Victoria antes de la guerra
Un argumento a favor de la consolidación de logros
General de brigada Matthew N. Metzel, Reserva del Ejército de EUA
Coronel Jay Liddick, Ejército de EUA
Coronel Heiva Hugh Kelley, Reserva del Ejército de EUA
Teniente coronel (P) Robert T. Greiner, Ejército de EUA
Travis Bolio
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En octubre de 2022, el Ejército publicó su nueva doctrina operacional durante la reunión anual de la Asociación del Ejército de Estados Unidos. El Manual de Campaña (FM, por sus siglas en inglés) 3-0, Operaciones, proclamada como la primera revisión holística de la metodología de combate del Ejército desde que se diera a conocer la batalla aeroterrestre cuarenta años antes. El FM 3-0 pretende ser mucho más que un resultado iterativo de las prácticas heredadas. En vez de ello, consagra un nuevo concepto operacional de combate y ha iniciado una revisión completa de todo el cúmulo de conocimientos doctrinales. La ambición que manifestara hace un tiempo el oficial superior del Ejército, el general James McConville, fue inspirar un «cambio transformacional» en vez de mejorar el Ejército de forma incremental1. Con este fin, el FM 3-0 vuelve a centrar la atención en varios términos y conceptos ya conocidos, a la vez que propone nuevos términos para orquestar la aplicación de las capacidades del Ejército en apoyo de la fuerza conjunta.
El principio fundamental del FM 3-0 es un concepto denominado operaciones multidominio, que se define como «el empleo de las armas combinadas de capacidades conjuntas y del Ejército para crear y explotar ventajas relativas»2. Esta definición parece intuitiva a primera vista. Al fin y al cabo, el empleo concertado de las armas combinadas modernas ha sido un principio casi axiomático desde mucho antes de las fangosas trincheras de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, esta afirmación niega la complejidad inherente a la aplicación contemporánea del concepto y su posible impacto en entornos operacionales cada vez más dinámicos. Además, aunque las operaciones multidominio llevan varios años en el lenguaje doctrinal del Ejército, su importancia en el nuevo FM 3-0 es más que un intento de pasar «vino viejo en botella nueva». No se trata de modificar un concepto heredado, sino de reflejar una madurez que codifica las lecciones aprendidas junto con el cambiante entorno operacional de las últimas cuatro décadas.
No cabe duda de que esta nueva doctrina está bien diseñada y templada tras años de pruebas y evaluaciones. Sin embargo, a pesar de todos sus puntos fuertes, el FM 3-0 resulta incompleto a la hora de articular y analizar una de las aportaciones fundamentales del Ejército: la consolidación de logros (CG, por sus siglas en inglés). De hecho, «consolidación de logros» es un término utilizado con tanta frecuencia y en tantos contextos en todo el FM 3-0 que es difícil darle un significado concreto o una finalidad clara. Es una función estratégica, un resultado de las operaciones multidominio, un imperativo y un conjunto de esfuerzos operacionales3. Estas inconsistencias debilitan el impacto crucial logrado a través de la CG, a la vez que ofuscan el hecho de que esta función está profundamente arraigada en el ADN del Ejército y es orgánica a su misión.
La ampliación del FM 3-0 definirá aún más el significado y el valor resultante de la CG. Ello demostrará por qué el Ejército es el servicio en mejor posición para liderar los esfuerzos de CG en nombre de la fuerza conjunta. Para lograr estos objetivos, el artículo definirá en primer lugar el propósito de consolidar logros antes de describir brevemente la evolución del término y la importancia inherente a la misión del Ejército. Acto seguido aplicará ejemplos de la doctrina y de la experiencia reciente para demostrar la utilidad de los logros consolidados en la preparación, la disuasión y la victoria en la guerra como parte de una estrategia de todo el gobierno. El artículo analizará también los riesgos que pueden surgir si los logros no se consolidan adecuadamente y concluirá ofreciendo herramientas y enfoques para que los planificadores los tengan en cuenta.
Consolidación de logros: una propuesta de valor
Los comandantes de unidades emplean fuerzas para tareas específicas que aportan valor físico o no físico. Éstas pueden incluir la posesión del terreno, la ventaja posicional, el apoyo de una población, el prestigio moral o la negación de cualquiera de estos elementos a un adversario. Sin embargo, las acciones en el campo de batalla, si se diseñan e integran adecuadamente en el marco del arte estratégico, rara vez se conciben como eventos aislados. Estas acciones tácticas independientes se realizan como parte de una compleja coreografía y, holísticamente, se entretejen para formar el tapiz de un conflicto específico. Cada actividad pretende presentar dilemas adicionales al enemigo, creando con ello una posición de ventaja sobre el adversario para influir en los resultados del teatro de operaciones o en los estados finales. Por lo tanto, la CG es una propuesta de valor para la fuerza conjunta, ya que la suma de inversiones tácticas de bajo costo se reúne bajo un propósito operacionalmente sólido para lograr un efecto estratégico de alto rendimiento.
En búsqueda de la consecución de los objetivos nacionales, los estrategas civiles y militares deben tener en cuenta todas las circunstancias u oportunidades favorables para alcanzar el fin deseado. Estos resultados, alcanzados intencionadamente o no, pueden considerarse «logros». Aunque a menudo se hace referencia a los logros por categorías, como «logros de seguridad» o «logros políticos», todos aportan valor aunque estén aislados dentro de su respectiva tipología. La «consolidación» implica la integración de estos logros bajo un propósito estratégico. La sinergia que resulta de la consolidación de estos logros se combina para crear múltiples dilemas al enemigo. En resumen, definimos la CG como la identificación consciente de los resultados que benefician a los fines deseados, y la apreciación de estos logros dentro de un marco que tenga en cuenta sus efectos acumulativos.
Comprender el valor de los logros consolidados requiere que el Ejército olvide varios términos erróneos relacionados con el uso histórico del término. A diferencia de interpretaciones anteriores en las que los logros se consolidaban en el objetivo como parte de la reorganización y preparación para la siguiente operación, la aplicación contemporánea no se limita a cuestiones de naturaleza táctica o cinética. Más bien, ahora permite a los líderes de todos los niveles obtener mejores resultados mediante la integración de toda la gama de esfuerzos y actores relevantes que abarca actividades militares, civiles, de aliados y de socios. Las ventajas logradas en cualquiera de ellas pueden tener un efecto acumulativo sobre las demás a lo largo de todo el continuo del conflicto. La CG (cuando se hace bien) sirve como agente aglutinante que trasciende los contextos estratégicos (competencia, crisis o conflicto) para cohesionar actividades dispares emprendidas dentro de las demás funciones estratégicas del Ejército (véase la figura 1).
El Ejército reconoce cada vez más la importancia de la CG, como lo demuestra su creciente presencia en la doctrina. Aún así, parece que la institución sigue subestimando la totalidad de su aportación al esfuerzo. Como principal servicio del poderío terrestre, el Ejército tiene la capacidad de guiar a socios y prioridades discretos a través del tiempo y el espacio para maximizar su valor para la fuerza conjunta. La consolidación de logros incluye las contribuciones de toda la fuerza conjunta para aprovechar el acceso, las capacidades y los medios del Ejército. A nivel estratégico, la consolidación de logros implica orquestar cuidadosamente los instrumentos diplomáticos, de información, militares y económicos (DIME, por sus siglas en inglés) del poder nacional.
Más que acciones posconflicto en el área de reunión
Tras las experiencias de las operaciones Libertad Iraquí y Libertad Duradera, las actividades de CG han permanecido estrechamente asociadas a las operaciones de estabilidad a nivel táctico, y principalmente como una fase posterior a las operaciones de combate. El nuevo FM 3-0 hace un trabajo admirable al replantear esta narrativa, pero la connotación todavía puede encontrarse en otras partes de la doctrina. Por ejemplo, la Publicación Conjunta (JP) 3-31, Joint Land Operations, trata la CG exclusivamente bajo el tema de” «Estabilidad» y como un medio para «capitalizar el éxito operacional y establecer las condiciones para un entorno estable y una eventual transición a las autoridades legítimas»4. De hecho, la CG incluye actividades que se extienden a los niveles táctico, operacional y estratégico de la guerra, y abarcan todo el continuo de competencia, crisis y conflicto. La figura 2 ofrece una amplia descripción de la magnitud de las actividades de CG, lo que conduce a importantes ideas sobre el concepto.
El Ejército estadounidense desempeña un papel protagónico en la preponderancia de las actividades de CG a nivel táctico, dadas sus capacidades multidominio a escala, su poder de resistencia en condiciones austeras y su firme presencia en el dominio terrestre donde residen los seres humanos. En cambio, la consolidación de logros a nivel operacional requiere mayor coordinación, recursos y efectos que exigen contribuciones de toda la fuerza conjunta para aprovechar el acceso, las capacidades y los medios del Ejército. A nivel estratégico, la consecución de logros depende de la coordinación y aplicación de los instrumentos DIME.
El empleo óptimo de la CG se basa en actividades anidadas en cada nivel de la guerra para producir efectos sinérgicos cada vez mayores. Por ejemplo, las actividades de CG a nivel táctico pueden involucrar a un equipo de asuntos civiles del Ejército que trabaje con una pequeña aldea para comprender y atender una queja. A nivel operacional, la CG puede combinarse para influir en grupos sociales mayores, como una fuerza de tareas conjunta que reúna muchas actividades de ayuda humanitaria extranjera para reducir el sufrimiento humano y contribuir a la estabilidad de una nación o región específica. En el plano estratégico, la CG puede aprovechar las relaciones entabladas a través de las actividades mencionadas para obtener acceso militar a puertos y aeródromos esenciales dentro de las fronteras del país anfitrión.
Al organizar los esfuerzos de CG a lo largo del continuo del conflicto surgen propósitos distintos para las actividades de competencia, crisis y conflicto. En la competencia, la CG contribuye a establecer el teatro de operaciones y a reducir el «riesgo latente» mediante acciones como la mejora de las condiciones de vida y de las infraestructuras físicas que ayudan a crear buena voluntad y gobernanza con los países socios. En una crisis, las actividades de CG pretenden aprovechar las relaciones para obtener acceso a aeródromos, puertos y áreas de escala final críticos que impongan costos y disuadan a posibles adversarios. Por último, en un conflicto, la CG ayuda a la fuerza conjunta protegiendo las líneas de comunicación, derrotando a los remanentes enemigos detrás de las líneas avanzadas y preparando el terreno para la transición a un enfoque en actividades de estabilización. En consecuencia, la preponderancia de la inversión en CG debería producirse durante la competencia para posicionar mejor a la fuerza conjunta durante la crisis y el conflicto. Concebir las actividades de CG de este modo puede ayudar a la fuerza conjunta a apreciar mejor su posible impacto a lo largo de todo el continuo del conflicto y en todos los niveles de la guerra.
Victoria antes de la guerra
La victoria antes de la guerra requiere mucho más que fuerzas militares estadounidenses que realicen actividades de CG aisladamente. A un nivel estratégico más amplio, el Departamento de Estado (DOS, por sus siglas en inglés) y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) dirigen los esfuerzos diplomáticos y de desarrollo con otras naciones a lo largo del continuo de la competencia. Cuando se combinan con el apoyo del Departamento de Defensa (DOD, por sus siglas en inglés), influyen colectivamente en las poblaciones locales, la gobernanza de los países socios y los sistemas de la sociedad civil para conseguir la victoria en la competencia y evitar la escalada hacia la crisis o el conflicto.
Dentro del Departamento de Defensa, el tamaño y la misión del Ejército le confieren una capacidad única para liderar los esfuerzos de CG en el marco de la fuerza conjunta. Como servicio, el Ejército mantiene una estructura de fuerzas que le permite relacionarse directamente e integrarse estrechamente con las poblaciones locales, los socios internacionales, los aliados, la interagencia y la fuerza conjunta. Esta ventaja ayuda a obtener logros duraderos que posicionan mejor a la fuerza conjunta para responder si se produce una escalada de crisis o conflicto.
La cooperación en materia de seguridad (SC, por sus siglas en inglés) es un gran ejemplo de la CG previa al conflicto. La SC permite a las fuerzas conjuntas aprovechar las capacidades de nuestros socios y aliados para alcanzar objetivos estratégicos mediante la creación de la potencia de combate, el mantenimiento de la libertad de acción, la ampliación del conocimiento del entorno operacional y la ampliación del espacio de decisión del comandante. La SC constituye un ejemplo de enfoque de todo el gobierno en cuanto al liderazgo estratégico. El DOS lidera el enfoque de todo el gobierno y se ocupa de supervisar la SC; la mayoría de las actividades se realizan y coordinan por, con o a través del Ejercito del teatro de operaciones. La SC se desarrolla en el marco más amplio de la ayuda extranjera. La Oficina de Asistencia Extranjera es responsable de la supervisión y dirección estratégica general de los programas de ayuda exterior administrados por el DOS y la USAID. Cuando todos los esfuerzos se reúnen de forma coherente y deliberada, los esfuerzos del gobierno estadounidense son más efectivos y tienen un mayor impacto5.
La asistencia a las fuerzas de seguridad (SFA, por sus siglas en inglés) contribuye a crear las condiciones para futuros logros, ayudando a integrar y fortalecer las relaciones de colaboración y el entendimiento común del entorno estratégico de competencia y de los objetivos realistas. La SFA permite disponer de las capacidades adecuadas, en el lugar correcto y en el momento oportuno, para apoyar y dar forma a los esfuerzos diplomáticos y de seguridad conjuntos y multinacionales; en resumen, la SFA es fundamental para la posterior consolidación de logros. Las fuerzas de SFA deben estar preparadas para ajustar y ampliar las actividades de SFA para la CG alcanzada durante la competencia. La SFA, si se implementa y utiliza correctamente, constituirá un paso fundamental en la consolidación de logros a nivel regional.
A la hora de intentar simplificar y generalizar la CG, se debe reconocer que, como mínimo, debe existir un entorno seguro y protegido para alcanzar los objetivos estratégicos. La CG se vuelve compleja cuando los profesionales intentan comprender la interacción de los factores que deben tenerse en cuenta para consolidar todas las acciones necesarias para lograrla. Para consolidar los logros, los profesionales deben establecer las condiciones de seguridad necesarias para apoyar: la seguridad civil, el control civil, los servicios esenciales, la gobernanza y el desarrollo económico y de infraestructuras6. Comprender estas funciones en el contexto adecuado de la CG es fundamental para alcanzar los objetivos estratégicos. Por ejemplo, las actividades de SC y SFA en el Irak actual pueden ayudar a la fuerza conjunta a disuadir durante una crisis y, de ser necesario, a vencer en un conflicto durante un futuro enfrentamiento con un oponente regional.
Un estudio de caso para la inversión temprana
El enfoque estadounidense de la CG y la forma en que se aplicó (o no) para lograr el éxito general y los objetivos estratégicos se examinan en el cuarto informe del Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán, Stabilization: Lessons from the U.S. Experience in Afghanistan. Este informe destaca la necesidad de una respuesta cohesionada, planificada, adaptada y consolidada en Afganistán, subrayando así la necesidad de que los planificadores tengan un conocimiento profundo de la CG como parte de un enfoque de todo el gobierno para lograr el objetivo político7.
La estabilización, en la mayoría de los casos, se ha concebido como la mera reconstrucción o apaciguamiento de los factores exacerbados durante el conflicto. Sin embargo, cuando se analizan las regiones desde una perspectiva más pragmática y a más largo plazo, esto es sólo una parte del problema. «Incluso en las mejores circunstancias, la estabilización lleva tiempo. Sin la paciencia y la voluntad política para un esfuerzo planificado y prolongado, las misiones de estabilización a gran escala tienen muchas probabilidades de fracasar»8. Un enfoque deliberado de la CG durante la competencia puede, en el mejor de los casos, disuadir a los oponentes del conflicto y, como mínimo, establecer condiciones ventajosas si sobreviene la crisis o el conflicto. La CG ayuda a informar a los líderes para que comprendan mejor las condiciones, los actores y la dinámica del entorno operacional. Las actividades militares de estabilización contribuyen a la CG mediante la integración intencionada de esfuerzos en un enfoque coherente y global para alcanzar los objetivos generales de los socios, los aliados y la interagencia.
Las fuerzas armadas llevan mucho tiempo abogando por la seguridad física, tal y como se explica en el informe del Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán, en el que se afirma que «la seguridad física... es la base de la estabilización»9. Además, la seguridad y la gobernanza deben considerarse simultáneamente desde el nivel táctico hasta el estratégico10. Estas conclusiones refuerzan la idea de que los esfuerzos de CG no pueden relegarse a las actividades posteriores al conflicto. Por el contrario, la CG debe ser un conjunto de condiciones previas, acciones y efectos deliberadamente orientados a derrotar las amenazas a la seguridad a lo largo de todo el continuo del conflicto. El Ejército tiene la misión y la estructura para establecer y mejorar la seguridad como parte de los esfuerzos generales del gobierno estadounidense en todo el continuo, permitiendo así esfuerzos mayores para afrontar los retos dentro de todos los demás sectores. A su vez, refuerza la necesidad de una planificación colaborativa constante a lo largo de todo el continuo del conflicto para lograr resultados que estén informados y promuevan los intereses de los aliados, los socios y la interagencia.
Empoderar a la fuerza conjunta para disuadir y vencer
La Estrategia de Seguridad Nacional define la disuasión integrada como «la combinación ininterrumpida de capacidades para convencer a los posibles adversarios de que el costo de sus actividades hostiles supera los beneficios»11. La disuasión integrada impone efectos duraderos sobre los competidores capaces a través de los elementos DIME del poder nacional. Sincroniza las actividades conjuntas, interagenciales, intergubernamentales y multinacionales, a la vez que opera en todos los teatros y en todos los dominios. El Ejército apoya la disuasión integrada a través de la CG proporcionando a la fuerza conjunta una ventaja posicional (capacidad multidominio, postura, presencia), preparatoria (interoperabilidad, preparación del teatro de operaciones) y estratégica (influencia), a la vez que crea múltiples dilemas a los adversarios potenciales.
Históricamente, la fuerza conjunta ha reconocido al Ejército como el servicio líder para la consolidación de logros de la fuerza conjunta y apoyar la disuasión integrada posicional dentro del dominio terrestre12. Aun así, algunos líderes subestiman muchas de las capacidades del Ejército que se manifiestan en los dominios aéreo, marítimo, cibernético y espacial no tradicionales13. Mientras la fuerza conjunta intenta encontrar opciones de bajo costo que proporcionen resultados de alto impacto, la postura y presencia del Ejército proporciona efectos tanto psicológicos como físicos para ayudar a disuadir a posibles adversarios y, cuando sea necesario, para luchar y prevalecer en operaciones de combate a gran escala14. Además, el servicio apoya la integración de efectos conjuntos y multidominio para tomar y asegurar con facilidad terrenos clave a lo largo de todo el continuo del conflicto15. Ante las crecientes amenazas a las que se enfrentan los líderes políticos en el entorno operacional, el Ejército ofrece capacidades de gran y pequeña envergadura que presentan múltiples dilemas a los posibles adversarios y se apoyan en una dotación total del Ejército de más de un millón de soldados del componente activo, la Guardia Nacional y la Reserva16. La postura y la presencia del Ejército han servido y siguen sirviendo de apoyo a los requisitos de los comandos combatientes a nivel mundial, ya que aportan efectos disuasorios cuantificables a los posibles adversarios, a la vez que garantizan a los aliados y socios el respaldo estadounidense en regiones críticas del planeta17.
Además, el Ejército brinda apoyo preparatorio a la fuerza conjunta para la disuasión integrada. La preparación incluye ejercicios de adiestramiento bilaterales y multilaterales en cada escalón para aumentar la preparación y mejorar la interoperabilidad humana, técnica y procedimental. El Ejército también aporta capacidades esenciales de despliegue y sostenimiento para consolidar logros mucho antes de que surja una crisis o un conflicto. Cada día, el Ejército contribuye a establecer un firme marco arquitectónico de sostenimiento que permite a la fuerza conjunta luchar y vencer durante las operaciones de combate a gran escala. Se están desarrollando futuras iniciativas de sostenimiento del Ejército que incluirán «redes» de capacidades de protección, comunicación y sostenimiento, lo que proporcionará a los comandantes de las fuerzas conjuntas una posición de ventaja frente a posibles adversarios18.
Por último, el Ejército refuerza la disuasión integrada consolidando los logros alcanzados mediante la influencia de los líderes dentro del aparato de seguridad de las naciones socias y aliadas. Muchas actividades de adiestramiento y colaboraciones en materia de seguridad con socios y aliados a nivel táctico siembran las semillas de la confianza, que producirán una cosecha de compromiso estratégico en los años venideros19. Dado que los Estados-nación a menudo confían en el asesoramiento de los comandantes de las fuerzas terrestres respecto a los acuerdos de seguridad, las relaciones de los líderes del Ejército con sus homólogos de los países anfitriones pueden constituir una ventaja decisiva. Desde la presencia prolongada del Ejército estadounidense en los países miembros de la OTAN a las remotas actividades de cooperación en materia de seguridad en islas menos conocidas del Pacífico, la capacidad del Ejército para consolidar sus logros gracias a la influencia de sus socios y aliados desempeña un papel esencial en el apoyo a la disuasión integrada.
Logros aislados: reducir el riesgo de una mala consolidación
Las fuerzas armadas estadounidenses deben emplear sistemáticamente actividades de CG en todas las operaciones, durante el continuo del conflicto porque: los rivales están compitiendo activamente para asegurar sus logros en el presente; si Estados Unidos no consolida sus logros, un rival lo hará y, aplicar con éxito la CG reduce el riesgo que corren las fuerzas y la misión en fases posteriores del continuo del conflicto.
Más de 2.500 años atrás, Sun Tzu afirmó: «Subyugar al ejército enemigo sin tener que luchar es la verdadera cumbre de la excelencia»20. Más que cualquier otro rival casi homólogo, la República Popular China (RPC) aprovecha los esfuerzos de CG de toda la nación para establecer puntos de apoyo en todo el mundo sin tener que luchar. En sus relaciones internacionales, la RPC muestra un patrón de comportamiento que resulta efectivo a la hora de crear condiciones favorables para obtener ventajas estratégicas. Por medio de sus relaciones diplomáticas, la República Popular China identifica a naciones que (en muchos casos) buscan inicialmente un contacto mínimo, al mismo tiempo que se protegen o evitan por completo las políticas de grandes potencias que están en juego. La República Popular China efectivamente convierte las inversiones económicas en acceso e influencia a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Asimismo, las empresas privadas chinas normalizan las actividades chinas y crean aún más influencia para alcanzar los objetivos nacionales subsiguientes. Un último ejemplo es cómo la RPC utiliza la construcción militar que realiza el Ejército Popular de Liberación en los arrecifes y atolones en disputa en todo el mar de China Meridional para ampliar sus fronteras21.
Aunque es difícil demostrar cuantitativamente la causalidad entre las aportaciones de la CG y la consecución de los objetivos estratégicos, está claro que la ausencia de una integración deliberada de los logros crea un vacío geoestratégico. Esto, a su vez, concede a los competidores y posibles adversarios el tiempo y el espacio necesarios para fortalecer sus propios intereses en la región. Para competir y ganar en estos entornos, Estados Unidos debe entablar sabiamente relaciones con otras naciones haciéndoles una propuesta de igual o mayor valor que incluya valores democráticos tradicionales, libertades personales y una economía de libre mercado. Además, Estados Unidos se ha beneficiado al ofrecer iniciativas de CG lideradas por el Ejército sobre el terreno que aportan mejoras tangibles a la seguridad y estabilidad de las naciones socias participantes.
Los beneficios logrados gracias a las actividades de CG encabezadas por el Ejército indudablemente contribuyen a administrar los recursos finitos de nuestra nación para influir en el exterior. Además, estas inversiones de costo relativamente bajo reducen los riesgos para la fuerza y para la misión al imponer costos sustanciales a los posibles adversarios. Si Estados Unidos aprovecha estas ventajas adicionales durante los periodos de cooperación o de competencia normalizada, puede colocar a los líderes en la posición de ventaja necesaria para disuadir en las crisis y, si es necesario, vencer en los conflictos.
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Los beneficios logrados gracias a las actividades de CG encabezadas por el Ejército indudablemente contribuyen a administrar los recursos finitos de nuestra nación para influir en el exterior.
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Enfoques y consideraciones para lograr una consolidación efectiva
Los esfuerzos por lograr la CG seguirán siendo arduos y tendrán que tomar en consideración muchas facetas diferentes. Como punto de partida para hacer frente a estos desafíos inherentes, los planificadores del Ejército y de las fuerzas conjuntas deben comprender la doctrina y la política pertinentes que sirven de guía. Desde 2017, la doctrina ha hecho grandes avances en la codificación del valor de las actividades de CG lideradas por el Ejército en apoyo de la fuerza conjunta. La estrategia de Estados Unidos para prevenir conflictos y promover la estabilidad; la Stabilization Assistance Review (SAR, por sus siglas en inglés); la Ley de Fragilidad Global (GFA, por sus siglas en inglés); la DOD Instruction 3000.05, Stabilization; y la JP 3-07, Joint Stabilization Activities contienen perspectivas adicionales para la CG22.
La SAR fue promulgada conjuntamente por los secretarios de Defensa y Estado y el administrador de la USAID para codificar las responsabilidades de las tres agencias. El Congreso aprobó recientemente la GFA para implementar muchos de los principios establecidos en el SAR y las lecciones aprendidas gracias al respaldo presidencial y congresional. Esta ley marca la estabilización como una función esencial de la seguridad nacional y requiere la aplicación de una estrategia de estabilización en determinados países. Estas estrategias articulan claramente el plan de estabilización y, en última instancia, de CG en lugares muy frágiles. Aunque la GFA se centra en países específicos que no se encuentran en medio de un conflicto armado, también ofrece una visión de cómo el esfuerzo de CG puede y debe funcionar durante la competencia. La SAR y la GFA proporcionan directrices políticas y estratégicas para el diseño de estrategias nacionales o regionales específicas. Asimismo, proporcionan principios que deben aplicarse a la hora de desarrollar objetivos específicos para un país o teatro de operaciones vinculados a procesos interagenciales, como las estrategias integradas de países, los planes de campaña de teatros de operaciones o las estrategias de cooperación para el desarrollo de países.
La DOD Instruction 3000.05 y la JP 3-07 constituyen la política y la doctrina del DOD en materia de estabilización y son fundamentales para comprender, planificar y ejecutar las actividades de estabilización del Ejército y de las fuerzas conjuntas con el fin de consolidar los logros y alcanzar los objetivos globales del Gobierno estadounidense. La JP 3-07 establece específicamente conceptos clave y un enfoque coherente de la estabilización armonizado con la política que rige la forma en que el DOS y la USAID enfocan y ejecutan la estabilización y tratan de consolidar los logros del Gobierno de Estados Unidos23.
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La doctrina es un producto de la teoría y la experiencia que nos sirve de asidero para apoyar los esfuerzos colectivos de organizaciones complejas frente a amenazas adaptables.
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Defense Support to Stabilization (DSS): A Guide for Stabilization Practitioners del Instituto para Formación en Operaciones de Mantenimiento de la Paz y de Estabilidad (Peacekeeping Stability Operations Institute, PKSOI, por sus siglas en inglés) es una guía de referencia muy completa sobre cómo el Departamento de Defensa apoya los esfuerzos, las misiones y las actividades de estabilización del Gobierno de Estados Unidos24. Esta herramienta reune en un solo documento las leyes, las políticas, las estrategias y la información relativa a las organizaciones y entidades pertinentes. Esto permitirá a los planificadores y profesionales del Ejército y de las fuerzas conjuntas comprender y acceder a los recursos necesarios para garantizar que las operaciones militares conduzcan a logros consolidados.
Conclusión
La doctrina es un producto de la teoría y la experiencia que nos sirve de asidero para apoyar los esfuerzos colectivos de organizaciones complejas frente a amenazas adaptables. Por eso nunca está completa y rara vez es lo suficientemente exhaustiva como para contemplar todas las situaciones posibles. Por eso, en vez de deconstruir el FM 3-0 en busca de fallas o críticas, este artículo ha intentado ampliar la utilidad del documento aclarando un aspecto central pero eclipsado dentro de sus páginas. A pesar de la importancia a menudo no reconocida que tiene la CG en los esfuerzos cotidianos, así como de su potencial latente como multiplicador operacional y estratégico, las fuerzas armadas siguen sin apreciar su valor y sin comprenderla plenamente.
No deja de ser irónico que una institución obsesionada con la integración de los efectos cinéticos en las operaciones deje tanto sobre la mesa al no capitalizar los incontables beneficios que se obtienen en otras partes del continuo del conflicto. Un planteamiento tan fragmentado (ya sea a propósito o por indiferencia) no permite aprovechar plenamente el potencial que podrían generar los esfuerzos colectivos. Esto afecta directamente a la capacidad de las fuerzas armadas para crear y mantener la ventaja competitiva necesaria para una victoria decisiva. Aunque menos viscerales y más difíciles de cuantificar, estos esfuerzos aislados también pueden generar gastos asociados en términos de pérdida de oportunidades o la inversión estancada durante la competencia y la crisis25.
El primer paso para rectificar esta carencia es que las fuerzas conjuntas eleven aún más el aprecio por la CG, en lugar de su histórica relegación como lista de tareas tácticas posteriores a la operación. Una CG efectiva es fundamental en todo el continuo de la competencia. Tratar esta función simplemente como el cuarto y último elemento de una serie de funciones estratégicas o como un epílogo de los esfuerzos operacionales no es suficiente. Más bien, la CG es un componente integral e inseparable que debe manifestarse en medidas muy deliberadas en todas las actividades que tienen lugar durante la competencia, la crisis y el conflicto. Aunque este cambio de paradigma se está produciendo lentamente en la teoría y la doctrina, como las mejoras introducidas en el FM 3-0, el valor de la CG debe hacerse igualmente visible en la práctica.
El siguiente paso es reconocer el protagonismo del Ejército en la orquestación de esta función y aprovechar al máximo esta relación. Ninguna otra rama de servicio tiene las fuerzas, la presencia o el enfoque para asumir esta responsabilidad tan efectivamente en nombre de la fuerza conjunta. Las capacidades del Ejército están armonizadas y equilibradas para operar en la dimensión humana, no sólo para ganar guerras, sino también para lograr la participación positiva de otros países mediante la cooperación en materia de seguridad y la creación de alianzas. Además, el Ejército tiene una presencia global que no está supeditada a plataformas ni restringida a dominios alejados de las sociedades en las que pretendemos influir. Por último, el Ejército tiene una misión que se centra explícitamente en la CG mediante el aprovechamiento de todos los esfuerzos pertinentes del Gobierno estadounidense para generar influencia y explotar la ventaja en tierra.
La consolidación de logros ofrece la oportunidad de aunar actividades dispares y maximizar el valor de los esfuerzos de todo el gobierno y las interacciones con aliados y socios en el extranjero. Pero si bien abundan estas oportunidades, las vulnerabilidades que surgen de la indiferencia acechan en el horizonte. El vacío donde no se aprovechen las ventajas lo llenarán otros actores con intereses quizás contrarios a los nuestros. Esto no tiene por qué ser así, ya que el recurso existe en el ADN del Ejército. La institución sólo tiene que redefinir la forma en que concibe todas sus aportaciones a la fuerza conjunta y aprovechar los medios de que dispone para la CG. De este modo, el Ejército seguirá desempeñando un papel fundamental en la creación de las condiciones necesarias para disuadir o derrotar a los enemigos de nuestra nación26.
Notas
- James McConville, «General James McConville on Army Operations and Priorities» (comentarios, Association of the U.S. Army Breakfast Series, Fort Belvoir, VA, 21 de enero de 2020), accedido 2 de agosto de 2023, https://www.c-span.org/video/?468316-1/general-james-mcconville-army-operations-priorities.
- Field Manual (FM) 3-0, Operations (Washington, DC: U.S. Government Publishing Office [GPO], 2022), 1-2.
- Para mayor contexto en cuanto a la funciones estratégicas del Ejército, consulte el FM 3-0, Operations, 1-1; resultados de las operaciones multidominio, 1-2; imperativos, 3-8 y ejemplos de esfuerzos operacionales, 6-20.
- Joint Publication (JP) 3-31, Joint Land Operations (Washington, DC: U.S. Government Printing Office, 2010), V-7.
- JP 3-20, Security Cooperation (Washington, DC: U.S. GPO, 2017), accedido 2 de agosto de 2023, https://www.jcs.mil/Portals/36/Documents/Doctrine/pubs/jp3_20_20172305.pdf.
- U.S. Army Peacekeeping and Stability Operations Institute, Guiding Principles for Stabilization and Reconstruction (Washington, DC: United States Institute of Peace, 2009), 2–8.
- John F. Sopko et al., Stabilization: Lessons from the U.S. Experience in Afghanistan (Arlington, VA: Special Inspector General for Afghanistan Reconstruction, 2018), accedido 2 de agosto de 2023, https://www.sigar.mil/pdf/lessonslearned/SIGAR-18-48-LL.pdf.
- Ibid., xii.
- Ibid.
- Ibid., 171.
- The White House, The National Security Strategy of the United States of America (Washington, DC: The White House, 2022), 22, accedido 2 de agosto de 2023, https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2022/10/Biden-Harris-Administrations-National-Security-Strategy-10.2022.pdf.
- JP 3-31, Joint Land Operations, IV-2.
- Robert A. Pape, Bombing to Win: Air Power and Coercion in War (Ithaca, NY: Cornell University Press, 1996), 12–15. Pape sostiene que la disuasión es el intento de persuadir a un Estado-nación para que no inicie una acción convenciéndolo de que los beneficios percibidos no justifican los gastos que conlleva. Pape describe por separado la coerción por negación como el uso de medios militares para impedir que un adversario alcance sus objetivos políticos.
- Edward Luttwak, The Grand Strategy of the Roman Empire: From the First Century A.D. to the Third (Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1979), 196–99. Luttwak explica que la efectividad del poder militar se mide por su influencia psicológica y que es inversamente proporcional a la necesidad que tiene un Estado-nación de recurrir a la fuerza que requiera medios humanos y materiales.
- James McConville, Army Multidomain Transformation: Ready to Win in Competition and Conflict, Chief of Staff Paper #1 (Washington, DC: Department of the Army, 16 de marzo de 2021), 9, accedido 2 de agosto de 2023, https://api.army.mil/e2/c/downloads/2021/03/23/eeac3d01/20210319-csa-paper-1-signed-print-version.pdf.
- Los objetivos de fuerza final del Ejército para el año fiscal 2022 incluyen «485.000 en el componente activo, 336.000 en la Guardia Nacional del Ejército y 189.500 en la Reserva del Ejército». Mark Cancian, U.S. Military Forces in 2022: Peering into the Abyss (Washington, DC: Center for Strategic and Institutional Studies, marzo de 2022), vi.
- Sir Michael Howard, «Lessons of the Cold War», Survival 36, nro. 4 (1994): 161, 166, https://doi.org/10.1080/00396339408442768.
- McConville, Army Multidomain Transformation, 6.
- Ibid., 13.
- Sun Tzu, The Art of War, ed. y trans. Ralph Sawyer (New York: Fall River Press, 1994), 177.
- Kapil Bhatia, «Coercive Gradualism through Gray Zone Statecraft in the South China Seas: China’s Strategy and Potential U.S. Options», Joint Force Quarterly 91 (octubre de 2018), accedido 2 de agosto de 2023, https://ndupress.ndu.edu/Media/News/News-Article-View/Article/1676965/coercive-gradualism-through-gray-zone-statecraft-in-the-south-china-seas-chinas/.
- Bureau of Conflict and Stabilization Operations, United States Strategy to Prevent Conflict and Promote Stability (Washington, DC: Department of State, abril de 2022), accedido 3 de agosto de 2023, https://www.state.gov/united-states-strategy-to-prevent-conflict-and-promote-stability/; Department of State, U.S. Agency for International Development, and Department of Defense, Stabilization Assistance Review: A Framework for Maximizing the Effectiveness of U.S. Government Efforts to Stabilize Conflict-Affected Areas (Washington, DC: U.S. Department of State, 2018), accedido 2 de agosto de 2023, https://www.state.gov/wp-content/uploads/2019/06/SAR-Final.pdf; Global Fragility Act of 2019, Pub. L. No. 116-94, 133 Stat. 3060 (2019); Department of Defense Instruction 3000.05, Stability Operations (Washington, DC: Department of Defense, 2009); JP 3-07, Joint Stability Activities (Washington, DC: U.S. GPO, 2022).
- JP 3-07, Joint Stability Activities.
- Peacekeeping and Stability Operations Institute (PKSOI), Defense Support to Stabilization (DSS): A Guide for Stabilization Practitioners (Carlisle Barracks, PA: PKSOI, noviembre de 2022), accedido 2 de agosto de 2023, https://pksoi.armywarcollege.edu/index.php/defense-support-to-stabilization-dssa-guide-for-stabilization-practitioners/.
- La historia de las intervenciones militares estadounidenses está repleta de ejemplos sobre el impacto de las actividades descoordinadas y los logros no aprovechados. Consulte de Carter Malkasian The American War in Afghanistan: A History (Oxford: Oxford University Press, 2021); las observaciones de Emma Sky sobre la guerra de Irak en The Unraveling: High Hopes and Missed Opportunities in Iraq (Nueva York: PublicAffairs, 2015); y el análisis contemporáneo sobre la competencia con China por la influencia y la ventaja relativa en Asia-Pacífico.
- Eric M. Burke and Donald P. Wright, eds., Enduring Success: Consolidation of Gains in Large-Scale Combat Operations (Fort Leavenworth, KS: Army University Press, 2018), accedido 2 de agosto de 2023, https://www.armyupress.army.mil/Portals/7/combat-studies-institute/csi-books/LSCO/Enduring-Success.pdf.
El general de brigada Matthew N. Metzel es un estratega del Ejército que ejerce de subcomandante general (operaciones) del 200.o Comando de la Policía Militar. Es un Georgetown Fellow con tres maestrías en Historia Militar, Administración de Organizaciones y Operaciones de Teatro.
El coronel Jay Liddick es oficial de asuntos civiles del Ejército y director del Instituto de Operaciones de Estabilidad y Mantenimiento de la Paz del Ejército de Estados Unidos en Carlisle Barracks, Pensilvania. Se graduó en la Escuela Superior de Guerra del Ejército en 2017.
El coronel Heiva H. Kelley es estratega del Ejército y director de Iniciativas Estratégicas de la Reserva del Ejército de Estados Unidos. Heiva se graduó de la Escuela Nacional de Guerra en 2021.
El teniente coronel Robert T. Greiner es estratega del Ejército asignado al Comando de Capacidades Habilitadoras Conjuntas en Norfolk, Virginia. Formalmente es profesor adjunto de la Escuela Superior de Guerra del Ejército de Estados Unidos y de su Instituto de Estudios Estratégicos. Greiner es ex alumno de la Universidad de Ohio, de la Universidad de Yale y de la clase de 2022 de la Escuela Superior de Guerra del Ejército de Estados Unidos.
Travis Bolio es analista de propuestas conjuntas para la ayuda humanitaria, económica y de infraestructuras en el Instituto de Operaciones de Mantenimiento de la Paz y Estabilidad del Ejército de Estados Unidos. Es el custodio de la Publicación Conjunta Aliada-3.28 de la OTAN, Allied Joint Doctrine for the Military Contribution to Stabilization, y el director del Joint Interagency Stabilization Course. Bolio tiene experiencia como oficial de asuntos civiles, especialista militar gubernamental en economía y en finanzas y banca del sector privado. Es licenciado en Matemáticas y posee una maestría en Administración de Empresas, con especialización en liderazgo.
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