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Cuarto Trimestre 2022

El último que sigue en pie es quien gana

Estados Unidos y la resistencia ucraniana a Rusia

Marc R. DeVore

Andrew Orr, PhD

Ash Rossiter, PhD

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Un grupo de personas observa los restos destruidos de vehículos militares rusos en una carretera de la ciudad de Bucha, cerca de la capital, Kiev, Ucrania, el 1 de marzo de 2022.

El fracaso del plan ruso de ganar rápidamente la guerra en Ucrania y derrocar al gobierno democráticamente elegido del país ocupando Kiev y otras ciudades importantes ha abierto posibilidades estratégicas, incluida una guerra de desgaste a largo plazo que la mayoría de los estrategas no preveían antes de la invasión ampliada de Rusia. Sin embargo, la invasión rusa sigue suponiendo una amenaza existencial para Ucrania. Rusia tiene grandes reservas de equipamiento y municiones y puede movilizar muchas más tropas de las que ha comprometido hasta ahora. La invasión y la continuación del conflicto suponen también un reto para la disuasión de la OTAN y la seguridad europea en general. La amenaza de sanciones económicas — incluso masivas — no logró disuadir la invasión rusa, como tales amenazas no lograron disuadir la agresión en el pasado1. Desde que comenzó la guerra, las sanciones ya están claramente azotando la economía rusa, pero no muestran signos de obligar al presidente Vladimir Putin a retirarse de Ucrania.

A pesar de la heroica resistencia del gobierno y ejército ucranianos, parece imposible una victoria militar absoluta de Ucrania. Las fuerzas rusas están logrando importantes avances en el sur y no muestran signos de verse obligadas a retirarse de Ucrania. Solo una intervención militar de la OTAN puede expulsar a los rusos de Ucrania rápidamente, pero una intervención directa pondría en conflicto a militares dotados de armas nucleares y precipitaría una guerra general en el este de Europa, cuyas consecuencias son difíciles de predecir y extraordinariamente peligrosas. Además, Putin ha amenazado con ampliar la guerra e incluso utilizar armas nucleares si Estados Unidos o sus aliados de la OTAN aumentan su apoyo a Ucrania. La OTAN — por razones perfectamente válidas — ha temido más las amenazas de Putin de escalar al nivel nuclear que el miedo que Putin ha mostrado ante la OTAN. En efecto, Estados Unidos ha cedido el dominio de la escalada al permitir que Rusia controle la disuasión en cuanto a las opciones militares disponibles.

La OTAN se dirige hacia una posición que será cada vez más difícil de justificar, interna o moralmente, a medida que sus miembros expresen su solidaridad con Ucrania, pero tomen una acción militar muy limitada en su apoyo. El dilema de la OTAN se agudizará cada vez más cuando las fuerzas rusas intensifiquen la batalla de Kiev utilizando las tácticas que están empleando en el asedio de Mariupol. A medida que la guerra se prolongue, el apoyo a Ucrania requerirá que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN sean creativos y acepten un nivel de riesgo para asegurarse de que las fuerzas de Ucrania tengan el equipamiento y municiones que necesitan para seguir resistiendo a Rusia. Washington puede hacerlo buscando en la historia ejemplos de formas de ampliar la resistencia ucraniana sin comprometer sus propias fuerzas militares.

Estados Unidos puede ayudar al gobierno de Ucrania a demostrar a los dirigentes rusos que puede mantener a los militares ucranianos en el campo de batalla durante mucho más tiempo del que habían imaginado. Cuanto más resista Ucrania, más efecto tendrán las sanciones sobre la economía rusa. La combinación de un dolor económico cada vez mayor, un elevado número de bajas y una guerra sin final a la vista maximizará la presión sobre Putin para que busque una solución negociada. Una resistencia ucraniana fuerte y estable también cambiará el equilibrio de poder en las negociaciones hacia Ucrania, reduciendo su necesidad de hacer grandes concesiones para un rápido alto el fuego.

La OTAN y Estados Unidos necesitan opciones militares que les permitan desafiar el dominio de la escalada rusa, desangrar aún más las fuerzas rusas y dar a Ucrania una oportunidad realista de sobrevivir a una larga guerra como un Estado independiente que controle su propia vida política, económica y cultural. Las acciones militares pueden demostrar la voluntad de la OTAN de actuar más allá de las sanciones económicas y las armas defensivas ligeras, contribuyendo a restaurar una capacidad de disuasión que parece haberse derrumbado. Estas opciones, sin embargo, deben elegirse con mucho cuidado dados los riesgos de una escalada. Los líderes occidentales deberían empoderar a las fuerzas armadas ucranianas ampliando sus medios materiales y políticos de resistencia sin enfrentarse directamente a las fuerzas rusas. Al evitar actos abiertos de intervención militar, los líderes occidentales pueden negar a Putin la capacidad de utilizar eficazmente la amenaza de una escalada rusa para disuadir públicamente sus acciones militares.

Integrantes de las Fuerzas de Defensa Territorial de Ucrania se entrenan para utilizar un arma antitanque NLAW en las afueras de Kiev, Ucrania, 9 de marzo de 2022.

Basándonos en un cuidadoso análisis de ejemplos históricos, recomendamos a Estados Unidos aumentar sus aliados de la OTAN:

  • aumentar el entrenamiento y equipamiento de los ucranianos en el extranjero para que contribuyan a la defensa de su país
  • entrenar y apoyar a los «auxiliares cibernéticos»,
  • proporcionar un gran número de vehículos aéreos de combate no tripulados (UCAV)
  • convertirse en un «intermediario» comprando a terceros sistemas de armas compatibles con los inventarios ucranianos y transfiriéndolos a Ucrania
  • ayudar a Ucrania a reclutar pilotos y personal de mantenimiento voluntarios extranjeros, y
  • ayudar a Ucrania a establecer un gobierno alternativo y un bastión defensivo en el oeste del país.

El entrenamiento de ucranianos en el extranjero

El armamento está llegando a Ucrania, incluyendo los tan necesarios misiles antitanque y antiaéreos. Los misiles portátiles resultan especialmente importantes para frustrar los ataques aéromecanizados, sobre todo cuando se pierden las capacidades de defensa antiaérea convencional. Sin embargo, Ucrania se enfrenta a grandes dificultades para incorporar todos los avanzados misiles portátiles que le están proporcionando los miembros de la OTAN, debido a la escasez de personal capacitado. Estados Unidos y sus aliados pueden mitigar esta escasez de tripulaciones cualificadas entrenando a los expatriados ucranianos en sus propias instalaciones de formación de EUA en sistemas de misiles portátiles antes de regresar a casa para que luchen2.

Al comienzo de la guerra árabe-israelí de 1973, Israel no poseía ninguno de los avanzados misiles antitanque estadounidenses tipo TOW (lanzados por tubo, con seguimiento óptico y guiados por cable) que más tarde resultaron ser extremadamente valiosos para su éxito. Al igual que los ucranianos de hoy en día, los israelíes de todo el mundo volvieron a Israel para ayudar en la defensa de su patria. Cuando el gobierno de Estados Unidos accedió a proporcionar a Israel los TOW, la embajada de Israel en Washington, D.C., movilizó a los estudiantes israelíes que estudiaban en universidades estadounidenses. El Ejército de EUA rápidamente capacitó a estos estudiantes a través de un programa de entrenamiento que incluía disparar muchas más rondas de práctica en un tiempo más corto de lo que normalmente era el caso. Esto, a su vez, aumentó significativamente su competencia, ya que la falta de rondas de práctica es un inhibidor clave para la confianza en el uso, independientemente de la calidad de los simuladores. La Fuerza Aérea de EUA transportó a los israelíes con sus TOW a la zona de conflicto como parte de la operación Nickel Grass del presidente Richard Nixon. Esto se hizo con la suficiente rapidez como para que los equipos de TOW llegaran al combate y destruyeran numerosos tanques antes de que concluyera la guerra de dos semanas3.

El sargento Richard Lacombe, soldado de la Compañía C, 173ª Brigada Aerotransportada, muestra a los soldados de la Guardia Nacional ucraniana los procedimientos adecuados para manejar un rifle M4 durante un entrenamiento situacional en el ejercicio Rapid Trident 2014.

Lo ideal sería que Estados Unidos hubiera iniciado este programa a los pocos días de la invasión rusa, pero todavía hay expatriados ucranianos que tienen experiencia militar y quieren luchar. También hay expatriados y refugiados, incluidas mujeres, que constituyen un porcentaje creciente de los que han regresado y que carecen de experiencia militar, pero están dispuestos a luchar4. Al mismo tiempo que da prioridad a los expatriados con experiencia militar, el gobierno estadounidense debería destinar a algunos de estos repatriados a cursos de formación cortos e intensivos para el uso de los Javelin, Stinger y otros misiles portátiles. Esto también podría extenderse a las municiones antiblindaje lanzadas por tubo, como el Warmate polaco. Los consulados, embajadas, organizaciones culturales y las sociedades de ayuda a los inmigrantes de Ucrania pueden ser útiles para identificar a los candidatos, proporcionarles transporte y facilitar su conexión con el ejército ucraniano. El entrenamiento podría llevarse a cabo en bases militares estadounidenses, en campamentos cercanos a la frontera de Ucrania o incluso por parte de empresas militares privadas, si se desea tener la capacidad de negar estas acciones.

Promover una formación militar básica animará a los ucranianos patriotas que quieren contribuir, pero temen que su falta de experiencia les haga militarmente inútiles a presentarse como voluntarios. Ofrecer una formación especializada en sistemas portátiles reducirá el tiempo necesario para que los voluntarios sean mínimamente eficaces. Llevaría más tiempo entrenar a los ucranianos sin experiencia militar que a los que sí la tienen, pero incluso los voluntarios sin formación previa podrían ser eficaces a tiempo para apoyar las operaciones militares si Ucrania recibe otras fuentes de ayuda suficientes para prolongar la guerra.

Canalizar las actividades de «auxiliares cibernéticos»

Los piratas informáticos civiles — sobre todo el grupo mundial que se autodenomina Anonymous — ya han comenzado a atacar de forma independiente a Rusia y Bielorrusia, al parecer desactivando o desfigurando sitios web gubernamentales o relacionados con el Estado y publicando documentos pirateados5. El impacto de estos esfuerzos ha sido limitado, pero el efecto puede ser amplificado por una mejor orientación en la selección de objetivos, incluyendo lo que no se debe atacar. Los programadores informáticos, aunque altamente cualificados, a menudo carecen de conocimientos contextuales para maximizar el daño de sus esfuerzos. Los piratas informáticos civiles de Occidente desconfían, por inclinación, de los gobiernos; cualquier intento de canalizar fructíferamente sus conocimientos debe hacerse con tacto y probablemente de forma subrepticia a través de entidades de fachada.

La utilización de auxiliares civiles para conseguir objetivos de seguridad nacional no es una novedad. En la guerra naval, las naciones han utilizado durante mucho tiempo a ciudadanos privados llamados corsarios para apoyar las operaciones militares6. En el ámbito cibernético, Rusia y China ya han demostrado la eficacia de emplear a actores privados como «auxiliares cibernéticos» para atacar a los adversarios7. Durante los ataques rusos de denegación de servicio distribuido (DDoS) contra Estonia en 2007, las agencias de inteligencia de Moscú proporcionaron software y orientación a ciudadanos comunes, o «hackers patrióticos», que querían castigar a Estonia por retirar una estatua de la victoria del Ejército Rojo sobre Alemania8. Por las razones ya mencionadas, los gobiernos occidentales tendrían que adoptar un enfoque más indirecto para canalizar las capacidades de sus hackers ciudadanos.

Entre bastidores, las agencias de seguridad podrían proporcionar ayuda técnica y aliento a los auxiliares cibernéticos para subvertir los esfuerzos rusos por cerrar o censurar los medios de comunicación nacionales que traten de proporcionar una cobertura precisa de la guerra. Los esfuerzos de los hackers civiles podrían canalizarse hacia la recopilación de imágenes y vídeos de los ataques indiscriminados rusos, las bajas militares rusas y los casos de oposición interna rusa, y hacer llegar esta información al público ruso. En último lugar, y de forma más activa, los auxiliares cibernéticos podrían, con una orientación discreta, utilizar las actividades de DDoS para atacar a las empresas identificadas como cuellos de botella en las cadenas de suministro económico y militar. A pesar de la exageración de los medios de comunicación sobre los grupos civiles que desencadenan una ciberguerra, estos esfuerzos, incluso con mayor dirección y apoyo, no cambiarán los hechos sobre el terreno. Sin embargo, representan un medio relativamente barato y en gran medida negable para causar dificultades al Estado ruso y para moldear la batalla de información.

Más vehículos aéreos de combate no tripulados

En las tres primeras semanas de guerra, los UCAV Bayraktar TB2, de fabricación turca, han sido uno de los únicos medios que Ucrania ha utilizado para atacar a las fuerzas terrestres rusas desde el aire9. La elevación de la moral que suponen los vídeos de los TB2 golpeando objetivos rusos es palpable (tanto que una pegadiza melodía ucraniana de origen indeterminado titulada «Bayraktar» se ha hecho viral)10. El éxito del TB2 es aún más notable si se tiene en cuenta las alabadas defensas aéreas rusas, que han neutralizado en gran medida los Su-25 ucranianos, y que Ucrania posee tan pocos de estos sistemas. Un mayor número de UCAV amenazaría las líneas de suministro rusas y ralentizaría los movimientos, especialmente teniendo en cuenta cuán dispersas están las columnas blindadas y mecanizadas de Rusia y cuán pobres parecen ser sus defensas aéreas de corto alcance.

Eugene Dokukin, conocido en Internet como «MustLive», es uno de los principales organizadores de la ciberresistencia contra los esfuerzos rusos de ciberguerra destinados a socavar el gobierno de Ucrania.

Ucrania no es el único conflicto reciente en el que los UCAV tácticos — y los Bayraktar TB2 en particular — han demostrado su valía. Azerbaiyán utilizó ampliamente los UCAV durante la guerra de Nagorno-Karabaj de 2020 para derrotar al ejército armenio de estilo ruso11. Destruyeron gran número de pertrechos y convoyes militares de Armenia, lo que acabó provocando una parálisis operativa. De hecho, en lugar de arriesgarse a los ataques aéreos cuando operaban en campo abierto o reabasteciendo a sus unidades, los armenios se ocultaron en su mayoría bajo el camuflaje.

El mejor medio para mantener y aprovechar los ataques exitosos con UCAV contra las fuerzas rusas sería adquirir y enviar los TB2, que el ejército ucraniano ya opera, desde las reservas y líneas de producción en Turquía y que sean piloteados por contratistas del sector privado. Los contratos existentes y muy públicos entre Kiev y Ankara proporcionan una cobertura política razonable a Turquía, que, en cualquier caso, ya ha emprendido acciones más provocadoras, como el cierre selectivo de los estrechos a los buques navales rusos12.

Si Turquía se muestra reticente, otros UCAV podrían ser fácilmente sustituidos. Los UCAV de media altitud y larga resistencia (MALE) tienen la ventaja de poder ser piloteados a distancia, quizás por personal del sector privado, a mayores distancias del campo de batalla. Los UCAV tipo Predator y Reaper estadounidenses son los mejores sistemas y podrían suministrarse en gran número, aunque serían los más provocativos. Los UCAV Wing Loongs, de fabricación china, por su parte, son menos capaces, pero están muy difundidos en todo el mundo (los emplean, por ejemplo, Nigeria, Egipto, Arabia Saudí, Marruecos y los Emiratos Árabes Unidos)13. Por lo tanto, podrían ser suministrados sin que Rusia pudiera discernir fácilmente su origen. Incluso el suministro de drones MALE en una función de inteligencia, vigilancia y reconocimiento no armados aumentaría significativamente la eficacia de las fuerzas ucranianas al proporcionarles datos de sensores/selección de blancos en tiempo real.

Paralelamente a los UCAV, los gobiernos de la OTAN podrían proporcionar a Ucrania pequeños drones comerciales como el DJI Mavic y el Phantom, cuya amplia disponibilidad dificulta determinar su origen. Estas plataformas proporcionan información útil desde el punto de vista táctico, pueden modificarse para llevar explosivos y pueden utilizarse con fines propagandísticos, como la documentación de crímenes de guerra rusos y la grabación de operaciones exitosas de Ucrania14.

Intermediación en el reemplazo de las pérdidas de equipamiento de Ucrania

A pesar de las importantes pérdidas, las fuerzas terrestres y aéreas de Ucrania han impedido a Rusia obtener la superioridad aérea. La inesperada incapacidad de las fuerzas aéreas rusas para destruir la capacidad de misiles tierra-aire de Ucrania o su fuerza de cazas MiG-29 y Su-27 ha impedido el apoyo aéreo cercano de Rusia y su capacidad para atacar la infraestructura de transporte de Ucrania. Esto ha permitido a las fuerzas ucranianas obstaculizar las ofensivas terrestres de Rusia, desplazando tropas y suministros por el país e impidiendo que Rusia establezca puentes aéreos para reabastecer a sus fuerzas terrestres15.

Rusia puede reemplazar sus pérdidas transfiriendo aviones y misiles tierra-aire (SAM) de otras zonas, pero Ucrania no puede reemplazar orgánicamente su equipamiento perdido. Basándose en ejemplos anteriores, como la guerra árabe-israelí de 1973, es probable que Ucrania pierda operadores y pilotos entrenados más lentamente que equipamiento. En 1973, Israel, Egipto y Siria se quedaron sin aviones utilizables, a pesar de contar todavía con sólidas reservas de pilotos. Las entregas de emergencia de cazas procedentes de las reservas estadounidenses y del Pacto de Varsovia mantuvieron a sus fuerzas aéreas operacionales hasta el final de la guerra. Para Israel, eso significó depender de aviones de fabricación estadounidense en los que sus pilotos se habían entrenado antes de la guerra. Estados Unidos transfirió unos cien cazabombarderos F-4 Phantom y otros treinta y dos aviones de ataque A-4 Skyhawk (todos los A-4 y los 40 F-4 llegaron antes del cese al fuego), lo que permitió a las Fuerzas de Defensa de Israel mantener las operaciones de apoyo aéreo completas a pesar de sufrir grandes pérdidas16.

Estados Unidos cuenta con un gran inventario de equipamiento aéreo y terrestre, pero a diferencia del personal israelí en 1973, los soldados y pilotos ucranianos no están capacitados para utilizar los aviones y sistemas de armamento pesado estadounidenses; la fuerza aérea ucraniana necesita aviones MiG-29, Su-27, Su-24 y Su-2517. El ejército ucraniano necesita sistemas de armas y municiones de reemplazo que Estados Unidos y sus aliados de Europa Occidental no fabrican ni operan. Sin embargo, hay formas de que Estados Unidos proporcione lo que Ucrania necesita.

En la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos era el arsenal de la democracia que proporcionaba armas y municiones a sus aliados, pero Ucrania necesita que Estados Unidos se convierta en el intermediario de la democracia que recorre el mundo para conseguir aviones MiG-29; piezas de repuesto para los helicópteros de ataque Hind; y misiles, radares y lanzadores de repuesto para los sistemas de defensa antiaérea S-300 de Ucrania. Varios miembros de la OTAN de Europa del Este tienen armas y municiones compatibles, y algunos han mostrado su disposición a transferirlas a Ucrania. Eslovaquia se ha comprometido a proporcionar sistemas de S-300 de sus inventarios, pero Rusia ha amenazado con atacar cualquier intento de transferencia de los sistemas. Estados Unidos debería apoyar con determinación a los proveedores, entre otras cosas, cubriendo las capacidades de defensa perdidas y proporcionando una defensa provisional mediante el despliegue de personal estadounidense y hasta que los sistemas de reemplazo sean operacionales18.

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La inesperada incapacidad de la fuerza aérea rusa para destruir la capacidad de misiles tierra-aire de Ucrania o su fuerza de cazas MiG-29 y Su-27 ha impedido el apoyo aéreo cercano de Rusia y su capacidad para atacar la infraestructura de transporte de Ucrania.

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Si los dirigentes estadounidenses creen que es demasiado peligroso que la OTAN suministre abiertamente los principales sistemas de armas y municiones, Estados Unidos podría trabajar con los Estados fuera de la OTAN que tienen armas compatibles para animarlos a transferir sus sistemas a Ucrania. Estados Unidos podría lograr esto a través de una multitud de técnicas. El gobierno de Estados Unidos puede financiar la compra de armas por parte de Ucrania directamente de proveedores extranjeros, puede comprar las armas y luego proporcionárselas a Ucrania, o puede orquestar acuerdos de trueque, proporcionando armas de reemplazo en condiciones favorables a cambio de que los Estados suministren sus propias armas exsoviéticas/rusas a Ucrania. Muchas de las armas que Ucrania necesita, incluidos los sistemas de defensa antiaérea y los MiG-29, pueden ser desmontados y transportados en aviones C-5, C-17 o IL-76, lo que permite su rápido traslado a Ucrania. Entre las ventas de la era soviética y las rusas de posguerra fría, muchos países disponen de sistemas idénticos o similares a los equipos actuales de Ucrania. Incluso después de excluir a los Estados con los que Estados Unidos podría resistirse a negociar, Polonia, Bulgaria, Eslovaquia, Perú, Chad, Malasia, Indonesia, Argelia y Angola operan aviones MiG-29 y/o Su-25. Los Su-27 son más raros, pero Angola, Eritrea e Indonesia tienen Su-2719. Los tanques y la artillería rusos son omnipresentes, e incluso los sistemas de defensa antiaérea están muy extendidos. Argelia, Armenia, Bulgaria, Azerbaiyán, Grecia y Eslovaquia operan con el mismo modelo de S-300 que poseen los ucranianos o con versiones potencialmente superiores que, críticamente, son evoluciones posteriores de los sistemas de S-300 PS que utilizan los ucranianos.

Eugene Dokukin, conocido en Internet como «MustLive», es uno de los principales organizadores de la ciberresistencia contra los esfuerzos rusos de ciberguerra destinados a socavar el gobierno de Ucrania.

Pilotos y personal de mantenimiento voluntarios extranjeros

Para seguir volando, las fuerzas aéreas ucranianas necesitarán pronto más pilotos y personal de mantenimiento. Esto plantea un dilema: se necesita mucho tiempo para formar a los pilotos y a las tripulaciones de mantenimiento, y la formación tiene que coincidir con el tipo de avión. Los gobiernos de la OTAN han dudado hasta ahora en comprometer a sus propios pilotos en la defensa de Ucrania, ya sea interviniendo en su nombre o declarando algún tipo de «zona de exclusión aérea», lo que implicaría riesgos similares de escalada. No obstante, todavía pueden ayudar a los esfuerzos de Ucrania para negar la supremacía aérea de Rusia de formas menos escalofriantes y más negables, principalmente facilitando el vuelo de voluntarios de Europa del Este a Ucrania20.

Existe un precedente histórico de estos esfuerzos. Antes de que Estados Unidos entrara oficialmente en la Segunda Guerra Mundial, el presidente Franklin D. Roosevelt autorizó a los pilotos del Cuerpo Aéreo del Ejército, la Armada y el Cuerpo de Infantería de Marina de Estados Unidos a pilotear aviones de fabricación estadounidense para China contra Japón21. Los noventa y nueve pilotos estadounidenses que componían originalmente el Grupo de Voluntarios Estadounidenses (AVG, o «Flying Tigers») fueron dados de baja de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos con el claro entendimiento de que serían bienvenidos de nuevo después. El AVG impidió las ofensivas japonesas en Birmania, se enfrentó a la supremacía aérea japonesa y consiguió una tasa de derribamientos favorable22. El AVG es solo un ejemplo de los grupos de caza voluntarios. El 19º Escuadrón de Finlandia durante su guerra de invierno de 1940 con la Unión Soviética estaba compuesto en su totalidad por pilotos suecos, la fuerza aérea de Israel en 1948 estaba compuesta casi en su totalidad por voluntarios extranjeros, y el Escuadrón Lafayette de Francia de la Primera Guerra Mundial estaba compuesto por voluntarios estadounidenses23. Aunque no son exactamente voluntarios, los pilotos soviéticos volaron cazas MiG con marcas chinas contra los estadounidenses en Corea, y volaron aviones egipcios contra los israelíes en 197024.

Los pilotos voluntarios de Europa del Este y las tripulaciones de mantenimiento que ya están familiarizados con los modelos de aviones ucranianos pueden ser alentados a servir en Ucrania de varias maneras. Se les puede ofrecer permisos de ausencia de sus propias fuerzas armadas nacionales o fuerzas de reserva. Se podría incentivar a las aerolíneas comerciales que emplean a veteranos militares y reservistas para que hagan lo mismo. Un Estado podría donar sus aviones de la era soviética y animar a sus pilotos a ofrecerse como voluntarios para el servicio ucraniano. También se podría reclutar un número limitado de pilotos voluntarios y personal de mantenimiento cualificado en aviones estándar de la OTAN, proporcionando formación de conversión. Los pilotos europeos occidentales y estadounidenses suelen volar más horas y entrenar de forma más realista que sus homólogos rusos o ucranianos (150-250 horas al año frente a 100-120)25. Los pilotos no ucranianos, sin embargo, no deberían volar más allá de la zona de combate por las consecuencias negativas de que los voluntarios extranjeros caigan en manos rusas.

Un avión Mikoyan-Gurevich MiG-29A (9-12A) de la fuerza aérea ucraniana sale del Royal International Air Tattoo 1997 en Fairford, Inglaterra.

Continuación de la guerra en Ucrania occidental

Los comandantes rusos centraron su planificación en la toma de Kiev porque creían que pondría fin a la resistencia ucraniana eficaz y les permitiría formar un gobierno cliente. La clave para prolongar la resistencia de Ucrania de semanas a muchos meses o años es prepararse para el día en que Kiev caiga. La decisión del presidente Volodymyr Zelensky de permanecer en Kiev dinamizó la resistencia ucraniana e influyó en la opinión popular mundial. Lo ideal es que Zelensky y otros líderes del gobierno escapen de Kiev si esta cae, pero hay que tomar medidas para permitir que un gobierno ucraniano legítimo siga funcionando, aunque Zelensky, sus ministros y gran parte del parlamento sean asesinados o capturados. La supervivencia de un gobierno legítimo dificultará enormemente que un régimen instalado por Rusia en la Kiev ocupada consiga alguna legitimidad interna e inspirará la resistencia tras las líneas rusas.

Estados Unidos y sus aliados deberían animar firmemente al gobierno ucraniano a establecer un gobierno alternativo con sede en el oeste de Ucrania. Este gobierno debería estar formado por una persona que pueda suceder legítimamente en el cargo y las funciones de la presidencia y por un gabinete completo de ministros en la sombra que asumirían sus poderes si los titulares fueran capturados o asesinados. Estados Unidos y los países europeos deben proporcionar toda la tecnología de comunicaciones y otras infraestructuras necesarias para que el gobierno se comunique con su propio pueblo y con el resto del mundo.

Winston Churchill trazó planes para recrear un gobierno británico en 1940, cuando, al igual que Zelensky ahora, se enfrentó a la perspectiva de que su capital fuera atacada. Churchill adelantó sus intenciones en la Cámara de los Comunes el 4 de junio de 1940 cuando prometió que «incluso si, cosa que no creo ni por un momento, esta isla o una gran parte de ella fuera subyugada y muriera de hambre, entonces nuestro Imperio más allá de los mares, armado y custodiado por la flota británica, continuaría la lucha»26. En el momento de su discurso, los planes de Churchill no estaban completamente formados, pero pronto aprobó los planes para enviar al rey Jorge VI y a su familia a Madresfield Court, en Worcestershire, si surgía la necesidad. El plan, denominado operación Rocking Horse, también preveía la reconstitución de un gobierno británico en Stratford-upon-Avon27. Churchill también sentó las bases para enviar al rey y a parte del gobierno al extranjero ordenando la operación Fish, que transportó miles de millones de libras esterlinas en oro y valores desde Gran Bretaña a Canadá para que un gobierno de resistencia tuviera acceso a los recursos necesarios para continuar la guerra28.

El mantenimiento de un gobierno legítimo existente ayudará a las fuerzas ucranias restantes a sostener su cohesión y a reformar un frente defensivo en el oeste de Ucrania. Puede ser posible defender Lviv, pero incluso si eso resulta insostenible, el ejército ucraniano puede mantener la resistencia aprovechando la geografía extrema. La mayor parte de Ucrania consiste en una llanura, pero en el oeste toca y atraviesa los Cárpatos. El enclave de Zakarpattia se extiende al oeste de los pasos de los Cárpatos y partes de tres enclaves vecinos incluyen las alturas de los Cárpatos. Si se fortifica y defiende adecuadamente con una fuerza bien aprovisionada y decidida, romper la línea de los Cárpatos podría resultar extremadamente difícil, y muy costoso, para el ejército ruso.

Estados Unidos y los países europeos deberían ayudar a preparar la defensa de los Cárpatos. Esto implica la construcción de infraestructuras que incluyan depósitos de municiones y complejos de mando reforzados para apoyar a un ejército defensor y fortificaciones tácticas para bloquear los pasos a través de los Cárpatos. El trabajo puede ser realizado por trabajadores ucranianos, pero se necesitarán algunos expertos para diseñar y supervisar adecuadamente las obras. Los expertos occidentales deberían ser contratistas en lugar de soldados en el servicio activo.

Si están fuertemente fortificados, los Cárpatos son una barrera formidable. En dos ocasiones en el siglo XX, los Cárpatos frustraron a los ejércitos rusos o soviéticos victoriosos, primero en 1914-1915 y de nuevo en 1944. En 1914 y 1915, los líderes del ejército de la Rusia zarista, que había infligido pérdidas aplastantes al ejército austrohúngaro, que le superaba en número, descubrieron para su consternación que incluso las tropas superadas y previamente desmoralizadas eran capaces de impedirles con éxito atravesar los Cárpatos29. En 1944, a pesar de la superioridad aérea soviética, las fuerzas alemanas y húngaras mantuvieron el paso de Dukla frente a una fuerza del Ejército Rojo que las superaba en 3,7 a 1 durante más de cincuenta días y que infligió unas sesenta y cinco mil bajas a los vencedores finales. Las fuerzas soviéticas acabaron cruzando los Cárpatos, pero tuvieron que recurrir a las fuerzas que se desplazaban a través de Rumanía para invadir Hungría, lo que alargó la resistencia de Alemania en el frente oriental30.

El uso de la geografía extrema para refugiar ejércitos superados en número y gobiernos asediados es una táctica antigua. En el año 878, Alfredo el Grande utilizó los pantanos de Somerset como base de operaciones que permitieron a su ejército superado en número sobrevivir frente a la superioridad de las fuerzas danesas. Su táctica resultó fundamental para sentar las bases de la nación inglesa31. Tanto el Partido Comunista Chino (PCCh) como el Kuomintang (KMT) sobrevivieron a la aniquilación del otro gracias a las ventajas de la geografía extrema. Cuando las fuerzas del KMT derrotaron al PCCh en Jiangxi en 1934, comenzó la Larga Marcha hacia Yan’an, una región montañosa en el norte. Luego, cuando el PCCh derrotó a los ejércitos del KMT en 1949, Chiang Kai-shek ordenó una retirada a Formosa (Taiwán), que aprovechó el estrecho de Formosa para retrasar cualquier ataque del EPL. La retirada acabó salvando a la República de China como Estado32. Por último, durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército suizo utilizó la amenaza de retirarse a un cinturón de fortalezas bien provisto en los Alpes para disuadir a Adolf Hitler de invadir Suiza tras la caída de Francia33.

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Este gobierno alternativo debería estar formado por una persona que pueda suceder legítimamente en el cargo y las funciones de la presidencia y por un gabinete completo de ministros en la sombra que asumirían sus poderes si los titulares fueran capturados o asesinados.

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Conclusión

La mejor oportunidad de Ucrania para sobrevivir a la invasión rusa es prolongar la guerra y obligar a Putin a reevaluar el precio de la victoria. Cuanto más dure la guerra, más probable es que el creciente daño económico que las sanciones están causando a Rusia se combine con el descontento interno por las bajas para convencer a Putin de que es demasiado peligroso políticamente para él continuar la guerra. Putin ha amenazado implícita y explícitamente con utilizar armas nucleares contra Estados Unidos o la OTAN, y Estados Unidos no debería arriesgarse innecesariamente a un intercambio nuclear. Sin embargo, no es estratégica, moral o políticamente sostenible que Estados Unidos y la OTAN permitan a Rusia conquistar Ucrania mediante una estrategia de desgaste mientras Occidente se mantiene al margen. Una política de este tipo socavaría la disuasión al hacer ver a Putin que se puede acobardar a Occidente mediante amenazas de escalada.

El mejor camino para Estados Unidos y sus aliados es ampliar drásticamente la gama de apoyo que está proporcionando a Ucrania para incluir todo el espectro de la guerra moderna. Estados Unidos debería entrenar y armar a los expatriados y refugiados ucranianos que deseen volver a casa para luchar. También debería facilitar a Ucrania la obtención de equipamiento, desde cazas hasta sistemas antiaéreos, vehículos aéreos no tripulados (UCAV), artillería y municiones para sostener a las fuerzas ucranianas. Si existe la voluntad política, también podría facilitar los ciberataques de los auxiliares cibernéticos y fomentar la formación de escuadrones internacionales de voluntarios para ayudar a defender el espacio aéreo de Ucrania. En último lugar, Estados Unidos debería animar firmemente a los ucranianos a crear un gobierno de reserva en el oeste de Ucrania y aprovechar la ayuda occidental para crear un reducto occidental fortificando el oeste de Ucrania, especialmente los Cárpatos.

Estas medidas no garantizarán que Ucrania gane la guerra ruso-ucraniana, pero ayudarán a Ucrania a crear obstáculos para Rusia y contribuirán a restablecer la disuasión de la OTAN al enfrentarse a Rusia con acciones militares difíciles de detener que señalan que nuevos actos de agresión provocarán una escalada por parte de la OTAN y Estados Unidos. En caso de que Ucrania caiga en manos de Rusia, muchas de estas políticas —como la formación de los ucranianos que regresen, la creación de un gobierno de reserva y la preparación de Ucrania occidental para resistir los ataques rusos— facilitarían la resistencia ucraniana contra la ocupación. Si Ucrania tiene más éxito en su defensa, reforzarían la mano de Ucrania en cualquier negociación con Rusia. Ucrania no puede derrotar a Rusia por sí sola, pero con suficiente ayuda podría obligar a Rusia a negociar seriamente con el gobierno de Zelensky. Sea cual sea el resultado, la profundización del apoyo militar de Estados Unidos a Ucrania dejará a este país en una mejor posición estratégica al final de la guerra que si continúa con una política de sanciones a Rusia y de suministro de ayuda financiera y de armas ligeras a Ucrania.


Notas

  1. David A. Deptula et al., «6 Things NATO Can Do to Help Ukraine Right Now», Foreign Policy (sitio web), 16 de marzo de 2022, accedido 14 de abril de 2022, https://foreignpolicy.com/2022/03/16/nato-ukraine-support-russia-war-help-ideas/.
  2. Ibid.
  3. Pierre Rezoux, La Guerre du Kippour D’Octobre 1973 (Paris: Economica, 1999).
  4. Rafal Niedzielski y Jamey Keaten, «‘I Will Stay until the End’: Ukrainian Women Vow to Return and Help», Christian Science Monitor (sitio web), 18 de marzo de 2022, accedido 8 de abril de 2022, https://www.csmonitor.com/World/Europe/2022/0318/I-will-stay-until-the-end-Ukrainian-women-vow-to-return-and-help.
  5. Monica Buchanan Pitrelli, «Global Hacking Group Anonymous Launches ‘Cyber War’ against Russia», CNBC, 1 de marzo de 2022, accedido 8 de abril de 2022, https://www.cnbc.com/2022/03/01/how-is-anonymous-attacking-russia-disabling-and-hacking-websites-.html.
  6. Forrest B. Hare, «Privateering in Cyberspace: Should Patriotic Hacking Be Promoted as National Policy?», Asian Security 15, nro. 2 (2019): 93–102, https://doi.org/10.1080/14799855.2017.1414803.
  7. Scott D. Applegate, «Cybermilitias and Political Hackers: Use of Irregular Forces in Cyberwarfare», IEEE Security & Privacy 9, nro. 5 (2011): 16–22, https://doi.org/10.1109/MSP.2011.46.
  8. Stephen Herzog, «Revisiting the Estonian Cyber Attacks: Digital Threats and Multinational Responses», Journal of Strategic Security 4, nro. 2 (2011): 49–60, http://dx.doi.org/10.5038/1944-0472.4.2.3.
  9. Brett Forrest y Jared Malsin, «Ukraine Says It Used Turkish-Made Drones to Hit Russian Targets», Wall Street Journal (sitio web), 27 de febrero de 2022, accedido 8 de abril de 2022, https://www.wsj.com/livecoverage/russia-ukraine-latest-news-2022-02-26/card/ukraine-says-it-uses-turkish-made-drones-to-hit-russian-targets-DrigGO7vkGfDzbBuncnA.
  10. Spencer Kornhaber, «The Military Weapon That Has Become a Musical Touchstone in Ukraine», The Atlantic (sitio web), 10 de marzo de 2022, accedido 8 de abril de 2022, https://www.theatlantic.com/culture/archive/2022/03/ukraine-war-music-history/627024/.
  11. Kareem Fahim, «Turkey’s Military Campaign beyond Its Borders Is Powered by Homemade Drones», Washington Post (sitio web), 29 de noviembre de 2020, accedido 8 de abril de 2022, https://www.washingtonpost.com/world/middle_east/turkey-drones-libya-nagorno-karabakh/2020/11/29/d8c98b96-29de-11eb-9c21-3cc501d0981f_story.html.
  12. Véase, por ejemplo, «Ukraine, Turkey to Jointly Produce New-Gen Armed Drones», Daily Sabah (sitio web), 13 de diciembre de 2021, accedido 8 de abril de 2022, https://www.dailysabah.com/business/defense/ukraine-turkey-to-jointly-produce-new-gen-armed-drones.
  13. Francesco F. Milan y Aniseh Bassiri Tabrizi, «Armed, Unmanned, and in High Demand: The Drivers behind Combat Drones Proliferation in the Middle East», Small Wars & Insurgencies 31, nro. 4 (2020): 730–50, https://doi.org/10.1080/09592318.2020.1743488.
  14. Sobre los usos tácticos de los drones comerciales, véase Ash Rossiter, «Drone Usage by Militant Groups: Exploring Variation in Adoption», Defense & Security Analysis 34, nro. 2 (2018): 113–26, https://doi.org/10.1080/14751798.2018.1478183.
  15. Justin Bronk, «The Mysterious Case of the Missing Russian Air Force», RUSI Commentary, 28 de febrero de 2022, accedido 8 de abril de 2022, https://rusi.org/explore-our-research/publications/commentary/mysterious-case-missing-russian-air-force; Kris Orborn «Russia Still Hasn’t Gained Air Superiority Over Ukraine», The National Interest (sitio web), 11 de marzo de 2022, accedido 8 de abril de 2022, https://nationalinterest.org/blog/buzz/russia-still-hasnt-gained-air-superiority-over-ukraine-201170.
  16. David Tal, «A Tested Alliance: The American Airlift to Israel in the 1973 Yom Kippur War», Israeli Studies 19, nro. 3 (otoño de 2014): 29–54, https://doi.org/10.2979/israelstudies.19.3.29.
  17. «2022 World Air Forces» Flight International, 32, accedido 8 de abril de 2022, https://d3lcr32v2pp4l1.cloudfront.net/Uploads/s/u/t/flightglobal_worldairforcesdirectory_2022_28129.pdf.
  18. Katie Bo Lillis et al., «Slovakia Preliminarily Agrees to Send Key Air Defense System to Ukraine», CNN, 16 de marzo de 2022, accedido 8 de abril de 2022, https://www.cnn.com/2022/03/16/europe/slovakia-s-300s-ukraine/index.html; Georgi Gotev, «Russia Says Will Attack Slovakia’s S-300 Missile Supplies to Ukraine», Euractiv, 18 de marzo de 2022, accedido 8 de abril de 2022, https://www.euractiv.com/section/global-europe/news/russia-says-will-attack-slovakias-s-300-missile-supplies-to-ukraine.
  19. «2022 World Air Forces».
  20. Deptula et al., «6 Things NATO Can Do to Help Ukraine Right Now».
  21. Eugenie Buchan, A Few Planes for China: The Birth of the Flying Tigers (Lebanon, NH: University Press of New England, 2017), 34–74.
  22. Daniel Ford, Flying Tigers: Claire Chennault and His American Volunteers, 1941-1942 (Washington, DC: Smithsonian Institute Press, 1991), 222–322.
  23. Martina Sprague, Swedish Volunteers in the Russo-Finnish Winter War, 1939-1940 (Jefferson, NC: McFarland, 2010), 125–47.
  24. Igor Seidov, Red Devils over the Yalu: A Chronicle of Soviet Aerial Operations in the Korean War 1950-53 (Solihull, RU: Helion, 2013), passim.
  25. Sobre estas estimaciones, véase Bronk, «The Mysterious Case of the Missing Russian Air Force».
  26. Winston Churchill, «June 4, 1940», International Churchill Society, accedido 8 de abril de 2022, https://winstonchurchill.org/resources/speeches/1940-the-finest-hour/we-shall-fight-on-the-beaches/.
  27. Andrew Stewart, «Protecting the King», cap. 3 en The King’s Private Army: Protecting the British Royal Family during the Second World War (Solihull, RU: Helion, 2016).
  28. Alfred Draper, Operation Fish: The Fight to Save the Gold of Britain, France and Norway from the Nazis (Toronto: General Publishing Co., 1979), passim.
  29. Alexander Watson, The Fortress: The Siege of Przemyśl and the Making of Europe’s Bloodlands (New York: Basic Books, 2020), 190–94; David Stone, The Russian Army in the Great War: The Eastern Front, 1914-1917 (Lawrence: University Press of Kansas, 2015), 125–30, 140–45.
  30. Karl-Heinz Frieser et al., Die Ostfront 1943/44 – Der Krieg im Osten und an den Nebenfronten Das Deutsche Reich und der Zweite Weltkrieg [El Frente Oriental 1943/44 – la guerra en el este y en los frentes secundarios del Reich alemán y la Segunda Guerra Mundial], tomo VIII (Múnich: Deutsche Verlags-Ansta, 2007).
  31. Benjamin Merkle, The White Horse King: The Life of Alfred the Great (Nashville: Thomas Nelson, 2009), 91.
  32. Ed Jocelyn y Andrew McEwen, The Long March: The True Story behind the Legendary Journey That Made Mao’s China (Londres: Constable, 2006), passim; Jay Taylor, The Generalissimo Chiang Kai-shek and the Struggle for Modern China (Cambridge, MA: Belknap Press, 2011), 378–453.
  33. J. E. Kaufmann y Robert M. Jurga, Fortress Europe: European Fortifications of World War II (Cambridge, MA: Da Capo Press, 2002), 154–59.
 

Marc R. DeVore es profesor sénior de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de St. Andrews. Sus principales intereses son la economía política de las industrias de defensa y la innovación militar. Ha publicado en la Review of International Political Economy, Security Studies, New Political Economy, Journal of Strategic Studies, Defence and Peace Economics, European Journal of International Security, War in History and Terrorism and Political Violence. Ha realizado investigaciones de campo en los Balcanes, Libia, Irak, Líbano y la República Centroafricana. Su monografía, «When Failure Thrives: Institutions and the Evolution of Postwar Airborne Forces» (Army University Press), ayudó a reconfigurar la forma en que los líderes del Ejército de EUA veían la utilidad de las operaciones aerotransportadas a gran escala. Su libro Financial Management for National Defense (Gestión financiera para la defensa nacional), del que es coautor, ha sido asignado a los interventores del Pentágono. Ha asesorado la Agencia para el Desarrollo de la Defensa de la República de Corea, al Ministerio de Defensa de Suiza y la OTAN.

Andrew Orr es profesor asociado de Historia Militar en la Universidad Estatal de Kansas y director del Instituto de Historia Militar. Se licenció en el Claremont McKenna College y obtuvo una maestría y doctorado en Historia Europea en la Universidad de Notre Dame. Entre sus obras se destacan Women and the French Army during the World War, 1914-1940 y artículos en Journal of Military History, French History, French Historical Studies y en International Journal of Military History and Historiography.

Ash Rossiter es profesor adjunto de Seguridad Internacional en la Universidad Khalifa de Abu Dhabi. Se doctoró en la Universidad de Exeter en 2014. Es autor de Security in the Gulf, publicado en 2020 por Cambridge University Press y ha publicado ampliamente sobre asuntos de seguridad. Sus trabajos han aparecido en revistas como Intelligence & National Security, Defence Studies, International Politics, Parameters y Middle Eastern Studies, así como otros medios de publicación.

 

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