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Cuarto Trimestre 2023

Replantear el arte operacional para la competencia

Mayor Steven R. Chase, Ejército de EUA

 

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Spencer Bowers

El arte operacional es un concepto fundamental en la planificación militar estadounidense contemporánea, pero existen carencias a la hora de aplicar la doctrina del arte operacional en un ambiente con una creciente competencia interestatal. Estas carencias demuestran la necesidad de replantear la forma en que el arte operacional permite competir antes de llegar al conflicto. La adopción del concepto de comunicar, coercer, conciliar y cooperar como mecanismos de competencia responde a esa necesidad. Las lecciones de la Guerra de Corea y sus secuelas validan la necesidad de esos mecanismos, con observaciones de refuerzo de los conflictos modernos. Los mecanismos de competencia complementan los marcos doctrinales existentes, permitiendo una mayor amplitud para la planificación conceptual en el arte operacional.

El arte operacional y competencia en la doctrina del Ejército y en las campañas conjuntas integradas

La National Security Strategy [Estrategia de Seguridad Nacional] de 2022 pone de relieve la cambiante distribución del poder en el mundo, haciendo hincapié en la competencia con China y en los desafíos de otros actores estatales1. En consecuencia, el Ejército de EUA actualizó la doctrina en el Manual de Campaña (FM) 3-0, Operations, en el que se definen las «operaciones durante la competencia por debajo del umbral del conflicto armado»2. Si bien en el FM 3-0 se proporciona una descripción detallada de la contribución del Ejército a los objetivos estratégicos durante la competencia, el debate sobre el arte operacional sigue centrándose en el empleo de mecanismos de derrota durante el conflicto3. En la doctrina conjunta, se mencionan los mecanismos de competencia, y el Concepto Conjunto para Campañas Integradas proporciona un conjunto de ejemplos de estos mecanismos para operaciones en todo el continuo de la competencia4. Sin embargo, la doctrina conjunta no desarrolla un marco conceptual para la competencia que destaque la necesidad de gestionar la escalada. La doctrina conjunta y del Ejército definen y describen las operaciones en la competencia interestatal, pero los correspondientes marcos conceptuales definidos en el arte operacional requieren modificaciones para apoyar esas operaciones.

La Publicación de Doctrina del Ejército (ADP) 3-0, Operations, establece que, para las fuerzas del Ejército, «El arte operacional es la búsqueda de objetivos estratégicos, en todo o en parte, a través de la disposición de acciones tácticas en tiempo, espacio y propósito»5. El arte operativo es un planteamiento cognitivo, de apoyo a la planificación conceptual que informa la planificación minuciosa. La planificación conceptual es fundamental para comprender la competencia interestatal cada vez más compleja que observan el Ejército y la fuerza conjunta6. El FM 3-0 está enlazado con la definición de arte operacional de la ADP 3-0 y describe cómo los comandantes utilizan el arte operacional para desarrollar un planteamiento operativo, «la idea principal que informa el planeamiento detallado»7. Sin embargo, su análisis del arte operacional se centra en los mecanismos de derrota durante el conflicto. En el FM 3-0, se describen las acciones de los comandantes durante la competencia como el establecimiento de condiciones y la demostración de la capacidad de imponer mecanismos de derrota a un adversario8. El enfoque en los mecanismos de derrota en el arte operacional prepara al lector para una mentalidad centrada en el conflicto. Al igual que la discusión de Daniel Kahneman sobre la asociación mental, una definición detallada de los mecanismos de derrota sin discusión de los mecanismos de competencia induce a los planificadores a asociar el arte operacional con el conflicto más que con la competencia9. Esa relación es necesaria cuando la competencia se intensifica hasta llegar al conflicto armado, pero limita la creatividad cuando se aplica el arte operacional por debajo del umbral del conflicto armado. Además, dado que la Estrategia de Seguridad Nacional pretende evitar la escalada de la competencia hacia el conflicto, la doctrina del Ejército debería considerar la gestión de la escalada y los mecanismos que la posibilitan10.

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A diferencia de la doctrina del Ejército, el Concepto Conjunto para Campañas Integradas define un marco conceptual para la competencia y proporciona una serie de ejemplos de mecanismos de competencia11. Sin embargo, el marco competitivo de «impugnar, contrarrestar y mejorar» solo ofrece una breve mención de la necesidad de gestionar la escalada entre potencias con armamento nuclear; el documento Campañas Integradas solo menciona específicamente la amenaza de armas nucleares de Corea del Norte12. Aunque el documento Campañas Integradas reconoce el riesgo de una escalada involuntaria durante la competencia, su marco y los mecanismos de competencia no prevén un elemento dedicado a la desescalada13. Ese descuido genera riesgos cuando se utilizan las fuerzas militares en la competencia interestatal. Destaca la necesidad de desarrollar un marco conceptual para la competencia con mecanismos que reconozcan cómo las fuerzas militares pueden avanzar hacia objetivos estratégicos sin llegar al conflicto armado con adversarios dotados de armas nucleares.

El empleo de las teorías de disuasión, coerción y narrativa junto con la doctrina en la Guerra de Corea revela cuatro mecanismos candidatos: Comunicar, coercer, conciliar y cooperar. La figura muestra el marco propuesto para estos mecanismos. Este marco utiliza la coerción fundamental de la fuerza militar, ya sea disuasoria o coercitiva, al tiempo que reconoce la necesidad de gestionar la escalada mediante la conciliación y de crear una ventaja relativa mediante la cooperación con aliados y socios14. Aunque la teoría de la disuasión suele abarcar acciones conciliadoras, la comunicación junto con el empleo de la fuerzas y la cooperación con los aliados, este marco especifica cada una de ellas para resaltar su importancia durante la competencia con adversarios. La conciliación, normalmente en forma de garantías y concesiones, subraya la necesidad de gestionar la escalada para evitar conflictos15. La cooperación describe el valor de los aliados y socios para crear una ventaja relativa en la competencia multipolar. El cuarto mecanismo, la comunicación, reconoce cómo las acciones y decisiones conforman las percepciones de los competidores en el ambiente operacional16. Combinados, estos mecanismos proporcionan un marco conceptual para el uso de la fuerza militar en la competencia, teniendo en cuenta al mismo tiempo la necesidad de gestionar la escalada y crear coaliciones. En las secciones siguientes se define detalladamente cada mecanismo y luego se describe cómo se complementan en combinación.

Comunicar

El mecanismo de comunicación se centra en cómo las acciones tácticas, operacionales y estratégicas constituyen una narrativa. La invasión de Corea en 1950 sugiere la importancia de ese mecanismo. Las acciones y decisiones crean la narrativa que da forma a la percepción de las partes amigas, neutrales y adversarias17. Esa percepción es un componente vital del proceso continuo que va de la competencia al conflicto18. Para que una narrativa comunique la intención estratégica, los mensajes deben repetirse en cada acción y acontecimiento; deben comunicar un tema cohesionado19. Las acciones que rodearon las hostilidades iniciales de la Guerra de Corea demostraron el fracaso a la hora de comunicar una narrativa disuasiva a Corea del Norte y a su patrocinador, la Unión Soviética.

El periodo previo a la invasión de Corea del Norte en junio de 1950 demostró que la narrativa estadounidense era de indiferencia. El repliegue de las tropas de combate estadounidenses de Corea en 1949 demostró que la determinación de Estados Unidos había disminuido20. La declaración del secretario de Estado Dean Acheson, que excluía a Corea del Sur del perímetro de defensa estadounidense, fue un mensaje estratégico que contribuyó a la misma narrativa21. La decisión de Joseph Stalin de apoyar la invasión de Corea del Norte se basó en parte en esos mensajes de Estados Unidos22. La carencia de fuerzas en posiciones de avanzada en Corea, unida a los mensajes estratégicos, transmitió una narrativa que fomentaba la agresión en lugar de disuadirla. Poco después de la invasión norcoreana, la intervención estadounidense invirtió esa percepción y contribuyó significativamente a la defensa de Corea del Sur23. Sin embargo, el concepto de las operaciones multidominio (MDO) del Ejército prevé que los conflictos futuros no permitirán un cambio de rumbo similar en el compromiso.

En el concepto MDO del Ejército de EUA, se prevé que en el futuro los adversarios intentarán consolidar sus logros y reducir la tensión antes de que lleguen las fuerzas expedicionarias estadounidenses24. Los conflictos rápidos y limitados como la invasión rusa de Georgia en 2008 y Crimea en 2014 apoyan esa predicción. Aunque la invasión rusa de Ucrania en 2022 ha sido más prolongada que los conflictos anteriores, los supuestos subyacentes de los líderes estratégicos rusos parecían similares a los de 2008 y 201425. Las MDO y las tendencias contemporáneas refuerzan las lecciones de la Guerra de Corea de que una narrativa cohesiva es esencial para comunicar la resolución en la competencia. Sin embargo, la comunicación de una narrativa no es la única consideración; la competencia también requiere la imposición de costos a través de la coerción.

Coercer

La competencia requiere una amenaza creíble contra las acciones del adversario26. La coerción es el mecanismo para contrarrestar esa amenaza, y la toma de decisiones de Corea del Norte antes de la invasión de 1950 sugiere que imponer costos inaceptables es necesario en la competencia. La coerción consiste en una escala móvil entre dos tipos de acciones27. La primera es la disuasión, o disuadir de la agresión28. La segunda es la compulsión, u obligar al adversario a actuar en contra de su voluntad29. En cada uso de la fuerza militar, importa la evaluación que haga el adversario de la credibilidad de la amenaza30. Las fuerzas eficaces para persuadir a un competidor pueden no funcionar contra otro, a pesar de la idea errónea de que ciertos tipos de recursos militares tienen un valor coercitivo universal31. La composición del ejército surcoreano hasta junio de 1950 demostró cómo la valoración que el adversario hacía de esas fuerzas fomentaba la escalada, en contra de la percepción estadounidense de la región.

La toma de decisiones de Corea del Norte en el verano de 1950 tuvo en cuenta la potencia aérea estadounidense, pero continuó con la planificación de la invasión centrada en las capacidades de las fuerzas terrestres32. Las decisiones políticas estadounidenses limitaron la presencia militar de Estados Unidos en Corea, basándose en presunciones sobre el valor disuasivo de las fuerzas navales y aéreas, además de falsas suposiciones sobre la credibilidad de las fuerzas surcoreanas33. A pesar de las ideas de los responsables políticos estadounidenses sobre la situación de seguridad, Kim Il-sung basó su criterio de invasión en la superioridad numérica de sus fuerzas terrestres con respecto a las fuerzas posicionadas directamente al otro lado de la frontera34. La lección de la invasión de 1950 no es que la política estadounidense fuera errónea, sino que los supuestos estadounidenses ignoraron la percepción norcoreana de los posibles costos impuestos por el ejército de Corea del Sur35. Las decisiones de Kim Il – sung ponen de relieve que la coerción es un componente esencial de la competencia, un concepto del que se hacen eco las MDO.

El concepto de las MDO en el Ejército trata de crear credibilidad mediante la ampliación de su red de aliados y socios, además de desarrollar y demostrar capacidades36. El valor de la capacidad demostrada se puso de manifiesto en la Segunda Guerra de Nagorno-Karabakh. La amplia modernización militar de Azerbaiyán inclinó la balanza de poder a su favor, mientras que la atrofiada capacidad militar de Armenia presentaba bajos costos a una invasión37. Las MDO y la Guerra de Nagorno-Karabakh destacan una lección duradera de la Guerra de Corea: La coerción es un complemento necesario al planteamiento cognitivo del arte operacional en la competencia.

Cooperar

El tercer mecanismo de la competencia es la cooperación. La Estrategia de Seguridad Nacional reconoce que la cooperación con aliados y socios es el elemento más importante de Estados Unidos en una época de competencia estratégica38. Este mecanismo expresa el requisito de apoyar a los no antagonistas mientras se coerce a los adversarios39. En la Sección 301 del Título 10 del Código de Estados Unidos, se definen tres propósitos de la cooperación en materia de seguridad: «Establecer y desarrollar capacidades de seguridad aliadas y amigas…, facilitar el acceso a las fuerzas armadas…, y establecer relaciones que promuevan intereses de seguridad específicos de Estados Unidos»40. La doctrina del Ejército de EUA se hace eco de la importancia de la cooperación en materia de seguridad durante la competencia en el FM 3-041. Aunque en las demostraciones, una manifestación de fuerza u otras acciones con fuerzas militares pueden no lograr un efecto coercitivo, sí pueden asegurar a los aliados o garantizar de otro modo el acceso en una región. La respuesta de EUA tras la captura del buque USS Pueblo por Corea del Norte en 1968 demostró este caso y la importancia de la cooperación, incluso si no tuvo un efecto convincente en Corea del Norte.

El 23 de enero de 1968, las fuerzas norcoreanas capturaron el buque de inteligencia USS Pueblo en aguas internacionales, junto con su tripulación de ochenta y tres hombres42. Una incursión norcoreana unos días antes en la Casa Azul, la residencia del presidente de Corea del Sur, agravó la situación y creó tensión entre Estados Unidos y Corea del Sur43. Los líderes civiles y militares de Corea del Sur señalaron su intención de retirar sus fuerzas de Vietnam y «dirigirse hacia el norte», lo que intensificaría el conflicto con Corea del Norte44. Para asegurar a Corea del Sur del compromiso estadounidense con la alianza, a pesar de las limitadas fuerzas disponibles debido al conflicto en Vietnam, la operación Formation Star supuso una demostración de fuerza con medios navales en la región45. La operación no obligó a las fuerzas norcoreanas a liberar a los prisioneros del USS Pueblo, lo que se resolvió posteriormente mediante negociaciones. Sin embargo, dio seguridad a los surcoreanos y evitó una escalada en la península46. El incidente resalta que, durante la competencia, las acciones de cooperación que fomentan las relaciones con los aliados, pero no tienen necesariamente un efecto significativo sobre los adversarios, siguen siendo un uso necesario de la fuerza militar. Un ejemplo moderno de la importancia de la cooperación durante la competencia es la influencia de las acciones cooperativas de Ucrania en respuesta a la invasión rusa de 2022.

En los primeros días de la invasión rusa de Ucrania en 2022, las fuerzas ucranianas utilizaron municiones y armas almacenadas para frenar el avance ruso47. Sin embargo, a medida que el conflicto continuaba, el apoyo de la OTAN con armas y municiones aumentó las carencias de sus arsenales nacionales, y las naciones occidentales se convirtieron en su «profundidad estratégica»48. Las actividades de cooperación en materia de seguridad proporcionaron la capacidad industrial necesaria para mantener operaciones a gran escala en Ucrania y aumentaron su resistencia operacional y estratégica49. Aunque no entraron en conflicto directo con las fuerzas rusas, los países de la OTAN siguieron compitiendo con Rusia a través de la cooperación en materia de seguridad con Ucrania. La cooperación con Ucrania demuestra la importancia de las coaliciones en la competencia y el conflicto, pero la conciliación también es necesaria para gestionar la escalada.

Conciliar

El último mecanismo de la competencia es la conciliación. Es la exigencia de reconocer las causas del conflicto y abordarlas, demostrada en la intervención china en la Guerra de Corea. Lawrence Freedman reconoció que «eliminar las causas del conflicto y el desacuerdo» es un mecanismo eficaz para gestionar la escalada50. La amenaza de la fuerza no es el único mecanismo en la competencia; las garantías son a veces más eficaces o necesarias para reducir las tensiones con un agresor potencial51. Un análisis de las acciones estadounidenses que condujeron a la intervención china en la Guerra de Corea ofrece algunas perspectivas sobre este mecanismo.

Tras el asombroso éxito obtenido en el desembarco de Incheon en septiembre de 1950, los líderes estratégicos de las fuerzas de la ONU deliberaron sobre la conveniencia de continuar su contraofensiva al norte del paralelo treinta y ocho en Corea52. Sin embargo, esas deliberaciones ignoraron las crecientes tensiones regionales y las indicaciones de China53. La conciliación en este caso no consistía en ceder la victoria a los norcoreanos, sino en reconocer que la opinión de China sobre las acciones estadounidenses era similar a un cerco54. Con el tiempo, las fuerzas de la ONU siguieron maniobrando al norte de Pyongyang y provocaron la intervención china en octubre de 1950, ampliando la guerra55. La conclusión que puede extraerse de la intervención de China es que el arte operacional debe reconocer las causas de los conflictos, en especial las tensiones tangenciales que podrían convertir la escalada regional en conflicto. La reducción temporal de las hostilidades a principios de octubre de 1950 sugería que el conflicto coreano era una crisis local, que enmascaraba la competencia regional más amplia con China. Consideraciones similares son evidentes en las MDO, donde «evitar una escalada global y estratégica» es un componente de la cuestión militar56.

La guerra civil siria ejemplifica las preocupaciones del MDO del Ejército sobre la escalada. A pesar de los llamamientos al cambio de régimen, la intervención estadounidense se centró en operaciones contra el Estado Islámico y excluyó el uso de la fuerza para remover del poder al presidente Bashar al-Assad57. La competencia más amplia entre actores externos requirió cierta conciliación para evitar una escalada regional, especialmente con Rusia58. Ampliar las opciones, incluso para un adversario, puede maximizar las ganancias para todas las partes y evitar una guerra más amplia59. El concepto de MDO del Ejército y la guerra civil en Siria refuerzan la lección de la Guerra de Corea de que la conciliación es un complemento necesario del enfoque cognitivo del arte operacional.

Una combinación de mecanismos de competencia

Al igual que los mecanismos de derrota o estabilidad, los mecanismos de competencia trabajan mejor en combinación, reforzando los efectos hacia las condiciones futuras deseadas. En Corea, la operación Paul Bunyan de 1976 demuestra cómo las fuerzas estadounidenses gestionaron una crisis sin provocar una guerra más amplia. Destaca el uso deliberado de los cuatro mecanismos de competencia mediante la aplicación de la fuerza militar.

Tras el armisticio de 1953 entre Corea del Norte y las fuerzas de la ONU, la zona desmilitarizada a lo largo del paralelo treinta y ocho fue un foco de hostilidad transfronteriza entre Corea del Norte y Corea del Sur60. Una de estas escaladas se produjo en agosto de 1976, cuando un desacuerdo sobre la poda de un gran árbol cerca de Panmunjom, en la Zona de Seguridad Conjunta (JSA), acabó con el ataque de soldados norcoreanos (Ejército Popular de Corea, o KPA) contra el grupo de trabajo estadounidense y surcoreano y la muerte de dos oficiales estadounidenses61. Aunque los responsables políticos estadounidenses no sabían si el ataque del KPA fue una escalada deliberada o una pelea en caliente, las tensiones en la península eran elevadas tras el Team Spirit 76 y otros ejercicios dirigidos por Estados Unidos en los que participaron cazabombarderos capaces de lanzar armas nucleares62. La respuesta estadounidense fue la operación Paul Bunyan, una demostración de fuerza a gran escala unida a fuerzas terrestres que talaron el árbol en Panmunjom; la operación no ejecutó represalias militares contra soldados o instalaciones del KPA por la preocupación de una escalada hacia una guerra general63. La respuesta de Kim Il-sung a la demostración de fuerza estuvo notablemente exenta de retórica. Las concesiones posteriores de Corea del Norte sobre las operaciones de la JSA sugirieron que la operación logró el efecto deseado sin escalar a una guerra general64.

Altos funcionarios de defensa estadounidenses reconocieron la necesidad de tomar represalias y demostrar determinación frente a la agresión norcoreana, actuar con moderación y evitar la escalada hacia un conflicto a gran escala65. La operación posterior demostró cómo la combinación de los mecanismos de competencia propuestos dio como resultado unas condiciones favorables para Estados Unidos sin que se produjera una escalada en el contexto más amplio de la guerra fría. Mientras tanto, los líderes de los distintos escalones reconocieron la necesidad de evaluar continuamente la situación y reformular su planteamiento66.

La operación Paul Bunyan demostró una comunicación estratégica eficaz y una narrativa cohesiva a través de las acciones tácticas durante la operación. Antes de la intervención china en 1950, Estados Unidos recurría a intermediarios para la comunicación diplomática, lo que aumentaba la probabilidad de malentendidos observada en ejemplos anteriores67. En 1976, Estados Unidos tenía canales de comunicación diplomáticos y militares con las fuerzas norcoreanas y canales diplomáticos con China68. Como resultado, se produjo un aumento significativo de la comunicación entre elementos adversarios. Desde una perspectiva narrativa, las acciones tácticas transmitieron mensajes que reforzaron la seriedad de la comunicación estratégica. La demostración de fuerza estadounidense durante la operación Paul Bunyan fue multidominio, de rápida ejecución y masiva en comparación con las anteriores operaciones fronterizas posteriores al armisticio69. Había tropas terrestres con una reserva visible, una destacada presencia aérea de bombarderos estratégicos y aviones de combate, así como una fuerza de tarea de portaviones. Todos estos elementos transmitieron una imagen de determinación a Corea del Norte70. Al mismo tiempo, la ausencia de ataques militares contra las fuerzas del KPA transmitió un mensaje de moderación. La inmediatez de las acciones y su alcance reforzaron la eficacia de la coerción militar al tiempo que comunicaban elementos conciliadores para evitar una escalada involuntaria.

Aunque no fueron específicas de la operación Paul Bunyan, las acciones estadounidenses que precedieron a la operación y durante la misma reforzaron la capacidad coercitiva de las fuerzas militares en la península. A diferencia de los primeros días de la invasión norcoreana de 1950, Corea del Sur disponía de tanques modernos y un gran número de sus tropas habían combatido en Vietnam71. Su ejército era una fuerza terrestre capaz que constituía un elemento disuasivo creíble contra la escalada norcoreana. Además de las fuerzas existentes en la península, la operación Paul Bunyan aportó una fuerza multidominio que demostró una amenaza significativa y sirvió para obligar a Corea del Norte a hacer concesiones en la Zona de Seguridad Conjunta72. La sola diferencia entre la operación Paul Bunyan y las condiciones anteriores a 1950 fue el aumento gradual de las fuerzas surcoreanas y la presencia continuada de Estados Unidos con fuerzas terrestres modernas y capaces.

La cooperación también desempeñó un papel importante a la hora de establecer las condiciones para el éxito de las fuerzas surcoreanas y estadounidenses durante la operación Paul Bunyan. Las fuerzas militares surcoreanas de 1976 contrastaban notablemente con las de 1950, con un aumento significativo de la capacidad militar debido en gran parte a la cooperación en materia de seguridad de Estados Unidos. El acceso disponible a las fuerzas estadounidenses permitió la rápida respuesta de la operación Paul Bunyan, y la concentración gradual de fuerzas surcoreanas aumentó la credibilidad de las fuerzas cerca de la Zona Desmilitarizada y su consiguiente valor disuasivo. Cada uno de esos elementos fue crucial en la respuesta inmediata durante el incidente y en el mantenimiento de una disuasión creíble a lo largo de otros períodos de intensificación con Corea del Norte. Sin embargo, aunque las medidas coercitivas y una disuasión creíble permitieron el éxito de la operación Paul Bunyan, hubo medidas conciliadoras que limitaron la escalada de la respuesta estadounidense.

La operación Paul Bunyan demostró una conciliación tanto estratégica como operacional. La distensión de Estados Unidos con Rusia y el acercamiento a China a principios de la década de 1970 conciliaron a las principales potencias a nivel estratégico73. También presionaron tanto a Corea del Norte como a Corea del Sur para que negociaran un acuerdo74. El ambiente estratégico de 1950 presentaba un marcado contraste con el de 1976. Los esfuerzos de Estados Unidos en la escena diplomática redujeron significativamente la probabilidad de una intervención china o rusa en respuesta a la operación Paul Bunyan. Desde el punto de vista operacional, la planificación tuvo en cuenta las líneas rojas que podrían haber forzado una escalada por parte de Corea del Norte. La operación estadounidense limitó el compromiso militar a una demostración de fuerza en lugar de ataques sobre objetivos del KPA75. Se consideró explícitamente cómo ejercer operaciones coercitivas al tiempo que se incluían elementos conciliadores.

La operación Paul Bunyan demostró cómo un planteamiento exitoso combina mecanismos de competencia. Al mismo tiempo, los ejemplos anteriores pusieron de relieve cómo la dependencia excesiva de cualquier capacidad singular ignora las complejas características de las relaciones interestatales observadas en la actual orientación de seguridad nacional de Estados Unidos76. La operación Paul Bunyan combinó muchos elementos disuasivos tradicionales, como aviones con armas nucleares, fuerzas terrestres creíbles y una importante presencia naval, en un planteamiento operacional que utilizaba un marco de competencia. El efecto acumulativo fue comunicar determinación, obligar al adversario y gestionar la escalada para evitar una guerra más amplia.

Conclusión

La comparación del actual planteamiento cognitivo del arte operacional con los requisitos de la National Security Strategy, los conceptos conjuntos y la doctrina del Ejército demuestra la existencia de una laguna conceptual. Para llenar ese vacío se necesita un marco conceptual en la doctrina para los mecanismos de competencia como comunicar, coercer, conciliar y cooperar. El análisis de la participación estadounidense en la historia del conflicto entre Corea del Norte y Corea del Sur demuestra la validez de esos mecanismos. Además, la operación Paul Bunyan de 1976 muestra el potencial de éxito que tiene la combinación de mecanismos de competencia en un planteamiento operacional. En conjunto, ofrecen un ajuste al planteamiento cognitivo del Ejército y de la fuerza conjunta sobre el arte operacional, permitiendo una disposición más eficaz de las acciones tácticas para lograr los objetivos estratégicos.

La implicación para la futura fuerza no es que los mecanismos de competencia creen otra lista de control en la planificación. Por el contrario, los mecanismos preparan a los planificadores para pensar fuera de la zona de conflicto y proporcionan un marco cohesivo para utilizar las fuerzas militares en la competencia77. No configurar el ambiente de competencia tiene profundas implicaciones durante las crisis y conflictos, como demostró la agresión rusa en Georgia en 2008 y en Ucrania en 201478. Alternativamente, el uso exitoso de los mecanismos de competencia puede paralizar las acciones de un agresor, como ocurrió con el aumento de la profundidad estratégica de Ucrania frente a la invasión rusa en 2022. Además, como aprendió Estados Unidos tras la intervención china en Corea, el conflicto con un actor puede intensificar la competencia con otro. En la guerra civil en Siria, se produjo un equilibrio similar entre los intereses de las grandes potencias. La operación Paul Bunyan de 1976 demostró que la aplicación complementaria de mecanismos de competencia puede lograr objetivos estratégicos limitando al mismo tiempo la escalada, empleando eficazmente las fuerzas militares sin llegar a la guerra. En cada caso, las acciones en competencia requieren una consideración deliberada a la hora de emplear el arte operacional.


Notas

 

  1. The White House, National Security Strategy (Washington, DC: The White House, octubre de 2022), 8–9, accedido 4 de diciembre de 2022, https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2022/10/Biden-Harris-Administrations-National-Security-Strategy-10.2022.pdf.
  2. Manual de Campaña (Field Manual – FM) 3-0, Operations (Washington, DC: U.S. Government Publishing Office [GPO], 2022), 4-1.
  3. Ibid., 3-18–3-21.
  4. Joint Chiefs of Staff, Joint Concept for Integrated Campaigning (Washington, DC: U.S. GPO, 2018), accedido 25 de noviembre de 2022, https://www.jcs.mil/Portals/36/Documents/Doctrine/concepts/joint_concept_integrated_campaign.pdf?ver=2018-03-28-102833-257.
  5. Publicación de Doctrina del Ejército (Army Doctrine Publication – ADP) 3-0, Operations (Washington, DC: U.S. GPO, 2019), 2-1.
  6. Folleto del Comando de Adiestramiento y Doctrina (TRADOC – TP) del Ejército de EUA 525-3-1, The U.S. Army in Multi – Domain Operations 2028 (Fort Eustis, VA: TRADOC, 2018), vi, viii.
  7. FM 3-0, Operations, 3-18.
  8. Ibid., 3-19.
  9. ADP 3-0, Operations, 2-4, 2-5; Daniel Kahneman, Thinking, Fast and Slow (New York: Farrar, Straus and Giroux, 2011), 52–54.
  10. The White House, National Security Strategy, 9.
  11. Joint Chiefs of Staff, Joint Concept for Integrated Campaigning, v–vi, 14–22.
  12. Ibid., 3, 9, 14–16.
  13. Ibid., 9, 15–16, 21, 31.
  14. Thomas Schelling, Arms and Influence (Londres: Yale University Press, 2008), 32–34; Michael J. Mazarr, Understanding Deterrence (Santa Monica, CA: RAND Corporation, 2018), 11, accedido 25 de noviembre de 2022, https://www.rand.org/pubs/perspectives/PE295.html. Schelling reconoce la «diplomacia de la violencia» y el valor coercitivo de la fuerza militar antes del conflicto armado. Mazarr describe cómo las garantías son un componente necesario de la disuasión, además del clásico reconocimiento de las amenazas.
  15. Mazarr, Understanding Deterrence, 4–5.
  16. Schelling, Arms and Influence, 35; Mazarr, Understanding Deterrence, 11.
  17. FM 3-13, Information Operations (Washington, DC: U.S. GPO, 2016), 1-1, 1-2; H. Porter Abbot, The Cambridge Introduction to Narrative (Cambridge: Cambridge University Press, 2008), 13. FM 3-13 describe cómo las acciones en los dominios físicos, por sí mismas, pueden transmitir un mensaje en el dominio cognitivo. Abbot define la narrativa como «la representación de un acontecimiento o una serie de acontecimientos». Cada uno de ellos apoya la idea de que las acciones realizadas en los dominios físicos contribuyen a temas más amplios en una narrativa, complementados con información a través de otros mensajes.
  18. Michael J. Mazarr et al., Understanding the Emerging Era of International Competition: Theoretical and Historical Perspectives (Washington, DC: RAND Corporation, 2018), 3; Brian L. Steed, «Narrative in Culture, Center of Gravity, and the Golden Azimuth», in Great Power Competition: The Changing Landscape of Global Geopolitics, ed. Mahir J. Ibrahimov (Fort Leavenworth, KS: U.S. Army Command and General Staff College Press, 2020), 231; Melanie W. Sisson, James A. Siebens y Barry M. Blechman, eds., «Coercion in a Competitive World», en Military Coercion and US Foreign Policy: The Use of Force Short of War (New York: Routledge, 2020), 10.
  19. Abbot, Cambridge Introduction to Narrative, 13, 95. Abbot describe las narrativas como la «representación de un acontecimiento o una serie de acontecimientos», cuya interpretación se basa en la repetición de temas abstractos y motivos concretos. Dado que las indicaciones de intención son una forma de narrativa, la repetición deliberada de temas es una forma de reforzar esa intención y reducir la probabilidad de interpretaciones erróneas.
  20. Allan Millett, The War for Korea, 1950–1951: They Came from the North (Lawrence: University Press of Kansas, 2010), 12, 22–24.
  21. Don Oberdorfer, The Two Koreas: A Contemporary History (New York: Basic Books, 2001), 9.
  22. Millett, War for Korea, 35–37, 45–50.
  23. Ibid., 86.
  24. James McConville, Army Multi-Domain Transformation: Ready to Win in Competition and Conflict, Chief of Staff Paper #1 (Arlington, VA: Headquarters, Department of the Army, 16 de marzo de 2021), 1, accedido 17 de junio de 2021, https://api.army.mil/e2/c/downloads/2021/03/23/eeac3d01/20210319-csa-paper-1-signed-print-version.pdf; Army Multi – Domain Transformation, 5; TP 525-3-1, The U.S. Army in Multi-Domain Operations 2028, 7, 9, 11.
  25. Mykhaylo Zabrodskyi et al., Preliminary Lessons in Conventional Warfighting from Russia’s Invasion of Ukraine: February-July 2022 (London: Royal United Services Institute, 2022), 8, accedido 4 de diciembre de 2022, https://rusi.org/explore-our-research/publications/special-resources/preliminary-lessons-conventional-warfighting-russias-invasion-ukraine-february-july-2022.
  26. McConville, Army Multi-Domain Transformation, 17–18.
  27. Lawrence Freedman, Deterrence (Cambridge, UK: Polity Press, 2004), 111.
  28. Mazarr, Understanding Deterrence, 11.
  29. Freedman, Deterrence, 110; ADP 3-0, Operations, 2-5; JP 5-0, Joint Planning, IV–42. Tanto la ADP 3-0 como la JP 5-0 identifican «obligar» como un mecanismo de estabilidad, pero sigue teniendo utilidad como componente de la coerción. El análisis de Freedman de la teoría de disuasión reconoce que la coerción incluye medidas tanto para prevenir como para cambiar el comportamiento de una parte.
  30. Freedman, Deterrence, 110–11.
  31. Bryan Frederick et al., Understanding the Deterrent Impact of U.S. Overseas Forces (Santa Monica, CA: RAND Corporation, 2020), xiii, xiv, xv, accedido 25 de noviembre de 2022, https://www.rand.org/pubs/research_reports/RR2533.html; Jacob Aronson et al., «Making Use of History», en Sisson, Siebens y Blechman, Military Coercion and US Foreign Policy, 42–56.
  32. Millett, The War for Korea, 12, 46, 49–51.
  33. Ibid., 75, 84.
  34. Ibid., 35–37, 45–50, 75.
  35. Ibid., 51–52, 75.
  36. McConville, Army Multi-Domain Transformation, 15–19.
  37. Gubad Ibadoglu, «Why Azerbaijan Won», Institute for War & Peace Reporting, 17 de noviembre de 2020, accedido 25 de noviembre de 2022, https://iwpr.net/global-voices/why-azerbaijan-won; Andrius Bivainis, «Manuever, Modernization, and the Second Nagorno-Karabakh War», Air Land Sea Application Center, 1 April 2022, accedido 28 de enero de 2023, https:// https://www.alsa.mil/News/Article/2984680/maneuver-modernization-and-the-second-nagorno-karabakh-war/.
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  72. Oberdorfer, Two Koreas, 81. Los funcionarios estadounidenses que vigilaban las comunicaciones de primera línea norcoreanas transmitieron que la demostración de fuerza asustó a las fuerzas del KPA y «les voló… la cabeza».
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El mayor Steven Chase, Ejército de EUA, es ingeniero asignado como oficial de operaciones del Batallón de Ingenieros de la 588a Brigada de Ingenieros, 3er Equipo de Combate de Brigada Blindada, 4a División de Infantería. Sus destinos más recientes incluyen planificador en el Estado Mayor de la 4a División de Infantería, oficial de operaciones en la Oficina del Subjefe del Estado Mayor de Ingenieros en el Ejército de EUA Europa y comandante de la Compañía del Cuartel General en el 2o Batallón del 8o Regimiento de Caballería. Recibió su licenciatura en Ingeniería Mecánica por la Universidad de Carolina del Sur, una maestría en Gestión de Ingeniería por la Universidad de Ciencia y Tecnología de Missouri y maestría en Operaciones Militares por la Escuela de Estudios Militares Avanzados del Ejército de EUA.

 
Book Cover

La National Security Strategy(NSS) es un informe obligatorio en virtud de la Sección 603 de la Ley Goldwater-Nichols de Reorganización del Departamento de Defensa de 1986 (Pub. L. 99-433). Se ha transmitido la NSS anualmente desde 1987, pero con frecuencia los informes llegan tarde o no llegan. La NSS debe ser enviada por el presidente al Congreso para comunicar al poder legislativo la visión de la seguridad nacional del poder ejecutivo. La NSS analiza los usos propuestos de todos los medios del poder estadounidense necesarios para lograr los objetivos de seguridad de la Nación. El informe está obligado a incluir un análisis de los intereses, compromisos, objetivos y políticas internacionales de Estados Unidos, junto con las capacidades de defensa necesarias para disuadir las amenazas e implementar los planes de seguridad estadounidenses.

Para leer el informe, visite https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2022/10/Biden-Harris-Administrations-National-Security-Strategy-10.2022.pdf.

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