivación se obtienen alineando los esfuerzos actuales con el estado final
deseado de un comandante superior.
Conclusión
A menudo, el liderazgo se debate utilizando teorías y retórica modernas. Sin embargo, como se ha
demostrado en este artículo, las ideas clásicas pueden tener un efecto desmesurado en la forma en que
los líderes actuales pueden motivar a los miembros de los equipos adyacentes. La retórica aristotélica
ofrece una herramienta poderosa arraigada en el discurso persuasivo que proporciona la influencia
necesaria para motivar las mentes de los combatientes. Ethos, pathos y logos contribuyen a brindar
significado para quienes se encargan de los conflictos armados. Los líderes deben esforzarse por
presentar una prueba absoluta a los miembros del equipo a los que se pide que operen con pericia en
tiempos de guerra. No debe de haber duda de que sus acciones apoyan un estado final universalmente
deseado. Esta idea representa la forma directa de liderazgo del artículo.
Por el contrario, el principio de μελος de Aurelio actúa como una forma indirecta de liderazgo.
En una organización jerárquica como las fuerzas armadas estadounidenses, es fundamental saber cuál es el
lugar de cada uno y desempeñar su papel en el todo mayor. Las tareas deben jerarquizarse, los esfuerzos
principales deben apoyarse y los egos deben mantenerse al margen a la hora de tomar decisiones que
pueden afectar a miles de vidas. Por lo tanto, conocer el lugar que uno ocupa dentro del esquema general
de maniobra y ser capaz de explicar esa posición a los compañeros de equipo adyacentes es increíblemente
importante a la hora de brindar propósito, dirección y motivación. Por todas las razones antes
mencionadas, los oficiales que realmente deseen mejorar sus habilidades de pensamiento crítico y
creativo deberían interactuar con las ideas de Aristóteles y Marco Aurelio21. Sí, sus textos
pueden ser antiguos, pero sus pensamientos clásicos sobre el papel de la influencia siguen teniendo un
valor excelente para el líder militar moderno.
Notas
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- Michael Halloran, «Aristotle’s Concept of Ethos, or If Not His Somebody Else’s», Rhetoric
Review 1, n.o 1 (septiembre de 1982): 60, https://www.jstor.org/stable/465559.
- Winston Churchill, «We Shall Fight on the Beaches», International Churchill Society, 4 de junio de
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- Sara Rubinelli, «Logos and Pathos in Aristotle’s Rhetoric», Revue Internationale de
Philosophie 72, n.o 286 (2018): 371, https://www.jstor.org/stable/10.2307/26863737.
- James Mattis, «1st Marine Division Commanding General’s Message to All Hands», American Rhetoric,
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- Field Manual (FM) 3-0, Operations (Washington, DC: U.S. GPO, 2019), 1-6, https://armypubs.army.mil/epubs/DR_pubs/DR_a/ARN36290-FM_3-0-000-WEB-2.pdf.
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- Delfim Leao, «Law in Dio Chrysostomus’ Rhodian Oration: A Response to Kaja Harter-Uibopuu», en
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- Jocko Willink y Leif Babin, Extreme Ownership: How U.S. Navy Seals Lead and Win (New York:
St. Martin’s Press, 2017), 100.
- Viktor Frankl, Man’s Search for Meaning (Boston: Beacon Press, 2006), xv.
- FM 6-22, Developing Leaders (Washington, DC: U.S. GPO, 2022), 2-26, https://armypubs.army.mil/epubs/DR_pubs/DR_a/ARN36735-FM_6-22-000-WEB-1.pdf.
El mayor Joseph D. Schmid, Ejército de EUA, es estudiante del Programa de
Estudios Militares Avanzados, Fort Leavenworth, Kansas. Tiene una licenciatura por la
Universidad de West Florida y una maestría por la Universidad Militar Americana, la Universidad
de Belmont y la Escuela de Mando y Estado Mayor. Ha sido asignado a la 82.ª División
Aerotransportada y a la 25.ª División de Infantería.
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