El colapso de Corea del Norte, o la reunificación coreana
La importancia que tiene la preparación sobre la predicción
Bryan Port
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Corea es de enorme importancia para la seguridad nacional y prosperidad económica de Estados Unidos. Lamentablemente, la mayoría de los estadounidenses no siguen de cerca los acontecimientos en Corea a pesar de los grandes riesgos involucrados—riesgos que incluyen la seguridad de más de cientos de miles de estadounidenses en Corea del Sur (República de Corea, o ROK, por sus siglas en inglés), cientos de miles de empleos estadounidenses vinculados a las exportaciones hacia la ROK, y decenas de miles de millones de dólares invertidos allí. Es probable que los estadounidenses pierdan sus vidas, empleos, o propiedades en las primeras horas de un conflicto en Corea. Además, un conflicto alteraría el equilibrio regional de poder y tendría implicaciones estratégicas para Estados Unidos. La manera en que Estados Unidos participe en un posible conflicto especialmente relacionado a la reunificación coreana afectará si Estados Unidos es capaz o no de sostener el papel protagónico que desempeña en el noreste de Asia y siga cosechando los múltiples beneficios económicos y de seguridad. Los efectos de un colapso del gobierno de Corea del Norte, o de la reunificación de las dos Coreas, serían tan profundos que exigirían estrategias, políticas, planes, decisiones y acciones para preparar a Estados Unidos y a la ROK a fin de asegurar sus intereses y moldear el ambiente estratégico que seguiría1.
Corea del Norte (República Popular Democrática de Corea, o DPRK, por sus siglas en inglés) presenta una amenaza grave, cada vez mayor, contra los intereses estadounidenses. La DPRK amenaza directamente la vida de los estadounidenses y ciudadanos de nuestros aliados, desarrolla y proliferan armas de destrucción masiva (WMD, por sus siglas en inglés), y comete grandes abusos contra los derechos humanos. La mayoría de los estadounidenses son conscientes de las iniciativas de la DPRK para desarrollar armas nucleares y misiles de largo alcance y, a menudo, escuchan sobre sus «extraños líderes». Sin embargo, pocos comprenden la amenaza militar convencional duradera de la DPRK, la destrucción que puede infligir en la ROK y la amenaza, cada vez mayor, que representan las WMD para Estados Unidos. Es aún más difícil comprender las consecuencias que tendrá el colapso del Gobierno de la DPRK. Si bien las posibilidades de una gran pérdida de vidas estadounidenses es menor en un escenario de colapso, el mismo puede alterar el panorama estratégico del noreste de Asia y afectar, significativamente, los intereses de Estados Unidos.
Prepararse para el colapso es más importante que predecirlo. Sin embargo, para quedar claros, no estoy abogando por un esfuerzo deliberado para derrocar al régimen de Corea del Norte; más bien mi interés es prepararnos para el colapso, o la reunificación presumiendo que en algún momento enfrentaremos esta situación sin haberla ocasionado. La preparación es esencial debido a la importancia estratégica de estos posibles acontecimientos. Sin predecir el momento ni las circunstancias de un colapso o reunificación, hay muchas dimensiones de estas situaciones que podemos identificar; las mismas facilitan las iniciativas para prepararse a enfrentar una crisis de inestabilidad.
Aunque las fuerzas estadounidenses y de la ROK mantienen un alto nivel de apresto, elaboran planes operacionales detallados y llevan a cabo adiestramiento riguroso, pueden hacer más para planificar y preparar el manejo de un colapso o reunificación. Con millones de vidas, miles de millones de dólares e intereses nacionales vitales en juego, es indispensable que Estados Unidos y la ROK sigan desarrollando una comprensión que permita el diseño e implementación de estrategias, políticas y planes para lidiar con un colapso que exige, fundamentalmente, una preparación activa. Los objetivos son claros: permitir la estabilización de Corea del Norte, permitir que los coreanos decidan cuándo y cómo reunificarse, y posicionar a Estados Unidos y una Corea unificada para sostener una de las alianzas más exitosas de la historia y, por ende, permitir que Estados Unidos siga contribuyendo a la estabilidad regional así como también sostener su influencia e intereses en el nordeste de Asia.
Es poco probable que, en términos de personal y cantidad de pertrechos, los ejércitos de la ROK y Estados Unidos tengan a mano suficiente capacidad y estén pre-posicionados para lidiar con un colapso o reunificación de Corea del Norte2. Sin embargo, basado en la experiencia, con la doctrina y capacidades actuales, las Fuerzas Armadas de EUA pueden hacer una fuerte contribución a una estrategia centrada en la preparación encabezada por la ROK. Según se explica en el Army Operating Concept, como integrante de la fuerza conjunta, el Ejército cuenta con capacidades para establecer ambientes estables después del conflicto, o en ambientes de estados fracasados, consolidando los logros y obteniendo resultados sostenibles3. Las iniciativas del Ejército de EUA para mejorar el rendimiento de sus soldados y civiles a fin de enfrentar la complejidad, lo posiciona eficazmente para lograr el éxito en la preparación, o ejecución de las operaciones en caso de un colapso de Corea del Norte. Desde la base de una estrategia centrada en la preparación liderada por la ROK, las Fuerzas Armadas de EUA pueden desempeñar un poderoso papel, aunque de apoyo, en la estabilización de Corea del Norte.
Cómo contextualizar y delimitar los problemas
Los problemas de la DPRK son muchos y variados, sin embargo, la mayoría son conocidos y tendrán que tratarse con el tiempo, ya sea por motivo de guerra, colapso del régimen o reunificación pacífica. Los analistas que se centran en Corea del Norte pueden generar una lista de desafíos y oportunidades relacionadas al colapso o reunificación de Corea del Norte4. Esta lista, a su vez, puede proporcionar a las agencias gubernamentales un marco conceptual de donde sacar soluciones a los desafíos y métodos y aprovechar las oportunidades en la búsqueda de los objetivos, incluyendo el establecimiento de una paz duradera en la península, la desnuclearización y la estabilidad regional.
Hay un cuerpo de trabajo, cada vez mayor, útil en la evaluación de los asuntos relacionados con la inestabilidad y el colapso potencial de la DPRK, así como referencias que proporcionan enfoques estructurados para la preparación activa y, de ser necesario, una respuesta positiva ante esos sucesos5. La doctrina del Ejército de EUA, sobre la base de una amplia experiencia en las operaciones de estabilización, ofrece un marco conceptual con el cual poner en práctica el análisis y la preparación, y donde podemos ofrecer distintas áreas de experiencias6. Los conocimientos estadounidenses y el análisis de temas no clasificados en cuestión son desarrollos relativamente recientes y proporcionan un contexto específico del país que es esencial incluir en la doctrina y experiencia del Ejército7. Colectivamente, el trabajo anteriormente mencionado es invaluable para comprender el contexto del colapso potencial del régimen en la DPRK, o la reunificación de las dos Coreas, y en consecuencia, diseñar y ejecutar una estrategia a fin de prepararse contra estas posibilidades
La estrategia de las «7 P»
La estrategia de las «7 P» —manejo político, público (apoyo), predicción (evaluación), política, planes, preparación e indicación (estructuración)— son las mejores posiciones de la alianza ROK-USA para estabilizar a Corea del Norte y establecer las condiciones necesarias para poder llevar a cabo la reunificación y reintegración8. Todas las 7 P son críticas, sin embargo, este artículo se centra en las políticas y la preparación. Colectivamente, las otras P se pueden usar para impulsar un cambio positivo, y ojalá, estable en Corea del Norte9.
La estrategia de las 7 P no aboga o requiere iniciativas para derrotar al régimen de la familia Kim. Por el contrario, esta estrategia está concebida, principalmente, para hacer posible la estabilización de una manera rápida, eficaz y eficiente y, potencialmente, la reunificación en caso de una crisis de colapso que se origine internamente en Corea del Norte. Sin embargo, tal vez la estrategia de las 7 P puede fomentar o capacitar a la familia Kim a implementar cambios que reduzcan la amenaza que representan para sus vecinos y mejorar el bienestar de sus propios ciudadanos.
Las políticas y el apoyo público
Las iniciativas en conjunto son necesarias tanto en Estados Unidos como en la ROK a fin de fomentar la comprensión y apoyo a una campaña para estabilizar a Corea del Norte en caso de un colapso. En la ROK, el apoyo a la reunificación está erosionando. Aparte de los coreanos de 50 años o más, no hay un apoyo significativo en ningún estrato de la sociedad de la ROK para pagar los costos a fin de lograr la reunificación, mucho menos avanzar en las inversiones a través de impuestos u otros actos materiales para compensar los costos de la reunificación10. En respuesta a los cambios de perspectivas en la sociedad de la ROK, la presidente Park Geun-hye está trabajando para llegar a un consenso en cuanto a la reunificación11. Las indicaciones de los grupos de enfoque son que las iniciativas de su administración han evitado que el apoyo para la reunificación siga en declive y generó un diálogo más amplio sobre el tema12. Sin embargo, el consenso nacional permanece evasivo; tiende hacia la aceptación de una división permanente, o tal vez, de una futura federación. Se necesita hacer más para mantener, mejorar y, en última instancia, pasar a un diálogo social en apoyo tangible a la preparación activa en caso de colapso o reunificación, que según Corea del Norte, puede no venir de una manera que le ofrezca una opción a la ROK que no sea la participación directa13.
El público estadounidense presenta un desafío más difícil en términos de su disposición para apoyar la estabilización de Corea del Norte en caso de que el régimen colapse, o apoyar la reunificación. Los estadounidenses probablemente estarán reacios a apoyar una lucha contra los militares de la DPRK restantes para lograr la estabilización y reunificación. A fin de conseguir apoyo, al Gobierno de Estados Unidos le convendría proporcionar a sus ciudadanos una explicación convincente acerca de los intereses en juego de Estados Unidos en caso de un colapso del régimen, o reunificación, incluyendo la necesidad de ganar el control de las armas de destrucción masiva de la DPRK.
De predicción a evaluación
Debemos superar la tendencia a predecir el destino del régimen de Kim, en su lugar, debemos evaluar los requisitos para la estabilización de Corea del Norte en caso de que el régimen colapse, y establecer las condiciones necesarias para la reunificación. Por más de dos décadas, desde la muerte de Kim Il-sung, los observadores de Corea se han centrado en predecir el colapso de la DPRK a costa de una reflexión disciplinada de la preparación necesaria para responder ante la inestabilidad de Corea del Norte, por no hablar de la reunificación y reintegración. Comenzando por la muerte de Kim Il-sung, el foco en el colapso se intensificó en los puntos de inflexión clave, que incluyen la primera crisis nuclear norcoreana y la hambruna. El resultado ha sido un deambular analítico de 20 años; los analistas tienden a admirar el problema y el misterio que es Corea del Norte en lugar de tomar en consideración cómo avanzar en la consecución de los intereses nacionales, o noblemente, cómo dar alivio al abatido pueblo norcoreano.
Ya que Kim Jong-un ejercía de manera eficaz el poder, la industria artesanal de predecir el colapso de Corea del Norte tuvo que ajustar su modelo de negocio. Ahora los análisis se centran en áreas nuevas tales como consolidación de poder y relaciones entre las elites norcoreanas14. En lugar de predecir el momento exacto y las circunstancias de la desaparición del régimen de Kim, la mayoría se limitan a evaluar que el régimen de Kim no puede durar para siempre15. Este cambio ha facilitado pensar cómo responder ante la inestabilidad, no solo predecirlo. Este cambio, a su vez, es representación de los marcos conceptuales robustos analíticamente útiles para una verdadera preparación16.
Afortunadamente, no necesitamos saber el momento exacto, o la naturaleza de un colapso norcoreano para comprender y prepararnos a fin de enfrentar los desafíos relacionados con el mismo. No necesitamos definir en detalle cada desafío. Contamos con suficientes objetivos, tareas y problemas comprensibles para facilitar la planificación deliberada así como la preparación activa. Establecer políticas para contrarrestar los efectos y prepararse para lo conocido nos dejará mejor posicionados para tener éxito cuando inevitablemente surja lo desconocido. Por lo tanto, debemos asegurarnos de que la predicción pase a la evaluación, y que la planificación no sustituya la preparación efectiva para la inestabilidad, o reunificación. Deberíamos pasar a establecer las condiciones para lo que pueda venir, así como aumentar la disuasión y moldear un cambio positivo estable hacia la estabilización en Corea del Norte.
El uso de la política y la doctrina para diseñar los marcos conceptuales
En la doctrina militar y política de Estados Unidos se provee un marco conceptual para la preparación. El aplicar los conocimientos de expertos en la materia permitirá que Estados Unidos y la ROK mejoren y trasciendan la planificación para comenzar los preparativos. La política específica y referencias doctrinales incluyen la Instrucción del DoD (DODI) 3000.05, Stability Operations; Joint Publication (JP) 5-0, Joint Operational Planning; y Army Doctrine Publication (ADP) 3-07, Stability.
En la DODI 3000.05 se establecen las operaciones de estabilización como una misión fundamental de los militares estadounidenses17. En esta se sostiene que los civiles son los más adecuados para llevar a cabo tareas de estabilización pero, de no estar preparados para ello, el Departamento de Defensa (DoD) encabezará las operaciones para establecer la seguridad y el control civil, restaurar los servicios esenciales, reparar y proteger las infraestructuras críticas y prestar ayuda humanitaria. El DoD liderará hasta que pueda pasar las tareas a otras agencias estadounidenses, Gobiernos extranjeros, u organizaciones internacionales. Sin embargo, Estados Unidos debe asegurar que su política y doctrina sean coherentes con las circunstancias singulares de un colapso norcoreano, especialmente, el papel de liderazgo de la ROK.
La doctrina de planificación de Estados Unidos en la JP 5-0 proporciona un planteamiento integral para la planificación de cualquier operación, incluyendo la intervención en crisis de inestabilidad que van desde las que tienen objetivos limitados (solución de crisis humanitaria) hasta las que tienen un estado final (condiciones de reunificación)18.
En la ADP 3-07 se definen las tareas de estabilización como «parte de las operaciones fuera de Estados Unidos en coordinación con otros instrumentos de poder nacional para mantener o restablecer un ambiente seguro, y proporcionar servicios gubernamentales esenciales, reconstrucción de infraestructura de emergencia y ayuda humanitaria»19. Las primeras tareas de estabilización son las siguientes: establecer la seguridad y control civil, restaurar los servicios esenciales, apoyar la gobernanza, y el desarrollo económico y de infraestructura20. Estas tareas son elementos importantes en un marco conceptual que pretende guiar la preparación para enfrentar un colapso norcoreano, o una reunificación coreana.
Decisiones políticas cruciales
La política de Estados Unidos y la ROK sobre Corea del norte es básicamente sólida, no obstante, totalmente incompleta. La ROK y EUA tienen posturas claras sobre la desnuclearización de Corea del Norte, en respuesta a una agresión militar de Corea del Norte y la necesidad de que la DPRK respete los derechos humanos. Lamentablemente, se requieren decisiones políticas más detalladas para permitir la preparación activa a fin de manejar situaciones de colapso o reunificación.
La política es también requerida para establecer las condiciones necesarias a fin de reducir o eliminar proactivamente fuentes de inestabilidad antes de una crisis que impulsaría a la ROK y a EUA a intervenir, así como influir en la DPRK para que adopte un enfoque responsable. Debemos establecer políticas que nos permitan proporcionar, a la mayoría de los norcoreanos, una visión positiva del futuro. Esto no quiere decir, por ejemplo, que la ROK necesita códigos civiles y penales exhaustivamente detallados para una Corea reunificada u órganos análogos de política en otros ámbitos tales como la educación. Por el contrario, necesitamos directrices que proporcionen a los norcoreanos, individual o colectivamente, una sensación de las posibilidades de una Corea cambiada o reunificada, y qué deben o no hacer para aprovechar estas oportunidades. En consecuencia, las directrices proporcionarán una plataforma de planificación y preparación válida para guiar a los militares en cuanto a cómo relacionarse con los norcoreanos en caso de una intervención.
Las decisiones políticas en juego están en niveles por encima de la competencia militar, sin embargo, estos asuntos tienen un impacto crucial en la planificación y conducción de las operaciones militares. Algunos de los asuntos incluyen la justicia transicional, sueldos y pensiones para los funcionarios del Gobierno anterior y personal militar, los derechos de propiedad, asuntos macroeconómicos (por ejemplo, la disposición de la moneda norcoreana, el won) y la política educativa (para incluir el desarrollo curricular y acreditación profesional), para mencionar algunos. Las decisiones en áreas tales como éstas permitirán a los militares planificar, adiestrar y asignar recursos eficazmente antes de una crisis. Los militares son responsables de proporcionar su mejor consejo a los líderes civiles, y obtener un sentido claro de cómo el liderazgo político tiene la intención de proceder. La comunicación clara colectivamente entre los militares y las autoridades civiles en asuntos de política les permitirán a los militares optimizar las operaciones para facilitar una transición fluida de la operación encabezada por un militar a un civil.
Las políticas en estos tipos de asuntos pueden usarse para disminuir el alcance, intensidad y duración de la violencia y resistencia durante las operaciones de estabilización. Mejor aún, pueden aumentar las perspectivas para ganar apoyo popular—en Corea de Norte, así como en la ROK, Estados Unidos y la comunidad internacional. Los lineamientos de política en cada una de estas áreas permitirán al Ejército incorporar a, o al menos neutralizar de manera no militar, elementos significativos militares y de servicios de seguridad de la DPRK. Esto, a su vez, puede reducir los requerimientos de recursos y el riesgo estratégico relacionado a la estabilización de Corea del Norte,
Estos tipos de decisiones tendrán que tomarse en algún momento, independientemente de cómo se produzca el cambio en Corea del Norte. Si se toman lo antes posible, estas decisiones pueden ser útiles en la disuasión, respuesta ante la agresión, organización estratégica y fomento del consenso internacional. La clave es evitar perder oportunidades para preparase y manejar un cambio súbito por falta de decisiones políticas y lineamientos.
De política a planificación
Con la orientación de la política a mano, los militares pueden llevar a cabo una planificación deliberada para responder ante el colapso de Corea del Norte. La planificación deliberada traerá temas de ayuda que actualmente tienden a olvidarse, pero si se manejan deficientemente, pueden aumentar la resistencia sostenida en Corea del Norte, o exacerbar una ya grave crisis humanitaria. Por ejemplo, algunas de las primeras áreas que posiblemente estarán bajo el control de la ROK, o los aliados de EUA-ROK incluyen la provincia Hwanghae, de Corea del Norte—el granero principal del país. El no rehabilitar rápidamente la agricultura en el caso de un colapso norcoreano podría costar a la ROK la legitimidad de la alianza EUA-ROK y exponer a la población, ya vulnerable, a un mayor riesgo de desnutrición o inanición. Las iniciativas de desarrollo económico e infraestructura exitosas al principio de la crisis en las áreas previamente bajo el control de la ROK, o la alianza EUA-ROK, alentarían a los norcoreanos en otras zonas del país a ser más flexibles, o por lo menos, más cooperadores.
Con una mayor fidelidad sobre los desafíos y oportunidades, y saber que los militares en el terreno serán tropas de la ROK, Estados Unidos puede identificar y prepararse mejor para contribuir con multiplicadores de combate, o multiplicadores de estabilización singulares. Las áreas específicas de consideración incluyen, pero no se limitan a comando, control, comunicaciones y computadoras; inteligencia de imágenes; movilidad; logística; medicina militar; cumplimiento de la ley y justicia militar; e ingeniería militar. Capacitamos a nuestras fuerzas para cumplir con los requisitos de nuestros planes. Por consiguiente, los cambios en la planificación tendrán una implicancia significativa en el adiestramiento y apresto, así como en los recursos. Como el adiestramiento responde al apresto, los cambios en nuestros planes conducirán a una mayor preparación.
De planificación a preparación
El Ejército de EUA puede hacer mucho para prepararse a fin de enfrentar los desafíos de las operaciones de estabilización en Corea del Norte. Sin embargo, hacerlo requiere visión, liderazgo, recursos y aceptación de riesgo. No es una tarea fácil convencer al estadounidense ni al surcoreano invertir en recursos ahora para un suceso que algunos creen jamás se dará y que no puede predecirse con exactitud. Esto es más evidente cuando tomamos en cuenta las otras prioridades y desafíos que cada nación actualmente enfrenta. Para complicar las cosas, las iniciativas de preparación activa podrían provocar una reacción violenta por parte de Corea del Norte, aun cuando hayan sido explícitamente comunicadas y ejecutadas sin la intención de derrocar al régimen de Kim. Además, gran parte de lo que puede hacerse ahora no está dentro de la competencia militar21. Sin embargo, a pesar de las limitaciones y restricciones, hay preparaciones que pueden llevar a cabo los militares estadounidenses.
Los militares podrían utilizar una plataforma de preparación para mejorar la colaboración interinstitucional. Basándose en el ejemplo anterior con respecto a la provincia de Hwanghae, Corea del Norte, los ejércitos de la ROK y Estados Unidos podrían participar con expertos agrónomos para profundizar los conocimientos sobre las acciones iniciales necesarias para rehabilitar el sector agrícola de Corea del Norte, esto incluye la identificación de un grupo de expertos agrónomos que estarían dispuestos a trabajar en una operación de estabilización. Este grupo evaluaría, organizaría y administraría los recursos y operaciones para asegurar que, debido al conflicto, Corea del Norte no pierda el cultivo de temporada, y que tenga un rendimiento productivo dentro de un año.
Estados Unidos y la ROK también podrían aprovechar mejor a los desertores. Ahora en la ROK se da mucha importancia al número de desertores norcoreanos con una inclinación, por parte de algunos, a descartar su valor intelectual, mucho menos considerar su valor en un esfuerzo para la estabilización del norte. Aunque no puedan indicarnos dónde están las armas nucleares de Corea del Norte, o darnos información sobre los pensamientos íntimos y monólogo de Kim Jong-un, los desertores de áreas y profesiones en cuestión, pueden ser un recurso invaluable para comprender las necesidades que enfrentarán la ROK, Estados Unidos y la comunidad internacional tras un colapso norcoreano.
Los militares estadounidenses pueden asesorar y abogar por los preparativos militares y no militares que involucran a la comunidad internacional, particularmente, al Comando de las Naciones Unidas (UNC, por sus siglas in inglés) de Estados participantes. Incluso, si el asesoramiento y defensa solo resulta en una visión compartida y más fidelidad en la planificación, estaríamos mejor preparados para responder ante una crisis de inestabilidad. Muchos de los Estados participantes del UNC probablemente desean contribuir con las iniciativas para traer estabilidad y paz duradera a la península de Corea. Estados Unidos puede ayudar con la extensión y organización de estas iniciativas de una manera que sea aceptable para la ROK.
Además, Estados Unidos ha subutilizado nuestra educación militar profesional y sistemas de enseñanzade civiles. Dentro de nuestras instituciones educativas de defensa, podemos programar instrucción general y directamente aplicable a las contingencias norcoreanas para mejorar la capacidad de nuestros militares profesionales de prosperar en las condiciones complejas e inciertas que seguramente caracterizarán una crisis de inestabilidad de Corea del Norte22. El Ejército de Estados Unidos está más que preparado, en este sentido, con la profunda y reciente experiencia de los desafíos de estabilización codificados en la doctrina y aplicados en el adiestramiento23. Estados Unidos tiene la capacidad de hacer el trabajo conceptual necesario para tener éxito en el manejo de una crisis de inestabilidad en Corea del Norte. Como un componente clave del sistema educativo militar, la Universidad del Ejército representa un paso poderoso para garantizar que el Ejército de EUA no sólo conserve sino que también aumente su ventaja competitiva en cuanto a la creatividad e innovación, tanto como su operabilidad a través del mando tipo misión24.
La elaboración y participación en redes, asociaciones y coaliciones son una fortaleza de las instituciones castrenses de Estados Unidos. El Ejército debería hacer más énfasis en el desarrollo de profesionales en áreas clave relacionadas con asuntos coreanos, especialmente, la inestabilidad de Corea del Norte. Esto incluye oficiales especialistas de área, oficiales de relaciones internacionales, soldados de asuntos civiles y soldados de operaciones de apoyo de información militar. El desarrollo de nuestro capital humano y nuestras iniciativas para fomentar las redes utilizando nuestros talentosos profesionales, pagará dividendos si nos tenemos que adaptar a las condiciones complejas y cambiantes que encontraremos en caso de que Corea del Norte llegara a colapsar.
Provocar un cambio positivo y estable
Hay una línea muy fina entre preparar y provocar el cambio. Si bien nuestra intención puede ser lograr un cambio positivo y estable, los que están en el extremo receptor pueden no verlo de esa manera. Con el tiempo, la acumulación de acciones preparatorias puede ser percibida, no como iniciativas a fin de prepararnos para un futuro posible, sino como un intento deliberado para lograr un cambio de régimen. La comunicación estratégica y las alianzas internacionales sólidas están obligadas a aumentar las posibilidades de que los esfuerzos preparatorios no conduzcan a una situación en la que Corea del Norte tome represalia.
También hay la posibilidad de ir más allá de la preparación para usar las acciones de preparación como una manera de disuasión y estructuración. Muchas de las medidas mencionadas anteriormente pueden usarse de esta manera, lo que incluye las decisiones políticas que proporcionan alternativas claras y positivas futuras para la mayoría de los norcoreanos mientras nos abstenemos de llevar a cabo iniciativas concertadas para usar esas decisiones antes de la crisis. También podemos establecer vínculos con el pueblo norcoreano con información práctica que puede utilizar para mejorar su vida cotidiana y estar mejor preparado para soportar un cambio súbito. Por ejemplo, podemos proporcionar información sobre medicina preventiva o ingeniería civil. Así también mejoraría la credibilidad de los canales que usamos para comunicar información. Las inversiones realizadas de modalidad pueden llevar a Corea del Norte a hacer cambios internamente de una manera estable, disminuir las cargas enfrentadas si se da el colapso y consolidar las perspectivas de una alianza entre Estados Unidos y una Corea unificada.
Ganar la paz: la alianza entre una Corea unificada y Estados Unidos
Según lo señalado, nuestras iniciativas para prepararnos a fin de enfrentar la inestabilidad en Corea del Norte son insuficientes, lo que pone en riesgo millones de vidas, miles de millones de dólares e intereses vitales. Además, la forma en que Estados Unidos responda a una crisis tendrá un enorme impacto sobre su futura posición en la región y otros lugares. Si los coreanos ven que Estados Unidos no cumple sus compromisos, o si la manera en que actúa ocasiona que otros cuestionen su voluntad o capacidad de acción en otras partes, la capacidad de Estados Unidos de influir y estructurar el ambiente estratégico sufriría un gran golpe. Una estrategia de las 7 P que pone la preparación como su objetivo y establece el escenario para iniciativas más deliberadas, tiene la mejor perspectiva para asegurar que podamos actuar en una crisis de inestabilidad y, por ende, preservar la alianza EUA-ROK, los intereses estadounidenses y el liderazgo en la región.
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no representan la posición oficial u opinión del Departamento de Defensa o de ningún departamento o agencia del Gobierno estadounidense.
Referencias Bibliográficas
- Muchos han pasado un tiempo considerable discutiendo estos temas con el autor. Por sus consejos, quiero expresar mi gratitud a Bruce Bennett de la Corporación RAND y a muchos que actualmente sirven en la Institución castrense en calidad de oficiales y funcionarios gubernamentales de Estados Unidos y de la República de Corea, incluyendo al teniente general Ken Gause, Chun In-bum, Dan Pinkston y Peter Beck por sus consejos y asesoría.
- Le doy crédito por esta idea —no haber visto una guerra de mayor envergadura en el territorio de un país industrializado avanzado desde la Segunda Guerra Mundial— a Kwon Go-Hoon, de Goldman Sachs, quien destacó este punto durante una conversación en Seúl en 2013. A pesar de las capacidades de los militares de la ROK, la gravedad y alcance de un colapso hace probable que la ROK quiera y necesite ayuda. Si bien las tareas de estabilización representan mano de obra intensa, la ROK podría dedicar algunos recursos para las tareas de estabilización si sus fuerzas fueran agotadas, o de lo contrario estuvieran atadas contra una resistencia norcoreana de gran envergadura. Además, están planificadas reducciones de fuerza militar de la ROK.
- U.S. Army Training and Doctrine Command (TRADOC) Folleto (TP) 525-3-1, The U.S. Army Operating Concept: Win in a Complex World (Fort Eustis, VA: TRADOC, 31 de octubre de 2014).
- Bruce W. Bennett, Preparing for the Possibility of a North Korean Collapse (Santa Monica, CA: RAND Corporation, 2013), accedido el 4 de abril de 2016, http://www.rand.org/pubs/research_reports/RR331.html; materiales relacionados con la Universidad del Sureste de California (USC)-Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), Korean Unification Project 2010 Working Paper Series, investigadores principales Victor Cha (CSIS) y David Kang (USC), accedido el 4 de abril de 2016, http://csis.org/program/korean-unification.
- La información de dominio público sobre la ROK, gubernamental y no gubernamental, a menudo, bajo crítica en más de un tema, incluyendo evaluaciones excesivamente optimistas de los desafíos o capacidades de la ROK para lidiar con los mismos. Otro criticismo significativo es la falta de fidelidad o detalle.
- U.S. Army Field Manual (FM) 3-07, Stability (Washington, DC: Manual de campaña 3-07, Operations (Washington, DC: U.S. Government Printing Office [GPO], junio de 2014); Army Doctrine Publication (ADP) 3-07, Stability (Washington, DC: U.S. GPO, 31 de agosto de 2012); Army Doctrine Reference Publication (ADRP) págs. 3-07, Stability (Washington, DC: U.S. GPO, agosto de 2012). La doctrina de EUA con respecto a las operaciones de estabilización está basada, en gran medida, en las lecciones aprendidas en Irak y Afganistán. Sin embargo, muchos coreanos reaccionan negativamente cuando los estadounidenses u otros, que recurren a las experiencias en Irak y Afganistán, afirman que Corea no es Irak ni Afganistán. A los que tienen la responsabilidad de prepararse para la crisis en la península les iría bien honrar las diferencias, y a los críticos les iría bien extraer las lecciones aprendidas debido las muchas similitudes, aunque solo usen las lecciones aprendidas basadas en Irak o Afganistán como un punto común de partida.
- Bennett, North Korean Collapse; USC-CSIS, Korean Unification.
- Establezco una distinción clara entre moldear y cambiar el régimen. Moldear tiene como objetivo alterar la manera en que piensa, decide y actúa el régimen, en lugar de cambiar el régimen, que se centra en la sustitución de los líderes clave y básicamente altera la estructura política de Corea del Norte.
- Les otorgo crédito a los colegas en el Comando de EUA en el Pacífico por el trabajo que han hecho en el concepto de «cambio estable».
- En 2010, el entonces presidente, Lee Myung-bak, pidió un impuesto para recaudar fondos a fin de pagar la reunificación. Ver Brett Cole, «South Korea President Calls for Reunification Tax», Reuters online, 15 de agosto de 2010, accedido el 14 de julio de 2016, http://www.reuters.com/article/us-korea-north-tax-idUSTRE67E08K20100815.
- La administración de Park ha codificado conceptos clave con respecto a Corea del Norte en el documento de la ROK titulado Una nueva época de esperanza: la estrategia de seguridad nacional (disponible en inglés como A New Era of Hope: National Security Strategy), a finales de 2014. Ver Park Geun-Hye, «A New Kind of Korea: Building Trust between Seoul and Pyongyang», Foreign Affairs (septiembre/octubre 2011); Blue House, A New Era of Hope: National Security Strategy (República de Corea: Blue House, octubre 2014)
- La declaración de que el apoyo para la unificación está disminuyendo ya no se basa, en parte, en los resultados de más de tres docenas de grupos juveniles confidenciales llevado a cabo desde 2010 hasta 2015. Por lo regular, los grupos incluían de 6 a 10 estudiantes de universidades surcoreanas en sus últimos años de adolescencia y principios de los 20. La gran mayoría de los estudiantes participantes reconoció que las iniciativas de la presidenta habían dado cabida a una mayor discusión de la unificación sobre una amplia base, no obstante, la discusión no había conducido a un mayor apoyo. Sin embargo, las iniciativas de la presidenta Park parecen haber detenido el declive en cuanto al apoyo de la unificación, y probablemente han sentado las bases para el apoyo renovado en el futuro. La razón por el apoyo está cambiando de vínculos de imperativo histórico y nacionalistas étnicos con el norte a uno de consideraciones estratégicas.
- Han Wool Jeong, The Public’s Appraisal of the Park Geun-hye Administration’s Unification Policy: The Deterioration of Support for the Unification as a “Bonanza” Idea and a Way to Reignite Momentum, trans. Benjamin A. Engel (Seúl: East Asia Institute, agosto 2015), accedido el 21 de junio de 2016, http://www.eai.or.kr/data/bbs/eng_report/201509071627572.pdf.
- Ken E. Gause, North Korean House of Cards: Leadership Dynamics Under Kim Jong-un (Washington, DC: Committee for Human Rights in North Korea, 2015), accedido el 21 de julio de 2016, https://www.hrnk.org/uploads/pdfs/HRNK_Gause_NKHOC_FINAL.pdf.
- Una búsqueda en Google el 22 de mayo de 2016 de «Preparing for North Korean Collapse» generó 6 artículos discretos en la primera página de una fuente reputable (V. gr., RAND Corporation, Council on Foreign Relations Asian Institute, y National Interest) sobre cómo prepararse para el colapso de Corea del Norte. Otra fuente mostró la tendencia de las predicciones específicas en el momento del colapso de Corea del Norte a una evaluación general de que el régimen no podrá sostenerse a sí mismo, esto incluye el artículo «Is North Korea Finally Close to Collapse?», de Julian Ryall, encontrado en la página web de Deutsche Welle, 13 de abril de 2016, accedido el 21 de junio de 2016, http://www.dw.com/en/is-north-korea-finally-close-to-collapse/a-19183141; Armin Rosen, «The Long History of (Wrongly) Predicting North Korea’s Collapse», Página web Atlantic, 6 de agosto de 2012, accedida el 21 de junio de 2016, http://www.theatlantic.com/international/archive/2012/08/the-long-history-of-wrongly-predicting-north-koreas-collapse/260769/; Andrei Lankov, «When May North Korea Collapse?» Página web Fortuna’s Corner, 4 de marzo de 2014, accedido el 21 de junio de 2016, http://fortunascorner.com/2014/03/04/when-may-north-korea-collapse-by-andrei-lankov/ (Lankov es uno de los expertos de mayor renombre sobre el tema de Corea del Norte. Fue consultado con frecuencia por el autor, y frecuentemente es consultado por los más altos funcionarios del Gobierno de Estados Unidos); Kim Sung-han, «The Future of North Korea», página web del Center for Strategic and International Studies, 4 de noviembre de 2014, accedido el 21 de junio de 2016, https://csis-prod.s3.amazonaws.com/s3fs-public/legacy_files/files/publication/141031_The_Future_of_north_korea.pdf (Kim se desempeñó como viceministro de la ROK en Asuntos Exteriores desde 2012 a 2013).
- Bennett, North Korean Collapse; USC-CSIS, Korean Unification.
- Department of Defense Instruction 3000.05, Stability Operations (Washington, DC: U.S. GPO, 16 de septiembre de 2009), accedido el 14 de julio de 2016, se necesita iniciar sesión, http://www.dtic.mil/whs/directives/corres/pdf/300005p.pdf.
- Joint Publication 5-0, Joint Operational Planning (Washington, DC: U.S. GPO. 11 de agosto de 2011). Además, me gustaría destacar un importante giro de la frase expresada aquí, la distinción entre la reunificación y las condiciones para la misma. La reunificación real implica decisiones políticas que no les competen a los militares. Por el contrario, el Ejército pretende establecer las condiciones necesarias para que las decisiones políticas se puedan tomar en el ambiente más seguro posible.
- ADP 3-07, Stability, GL-2.
- Ibíd., p. 11.
- Los militares no están bien posicionados para almacenar materiales de ayuda humanitaria para las operaciones de estabilización. Tampoco son los más adecuados para encabezar un diseño y ejecución de iniciativas de información amplias para cambiar las perspectivas de los norcoreanos y preparar a la población para que puedan soportar mejor los cambios súbitos.
- ADRP 1, The Army Profession (Washington, DC: U.S. GPO, 14 June 2015); TP 525-3-1, The U.S. Army Operating Concept.
- FM 3.07, Stability; ADP 3.07, Stability; ADRP 3.07, Stability; TP 525-3-1, The U.S. Army Operating Concept.
- Robert B. Brown, «The Army University: Educating Leaders to Win in a Complex World», Military Review 95, no. 4 (julio-agosto de 2015): p. 18.
Bryan Port es el director de estrategia en la Fuerzas Coreanas de EUA, Comando de Fuerzas Combinadas y Comando de las Naciones Unidas en Seúl, Corea. Se ha desempeñado en puestos de liderazgo y estado mayor como soldado y empleado civil del Ejército en Corea del Sur, Irak, Afganistán y Estados Unidos. Cuenta a su haber con una maestría en Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Georgetown. Entre su capacitación profesional se encuentra, estudios del idioma coreano en el Instituto de Idiomas del Departamento de Defensa, en Monterrey, estado de California y en la Universidad de Yonsei en Seúl, Corea.