Revista Profesional del Ejército de EUA

Edición Hispanoamericana

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(Fecha de publicación original: Military Review Edición Hispanoamericana Enero-Febrero 2013)

Organizaciones criminales transnacionales

La insurgencia comercial en México

Mayor Christopher Martínez, Ejército de EUA

En los últimos años, funcionarios del Gobierno de EUA y periodistas estadounidenses han comparado la violencia de las organizaciones criminales transnacionales (TCO, por sus siglas en inglés) en México, con las tácticas terroristas empleadas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y han sugerido que las TCO están llevando a cabo una «insurgencia».

Por ejemplo, en septiembre de 2010, la secretaria de Estado de EUA Hillary Clinton declaró lo siguiente: «Hacemos frente a una creciente amenaza de una red bien organizada, una amenaza de narcotraficantes que, en algunos casos, se transforma o se une a lo que consideraríamos una insurgencia en México y Centroamérica»1. Luego agregó, «Cada vez más se parece a Colombia hace 20 años»2.

Alianza «Urabeños» y las FARC, 28 de enero de 2012. (GDA a través de AP Images)

Sin embargo, en el mismo mes, Ken Ellingwood, un periodista del Los Angeles Times, evaluó las TCO en México y las FARC empleando una serie subjetiva de criterios y concluyó que las TCO no estaban llevando a cabo una insurgencia, porque no reflejaban a las FARC en una definida serie de criterios3.

Sin lugar a dudas, tanto el político como el periodista son bastantes conocedores en sus respectivos campos, aunque llegaron a dos conclusiones distintas. Dicho esto, en el presente artículo, se sostiene que si se evalúa a las TCO con los criterios que comúnmente se aceptan en la identificación de una insurgencia, las organizaciones emergen como grupos insurgentes comerciales.

Si bien, evaluar y definir adecuadamente una amenaza no siempre puede ser diplomáticamente popular, es un requerimiento esencial. Permite que los países y coaliciones ordenen los limitados recursos y elementos de poder nacional de manera eficaz para lograr predefinidas medidas de eficacia y, al final, derrotar a sus adversarios. Como escribió el gran teórico militar Carl Von Clausewitz:

El principal, mayor y más extenso acto de juicio que lleva a cabo un estadista y un jefe militar, es establecer correctamente la clase de guerra que libran: no confundirla ni convertirla en algo distinto a su naturaleza. Esta es la primera de todas las preguntas estratégicas y la más general4.


La utilidad de esta máxima permanece. Hoy en día, es crucial que un país o coalición adecuadamente evalúe y defina a su adversario, antes de elaborar una estrategia para derrotarlo como sucedía en los siglos XVIII y XIX. El no hacerlo podría llevar a una estrategia defectuosa, una asignación deficiente del poder diplomático, militar y económico.

La demora por parte de funcionarios gubernamentales y estrategas militares complica aún más la situación. Cuando se evalúa a un adversario, los gobiernos frecuentemente responden demasiado tarde para ser eficaz en las crisis. Por ejemplo, en 1994, fueron asesinados 800.000 tutsis en Ruanda por sus compatriotas del grupo étnico hutu. Once años después, el senador John McCain escribió lo siguiente: «El Gobierno de EUA, nuestros aliados y las Naciones Unidas tomaron medidas extraordinarias y ridículas para evitar usar el término genocida, conscientes de que una vez que se reconociera un genocidio, tendrían que actuar. Por último, EUA y sus aliados, luego de que la mayoría de la matanza se había llevado a cabo, decidieron intervenir»5.

La secretaria de Estado Hillary Clinton conversa con el ex secretario de Defensa Robert M. Gates, izquierda y el Jefe de Estado Mayor Conjunto Almirante Mike Mullen, Armada de EUA, durante una reunión plenaria sobre la Iniciativa Mérida en la ciudad de México, 23 de marzo de 2010. La Iniciativa Mérida es un acuerdo de cooperación de seguridad entre Estados Unidos, México y otros países de Centroamérica, cuyo objetivo es actuar contra los carteles de narcotráfico y otras amenazas delictivas y de seguridad. (Fuerza Aérea de EUA, Sgto. 1o Jerry Morrison)

Si bien en la actualidad las insurgencias son la forma más extensa de la guerra, a menudo se evita usar el término «insurgencia», o el carácter verdadero de la insurgencia no es adecuadamente evaluado ni definido6. Por otra parte, al usar solo el término «insurgencia», sin otras condiciones, los políticos, estrategas militares y los medios de comunicación, a menudo, no describen el conflicto en su pleno contexto. El término «insurgencia» se define como un movimiento organizado cuya meta es el derrocamiento de un gobierno constituido por medio del uso de la subversión y el conflicto armado7. Sin embargo, es tan importante identificar el tipo de insurgencia como reconocer que existe.

Las insurgencias anarquistas, igualitarias, tradicionalistas y pluralistas son cuatro tipos distintos de insurgencias que intentan tomar el lugar de sistemas políticos existentes, pero sus estados finales deseados tienen matices sutilmente distintos. Los anarquistas buscan el desorden total y consideran ilegítima cualquier autoridad política. Los igualitarios desean un sistema político centralmente controlado, para garantizar una distribución equitativa de los recursos y una estructura social radicalmente transformada. Por su parte, los tradicionalistas desean regresar a una Edad de Oro o a un sistema de valores basado en la religión, que traspasa los límites internacionales. Por último, los pluralistas aceptan los valores occidentales y buscan establecer democracias liberales8.

Por otro lado, las insurgencias secesionistas, reformistas, conservacionistas y comercialistas no buscan el poder político total en sus países9. Los secesionistas desean retirarse de su Estado-nación para buscar un destino independiente o unirse a otro Estado. Los reformistas quieren usar la violencia para hacer cambios en el gobierno actual, a fin de crear una distribución más equitativa del poder político y económico. Los conservacionistas emplean la violencia contra cualquier persona que intenta hacer cambios o instituir reformas. Los comercialistas toman medidas violentas contra su gobierno por razones económicas, a diferencia de las TCO que prefieren burlar al estado para lograr una ventaja competitiva10.

Se define una organización criminal transnacional como tres personas o más, que existen por un período y actúan en consonancia para cometer uno o más crímenes, o graves ofensas para adquirir, directa o indirectamente, beneficios financieros o materiales11. A diferencia de las insurgencias, las modernas TCO prefieren esquivar y evitar los límites nacionales e internacionales de la imposición de la ley en sus respectivos negocios. Prefieren ganar una ventaja competitiva sin negociar ni llevar a cabo actos de violencia contra el estado12. Sus actos de violencia normalmente son internos, en sus propios territorios base y dirigidos contra sus TCO rivales para ganar terreno en el mercado, prestigio o lucro13.

La secretaria de Estado Clinton y el periodista Ellingwood emplearon dos métodos distintos para evaluar el carácter de la amenaza de las TCO. Ninguna técnica era integral. Clinton empleó el término «insurgencia», pero no identificó qué tipo. Ellingwood no comprendió que no hay insurgencias idénticas14. Además, no se dio cuenta de que un movimiento todavía puede ser una insurgencia, aunque no estén presentes todos los elementos de la misma15. Hoy en día, los criterios comúnmente aceptados que definen una insurgencia, como los que se encuentran delineados en el Manual de Campaña 3-24, Counterinsurgency, del Ejército de EUA son la metodología usada para prevenir la insurgencia, los medios y causas a fin de movilizar a sus seguidores y un conjunto de elementos o atributos comunes en las insurgencias16.

La revista Zeta en venta en las calles de Tijuana, México. La revista Zeta ha establecido un alto nivel de celebridad por la cobertura agresiva sobre los narcotraficantes y funcionarios del gobierno que se sospecha están en complicidad con los narcos, 1 de abril de 2011. (Foto AP/Alejandro Cossio)

Metodologías. Las insurgencias pueden emplear diversos tipos de metodologías —conspiradores con enfoque militar, urbanos, una guerra popular prolongada y con un enfoque identificado. Inicialmente, las FARC prefirieron una metodología con enfoque militar con el empleo de la fuerza militar contra el Gobierno. Sin embargo, las TCO en México han mostrado una preferencia por una metodología urbana empleando tácticas terroristas tales como la intimidación y asesinato de funcionarios gubernamentales, personal judicial y policías en las áreas urbanas para disuadir a las fuerzas de seguridad del Gobierno de entrometerse en el tráfico ilícito de drogas, armas, dinero o trata de blancas17. Tradicionalmente, las TCO convencionales son de carácter más pasivo e intentan evitar las instituciones policiales y judiciales. Sin embargo, la provocativa metodología usada por las TCO en México es análoga con la de una insurgencia.


Métodos y causas. La causa inicial de las FARC era el igualitarismo. La organización quiso imponer un sistema político centralizadamente controlado, para garantizar una distribución equitativa de recursos y una estructura social transformada18. Las FARC provocaron la reacción pública con los abusos o errores cometidos por el Gobierno, como un instrumento para movilizar a las masas rurales. Sin embargo, a medida que maduraron las FARC, su causa se convirtió en la adquisición de dinero para costear sus actividades de narcotráfico19. A diferencia de las FARC, desde sus inicios, la causa principal de las TCO en México ha sido monetaria. No obstante, las TCO en México no buscan movilizar a la población en general, porque no desean el control político. Más bien, buscan influir en los cuatro principales elementos del poder nacional —la economía, la política, las fuerzas armadas y los medios de comunicación— para formar un entorno que permita que una industria ilícita de narcotráfico prospere y opere con impunidad. De esta manera, sobornan a políticos para permitirles operar sin obstáculos, o usan la intimidación, asesinato y secuestro contra las fuerzas de seguridad y políticos obstruccionistas a nivel municipal, estatal y federal20. Las TCO en México intimidan o incluso asesinan a periodistas así como a los usuarios de los medios de comunicación social, en un intento de moldear y dirigir los titulares e informes. Estas medidas concretas que se dirigen a un Estado-nación, son indicativas de una insurgencia, no de una organización criminal transnacional convencional.


Los elementos de una insurgencia. Las insurgencias tienen elementos comunes tales como líderes del movimiento, combatientes, auxiliares, una masa base y una estructura política, aunque no todos estos elementos deben estar presentes21. Todos han estado en una ocasión u otra en las FARC, pero es más difícil enumerar todos estos elementos en las TCO en México.


Los líderes del movimiento son los jefes de cartel que proporcionan la conducción estratégica. Los combatientes son las pandillas asociadas y vigilantes que llevan a cabo los ataques contra blancos en las TCO rivales, fuerzas de seguridad del Gobierno y figuras políticas y judiciales de México. Los auxiliares insurgentes son los simpatizantes activos que proporcionan los servicios esenciales o refugios seguros. En el caso de las TCO en México, los auxiliares son los integrantes de las fuerzas de seguridad o las figuras políticas o judiciales que reciben dinero de las TCO para facilitar los negocios ilícitos. En una insurgencia, la masa base está constituida por los seguidores del movimiento, las poblaciones de apoyo reclutadas por los cuadros políticos. Sin embargo, las TCO en México no están organizadas para movilizar a una población, solo buscan satisfacer la demanda de una masa base en cuanto a que producen y suministran lo que la población desea. Por consiguiente, la masa base para las TCO en México son los consumidores de drogas, por ejemplo, los consumidores nacionales y, principalmente, los consumidores internacionales del producto. La herramienta de reclutamiento para movilizar la base está inherente en el producto, los atributos adictivos de la droga ilegal. Por lo tanto, es marginal la necesidad de un cuadro político para reclutar a la base. Por lo regular, los cuadros políticos proporcionan la guía y procedimientos a los líderes del movimiento para movilizar a la población. Prestan atención a las reivindicaciones de las masas y proporcionan soluciones. No obstante, con las drogas que sirven de herramienta de reclutamiento y movilización a nivel nacional e internacional, las TCO en México no necesitan contar con un gran cuadro para reclutar a una masa base. Se puede observar, según lo previamente discutido, que la ausencia de un elemento, en este caso, un cuadro político, no elimina la posibilidad de identificar a una TCO en México que lleva a cabo un insurgencia.

De hecho, las TCO en México son insurgencias comerciales concebidas para influir en los elementos del poder nacional, a fin de sacar provecho del narcotráfico ilícito, en lugar de esquivar los elementos del poder nacional o ganar el control político de la nación22. En comparación, las FARC, en realidad, comenzaron como una insurgencia igualitarista que luego hizo la transición a una insurgencia comercial cuando su estado final deseado cambió de una causa política a una monetaria23.

Describir las posibles insurgencias con los criterios presentados en el Manual de Campaña 3-24 del Ejército de EUA es una metodología acertada, pero hay algunos que sostienen que los criterios son de carácter subjetivo y solo definen elementos específicos de una insurgencia, pero no el estado final deseado para los insurgentes. Hay otros quienes sostienen que los modelos de insurgencia que se basan solamente en los criterios funcionales son bastante pertinentes en la evaluación y definición de una insurgencia. Uno de estos expertos, Joel Midgal, sostiene que para que se considere un movimiento como una insurgencia, la organización debe llevar a cabo las siguientes cuatro funciones: penetrar una sociedad, regular las relaciones sociales, extraer recursos y usar dichos recursos para lograr fines identificados por el grupo24. Cuando se usa el modelo funcional de Midgal, resulta evidente que las TCO en México forman una insurgencia comercial con el estado final deseado de influir los elementos del poder nacional para asegurar que los gobiernos no interfieran en sus actividades ilícitas. Además, aún si se compara las TCO en México con un modelo estructural tal como el de David Kilcullen, las organizaciones todavía son insurgencias comerciales internacionales25. Un punto débil en la definición de las TCO en México como una insurgencia comercial, es que hacerlo resulta demasiado inclusivo. Los carteles de Sinaloa, del Golfo, los Zetas y el cartel de Vicente Carrillo Fuentes cuentan con diferentes métodos para influir en los elementos del poder nacional de México, aún cuando convergan sus metas generales.

Como la historia ha demostrado, las contrainsurgencias llegan a ser guerras prolongadas si las naciones no reconocen el comienzo de una insurgencia o emplean las tácticas convencionales en la lucha contra la misma26. Pueden evitar esta trampa si elaboran un plan estratégico que reconozca a las TCO por lo que en realidad son —insurgencias comerciales.

Si Estados Unidos y México no reconocen a sus adversarios como insurgencias comerciales, los planes estratégicos tales como el «Plan Colombia» o la «Iniciativa Mérida» corren el riesgo de fracasar debido a los planes de campaña inadecuadamente concebidos o medidas de eficacia mal definidas para evaluar su ejecución. La secretaria de Estado de EUA, Hillary Clinton, fue la primera líder política que describió la amenaza de las TCO en México como una insurgencia. Su evaluación fue la más precisa definición entre todos los políticos y periodistas y debe servir como fundamento para diseñar un plan estratégico bilateral a fin de contrarrestar al adversario.


Notas

  1. Peter, Tom A., «Mexico Denies Hillary Clinton’s ‘Insurgency’ Comparison», The Christian Science Monitor (Terrorism and Security), 9 de septiembre de 2010, en línea en https://www.csmonitor.com/world/terrorism-security/2010/0909/mexico-denies-hillary-clinton-s-insurgency-comparison (16 de enero de 2012).
  2. Ibíd.
  3. Ellingwood, Ken, «Why Mexico is not the new Colombia When it Comes to Drug Cartels», Los Angeles Times (LAT, Collections, News), 25 de septiembre de 2010, en línea en http://articles.latimes.com/2010/sep/25/world/la-fg-mexico-colombia-20100926 (16 January 2010).
  4. Von Clausewitz, Carl, On War, traductores Michael Howard y Peter Paret (Princeton: Princeton University Press, 1989), p. 88.
  5. McCain, John y Salter, Mark, Character is Destiny (New York: The Random House Publishing Group, 2005), págs. 50, 52.
  6. Kilcullen, David, Counterinsurgency (New York: Oxford University Press, Inc., 2010), xi.
  7. Manual de Campaña (Field Manual – FM) 3-24, Counterinsurgency (Washington, DC: U.S. Government Printing Office [GPO], 15 December 2006), p. 1-1.
  8. FM 3-24 (Final Draft), Counterinsurgency (Washington, DC: GPO, 16 June 2006), p. 1-5.
  9. Ibíd.
  10. Ibíd.
  11. The Library of Congress, Congressional Research Service, Transnational Organized Crime: Principal Threats and U.S. Responses (John R. Wagley, 20 de marzo de 2006), en línea en http://www.fas.org/sgp/crs/natsec/RL33335.pdf (29 de enero de 2012).
  12. Rolston, Michael, Globalization, Globalizing a Traditional Cottage Industry: International Criminal Organizations in a Global Economy (2007), en línea en https://globalization.icaap.org/content/v6.1/rolston.html (29 de enero 2012).
  13. Ibíd.
  14. FM 3-24, ix.
  15. Ibíd., págs. 1-11 a 1-13.
  16. Ibíd., págs. 1-5 a 1-13.
  17. Ibíd., págs. 1-5, 1-6.
  18. FM 3-24 (Borrador Final), p. 1-5.
  19. FMI 2-01.301, Specific Tactics, Techniques and Procedures and Applications for Intelligence Preparation of the Battlefield (Washington, DC: GPO, 31 de marzo de 2009), p. B-21.
  20. FM 3-24, págs. 1-8, 1-9.
  21. Ibíd., págs. 1-11 a 1-13.
  22. FM 3-24 (Borrador Final), p. 1-5.
  23. Kiran, Levet, «A Different Fight: Narco-Commercialist Insurgencies in Mexico», The Project on International Peace and Security, Department of Government, The College of William and Mary, 2010, p. 1.
  24. Kilcullen, David, Counterinsurgency (New York: Oxford University Press, Inc., 2010), p. 150.
  25. Ibíd., págs. 196-198.
  26. FM 3-24, ix.

El Mayor Christopher Martínez es el planificador de inteligencia militar de mayor jerarquía en el equipo de Apoyo de la Región Sudoeste de la Fuerza de Tarea Conjunta Norte de EUA en el Fuerte Bliss, Estado de Texas. En su cargo actual, el Mayor Martínez sirve como asesor para las agencias policiales a nivel municipal, estatal y federal en los estados de Arizona y California. Cuenta a su haber con una Licenciatura de la Universidad de Delaware y una Maestría de la Universidad de Syracuse. Sus previas asignaciones incluyen Bosnia, Irak y Afganistán.

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