Military Review Edición Hispanoamericana Revista Profesional del Ejército de Estados Unidos

 

Descargo de responsabilidad editorial: En todas sus publicaciones y productos, Military Review presenta información profesional. Sin embargo, las opiniones expresadas en ella son las de los autores y no son necesariamente las de Army University, el Departamento del Ejército o cualquier otra agencia del gobierno de EUA.


 

El retorno del Manual de Campaña 3-0, Operations, del Ejército de EUA

Teniente general Mike Lundy, Ejército de EUA

Coronel Rich Creed, Ejército de EUA

Descargar PDF Descargar PDF

Manual de Campaña 3-0

Cuando el Ejército de EUA derogó el Manual de Campaña (Field Manual - FM) 3-0, Operations (Operaciones), y publicó el 2011 la Publicación de Doctrina del Ejército 3-0, Unified Land Operations (Operaciones unificadas terrestres), el mundo era un lugar distinto1. La probabilidad de un combate terrestre de gran escala contra un enemigo con capacidades iguales parecía remota. Cuando los rusos intervinieron en Georgia con fuerzas terrestres el 2008, había pocos indicadores de que su agresivo comportamiento se mantendría. Las demandas marítimas de China en el mar del Sur de China parecían tener poco que ver con las preocupaciones del Ejército. Si bien la situación en la península coreana seguía tensa, la probabilidad de que se reanudara la guerra no había cambiado desde que se firmó el armisticio de 1953. Los dos equipos de combate de brigada blindados restantes del Ejército en Alemania fueron replegados al territorio continental de Estados Unidos, y se estaba llevando a cabo por parte del Ejército una reducción de su personal mientras se impulsaba con fuerza hacia una decisión que también disminuyeran las rotaciones de gran parte de las fuerzas del Ejército en Corea.

El ambiente estratégico ha cambiado significativamente desde aquél momento. La agresión rusa contra Ucrania y el comportamiento cada vez más bélico de los norcoreanos e iraníes son claros ejemplos. La rápida modernización de las fuerzas armadas chinas alimentaba esa sensación de que la necesidad de adaptarse rápidamente por parte del Ejército a una mayor posibilidad de combate terrestre de gran escala contra adversarios significativamente más capaces que Al-Qaeda, los insurgentes iraquíes y el Talibán. Como resultado, el Ejército comenzó el adiestramiento para las operaciones de combate de gran escala durante los ejercicios del programa de adiestramiento de mando tipo misión y en sus centros de adiestramiento de combate después de una década de interrupción. El Ejército también descubrió que nuestra doctrina táctica para las operaciones de combate de gran escala era inadecuada.

En 2016, el Jefe de Estado Mayor del Ejército ordenó que el Comando de Adiestramiento y Doctrina (TRADOC) del Ejército formulara un manual de operaciones que proporcionara el fundamento doctrinario para prevalecer en el combate terrestre de gran escala contra enemigos cuyas capacidades militares rivalizaban las nuestras en contextos regionales. Si bien el Ejército tenía algo de doctrina esencial para la lucha en grandes guerras, carecía de un manual doctrinario unificador, actualizado y orientado a las tácticas de unidades mayores para ser usado contra amenazas contemporáneas. También había una clara necesidad de abordar las operaciones del Ejército a lo largo de la continuidad de un conflicto y los roles que desempeña el Ejército en la fuerza conjunta mientras nuestros adversarios desafían el estatus quo en varias regiones del mundo.

Las versiones previas del FM 3-0 Operations, y de su predecesor el FM 100-5, si bien contenían ideas útiles relevantes sobre problemas actuales, ninguna abordaba la totalidad de los desafíos del actual ambiente operacional. Los profesionales razonablemente informados pueden debatir cuáles desafíos son los más graves, pero la mayoría estará de acuerdo de que estos desafíos se agrupan en tres categorías. La primera, y posiblemente la más importante, es que la cultura del Ejército necesitaba cambiar. El enfoque en despliegues regularmente programados con equipos de combate de brigada (BCT), cuarteles generales superiores y formaciones de apoyo para llevar a cabo las operaciones de contrainsurgencia (COIN) desde bases estáticas contra enemigos con capacidades militares limitadas crearon una perspectiva del combate terrestre incongruente con las realidades de luchar un combate de gran escala contra una amenaza con capacidades similares. Pocos líderes con significativas experiencias de entrenamiento para combatir contra amenazas similares se encuentran en nuestras formaciones tácticas, y aquellos con experiencia en los niveles superiores, no cuentan con práctica después de una década o más al estar centrados en la contrainsurgencia. En el nuevo FM 3-0, se aborda la necesidad de cambiar la cultura del Ejército, describiendo el ambiente operacional y amenazas con énfasis en la importancia de los roles a niveles de brigada y superior en las operaciones, abordando las consideraciones de preparación en el entrenamiento de cada función de combate para el combate terrestre de gran escala2.

La segunda categoría de desafíos es la de mejorar el alistamiento del Ejército para vencer en el combate terrestre de gran escala contra oponentes de capacidades similares. Nuestro Ejército y nuestra doctrina fueron adecuados para las operaciones de contingencia limitadas que principalmente se centraban en operaciones en donde las tareas de contrainsurgencia y de estabilización constituían gran parte de lo que se esperaba hicieran las unidades y cuarteles generales. Desde el 2003, unidades mayores que un pelotón rara vez han estado en peligro de ser destruidas por fuerzas enemigas y ninguna unidad se enfrentó a fuerzas enemigas capaces de concentrar eficazmente sus fuegos o con grandes fuerzas de maniobra. El problema es que la efectiva capacidad de moldear los ambientes de seguridad e impedir el conflicto a través de una disuasión convencional creíble, o de consolidar los éxitos para lograr el propósito político deseado, surge de la preparación demostrada para vencer en el combate terrestre de gran escala contra las amenazas más letales, es por ello que lo esencial del FM 3-0 aborda las operaciones de combate terrestre de gran escala a nivel de brigada, división y cuerpo de ejército. En este FM, se describen las tácticas y procedimientos usados en las operaciones defensivas y ofensivas, y es poco probable que las personas familiarizadas con las previas ediciones del FM 3-0 o FM 100-5 se sorprendan con lo que lean en estos tres capítulos. No hay nuevas tareas tácticas, pero hay un renovado reconocimiento y una discusión más profunda de las tácticas requeridas para emplear las capacidades dentro y a través de múltiples dominios, permitiendo la libertad de acción en los escalones subordinados.

Sin embargo, lo que es nuevo en comparación con las previas ediciones, son los capítulos sobre las operaciones de configuración, preventivas o para consolidar el éxito. Una gran parte del Ejército participa constantemente en estas operaciones en todo el mundo, y cuán bien el Ejército las desarrolle mayor será la influencia en la probabilidad del combate terrestre de gran escala y los resultados estratégicos de este combate en caso de ocurrir. Por lo tanto, en el FM 3-0 se abordan las operaciones que el Ejército lleva a cabo dentro de la continuidad del conflicto mientras cumple con sus roles estratégicos como parte de la fuerza conjunta, reconociendo que el demostrar su capacidad de prevalecer en el combate terrestre de gran escala le permite alcanzar sus misiones de apoyo a los otros roles estratégicos. Como consecuencia, este manual tiene un énfasis renovado en los roles de escalones de cuerpo y división del Ejército para emplear sus capacidades así como también sus formaciones.

Los cuerpos y divisiones de ejército juegan un rol principal en el combate terrestre de gran escala, el cual no es ni tampoco debe ser, el rol principal de un equipo de combate de brigada. Cuando son adecuadamente constituidos, entrenados y liderados, estos escalones de mando facilitan las tareas de las formaciones subordinadas, acortan su enfoque, reducen el alcance de control y mantienen una perspectiva más amplia en tiempo y espacio necesario para una planificación eficaz. La división es el primer escalón capaz de planificar y coordinar eficazmente el uso de todas las capacidades multidominios en todo el marco operacional. Lo mismo sucede con los cuerpos de ejército en las operaciones que cuentan con múltiples divisiones. Cada escalón superior tiene una perspectiva que debería considerar de manera distinta respecto del tiempo, geografía, toma de decisiones y el espectro electromagnético. Esto no es un nuevo concepto militar, pero refleja un gran cambio desde las experiencias formativas de la mayoría del liderazgo del Ejército en un momento cuando las divisiones y cuerpos de ejército servían en roles de un cuartel general conjunto o estaban más involucrados en el nivel operacional que en el nivel táctico.

La tercera categoría de desafíos forma parte de la realidad que el Ejército de EUA no tiene ventajas abrumadoras que pueda usar contra cualquier oponente que el Ejército sea requerido para luchar. En el FM 3-0, se reconoce que algunos adversarios tienen capacidades iguales o incluso superiores, las cuales podrían poner al Ejército en una posición de relativa desventaja especialmente en un contexto regional. Algunas de estas capacidades de amenazas, y particularmente los sistemas integrados de defensa antiaérea junto con los fuegos de superficie a superficie de largo alcance, impedirían severamente la libertad de acción en los dominios aéreos y marítimos, lo que significaría que las otras ramas militares no puedan resolver los problemas tácticos terrestres de forma tan rápida o fácilmente como hicieron en Irak y Afganistán. la artillería cañón y cohete del ejército de EUA probablemente esté fuera de alcance y cuente con una inferioridad numérica significativa, lo que supondría un problema táctico incluso en el caso de que las fuerzas amigas cuenten con la superioridad aérea en este dominio. La posible combinación de relativa desventaja en los dominios terrestre, marítimo y aéreo presenta implicaciones respecto a cómo las fuerzas del Ejército conduzcan operaciones contra formaciones enemigas concebidas bajo sus sistemas de fuegos de largo alcance, que maniobre en apoyo a sus fuegos más frecuentemente que si fuese lo contrario. Por lo tanto, la comprensión de varios métodos que usan nuestros adversarios y posibles oponentes (la guerra de sistemas, aislamiento, prevención, guerra de Información y zonas protegidas) es crítica en la formulación de planes tácticos para derrotarlos, como también es relevante entender que es probable que estos métodos se manifestarán en forma distinta para cada situación.

A diferencia del combate aeroterrestre que estaba dirigido contra un solo enemigo, o las previas ediciones del FM 3-0 que en realidad no se enfocaron en una amenaza específica, en esta edición del FM 3-0 se centra en los adversarios similares y casi iguales (Rusia, China, Irán y Corea del Norte) en el actual ambiente operacional. Por ello, los desafíos operacionales que enfrenta el Ejército cubren todo el espectro de operaciones militares en todos los dominios, por lo que era necesario dirigirlos. No se optimiza el FM 3-0 para un solo tipo de operación o una sola amenaza, sino que en su lugar es evaluado por comparación con las capacidades y métodos de los enemigos más poderosos que se han extendido en todas partes del mundo, declarando lo que se requiere que haga el Ejército—desde el combate terrestre de gran escala hasta la preparación del ambiente de seguridad por medio de participación regional y todas las operaciones que involucran. El FM 3-0 no cambia el concepto operacional fundamental del Ejército, el cual mantiene las operaciones terrestres unificadas. Lo que hace mejor, es explicar los motivos detrás de las operaciones que llevamos a cabo para aclarar la interrelación entre el propósito estratégico, la planificación, preparación, así como las tareas asignadas a las unidades.

Organización y propósito

El FM 3-0 organiza las operaciones según su propósito con relación a los cuatro roles estratégicos del Ejército. El Ejército configura el ambiente operacional, previene el conflicto, conduce el combate terrestre de gran escala y consolida el éxito. Las fuerzas del Ejército lo hacen como parte de la fuerza conjunta generalmente en un contexto multinacional para el comandante de una fuerza conjunta. Las versiones previas del FM 3-0 y FM 100-5 no hacían un adecuado hincapié respecto del nexo crítico entre las tareas tácticas y el alcanzar el propósito estratégico por el cual se llevan a cabo. La categorización de las operaciones según su propósito se alinea con la construcción del faseamiento conjunto que se encuentra en la Publicación Conjunta JP 3-0, Joint Operations, mientras enfatiza que no siempre hay una relación lineal directa entre estas fases (véase la figura 1)3. En los capítulos 3 (Operaciones de configuración) y 4 (Operaciones preventivas) del FM 3-0, se describen las operaciones que se llevan a cabo que no alcanzan el nivel de combate terrestre en gran escala cuando los adversarios buscan métodos bajo el umbral del conflicto armado para desestabilizar el estatus quo o derrocar a naciones amigas. Los capítulos 5 (Combate terrestre de gran escala), 6 (Defensiva) y 7 (Ofensiva) se centran en el combate terrestre de gran escala y el capítulo 8 (Operaciones para consolidar el éxito) aborda la transición escalonada del combate terrestre de gran escala hasta alcanzar el propósito operacional o estratégico final.

Roles estratégicos del Ejército y sus relaciones con las fases conjuntas

Alcanzar el propósito estratégico de las operaciones es la teoría subyacente de victoria en el FM 3-0 y se aborda al final del capítulo 1. Hay pocas soluciones permanentes aceptables del conflicto en el nivel estratégico. La mayoría de conflictos en el mundo se gestionan en períodos de tiempo prolongados con ambas partes buscando incrementar y explotar las posiciones de ventaja relativa. En efecto, la fuerza conjunta o está ganando o está perdiendo una competencia que proporcione oportunidades para lograr resultados favorables en las operaciones que no alcancen el nivel de conflicto armado, durante el conflicto armado y en la transición que ocurre después del conflicto armado. El Ejército, actuando en el cumplimiento de sus roles estratégicos como parte de la fuerza conjunta, lleva a cabo las operaciones a través de la continuidad del conflicto para garantizar que Estados Unidos mantenga una posición de ventaja relativa ante las amenazas reales y posibles. Las operaciones de configuración o preventivas tienen éxito cuando derrotan el propósito de un adversario como su intención de querer desestabilizar el estatus quo deseado o derrocar a un Estado amigo. Vencemos en el combate terrestre de gran escala con la destrucción o derrota de las capacidades convencionales del enemigo y de su voluntad de lucha. Consolidamos el éxito definitivamente cuando seguimos el enemigo hasta asegurarnos que no pueda conformar otras formas de resistencia para prolongar el conflicto o cambiar su naturaleza con la intención de frustrar nuestro propósito. En pocas palabras, en el FM 3-0 se proporciona un contexto a los comandantes y sus estados mayores para practicar con éxito el arte operacional adecuado en el rango de las operaciones militares.

Antiguo y nuevo

Cualquier discusión de una nueva doctrina para las operaciones de combate terrestre de gran escala tiende a generar el debate de que el Ejército desea fervientemente volver a una era «más simple» de planificar para una amenaza soviética en Europa como una forma de escape al desafío de la contrainsurgencia. Otra discusión es que el Ejército está intentando volver a introducir el combate de gran escala como una justificación para mantener su estructura de fuerzas. Ninguna de estas dos discusiones es el caso. El capítulo 1 describe un ambiente operacional muy diferente del de hace 35 años o incluso 5 años. El planteamiento intelectual es específicamente tomar en cuenta los adversarios de hoy en día y las amplias categorías de operaciones que el Ejército lleva a cabo para enfrentarlos como parte de la fuerza conjunta. Incorporar las orientaciones del Jefe de Estado Mayor del Ejército respecto a la preparación del Ejército para el combate terrestre de gran escala contra un oponente con capacidades similares es crítico, y en el FM 3-0 es evidente que hay conexiones entre lo que el Ejército hace en las operaciones en conflictos cortos y lo que el Ejército debe hacer a ganar la guerra. En el FM 3-0, se describe lo que es perdurablemente fundamental y lo que ha cambiado en el contexto de las actuales realidades en los ambientes, las organizaciones y capacidades actuales del Ejército.

Hay muchas grandes ideas que no necesariamente son nuevas en las operaciones pero no han sido adecuadamente abordadas en la doctrina o experiencia reciente. Específicamente intentamos explicar la importancia de las capacidades amigas y enemigas en múltiples dominios y en el ambiente de información. Como resultado, modificamos el marco operacional para aproximarlo al extendido marco del campo de batalla encontrado en el concepto de batalla multidominio (véase la figura 2)4. Al hacerlo reconocemos las realidades del ambiente operacional, las capacidades actuales conjuntas y del Ejército, junto con las consideraciones de planificación indispensables para ganar la guerra. El nuevo marco operacional incorpora el área de apoyo estratégico, área de seguridad conjunta (JSA), área de consolidación y área de fuegos profundos hacia las áreas profundas, cercanas y de apoyo previamente designadas.

Las áreas de apoyo estratégico y de seguridad conjunta abarcan donde ocurren actividades del Ejército fuera de sus áreas de operaciones que son responsabilidad de los comandantes tácticos del ejército. Las fuerzas del Ejército transitan y operan en estas áreas, pero estas áreas principalmente son del ámbito de las otras ramas militares, comandantes de comandos combatientes y cuarteles generales conjuntos debido a que en gran parte comprenden dominios aparte del terrestre. Las incluimos porque las fuerzas del Ejército son influenciadas en gran parte por lo que ocurre allí, y estas fuerzas son responsables de planificar las actividades del Ejército en esas áreas y en el ambiente de información. El área de fuegos profundos es parte del área profunda que está más allá de donde las fuerzas del Ejército inmediatamente planificarían para maniobrar con fuerzas terrestres y donde se usarían las capacidades multidominios principalmente conjuntas y del Ejército. El área de apoyo estratégico, el JSA, y el área de fuegos profundos describen lo que de hecho ya existía pero no se consideraba en la doctrina táctica previa de grandes unidades. El área de consolidación es la que refleja el cambio más importante en el marco operacional en términos de cómo las fuerzas del Ejército consideran las áreas de operaciones a nivel de cuerpo de ejército y división.

FM 3-0 marco operacional para las operaciones terrestres unificadas

El área de consolidación fue concebida para resolver un antiguo problema en las operaciones. Por mucho tiempo, el Ejército ha tenido dificultades con los desafíos de seguridad detrás de sus fuerzas mientras mantienen el tempo en las áreas cercanas y profundas. En particular, en las operaciones ofensivas cuando los límites de la retaguardia del equipo de combate de brigada se mueven hacia el frente y se extiende el tamaño del área de apoyo de la división sobrepasando la capacidad de las unidades que operan en ese lugar para controlar el terreno, garantizar la seguridad de la población y protegerse contra las fuerzas enemigas que han sido sobrepasadas. La solución típica era asignar poder de combate desde las brigadas comprometidas en operaciones en áreas cercanas y profundas hacia la brigada incrementada de maniobra (MEB) durante los ejercicios, que era satisfactoria siempre que la división solo sobrepasara pequeñas formaciones enemigas y el escenario de entrenamiento se mantuviera bajo control para mantener el nivel de agresión de las fuerzas enemigas. Las experiencias reales contra las fuerzas iraquíes en los primeros meses de la Operación Iraqi Freedom indicaron que este planteamiento implica riesgos significativos durante y después de la ejecución de las operaciones de combate terrestre de gran escala. No se le debe permitir suficiente tiempo al enemigo para que reconstituya nuevas formas de resistencia para prolongar el conflicto y deshacer nuestros avances iniciales en el campo de batalla. Contra amenazas más capaces, necesitamos abordar el problema directamente planificando para ello y empleando poder de combate adicional necesario más allá de lo que se requiere en las áreas cercanas y profundas para consolidar los logros en las operaciones de combate de gran escala.

Durante la Guerra Fría en Europa, el Ejército podía depender de sus aliados para rápidamente proporcionar poder de combate necesario a fin de consolidar los éxitos cuando terminaba el combate de gran escala en un área de operaciones determinada. Si bien este aún es el caso en Corea, y probablemente será realidad cuando se luche como parte de la OTAN, hay otros lugares en el mundo donde las fuerzas del Ejército necesitarían consolidar sus éxitos por sí solas al menos desde un principio. Esto es muy importante cuando llevamos a cabo las operaciones ofensivas de alta intensidad que sobrepasan grandes fuerzas de maniobra del enemigo para evitar ser inmovilizados mientras estamos dentro del alcance de los fuegos de cañón, cohetes y misiles de largo alcance del enemigo. En el FM 3-0, se declara que los comandantes de cuerpo de ejército y división pueden designar el área de consolidación a un escalón subordinado como un área de operaciones para facilitar la libertad de acción, reduciendo la carga de las unidades en las áreas cercanas, profundas y de apoyo. En el caso de una división, esto normalmente sería ejecutado por un equipo de combate de brigada subordinado que se debe considerar cuando el ejército en un teatro de operaciones lleve a cabo una reasignación de fuerzas según las necesidades del comandante de la fuerza conjunta. Un cuerpo de ejército asignaría la responsabilidad de su área de consolidación a una división, la cual que aumentaría de tamaño mientras sus divisiones avanzan y sus límites cambien para mantener el ímpetu.

Las áreas de consolidación son dinámicas ya que sus unidades subordinadas inicialmente desarrollan operaciones ofensivas, defensivas, y tareas mínimas de estabilización necesarias para derrotar las fuerzas que han sido sobrepasadas, controlar terrenos e instalaciones claves junto con proteger los centros de población. Con el transcurso de tiempo y a medida en que se desarrolla la situación, la combinación de tareas probablemente será en partes iguales de seguridad y de estabilización en cada área de consolidación. Sin embargo, las tareas relacionadas con la seguridad siempre son la prioridad más alta. La planificación y ejecución para consolidar el éxito deben considerar todos los medios de resistencia enemiga y deben también ser dirigidas como una forma de explotación y persecución si queremos crear resultados duraderos. Resulta crítico el evitar que el enemigo tenga tiempo suficiente para reorganizarse hacia otro tipo de lucha.

Como se mencionó antes, las fuerzas asignadas a las áreas de consolidación son aditivas y no deben extraer el poder de combate fuera del área cercana. Cuando planificamos las operaciones y asignamos las fuerzas, debemos considerar el requerimiento de consolidar el éxito como parte de las responsabilidades del estado mayor en sus estimaciones. El requerimiento de consolidar el éxito no desaparecerá si lo ignoramos, y mientras más larga sea la demora para abordarlo, mayor será el impacto en la capacidad de la fuerza de sostener el ritmo y el requerimiento será probablemente de mayor desafío. El Ejército siempre ha tenido la tarea de consolidar el éxito. Lo hizo, con mayor o menor éxito en las Guerras Indias, en la reconstrucción después de la Guerra Civil, en la Guerra Hispano-Americana, en la Segunda Guerra Mundial y Corea, y en Vietnam, Haití, Irak y Afganistán. Cuán exitosamente lo hicimos proporciona información sobre cómo los resultados de estas guerras o conflictos son considerados hoy en día.

Hay implicaciones evidentes en esta idea. Unidades organizadas para tareas de seguimiento y de apoyo en la conducción de operaciones de armas combinadas son esenciales. Las unidades podrían estar en el teatro de operaciones o ser fuerzas que se presenten más tarde del proceso de despliegue. Las unidades de una coalición frecuentemente podrían ser apropiadas para ser asignadas a las áreas de consolidación. La mayor implicancia es que más fuerzas son requeridas y estas deben ser incorporadas para derrotar al enemigo en el campo de batalla y consolidar el éxito para alcanzar el objetivo estratégico, en lugar de solo derrotar al enemigo en el campo de batalla.

Los escalones del Ejército y el marco operacional

En el FM 3-0, se reconoce la importancia preeminente de las capacidades del ciberespacio y el espacio exterior, la guerra electrónica y el ambiente de información fuertemente disputado. Extrae aspectos clave de la doctrina más reciente de estas áreas y los integra en las operaciones realizadas por los ejércitos de teatro, cuerpos de ejército y divisiones. La convergencia de estas capacidades en apoyo a las fuerzas terrestres para ganar y explotar las posiciones de ventaja es un rol crítico jugado en el nivel de división hacia arriba. Los equipos de combate de brigada que luchan en el área cercana generalmente carecen del tiempo o capacidades para planificar y usar eficazmente capacidades multidominios aparte de las que ya están bajo su control. La movilidad, letalidad y protección dominan el enfoque cognitivo en los escalones de brigada hacia abajo en el combate terrestre. Los ejércitos de teatro, cuerpos de ejército y divisiones están suficientemente lejos del combate cercano para tener una perspectiva más amplia de todo el marco operacional, donde se coordinan y sincronizan las capacidades existentes en todos los dominios para convergir en tiempo y espacio logrando la libertad de acción para los escalones subordinados. Son ellos los que identifican y explotan las oportunidades evidenciadas.

La forma de cómo pensamos respecto al marco operacional ha cambiado. La primera diferencia a considerar es que ya no se discute de estructuras lineales versus no lineales. En su lugar, el FM 3-0 tiene áreas de operaciones continuas y discontinuas para comprender mejor la naturaleza no lineal de las operaciones sin importar las líneas físicas que se despliegan en un gráfico. El siguiente cambio y el más importante, es que todas las áreas del marco operacional tienen consideraciones físicas, temporales, cognitivas y virtuales que se relacionan con el enfoque de un escalón específico. Sin un enfoque centrado en el escalón en tiempo y espacio a través de múltiples dominios, lo más probable es que todos se concentren solo en la lucha cercana y en las operaciones en curso.

Las consideraciones en el marco operacional proporcionan a los comandantes y sus estados mayores una forma de apreciar múltiples dominios y el ambiente de información en el contexto de las operaciones en el terreno. Estas consideraciones están tan interrelacionadas como los dominios en cualquier situación específica con distintas implicaciones en diferentes escalones que operan en distintas áreas en el marco operacional. Las consideraciones físicas y temporales tienen que ver con el espacio y tiempo, las cuales han estado con nosotros por mucho tiempo. Las consideraciones cognitivas son elementos que tienen que ver con la toma de decisiones y voluntad del enemigo, nuestra voluntad y el comportamiento de la población. Las consideraciones virtuales se relacionan con las actividades y entidades que residen en el ciberespacio, tanto amigo como enemigo. Estas cuatro consideraciones, permiten que los comandantes y estados mayores evidencien la realidad de que todo conflicto es una batalla multidominio, y que ha sido así por mucho tiempo.

Las capacidades marítimas han influido en el combate terrestre por más de 2.000 años. Las capacidades aéreas han hecho lo mismo por más de un siglo, mientras que las capacidades espaciales han estado con nosotros por más de 40 años. Aún el ciberespacio ha jugado un rol relevante por casi dos décadas. Al extender explícitamente el marco operacional más allá de un modelo físico tácticamente centrado, el FM 3-0 expone el uso de capacidades individuales en un rango restringido durante operaciones que no alcanzan a ser un conflicto armado, en las contingencias de menor escala, en el combate terrestre de gran escala y mientras consolidamos los éxitos para lograr resultados duraderos de nuestra operaciones tácticas.

El camino hacia el futuro

El nuevo FM 3-0, posee implicaciones significativas para el Ejército mientras se reorienta hacia el combate terrestre de gran escala y simultáneamente se conducen otros tipos de operaciones en otras partes del mundo para evitar que adversarios similares y casi iguales obtengan posiciones de ventaja estratégica. Muchas consideraciones necesarias para lograr el éxito militar en el actual ambiente operacional siguen fundamentalmente sin ser alteradas, pero lo que ha cambiado sí es importante. Las fuerzas del Ejército no puede darse el lujo de centrarse solo en el combate terrestre de gran escala a costa de las otras misiones que la Nación les demanda hacer, pero al mismo tiempo, el Ejército no puede permitirse no estar preparado para estos tipos de operaciones en un mundo cada vez más inestable. Estar preparado para el combate terrestre de gran escala genera una disuasión creíble y aporta a la estabilidad mundial. Estar preparado requiere la doctrina adecuada para ejércitos de teatro, cuerpos de ejército, divisiones y brigadas para que estas unidades lleven a cabo sus operaciones con la combinación acertada de fuerzas capaces de ejecutar las tareas tácticas para lograr los objetivos operacionales y estratégicos. Anticipamos con gran interés una fuerte discusión profesional en todo el Ejército mientras integramos la nueva doctrina operacional en la fuerza. Sin lugar a dudas, esta discusión profesional proporcionará información para hacer más cambios en el futuro y hacernos un mejor Ejército.


Notas

  1. El Manual de Campaña (Field Manual - FM) 3-0, Operations (Washington, DC: U.S. Government Publishing Office [GPO], 2008 [obsoleto]). Se publicó el Cambio 1 a esta versión en 2011; Army Doctrine Publication 3-0, Unified Land Operations (Washington, DC: U.S. GPO, 2011 [obsoleta]).
  2. El FM 3-0, Operations (Washington, DC: U.S. GPO, 6 de octubre de 2014).
  3. Ibíd., figura 1-4.
  4. Véase David G. Perkins, «La batalla multidominio: Impulsando el cambio para ganar en el futuro», Military Review 73, nro. 1 (Primer Trimestre de 2018): págs. 43-50.

El teniente general Michael Lundy, Ejército de EUA, es el comandante del Centro de Armas Combinadas del Ejército de EUA y el comandante de la Escuela de Comando y Estado Mayor en el Fuerte Leavenworth, estado de Kansas. Cuenta a su haber con una maestría en Estudios Estratégicos y es egresado de la Escuela de Comando y Estado Mayor y Escuela Superior de Guerra. Previamente sirvió como el comandante del Centro de Aviación del Ejército de EUA en el Fuerte Rucker, estado de Alabama, y se ha desplegado a Haití, Bosnia, Irak y Afganistán.

El coronel Richard Creed, Ejército de EUA, es el director de la Dirección de Doctrina de Armas Combinadas en el Fuerte Leavenworth y uno de los autores del FM 3-0, Operations. Cuenta a su haber con una licenciatura de la Academia Militar, una maestría de la Escuela de Estudios Militares Avanzados y una maestría de la Escuela Superior de Guerra. Sus asignaciones incluyen Alemania, Corea, Bosnia, Irak y Afganistán.

Volver al inicio

Tercer Trimestre 2018