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Primer Trimestre 2024

La Iniciativa de la Franja y la Ruta de China en África del Este

¿Encontrando el éxito en el fracaso?

Edward A. Lynch, PhD

 

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En los últimos años, pocas iniciativas de cualquier nación, grande o pequeña, han recibido más atención que la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) de la República Popular China. La BRI ha sido descrita por el Gobierno chino como «una iniciativa que promueve la prosperidad y cooperación económica regional, los principios de consulta mutua, construcción y participación conjunta, coordinación de políticas y desarrollo mutuamente beneficioso»1. La atención prestada a esta serie de planes, objetivos, proyectos y aspiraciones ha estado mezclada tanto con admiración como con aprensión. Algunos observadores ven un intento diligente, centrado y decidido del gobierno comunista chino de extender su influencia política y económica por toda Eurasia, e incluso más allá de Eurasia, hasta África y América Latina. Estos observadores tienden a considerar que la supuesta expansión de la influencia china es peligrosa para la paz y seguridad mundiales y, desde luego, para los objetivos estadounidenses en esas regiones. Otros observadores consideran que se trata de un conjunto de iniciativas inconexas, episódicas e incluso incoherentes, que no aportan gran cosa una vez eliminado el bombo publicitario generado tanto por el gobierno chino como por sus críticos.

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El presidente chino, Xi Jinping, tiene en mente importantes objetivos globales, y los proyectos de la BRI pueden contribuir a esos objetivos, independientemente de que alcancen sus metas declaradas. Dicho de otro modo, los chinos intentan cambiar el sistema internacional a través de la BRI. El éxito de sus componentes individuales es solo un beneficio secundario.

Antecedentes teóricos

Algunos estudios previos se han centrado en cómo la BRI influye en la dinámica diplomática regional. Desde el final de la Guerra Fría, las dinámicas políticas y económicas regionales, tal y como las define Oscar Otele, han adquirido mayor relevancia2. Ian Taylor escribe sobre el sur de África y China, empleando el estudio de casos. Sara van Hoeymissen examina el papel de China en las comunidades económicas regionales de África, mientras que Francis Ikome estudia las interacciones entre China y la Unión Africana3. Mukwaya y Mold utilizan el Proyecto de Análisis del Comercio Mundial para afirmar que solo los países más grandes de África del Este se beneficiarán de los proyectos de la BRI4. Adam Saud y Shabir Ahmad Khan consideran que los esfuerzos de China por influir en la integración regional «se ajustan más o menos a los dictados del neofuncionalismo y la teoría de la Interdependencia Compleja»5.

Sin embargo, también existe un considerable trabajo teórico que hace hincapié en la capacidad de los Estados más pequeños y débiles para resistir incluso una presión significativa de las grandes potencias y perseguir sus propios objetivos, paralelos o incluso contrarios a los objetivos de esas grandes potencias. Sasha Davis, Lexi A. Munger y Hannah J. Legacy, que escriben sobre las naciones insulares del Pacífico, sostienen que los Estados insulares tienen capacidad para perseguir sus propios intereses y «no dejarse presionar por la competencia entre grandes potencias»6.

Una foto de copias de un comunicado de prensa del gobierno chino destinadas a ser distribuidas a los miembros de los medios de comunicación internacionales.

Sin embargo, las teorías sobre la dirección general de la política exterior china, especialmente bajo Xi y su predecesor Hu Jintao, son de mayor interés para mis propósitos. Evan Feigenbaum, por ejemplo, escribió ya en 2008: «En los años transcurridos desde el ejercicio con misiles de Pekín en el estrecho de Taiwán en 1996, los líderes chinos han comenzado a articular una visión decididamente alternativa de los principios subyacentes de las relaciones internacionales. Esta aclaración ha surgido gradualmente, de forma ad hoc, y aún no se ha concretado en una gran visión estratégica claramente agrupada»7. Feigenbaum insta a los funcionarios estadounidenses a «tomar nota de lo mucho que han divergido los puntos de vista de China y Estados Unidos sobre los principios organizativos más fundamentales de la política internacional»8.

El desacuerdo de mayores consecuencias se refiere a la definición y el alcance de la soberanía nacional. Los funcionarios chinos señalan las intervenciones lideradas por Occidente en Panamá, Haití y Kosovo como un reconocimiento tácito por parte de Occidente de que la soberanía nacional ya no es inviolable. En respuesta, los chinos han defendido la soberanía, al menos en lo que respecta a su soberanía sobre Taiwán. Al mismo tiempo, China ha llegado a considerar las alianzas internacionales, especialmente las de defensa mutua, «como una amenaza para la paz y de naturaleza intrínsecamente agresiva»9. China también ha exigido deferencia por parte de los Estados-nación hacia el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ya que es más probable que la soberanía se vea amenazada por una coalición de Estados fuertes que por todos los Estados trabajando a través del organismo mundial. El mismo autor reconoce que la promoción del Consejo de Seguridad de la ONU por parte de los chinos, que suelen ser ferozmente independientes, «contiene no poca ironía»10.

En la misma línea, Yong Deng y Thomas G. Moore señalan lo que los funcionarios chinos denominan su «nuevo concepto de seguridad [que] aboga por un orden económico y político en el que la confianza mutua, el beneficio, la igualdad y la cooperación caractericen las relaciones bilaterales y las instituciones multilaterales para reducir la inseguridad y salvaguardar el equilibrio estratégico y la estabilidad mundiales»11. En pocas palabras, esa retórica está dirigida a socavar las alianzas de Estados Unidos y, en última instancia, a hacer que esas estructuras de alianzas resulten irrelevantes. Deng y Moore citan el patrocinio chino de la Organización de Cooperación de Shanghái en 2001 como ejemplo de los esfuerzos de China por marginar la influencia estadounidense en Asia Central. Dos años después, Pekín firmó un Tratado de Amistad y Cooperación con los integrantes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, liderada por Estados Unidos12.

Algunos de los proyectos incluidos en la BRI no son económicamente significativos, pero pueden servir para aumentar la buena voluntad y los buenos sentimientos hacia China. Un ejemplo es la donación por parte de China de material de oficina al Comité Paralímpico de Tanzania13. Por consiguiente, también resulta útil considerar los esfuerzos de China en África en relación con las teorías del poder blando. El trabajo de Joseph Nye es fundamental en este sentido, y Garrison Daly et al. aportan una descripción del poder blando basada en sus investigaciones en África del Este: «Una estrategia no coercitiva en la que la cultura, la ideología política, la fuerza económica y la política exterior se utilizan para persuadir a otros Estados-nación de que adopten valores afines»14.

Un tren de pasajeros del ferrocarril Tanzania-Zambia cruza un puente en África.

Lo que estas teorías tienen en común es la posibilidad de que iniciativas políticas aparentemente inconexas e incluso dispares puedan indicar una dirección política más amplia y abarcadora por parte de una gran potencia cuya política exterior esté marcada por la sofisticación, la sutileza, la visión a largo plazo y un impresionante uso de múltiples herramientas para alcanzar objetivos tanto a corto como a largo plazo. En este sentido, tanto los éxitos como los fracasos de la BRI merecen ser examinados. Las iniciativas de la BRI de China en África del Este incluyen múltiples ejemplos tanto de éxito como de fracaso.

Antecedentes: China y África del Este antes de la BRI

Según estudios recientes (y controvertidos), el comercio chino con África del Este floreció en el siglo XV, cuando los «barcos de tesoro» chinos supuestamente navegaban por todo el mundo, llevando a cabo misiones diplomáticas y económicas como las actuales de la BRI15. Pero con la muerte del emperador chino, quien patrocinaba estas expediciones, China volvió a encerrarse en sí misma. Sus contactos comerciales y económicos con África se volvieron marginales, distantes y, por lo general, se realizaban a través de intermediarios no chinos ni africanos. China no volvería a intentar convertirse en una gran potencia marítima hasta finales del siglo XX16.

Poco después de que las naciones de África subsahariana lograran su independencia a principios de la década de 1960, China apareció en el continente con ofertas de ayuda económica y diplomática. China se presentaba como similar a las excolonias en el sentido de que también había sufrido a manos de los colonizadores. Además, China personificaba el tipo de programas de desarrollo dirigidos por el gobierno que estaban de moda entre muchos líderes independentistas africanos. Los dirigentes chinos se veían a sí mismos como los líderes de las naciones no alineadas y, en ese papel, trataban de aumentar su visibilidad e influencia en el mundo en desarrollo, incluida África.

Uno de los proyectos más famosos de esta época fue el ferrocarril Tanzania-Zambia, construido en los años setenta con apoyo financiero chino. Pronto se convirtió en un símbolo del impulso del comercio Sur-Sur (comercio entre países en desarrollo) en los últimos días de la Guerra Fría17. El Banco Mundial había rechazado el proyecto por considerarlo indigno de financiación, pero el gobierno de Mao Zedong consiguió US$ 500 millones y contrató a miles de trabajadores chinos que fueron trasladados a África Oriental a expensas de China. Cinco años después, la vía férrea estaba terminada, se había adquirido material rodante y se habían construido estaciones18. Más recientemente, el descubrimiento de petróleo en Uganda llevó al presidente ugandés, Yoweri Museveni, a impulsar la entrada de su país en el corredor de Transporte Puerto Lamu-Sudán del Sur-Etiopía (LAPSSET), un proyecto multinacional de infraestructuras iniciado a principios de la década de 2010 que sirve de precursor de la BRI19.

La BRI toma forma

Cuando Xi asumió el liderazgo del Partido Comunista Chino en 2012, pronto quedó claro que era más ambicioso y menos tolerante con la oposición que su predecesor. A partir de la publicación del primer Libro Blanco oficial China-África en 2006, al que siguieron proyectos patrocinados por China en Bangladesh, Sri Lanka y Pakistán, los funcionarios estadounidenses advirtieron de lo que denominaron la estrategia china del «collar de perlas», que consistía en proyectos comerciales y de infraestructura financiados por China a lo largo del litoral del océano Índico. En aquel momento, fuentes chinas negaron que estos proyectos formaran parte de una estrategia más amplia. No obstante, el éxito de China a la hora de evitar lo peor de la crisis financiera mundial de 2008 llevó a los funcionarios chinos a referirse a un «Reino Medio en ascenso pacífico» para el siglo XXI20.

Sin embargo, en una serie de discursos pronunciados a partir de 2013 (sobre todo en Kazajstán e Indonesia), Xi habló abiertamente de una estrategia conectada y decidida21. Aunque el título exacto varió antes de que los chinos se decidieran por la Iniciativa de la Franja y la Ruta, Xi dejó claro que China pretendía ampliar masivamente su alcance diplomático, económico y político, y que este alcance no se iba a limitar a las naciones limítrofes de Asia Oriental y Meridional. Xi hizo repetidas referencias a la antigua Ruta de la Seda, una serie de vías comerciales a través de Asia Central que proporcionaban vínculos tenues y temporales entre Europa y China. La reconstrucción de la Ruta de la Seda pronto se convirtió en una prioridad para el régimen de Xi.

Con el tiempo, Xi y otros funcionarios chinos hablaron de una «Ruta de la Seda Marítima» del siglo XXI como complemento a la nueva Ruta de la Seda terrestre, e incluso hablaron de una Ruta de la Seda Polar, refiriéndose a las posibilidades que podría ofrecer un Océano Ártico menos helado22. En 2018, China creó la Agencia China de Cooperación Internacional para el Desarrollo y albergó la supervisión de la BRI en esta nueva agencia23. China espera forjar vínculos con sesenta naciones de Asia, África y Europa, todas las cuales adquirirán interés en mantener buenas relaciones con la República Popular24.

Para las naciones de África del Este, la BRI representa una oportunidad de adquirir financiación y apoyo material para proyectos de infraestructura que llevan años en el tablero de dibujo. La mayor parte de África carece de carreteras, ferrocarriles, puertos, conducciones de energía, redes eléctricas y proyectos hídricos adecuados, por no hablar de los problemas de conectividad y acceso a Internet. Otros elementos de las listas de deseos de África del Este incluían polígonos industriales, instalaciones de transporte marítimo y salas de exposiciones para ferias comerciales y atracciones turísticas. Algunos expertos compararon las aparentemente brillantes posibilidades de la BRI con los sueños ferroviarios del siglo XIX entre El Cabo y El Cairo de Cecil Rhodes25.

Un funcionario del gobierno de China habla durante la primera conferencia de paz del Cuerno de África.

Los discursos de Xi en Kazajstán e Indonesia fueron seguidos de una larga serie de reuniones, conferencias y cumbres, todas ellas oportunidades para que Xi y otros funcionarios chinos promovieran el programa, desarrollaran sus detalles, solicitaran la participación de socios potenciales y, por etapas, revelaran el ambicioso alcance de la BRI. Por ejemplo, la conferencia sobre los archipiélagos de la Ruta de la Seda se celebró en Fuzhou (China) en noviembre de 2019. Más de una docena de organismos gubernamentales, académicos y del Ministerio de Relaciones Exteriores de China figuraban como copatrocinadores26. En agosto de 2022, veintinueve diplomáticos de quince naciones africanas asistieron al «Programa de Cooperación Económica y Comercial China-África en Profundidad» en la provincia china de Hunan27.

Periodistas y representantes de empresas de seis países africanos fueron invitados a la «Promoción del espíritu de amistad y cooperación entre China y África mediante la acción conjunta en la Iniciativa de Desarrollo Global», una reunión de dos días que contó con un discurso del Viceministro de Relaciones Exteriores chino. Esta reunión fue la última de una serie de diez conferencias celebradas en China, Etiopía, Sudáfrica y Senegal28. China reservó un pabellón en la Feria Internacional de Comercio de Dar es Salaam en julio de 2022, que fue visitado por centenares de asistentes. El pabellón estaba patrocinado por el Centro Comercial y Logístico de África del Este, una de las muchas empresas que se encuentran a ambos lados de la línea que separa la propiedad pública de la privada. El centro ofreció a cincuenta y dos empresas chinas la posibilidad de compartir el gran pabellón29.

Con el inicio del COVID-19, algunas de las reuniones pasaron a ser virtuales, como la conferencia «Diplomacia económica creciente y oportunidades disponibles en el norte de África, Oriente Medio y Asia»30. A medida que disminuía el pánico por el COVID, altos funcionarios chinos realizaron docenas de viajes a África para resolver disputas y reforzar las relaciones31. China ha nombrado un enviado especial a África del Este, Xue Bing, que visitó Addis Ababa con delegaciones de seis naciones africanas en junio de 2022. Xue afirmó que China es el país mejor posicionado para «restaurar la estabilidad» en la región del Cuerno de África32.

Metas y objetivos

La BRI de China tiene algunos objetivos razonablemente claros, entre ellos una diversidad de relaciones comerciales y un aumento del alcance del poder blando del país y, al igual que las potencias coloniales de antaño, nuevos mercados para los productos chinos. Al mismo tiempo, China sigue esforzándose por suplantar y sustituir la influencia estadounidense en las zonas incluidas en la BRI. Este esfuerzo comenzó poco después de que Estados Unidos estableciera una mayor presencia militar y diplomática en Asia Central tras los atentados terroristas de septiembre de 2001 y la posterior invasión de Afganistán liderada por Estados Unidos.

A principios de la década de 2000, cuando la atención estadounidense se desvió casi exclusivamente hacia Asia Central y Occidental, China empezó a invertir más en África. La industria de fabricación china había crecido, lo que generó una necesidad de mercados y una salida para el capital de inversión. China fue capaz de ofrecer a los gobiernos africanos una fuente de inversión lista y libre del enfoque a veces polémico sobre las violaciones de los derechos humanos que a menudo marcaba los tratos con funcionarios estadounidenses33. Por ejemplo, la falta de preocupación de China por los derechos humanos abrió una vía para mejorar las relaciones con Kenia cuando Uhuru Kenyatta fue elegido en 2013. La Corte Penal Internacional había señalado a Kenyatta como sospechoso de los actos de violencia ocurridos tras las elecciones kenianas de 2008. Kenyatta fue invitado a visitar China poco después de su elección, lo que llevó a un periódico keniano a contrastar la acogida en China con el «abandono por parte de Occidente»34.

En 2019, cuarenta de las cincuenta y cinco naciones independientes de África habían suscrito préstamos chinos para proyectos de infraestructura35. En 2021, China había superado no solo a Estados Unidos en el valor de sus inversiones africanas, sino también a socios de larga data como Francia, Alemania e India36.

China también ha aprovechado la preocupación de Estados Unidos por la invasión rusa de Ucrania para cultivar asociaciones con países africanos, especialmente con aquellos a los que Estados Unidos estaba presionando para que impusieran sanciones económicas a Rusia. Poco después de la invasión, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia realizó una gira por el continente, con paradas en Egipto, Uganda, Etiopía y la República Democrática del Congo. China, por su parte, ha promovido también su modelo de gobierno centralizado y autoritario, reactivando un esfuerzo de reclutamiento político que comenzó bajo Mao. El Departamento de Enlace Internacional de China, una poderosa rama del Partido Comunista Chino, abrió el Centro Julius Nyerere en Tanzania e inmediatamente acogió a futuros líderes de seis Estados unipartidistas africanos37. Maniobrando para aprovechar la tardía respuesta estadounidense a las entradas de China, y con la esperanza de obtener el reconocimiento internacional como nación independiente, Somalilandia ofreció a los estadounidenses el uso militar de un puerto marítimo y un aeródromo a cambio de dicho reconocimiento38.

Relaciones complejas dentro de la BRI

El gran número de proyectos e iniciativas que China está lanzando como parte de la BRI permite a las naciones africanas un considerable margen de maniobra para cooptar la participación en la BRI para sus propios fines. Con tantos sitios en el continente, apenas es posible para el Ministerio de Relaciones Exteriores de China controlarlos todos o garantizar que la inversión y la actividad económica chinas estén al servicio de las prioridades de la política exterior china. Algunos analistas han centrado su trabajo en las numerosas formas en que las naciones receptoras de África, junto con los empresarios privados del continente, han sido capaces de «adaptar la visión de la BRI en un intento de abrirse camino en las corrientes de inversión chinas y beneficiarse de las sinergias infraestructurales, estratégicas y de transporte»39. Kenia, por su parte, intenta deliberadamente enfrentar a China y Estados Unidos para negociar acuerdos más favorables40. Incluso naciones más pequeñas como Uganda y Ruanda han aprovechado las oportunidades que ofrece la BRI para maniobrar entre Kenia y Tanzania.

Las naciones de África del Este también ven en la BRI un catalizador para reactivar la Comunidad de África del Este. Esta reactivación encaja con la promoción por parte del gobierno chino de organizaciones regionales que excluyen a Estados Unidos. Ya en 2004, las naciones que más tarde establecerían la Comunidad de África del Este dirigieron el diseño de un Plan Maestro Ferroviario, que acabaría convirtiéndose en planes más concretos para un ferrocarril de ancho estándar que conectaría Kenia, Uganda, Ruanda, Burundi y Sudán del Sur.

La trampa de deuda de doble filo

Los participantes africanos en la BRI han sido los receptores de enormes préstamos del gobierno chino y de empresas chinas semioficiales. Como descubrieron los estadounidenses durante las crisis de la deuda latinoamericana de los años ochenta, a partir de cierta cantidad, las deudas dejan de ser una fuente de apalancamiento para los prestamistas y se convierten en una fuente de apalancamiento para los deudores. El anuncio por parte de un gran deudor de que el reembolso puede no ser posible puede suponer una amenaza para la institución o el gobierno titular de la deuda. China representa el 17 % de la deuda externa de Etiopía, el 33 % de la de Kenia y el 70 % de la de Yibuti41. Al mismo tiempo, China se ha mostrado reacia a aceptar deudas en renminbi, lo que ha obligado al país a ampliar su deuda, dominada por el dólar, para adquirir la moneda fuerte en la que insisten las naciones africanas42.

Una foto satelital de una base militar china en Yibuti.

China, por su parte, se ha mostrado reacia a cancelar deudas, salvo cantidades relativamente pequeñas y en circunstancias muy concretas. Al igual que los bancos estadounidenses y los organismos públicos de crédito hace cuarenta años, los chinos prefieren refinanciar los préstamos, con la esperanza de mantener la ventaja financiera. En 2018, por ejemplo, Etiopía consiguió el aplazamiento de US$ 3300 millones. El año anterior, Sudán solo vio condonados US$ 160 millones, lo que suponía el 2.5 % de su deuda total con China43. Sin embargo, China sigue ampliando su exposición en África. En la actualidad, es la mayor nación acreedora44. De nuevo imitando a los colonialistas del siglo XIX, China ha exigido en ocasiones concesiones de recursos a cambio de mayores concesiones de reembolso extendido. China suele tener en mente objetivos de política exterior durante las negociaciones de la deuda. Recientemente condonó US$ 78 millones de la deuda de Camerún, por considerarlo una puerta de entrada a la región centroafricana45.

Los resultados de la BRI

Algunos resultados de la Iniciativa de la Franja y la Ruta serán difíciles de interpretar. Es casi seguro que China aumentará su comercio anual total con África, pero dado que ese comercio solo ascendía a US$ 150 000 millones hasta 2021, frente a los US$ 10 600 millones del año 2000, será difícil atribuir cualquier aumento a la BRI. Al mismo tiempo, China reconoce sin duda la enorme riqueza mineral sin explotar de África, su potencial como exportador de petróleo y gas, y su potencial como fuente de metales estratégicos46. Del mismo modo, aunque los promotores de la BRI señalan que diez mil empresas de propiedad china operan en África, ese número resulta insignificante en comparación con la cantidad de empresas de propiedad estadounidense y europea47.

Por otra parte, África sirve sin duda de piedra angular para otro interés vital de China. Las actividades de China en los países del Cuerno de África, especialmente Yibuti, proporcionan un conducto para las mercancías que se dirigen al puerto de Gwadar (Pakistán) de la BRI. China está trabajando en la construcción de un ferrocarril desde Gwadar a Xinjiang. Cuando esté terminado, el proyecto no solo acortará el tiempo de viaje de cuarenta y cinco días utilizando la actual ruta marítima a diez días por tierra, sino que también proporcionará energía y otros recursos a China sin pasar por el estrecho de Malaca, que puede ser cerrado por una armada hostil. Superar el «dilema de Malaca» puede ser un objetivo central de la BRI48.

Para las naciones africanas que participan en la BRI, los beneficios también pueden estar en el ojo del espectador. Tanzania aprovechó recientemente su participación en la BRI para convertirse en una de las doce naciones que pueden exportar soja a China. Una ventaja más obvia para Tanzania es que los chinos están construyendo dos nuevos puertos en el país, Lamu y Bagamoyo. Un experto sostiene que la profundidad y el desarrollo de los puertos como puntos importantes de transbordo podrían perjudicar a competidores como Mombasa. China aportará la mayor parte de los US$ 10.000 millones que se calcula costará la estructura, y Tanzania ha prometido que en 2045 el nuevo puerto podrá transportar veinticinco veces más carga que la que pasa actualmente por Dar es Salaam49.

La BRI también proporciona el ancho de banda y otros medios necesarios para expandir el comercio electrónico de África a China. En abril y mayo de 2022, empresas de veintitrés países africanos fueron invitadas a participar en el Festival de Compras de Productos Africanos. Gracias a la retransmisión en directo y a las plataformas de comercio electrónico proporcionadas por los chinos, los consumidores de China podían comprar fácilmente café etíope, té negro keniano y vino sudafricano, entre otros productos50.

Sin embargo, estos beneficios, algunos de los cuales son conjeturales, no han supuesto un apoyo universal a la BRI, ni en China ni en África. Al menos una cuarta parte de los proyectos de la BRI se iniciaron a bombo, pero acababan malográndose debido a un seguimiento inadecuado. Un experto del Consejo Atlántico predijo que los proyectos de la BRI incluirían «una impresionante sesión fotográfica, pero ningún plan concreto que aborde las numerosas fallas nacionales y transnacionales que están sometiendo a la región a una enorme tensión»51. Las promesas igualmente grandiosas de puestos de trabajo que se crearían también se quedaron cortas o resultaron ser solo empleos ocasionales o temporales.

El ferrocarril keniano de ancho estándar, que en su día fue el ejemplo a seguir de la BRI en África, se convirtió en un conducto para las importaciones chinas baratas a Kenia, perjudicando gravemente al sector manufacturero keniano52. Del mismo modo, el ferrocarril Tanzania-Zambia no consiguió atraer inversiones locales o regionales y solo sirvió para aumentar la dependencia de Zambia respecto a Tanzania53. A principios de 2022, el entonces presidente de Tanzania, John Magufuli, calificó de «explotador» el proyecto portuario de Bagamoyo, de US$ 10 000 millones, y suspendió su estructura. Los financiadores chinos establecieron «duras condiciones que solo pueden ser aceptadas por gente loca», afirmó54.

Estos fracasos han provocado un rápido aumento de la sinofobia en África del Este. Por ejemplo, para los kenianos entrevistados por un experto, los chinos son casi indistinguibles de los colonialistas europeos del siglo XIX o de los proveedores de dependencia de la deuda del siglo XX55. La política casi invariable de China de transportar trabajadores chinos a África para construir proyectos de infraestructuras de la BRI ha dejado a los africanos sin nuevos empleos y ha creado una creciente percepción entre los jóvenes, al menos en Etiopía, «de que ya hay una cohorte suficiente de individuos chinos viviendo y trabajando en Etiopía»56.

Incluso en los casos en los que no ha aparecido un resentimiento manifiesto, las barreras lingüísticas, la falta de sensibilidad cultural y el exceso de promesas han creado una mala voluntad que socava gravemente el potencial de poder blando de China e incluso sus objetivos de política exterior de poder más duro. Algunos participantes africanos se quejaron de que se les imponían préstamos y subvenciones, aunque no necesitaran el tipo concreto de ayuda ofrecida. En otros casos, los chinos no respetaron las políticas y procedimientos locales y apenas consultaron a los funcionarios locales antes de finalizar los acuerdos de ayuda o préstamo. En Tanzania y Malawi, los chinos hicieron encuestas para mejorar su imagen, pero utilizaron exclusivamente investigadores chinos, lo que sesgó los resultados57. El Instituto de Políticas de la Sociedad Asiática afirmó en julio de 2022 que muchos proyectos de la BRI ignoran factores relacionados con los derechos sobre la tierra, la salud y la seguridad de las comunidades, la equidad de género y las normas laborales58.

En ocasiones, los funcionarios chinos reconocieron los problemas de los proyectos de la BRI en África, pero insistieron en que tenían que actuar como lo hicieron. Un funcionario chino, preguntado por un periodista estadounidense por qué su país compraba sobre todo materias primas de África y no productos con más valor añadido, respondió: «Hemos determinado que la mayor amenaza para cualquier régimen es el malestar interno, no los factores externos. Podemos hacer frente a la guerra... la mayor causa de malestar interno es el desempleo. Por eso intentamos obtener materias primas y no productos que tengan valor añadido. Cuanto más valor añadido tengan los productos, menos empleo habrá para nuestra gente»59.

La BRI también ha generado oposición en China, y un experto insiste en que el proyecto nunca ha sido popular entre los funcionarios chinos, en parte porque lo consideran «demasiado generoso» con los países receptores. Los académicos y funcionarios bancarios que han examinado los diversos elementos de la BRI esperaban encontrar «una planificación financiera clara y coherente. Lo que encontraron fue exactamente lo contrario»60. Los observadores externos también señalaron la casi imposibilidad de rastrear o incluso conocer el alcance total de los préstamos chinos, ya que «gran parte de los préstamos externos de China están envueltos en el secreto»61. La BRI comenzó y sobrevive, según estos expertos, porque cuenta con el respaldo inquebrantable de Xi, apoyado por sanciones para aquellos funcionarios chinos que expresen escepticismo62.

A las dificultades señaladas para analizar los préstamos chinos relacionados con la BRI se suma la confusa mezcla de actividad económica pública y privada en China y en las relaciones económicas y financieras de China con sus socios. Las empresas semiprivadas y cuasiprivadas han proliferado en China en el siglo XXI, a menudo dirigidas por familiares de altos cargos del gobierno o del Partido Comunista, conocidos localmente como «los Principitos». Oficialmente privadas, pero casi con toda seguridad actuando con la aquiescencia del gobierno chino, estas empresas actúan en casi total secreto y hacen casi imposibles incluso los cálculos más sencillos, como el importe total de los préstamos chinos a África. Sin embargo, es tan probable que la intrusión china «no gubernamental» provoque oposición y sinofobia en África como cualquier cosa que haga el gobierno oficial chino.

Los datos de Yibuti y Etiopía

Las experiencias de estas dos naciones del Cuerno de África sirven para poner de manifiesto los avances y los retos de la BRI. Los intereses chinos han financiado allí varios proyectos de infraestructura, como el ferrocarril Addis Ababa-Yibuti, financiado por el gobierno etíope y un gran préstamo del banco chino de importación y exportación. El gobierno chino ve en Yibuti un posible punto de entrada al Oriente Medio, dada la pertenencia del pequeño Estado a la Liga de Estados Árabes y sus estrechos vínculos con Arabia Saudita.

Posiblemente la apoteosis de la ampliación de la influencia china debido a la BRI sea la primera base naval de ultramar de China en Yibuti, inaugurada en agosto de 2017 en el nonagésimo aniversario del Partido Comunista Chino. La base, situada a pocos kilómetros de una base militar estadounidense, goza de una posición dominante cerca de uno de los cuellos de botella marítimos más importantes del planeta. El mar Rojo, el estrecho de Bab al-Mandab y la entrada al océano Índico desde Arabia Saudita, rica en petróleo, confluyen frente a las costas de Yibuti. Funcionarios estadounidenses afirman que la base china es lo suficientemente grande como para albergar un portaaviones y submarinos nucleares63. También podría alojar hasta diez mil soldados. Además del potencial inmediato de proyección de poder y de las posibles excusas para proyectar dicho poder, ostensiblemente para proteger a los ciudadanos chinos que trabajan en los proyectos de la BRI, una presencia militar permanente en la región añade credibilidad a las ofertas de China para mediar en disputas regionales, combatir la piratería local y ayudar tras desastres naturales64. En junio de 2022, el enviado especial de China al Cuerno de África, Xue Bing, patrocinó la primera reunión de la conferencia de paz del Cuerno de África. Las visitas de alto nivel de líderes chinos se han vuelto bastante habituales tanto en Yibuti como en Etiopía. En junio de 2018, una fuerza de tarea china contra la piratería visitó Ghana, Camerún y Gabón65.

No está claro que China se conforme con una sola base africana. El jefe del Comando de África de Estados Unidos declaró recientemente ante el Congreso que China está buscando derechos de base en los Emiratos Árabes Unidos, Pakistán y Guinea Ecuatorial, en África Occidental66. Para Yibuti, la oportunidad de atraer a dos superpotencias para que inviertan en proyectos importantes para el país es obvia. «Si alguien viene y trae inversiones, le pondremos la alfombra roja», declaró el presidente de la Cámara de Comercio de Yibuti67. Al mismo tiempo, los funcionarios de Yibuti deben estar preocupados por el ejemplo de Sri Lanka, que tuvo que ceder el control de su mayor puerto a una empresa china tras no pagar su deuda.

En Etiopía, la presencia china es fuerte y va mucho más allá del ferrocarril Addis Ababa-Yibuti. Otro proyecto ferroviario pretende conectar Etiopía con Sudán del Sur. China también está muy implicada en un enorme plan de expansión de Addis Ababa, conocido como el Plan Maestro de Addis Abeba. El Banco de Exportación e Importación de China financió y puso mano de obra para el primer sistema de ferrocarril ligero del continente (que da servicio a Addis Ababa). Al final, el 85 % del costo procedió de un préstamo de este banco chino. Como muchos proyectos de la BRI, el sistema de ferrocarril ligero empezó a bombo, pero fracasó en su misión principal, que era solucionar el sobrecargado sistema de tráfico de la capital68. El proyecto consiguió cargar a Etiopía con enormes deudas con China. Etiopía tiene actualmente la segunda mayor deuda externa en África subsahariana, debiendo a los chinos más de US$ 13 000 millones69.

También en este caso es difícil ver un aumento significativo de la influencia política de China en Etiopía. El enviado especial de China para el Cuerno de África se ofreció a mediar en las luchas internas que causan pesadillas humanitarias en Etiopía, pero sin éxito visible. Los funcionarios etíopes ni siquiera le facilitaron una fecha para iniciar las conversaciones propuestas70.

Conclusiones

El impacto de la BRI era difícil de medir incluso antes de que la reacción al virus COVID-19 causara tantos trastornos a la economía mundial. (Algunos proyectos de la BRI se paralizaron durante más de dos años.) Para China, la ralentización mundial supuso que sus deudores tuvieran aún menos probabilidades de devolver sus préstamos y aún más de solicitar (o exigir) condonaciones o reprogramaciones masivas. Un experto concluyó que China está «atascada». La condonación y la reestructuración a largo plazo enfadarán a los ciudadanos chinos que no serán reembolsados. Por otro lado, las estrictas exigencias de reembolso alienarán a los mismos países en desarrollo que China espera atraer. Lo más probable es que los dirigentes chinos intenten dividir la diferencia, lo que podría alienar tanto a los chinos como a los africanos71. Al mismo tiempo, las promesas grandiosas de destinar dinero y recursos para ayudar a las naciones africanas a hacer frente al COVID han quedado en gran medida incumplidas.

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Los entusiastas de la BRI, dentro y fuera de China, a menudo señalan el ferrocarril de ancho estándar de Kenia como una historia de éxito, pero la mera repetición de ese ejemplo es una prueba de los pocos éxitos que han surgido de la BRI72. Otros partidarios de la iniciativa especulan sobre los proyectos propuestos de la BRI, como los nuevos puertos en Tanzania, que pueden llegar a construirse o no. La fanfarria, las grandes esperanzas y las predicciones grandiosas han sido una parte mucho mayor de la BRI que los éxitos reales mensurables. En una recesión mundial, es probable que estos éxitos sean aún más escasos.

La base de Yibuti no solo representa un alejamiento de la política exterior de China en el pasado, sino también un cambio en su postura tradicional de no injerencia. También demuestra que China está incumpliendo su promesa de que su expansión económica mundial no iría acompañada de una expansión mundial de sus fuerzas armadas. China ha criticado durante mucho tiempo las bases militares en el extranjero por neocolonialistas y ha condenado específicamente las bases estadounidenses como «instrumentos de hegemonía»73. Recientemente, los funcionarios chinos escribieron en el libro blanco Visión de la Cooperación Marítima que China se reserva el derecho a desempeñar un papel en «cuestiones de seguridad no tradicionales, como los delitos en el mar, la búsqueda y rescate y la prevención y mitigación de catástrofes marinas»74. China también se reserva el papel tradicional de «proteger eficazmente la seguridad y los derechos e intereses legítimos de las personas, organizaciones e instituciones chinas en ultramar»75

La cesión del puerto de Hambantota por parte de Sri Lanka también podría resultar negativa para la política exterior china. Con rumores de amenazas de arrebatar parcialmente a Kenia el control de Mombasa si la Corporación de Ferrocarriles de Kenia no paga, China parece aún más una potencia colonial tradicional que una potencia emergente innovadora del siglo XXI. Incluso en zonas con considerables inversiones chinas en la BRI, como Etiopía, los intentos de China de extender su influencia diplomática han tenido poco éxito, como demuestra la abrupta negativa de Etiopía a la oferta de mediación de China.

Sin embargo, es más probable que los objetivos de Xi para la BRI se encuentren a largo plazo. China no necesita una larga serie de avances económicos o diplomáticos a corto plazo para que la BRI se considere un éxito. En gran medida, China ha suplantado la influencia estadounidense en África del Este, al igual que en Asia Central. Al presentarse como una fuente dispuesta (y sin prejuicios) de ayuda y préstamos, China ha reforzado la mano de las naciones de África del Este en sus tratos con los funcionarios estadounidenses de asistencia y banca. Incluso si los préstamos chinos no se devuelven, o los pagos se prolongan hasta un futuro no muy cercano, Xi puede percibir una ganancia en el estatus global de China debido al declive de la influencia de Estados Unidos.

Como se ha señalado, la política exterior china está marcada por la sofisticación, la sutileza, la visión a largo plazo y un impresionante uso de múltiples herramientas para alcanzar objetivos tanto a corto como a largo plazo. China no necesita un gran número de ferrocarriles en funcionamiento, puertos ocupados o mediaciones exitosas para considerar que la BRI ha tenido éxito. Necesitan materias primas, un acceso asegurado a los cuellos de botella marítimos mundiales y una creciente percepción de que el país es la principal potencia emergente del siglo XXI. Si la iniciativa se mantiene durante los próximos diez años aproximadamente, China tendrá más visibilidad y prestigio mundial que ahora. La cuestión de la longevidad de la BRI es inseparable de la cuestión de la longevidad del actual régimen chino.


Notas

 

  1. Adam Grydehøj et al., «Silk Road Archipelagos: Islands in the Belt and Road Initiative», Island Studies Journal 15, nro. 2 (2020): 4, accedido 2 de febrero de 2023, https://islandstudiesjournal.org/files/ISJGrydehojSilkRoadArchipelagos.pdf.
  2. Oscar M. Otele, «China’s Belt and Road Initiative and Intra-Regional Dynamics in Africa», African Studies Quarterly 19, nros. 3-4 (2020): 53–74, accedido 2 de febrero de 2023, https://asq.africa.ufl.edu/otele-oct-2020/.
  3. Citado en Otele, «China’s Belt and Road Initiative», 54.
  4. Rodgers Mukwaya y Andrew Mold, «Modeling the Economic Impact of the China Belt and Road Initiative in East Africa» (presentación de ponencia, 21ª Conferencia Anual sobre Análisis Económico Global, Cartagena, Colombia, 8 de mayo de 2018), accedido 22 de febrero de 2023, https://www.gtap.agecon.purdue.edu/resources/download/9118.pdf.
  5. Adam Saud y Shabir Ahmad Khan, «China-Pakistan Economic Corridor: Integrating China with the Persian Gulf and East Africa», South Asian Studies 36, nro. 2 (2021): 217, accedido 2 de febrero de 2023, http://journals.pu.edu.pk/journals/index.php/IJSAS/article/view/5987/2740.
  6. Grydehøj et al., «Silk Road Archipelagos», 6.
  7. Evan A. Feigenbaum, «China’s Challenge to Pax Americana», en Global Powers in the 21st Century: Strategies and Relations, ed. Alexander T. J. Lennon y Amanda Kozlowski (Cambridge, MA: MIT Press, 2008), 97.
  8. Ibid.
  9. Ibid.
  10. Ibid., 102–5.
  11. Ibid.
  12. Yong Deng y Thomas G. Moore, «China Views Globalization: Toward a New Great‐Power Politics?», en Lennon y Kozlowski, Global Powers in the 21st Century, 123.
  13. «Chinese Embassy in Tanzania Donates Office Equipment to Tanzania Paralympic Committee», Xinhua China Economic Information Service, 13 de julio de 2022, accedido 2 de febrero de 2023, https://english.news.cn/20220714/da03b76d009742d5bf7b3756890ae9a2/c.html.
  14. Garrison Daly et al., «Challenges and Opportunities in China’s Health Aid to Africa: Findings from Qualitative Interviews in Tanzania and Malawi», Globalization and Health 16, nro. 71 (2020): 72, https://doi.org/10.1186/s12992-020-00577-0.
  15. Louise Levathes, When China Ruled the Seas: The Treasure Fleet of the Dragon Throne, 1405–1433 (New York: Oxford University Press, 1996); véase también Christopher Wake, «The Myth of Zheng He’s Great Treasure Ships», International Journal of Maritime History 16, nro. 1 (2004): 59–76, https://doi.org/10.1177/084387140401600105.
  16. «Chinese Embassy in Tanzania Donates Office Equipment to Tanzania Paralympic Committee».
  17. Pratyusha Basu y Milena Janiec, «Kenya‘s Regional Ambitions or China’s Belt‐and‐Road? News Media Representations of the Mombasa‐Nairobi Standard Gauge Railway», Singapore Journal of Tropical Geography 42, nro. 1 (2021): 47, https://doi.org/10.1111/sjtg.12350.
  18. Alex Lo, «China a Neocolonialist? Show Me the Proof», South China Morning Post (sitio web), 17 de julio de 2022, accedido 2 de febrero de 2023, https://www.scmp.com/comment/opinion/article/3185592/china-neocolonialist-show-me-proof.
  19. Otele, «China’s Belt and Road Initiative», 60.
  20. István Tarrósy, «China’s Belt and Road Initiative in Africa, Debt Risk and New Dependency: The Case of Ethiopia», African Studies Quarterly 19, nros. 3-4 (2020): 14, accedido 2 de febrero de 2023, https://go.gale.com/ps/i.do?p=AONE&u=googlescholar&id=GALEA642819572&v=2.1&it=r&sid=googleScholar&asid=11728b20.
  21. Xi Jinping, «Speech by Chinese President Xi Jinping to Indonesian Parliament», ASEAN China Center, 3 de octubre de 2013, accedido 2 de febrero de 2023, http://www.asean-china-center.org/english/2013-10/03/c_133062675.htm; President Xi Jinping Delivers Speech at Nazarbayev University, video YouTube, publicado por «Hi China», 25:04, 8 de septiembre de 2013, accedido 2 de febrero de 2023, https://www.youtube.com/watch?v=dHkNzMjEv0Y.
  22. Daly et al., «Challenges and Opportunities in China’s Health Aid to Africa», 72.
  23. Saud y Khan, «China-Pakistan Economic Corridor», 215.
  24. Otele, «China’s Belt and Road Initiative».
  25. Basu y Janiec, «Kenya’s Regional Ambitions or China’s Belt‐and‐Road?», 58.
  26. Grydehøj et al., «Silk Road Archipelagos», 6.
  27. «Economic Watch: African Diplomats Expect Closer Economic Ties with China», Xinhua China Economic Information Service, 1 de agosto de 2022, accedido 2 de febrero de 2023 https://english.news.cn/20220801/c0d4f4916a314564b31acef045430a14/c.html.
  28. Yu Xi, «11th China-Africa Think Tanks Forum Promotes Friendship and Cooperation», Global Times (sitio web), 22 de julio de 2022, accedido 2 de febrero de 2023, https://www.globaltimes.cn/page/202207/1271150.shtml.
  29. «Chinese Products Attract Visitors to Tanzania’s Largest Trade Fair», Global Times (sitio web), 11 de julio de 2022, accedido 2 de febrero de 2023, https://www.globaltimes.cn/page/202207/1270215.shtml.
  30. Sophia Kumkana, «Tanzania Ambassadors Abroad Unveil Business, Investment Opportunities», Tanzania Daily News (sitio web), 3 de agosto de 2022, accedido 2 de febrero de 2023, https://allafrica.com/stories/202208030442.html.
  31. Jevans Nyabiage, «Chinese Diplomats Flock to Africa in Response to Western Charm Offensive», South China Morning Post (sitio web), 17 de julio de 2022, accedido 2 de febrero de 2023, https://www.scmp.com/news/china/diplomacy/article/3185515/chinese-diplomats-flock-africa-response-western-charm.
  32. Nicholas Bariyo y Chun Han Wong, «China Seeks to Expand Africa Trade Dominance with Role as Peace Mediator», Wall Street Journal (sitio web), 21 de junio de 2022, accedido 2 de febrero de 2023, https://www.wsj.com/articles/china-seeks-to-expand-africa-trade-dominance-with-role-as-peace-mediator-11655830326.
  33. Basu y Janiec, «Kenya’s Regional Ambitions or China’s Belt‐and‐Road?», 47.
  34. Ibid., 57.
  35. Ibid., 46.
  36. Saud y Khan, «China-Pakistan Economic Corridor», 222.
  37. Jane Perlez, «Where China Is Changing Its Diplomatic Ways (at Least a Little)», New York Times (sitio web), 25 de julio de 2022, accedido 2 de febrero de 2023, https://www.nytimes.com/2022/07/25/world/asia/china-diplomacy-africa.html.
  38. Michael Phillips, «Somaliland Offers U.S. Military Access to Port, Airfield as It Pushes for Nationhood», Wall Street Journal (sitio web), 1 de febrero de 2022, accedido 2 de febrero de 2023, https://www.wsj.com/articles/somaliland-offers-u-s-military-access-to-port-airfieldas-it-pushes-for-nationhood-11643705732.
  39. Grydehøj et al., «Silk Road Archipelagos», 4.
  40. Basu y Janiec, «Kenya’s Regional Ambitions or China’s Belt‐and‐Road?», 58.
  41. Elliot Wilson, «China: End of the Belt and Road», Euromoney (sitio web), 4 de junio de 2020, accessed 12 September 2022, https://www.euromoney.com/article/b1lx4xdjgghf3z/china-end-of-the-belt-and-road.
  42. Ibid.
  43. Ibid.
  44. Tarrósy, «China’s Belt and Road Initiative in Africa», 9. Cabe señalar que la deuda total de África con todos los acreedores occidentales sigue siendo sustancialmente mayor que su deuda total con China.
  45. Ibid., 18.
  46. «Africa: AfDB ‘Extremely Positive’ About Investment Opportunities in Africa», Allafrica.com, 20 de julio de 2022, accedido 2 de febrero de 2023, https://allafrica.com/stories/202207210497.html. África posee algunas de las mayores reservas de gas natural del mundo, así como algunos de los mayores yacimientos de litio, un componente vital de las baterías de los coches eléctricos, según la Asociación Africana de Capital Riesgo y Capital Privado.
  47. Saud y Khan, «China-Pakistan Economic Corridor», 223.
  48. Ibid., 225.
  49. «East Africa Braced for Ports Battle», Business Daily (sitio web), 2 de agosto de 2022, accedido 2 de febrero de 2023, https://www.businessdailyafrica.com/bd/news/east-africa/east-africa-braced-for-ports-battle-3899548.
  50. «Economic Watch: African Diplomats Expect Closer Economic Ties with China», China.org.cn, 1 de agosto de 2022, accedido 2 de febrero de 2023, http://www.china.org.cn/china/Off_the_Wire/2022-08/01/content_78351910.htm.
  51. Bariyo y Wong, «China Seeks to Expand».
  52. Basu y Janiec, «Kenya’s Regional Ambitions or China’s Belt‐and‐Road?», 55.
  53. Otele, «China’s Belt and Road Initiative», 58.
  54. Emma Connors, «Belt and Road Spending Targets Energy in 2022», Financial Review (Australia), 29 de julio de 2022, https://global.factiva.com/redir/default.aspx?p=sa&NS=16&AID=9VIV000400&an=AFNR000020220731ei7t00016&drn=drn:archive.newsarticle.AFNR000020220731ei7t00016&cat=a&ep=asi. Desde entonces se ha reanudado la cooperación.
  55. Daly et al., «Challenges and Opportunities in China’s Health Aid to Africa», 75.
  56. Tarrósy, «China’s Belt and Road Initiative in Africa», 15.
  57. Daly et al., «Challenges and Opportunities in China’s Health Aid to Africa», 75–78.
  58. Connors, «Belt and Road Spending Targets Energy».
  59. «The Way Forward: Lessons from the East», Mail and Guardian Online, 1 de agosto de 2022, accedido 3 de febrero de 2023, https://mg.co.za/special-reports/2022-08-01-the-way-forward-lessons-from-the-east/.
  60. Wilson, «China: End of the Belt and Road». El autor estima que los préstamos chinos públicos y privados a África entre 2014 y 2018 sumaron US$ 72 200 millones.
  61. Phillips, «Somaliland Offers U.S. Military Access to Port», 57; Matthew Cullen, «Your Tuesday Briefing: Pope Apologizes to Canada’s Indigenous People», New York Times (sitio web), 25 de julio de 2022, accedido 3 de febrero de 2023, https://www.nytimes.com/2022/07/25/briefing/pope-canada-schools-china-diplomacy.html.
  62. Daniel Large, China and Africa: The New Era (Cambridge, RU: Polity Press, 2021), 179.
  63. Connors, «Belt and Road Spending Targets Energy».
  64. Ibid.
  65. «The Chinese Navy’s Great Leap Forward», Wall Street Journal (sitio web), 7 de junio de 2022, accedido 3 de febrero de 2023, https://www.wsj.com/articles/chinas-great-naval-leap-forward-cambodia-military-base-navy-beijing-xi-jinping-11654637895; véase también «U.S. Worries Sudan is Close to Leasing Russia a Red Sea Base», Wall Street Journal (sitio web), 2 de marzo de 2022, accedido 3 de febrero de 2023, https://www.wsj.com/articles/u-s-worries-sudan-is-close-to-leasing-russia-a-red-sea-base-11646255126; James Areddy, «China Signs Solomon Islands Pact, Over U.S., Australia Opposition», Wall Street Journal (sitio web), 19 de abril de 2022, accedido 3 de febrero de 2023, https://www.wsj.com/articles/china-signs-solomon-islands-pact-over-u-s-australia-opposition-11650388369. China finalizó recientemente un acuerdo con las Islas Salomón que le permitiría atracar buques de guerra en la pequeña nación del Pacífico Sur.
  66. Gordon Lubold, «China’s Growing Influence in Africa Seen in Arms Trade and Infrastructure Investment», Wall Street Journal (sitio web), 21 de abril de 2022, accedido 3 de febrero de 2023, https://www.wsj.com/articles/chinas-growing-influence-in-africa-seen-in-arms-trade-and-infrastructure-investment-11650554282.
  67. Tarrósy, «China’s Belt and Road Initiative in Africa», 15.
  68. Saud y Khan, «China-Pakistan Economic Corridor», 223.
  69. Perlez, «Where China Is Changing Its Diplomatic Ways (at Least a Little)».
  70. Wilson, «China: End of the Belt and Road».
  71. No todos los análisis del ferrocarril de ancho estándar son positivos. Véase, por ejemplo, Ian Taylor, «Kenya’s New Lunatic Express: The Standard Gauge Railway», African Studies Quarterly 19, nros. 3-4 (2020): 29–52, accedido 22 de febrero de 2023, https://asq.africa.ufl.edu/wp-content/uploads/sites/168/V19i3-4a3.pdf.
  72. Large, China and Africa, 170.
  73. Ibid., 179.
  74. Ibid., 180.
  75. Ibid.
 

Edward A. Lynch, PhD, es profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Hollins de Roanoke, Virginia, y especialista en política latinoamericana. Enseña política exterior de Estados Unidos, relaciones internacionales, estrategia mundial de Estados Unidos y un curso sobre el Modelo de Naciones Unidas. También asesora al Club del Modelo de Naciones Unidas de la Universidad Hollins. Lynch es licenciado por la Universidad Saint Joseph de Filadelfia y posee una Maestría y un Doctorado por la Universidad de Virginia. Es autor de dos libros sobre religión y política en América Latina, y de numerosos artículos sobre política africana y la política exterior de Estados Unidos con respecto a África. Trabajó en el Capitolio durante cuatro años, sirviendo en la Casa Blanca del presidente Reagan, y es un conocido comentarista de la política estatal y local del Estado de Virginia.

 
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