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Artículos exclusivos en línea de octubre de 2022

La proyección del poder blando ruso en Oriente Medio

Anna L. Borshchevskaya

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Nota del editor. Este artículo es una versión ligeramente modificada del capítulo 1 de Great Power Competition: The Changing Landscape of Global Geopolitics, una colección de artículos recopilados y publicados en diciembre de 2020 por la Escuela de Comando y Estado Mayor General del Ejército de EUA, con sello de Army University Press, en Fort Leavenworth, Kansas. La autora del artículo examina en detalle el origen y la evolución del «poder blando» ruso, un concepto acuñado por el profesor Joseph S. Nye Jr., de la Universidad de Harvard, quien lo define como la capacidad de una nación para conseguir lo que quiere «atrayendo en vez de coaccionado o pagando a otros. El poder blando es producto de la atracción hacia la cultura, los ideales políticos y las políticas de un país». Nye señala que cuando «las políticas de un país son consideradas legítimas por otros, el poder blando aumenta. El autor compara y contrasta la actual perspectiva rusa del poder blando con la de la antigua Unión Soviética y también con la de Occidente moderno, especialmente tal y como se desarrolla y emplea bajo la dirección del presidente ruso Vladimir Putin. Este artículo presenta un panorama general oportuno de una de las características más importantes del conflicto internacional actual. Para ver la colección completa de artículos sobre temas relacionados con la competencia internacional, visite: https://www.armyupress.army.mil/Portals/7/combat-studies-institute/csi-books/great-power-competition-the-changing-landscape-of-global-geopolitics.pdf.

El politólogo Joseph S. Nye Jr. definió el poder blando como «la capacidad de una nación para conseguir lo que quiere atrayendo en vez de coaccionado o pagando a otros. El poder blando es producto de la atracción hacia la cultura, los ideales políticos y las políticas de un país. Cuando «las políticas de un país son consideradas legítimas por otros, el poder blando aumenta»1. Para que un Estado tenga éxito, según Nye, el poder duro es necesario; pero también es importante influenciar las preferencias de los demás a largo plazo y proyectar valores. La proyección del poder blando ayuda a atraer socios y aliados2.

Históricamente, el Kremlin siempre ha hecho hincapié en el poder duro. Durante la era soviética, la siguiente frase condensaba tantos aspectos de la vida en aquella época que se convirtió en un tropo: «Si no sabes, te enseñaremos; si no quieres, te obligaremos»3. En la actualidad, Rusia continúa centrándose en la proyección del poder duro. La brutal supresión de la lucha por la independencia de Chechenia, la guerra de 2008 con Georgia, la anexión de Crimea en 2014 y la intervención militar en Siria de 2015 para salvar al dictador Bashar al-Assad son ejemplos claros de la preferencia del Kremlin por el poder duro. De hecho, en conversaciones privadas, los responsables políticos occidentales suelen argumentar que Rusia no tiene poder de atracción. Rusia en la actualidad no trata bien a sus propios ciudadanos y mucho menos a los de otros países. Un ejemplo muy citado de la incapacidad de Moscú para atraer es que, en general, la gente no sueña con inmigrar a Rusia; más bien, tienden a soñar con emigrar de Rusia a las democracias desarrolladas, lo que contribuye a la fuga de cerebros.

En este contexto, puede resultar fácil concluir que Rusia no proyecta poder blando en lo absoluto. Sin embargo, la realidad es más matizada. Moscú, si bien abusa de sus propios ciudadanos, proyecta el poder blando bastante, y muchas veces más que el poder duro. Sin embargo, su definición de poder blando se basa en sus propios términos autoritarios. Aunque se ha prestado mucha atención a estas actividades de poder blando en Occidente y en el espacio postsoviético, Oriente Medio ofrece un terreno fértil para los esfuerzos rusos, los cuales son menos analizados.

Durante casi dos décadas bajo Vladimir Putin, Moscú se ha centrado constantemente en la proyección del poder blando en Oriente Medio y ha cultivado una imagen de agente neutral y pacificador, así como de socio comercial. Además de la diplomacia, el comercio y el turismo, Moscú proyecta su influencia a través de la Iglesia ortodoxa rusa, los centros culturales, los grandes eventos deportivos, el fisicoculturista Ramzan Kadyrov, de Chechenia, y los medios de propaganda controlados por el Kremlin, como RT y Sputnik. Moscú cultiva la atracción proyectando valores autoritarios que resuenan en una región con poca historia de democracia. A través de esta proyección del poder blando, Moscú consolida su influencia a expensas de Occidente.

La interpretación autoritaria del poder blando de Moscú

Una de las principales fuentes de confusión sobre Rusia y el poder blando es la interpretación que hace Moscú del término. Según el propio Nye, el Kremlin está fracasando «estrepitosamente» porque intenta proyectar el poder blando utilizando el Estado a través de un enfoque de suma cero4. Para tener éxito, Rusia (y China), en su opinión, «tendrán que hacer coincidir sus palabras y los hechos con sus políticas, ser autocríticos y liberar todo el talento de sus sociedades civiles. Desafortunadamente, esto no va a ocurrir a corto plazo»5. En este sentido, parece que el Kremlin y el poder blando no van de la mano. Sin embargo, Moscú tiene su propia interpretación autoritaria del término. En última instancia, es pragmática y tiene como objetivo crear influencia. Esto incluye proyectar valores, pero no los democráticos. Es de suma cero y dirigida por el gobierno y, por lo tanto, tal enfoque va en contra de la definición de Nye. De hecho, tanto las democracias como el Kremlin financian organizaciones sin ánimo de lucro, las cuales funcionan como una herramienta de poder blando. Pero, donde las democracias son abiertas y transparentes, las financiadas por el Kremlin son opacas y subversivas.

Sergei Karaganov, un académico ruso defensor de las políticas del Kremlin, sostiene que la definición de poder blando del Kremlin es diferente a la de Occidente. «Los líderes políticos rusos han interpretado en gran medida el concepto de poder blando de forma muy instrumental y pragmática», escribió. «Muchas iniciativas chinas y rusas de poder blando suelen tener objetivos abiertamente pragmáticos y basados en sus propios intereses, en lugar de tener en cuenta los intereses de los socios internacionales»6. Karaganov señala que esta interpretación más amplia del poder blando «contradice la definición de Nye porque excluye la coerción y la influencia económica (“pagos” en su terminología) del poder blando»7. En la interpretación rusa, estos sí son instrumentos de poder blando aceptables. Los académicos rusos destacan que los términos «poder blando» y «imagen de la política exterior» han ocupado un lugar prominente en el discurso político de Rusia. Los analistas rusos también han debatido durante años la necesidad de que Rusia proyecte mejor el poder blando8. Moscú siempre se ha preocupado por su imagen, tanto a nivel nacional como internacional.

La percepción de legitimidad por parte de los demás importa al Kremlin, aunque de forma diferente a como los gobiernos occidentales entienden la idea y la forma de practicarla. En los primeros años, cuando los bolcheviques estaban consolidando su poder, primero daban pasos pequeños para ver qué tipo de reacción evocaban. Si había poca o ninguna reacción, procedían a cometer atrocidades de mayor envergadura. El propio Nye reconoce que después de la Segunda Guerra Mundial, la ideología comunista de la Unión Soviética encontró terreno fértil en Europa y el Tercer Mundo. La Unión Soviética presentó su ideología como una alternativa legítima y mejor a la de Occidente e impulsó la ambigüedad moral entre ambas. Los líderes manipularon cuidadosamente a cierto número de extranjeros, conocidos internamente como «idiotas útiles», para presentar a la Unión Soviética bajo una perspectiva muy sesgada o totalmente ficticia. Entre los más famosos se encuentra quizás el periodista del New York Times Walter Duranty, ganador del Premio Pulitzer y apologista de Stalin, cuyos reportajes ayudaron a ocultar del mundo la campaña de hambruna llevada a cabo en Ucrania de 1932 a 1933. El Kremlin también utilizó otras fuentes de poder blando. A respecto, el analista ruso Innokenty Adyasov escribió: «Yuri Gagarin fue el mejor instrumento del poder blando soviético. Es posible que la simpatía hacia la URSS [Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas] después de la posguerra nunca fuera tanta como en aquel entonces... la personalidad del primer cosmonauta de la Tierra tuvo un impacto significativo»9. La Unión Soviética también utilizó grandes eventos deportivos como oportunidades para mejorar su imagen internacional y no escatimó en gastos humanos o financieros.

La diáspora rusa como herramienta de poder blando

La Unión Soviética cayó, pero el Kremlin, incluso con Boris Yeltsin de presidente, tenía planes para la diáspora rusa como herramienta de poder blando10. Esto queda en evidencia en la entrevista que la periodista y escritora israelí Isabella Ginor realizó en Jerusalén al entonces ministro de Asuntos Exteriores ruso, Andrei Kozyrev, en 1995. La entrevista muestra la diferencia entre el enfoque occidental y del Kremlin sobre el poder blando en relación con los «compatriotas», rusos que viven en el extranjero:

IG: Ha mencionado que Rusia está comprometida a proteger a los «rusohablantes» dondequiera que estén. Yo hablo ruso. ¿Estoy incluida?

AK: Por supuesto.

IG: Pero nunca he pedido que Rusia me proteja.

AK: No hace falta que lo haga11.

La polémica de la diferencia entre un ruso y un rusohablante se ve exacerbada por una profunda confusión en la definición de los términos, que a menudo se pierde en la traducción. En inglés, «Russian» puede significar tanto un ruso étnico como un ciudadano ruso: no hay distinción. En ruso, «russkiy» significa ruso étnico y «rossiyanin» es un ciudadano ruso. Un ucraniano o judío de habla rusa, por ejemplo, sería un «rossiyanin», un ciudadano ruso, pero no un «russkiy». Sin embargo, en los documentos oficiales se escribe «russkiy» en lugar de «rossiyanin» como nacionalidad12. Incluso en el lenguaje cotidiano, los hablantes de ruso utilizan habitualmente los dos términos indistintamente. Para el Kremlin, la diáspora de habla rusa es una herramienta de poder blando, aunque, como escribe Mikhail Suslov, «la manera de percibir a los “compatriotas en el extranjero” nunca ha sido la misma»13. Cuando Putin justificó la anexión ilegal de Crimea en marzo de 2014 como un «rescate» de los «compatriotas» rusos en Ucrania, también aprovechó la confusión sobre la definición de «compatriota». Él definió la nacionalidad en términos de lengua y etnia14.

Énfasis en el poder blando bajo Vladimir Putin

Moscú apostó por el poder blando al principio de la primera presidencia de Putin, centrándose en el espacio postsoviético inmediato. Fiona Hill, una destacada experta en Rusia y exasesora del presidente Donald Trump, escribió en agosto de 2004 que los esfuerzos de proyección del poder blando de Moscú en la antigua Unión Soviética dieron claros resultados:

El atractivo de Rusia va más allá de ser un país rico en petróleo. Considere la presencia constante del idioma ruso como lengua franca regional — el idioma del comercio, el empleo y la educación — para muchos de los Estados de la antigua Unión Soviética... También hay una gama de nuevos productos de consumo rusos, una floreciente cultura popular difundida a través de la televisión por satélite, una creciente industria cinematográfica, música rock, novelas populares rusas y el resurgimiento de los logros más importantes de la tradición artística rusa. Todos ellos han convertido a Rusia en un Estado más atractivo para las poblaciones de la región de lo que era en la década de 1990... En lugar del Ejército Rojo, las fuerzas de penetración del poder ruso en Ucrania, el Cáucaso y Asia Central son ahora el gas natural, el gigantesco monopolio de gas Gazprom, la electricidad, la enorme compañía energética UES, la cultura y los bienes de consumo. Además, las empresas privadas — como la rusa Wimm-Bill-Dann Foods — han empezado a dominar los mercados regionales de productos lácteos y jugos de frutas15.

Según Hill, los resultados de los esfuerzos de poder blando de Moscú fueron tan significativos en los primeros años de Putin en el poder que superaron la proyección de poder duro. «Desde el año 2000, la mayor contribución de Rusia a la seguridad y la estabilidad de su vulnerable frontera sur no han sido sus bases militares, despliegues de tropas, pactos de seguridad y venta de armas», escribió16. Esto indica que Putin se centró en la proyección de imagen mucho más de lo que los observadores pudieron haber imaginado en esos años y tal estrategia parece haber dado frutos. Sin embargo, cabe señalar que en esos años también aparecieron las revoluciones pacíficas de colores en el espacio postsoviético que el Kremlin percibió como orquestadas por Estados Unidos. También afectaron a Oriente Medio, con la Revolución de los Cedros en Líbano. Para el Kremlin, la más significativa fue la Revolución Naranja en Ucrania, de noviembre de 2004 a enero de 2005. Dado esto, Moscú ha aumentado sus esfuerzos en las antiguas repúblicas de la Unión Soviética para consolidar su poder entre los «compatriotas». Para el Kremlin, «proteger» o «rescatar» compatriotas de enemigos ficticios es un pretexto perfecto para justificar la agresión. Lo mismo se podría argumentar de los actos para promover la lengua y la cultura rusas, puesto que estos permiten cimentar la influencia en otros países y dejar a Moscú con un gran dominio en la región. En este sentido, los compatriotas son una herramienta de poder blando según la perspectiva del Kremlin. Los compatriotas van a ser protegidos lo quieran o no. La frontera sur es importante tanto por el interés de Rusia en los países limítrofes y su «esfera de influencia privilegiada» como por la conexión con Oriente Medio. Históricamente, el Kremlin se ha considerado vulnerable en esta región y por tal razón, tanto la Rusia zarista como la Unión Soviética siempre han buscado formas de proteger este punto débil. Para la Unión Soviética y para la Rusia de Putin, esto también significaba socavar el flanco sur de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

En cuanto a los «compatriotas» de habla rusa, aunque la mayoría reside en el espacio postsoviético, el Kremlin ha hablado de ellos en términos globales. En Oriente Medio, los inmigrantes procedentes de Rusia y de la antigua Unión Soviética añadieron rápidamente alrededor de un millón de habitantes a la población de Israel; al final de la Guerra Fría, este total rondaba los cinco millones17. En años más recientes, Putin ha enfatizado que Rusia e Israel tienen una «relación especial» debido a los inmigrantes de habla rusa que viven en Israel18. Tanto Putin como Yevgeny Primakov, antiguo jefe de los servicios de seguridad soviéticos y posteriormente primer ministro de Rusia bajo el gobierno de Boris Yeltsin, estudiaron en detalle la caída de la Unión Soviética y llegaron a la conclusión que, desde una perspectiva puramente estratégica, uno de los factores que precipitó el colapso fue cometer el error de entrar en conflicto con los judíos, especialmente con aquellos que residían en la URSS. El año 2004 fue testigo no solo de la Revolución Naranja en Ucrania, sino también del regreso de Rusia como donante internacional. A lo largo de los años, el país ha cultivado cada vez más este papel y estos acontecimientos tienen un profundo efecto en el Kremlin. En Occidente, actualmente es común que Rusia sea reconocida como un «donante remergente»19.

En diciembre de 2005, Moscú lanzó Russia Today («Rossiya Segodnya» en ruso, que después pasaría a llamarse RT) como su principal medio de propaganda para proyectar su narrativa a las audiencias extranjeras y desacreditar a Occidente. «Cuando diseñamos este proyecto [RT] en 2005», dijo Vladimir Putin en una entrevista años más tarde, «pretendíamos introducir otro actor fuerte en la escena mundial... pero también intentar, permítanme subrayar, romper el monopolio anglosajón en los flujos de información global»20. De esta manera, el Kremlin ampliaba sus horizontes de poder blando.

Agresión acompañada de poder blando

Con el tiempo, Putin se volvió evidentemente más agresivo en su política exterior — una agresividad acompañada de esfuerzos por mejorar la imagen de Rusia. Su discurso en febrero de 2007 en la Conferencia de Seguridad de Múnich fue una clara señal de esta postura más agresiva de política exterior21. Sin embargo, en junio de ese mismo año, Putin aprobó el «Concepto sobre la participación de Rusia en la ayuda internacional al desarrollo», un plan que presentaba «una visión estratégica del contenido y las prioridades de la política rusa en relación con la prestación de ayuda internacional financiera, técnica, humanitaria y de otros tipos para facilitar el desarrollo socioeconómico de los países receptores, ayudar a resolver las situaciones de crisis causadas por catástrofes naturales y conflictos internacionales, y reforzar la posición y la credibilidad internacional de Rusia»22. En este documento se enumeraban prioridades regionales que iban más allá de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) como Asia-Pacífico, Oriente Medio, África y América Latina. Con respecto a Oriente Medio en concreto, se enfatizaba el «fortalecimiento de las relaciones».

Al año siguiente, el Concepto de Política Exterior de Rusia de enero de 2008 no solo se centró en los temas tradicionales del Kremlin (un mundo multipolar, la hegemonía estadounidense y el objetivo declarado de que Rusia se convierta en «un centro influyente en el mundo moderno»), sino que también hizo hincapié en emplear el poder blando para lograr sus objetivos y fortalecer la posición internacional de Rusia:

Junto con el poder militar, los factores económicos, científicos y tecnológicos, medioambientales, demográficos e informativos están pasando a primer plano como principales factores de influencia de un Estado en los asuntos internacionales... La interdependencia económica de los Estados se está convirtiendo en uno de los factores clave de la estabilidad internacional... El fortalecimiento de la posición internacional de Rusia y la solución de las tareas relacionadas con el establecimiento de asociaciones equitativas y mutuamente beneficiosas con todos los países, la promoción exitosa de nuestros intereses económicos exteriores y la provisión de influencia política, económica, informativa y cultural en el extranjero requieren el uso de todas las herramientas financieras y económicas disponibles del Estado y la provisión de recursos adecuados para la política exterior de la Federación Rusa23.

Aunque el documento habla de «asociaciones mutuamente beneficiosas», es importante recordar que hay que leer entre líneas. Moscú defiende estas ideas en teoría, pero, en la práctica, tiende a ver a sus socios como súbditos. En este contexto queda claro que Moscú comprende la importancia de proyectar poder blando y lo está utilizando para conseguir sus objetivos. Tras la agresión de Moscú contra Georgia en agosto de 2008, el Kremlin lanzó una campaña de propaganda masiva para impulsar su imagen internacional, especialmente en Occidente. Los funcionarios rusos hablaron de utilizar el poder blando como motor de la política exterior ese año y señalaron que Putin y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, habían hecho lo mismo en múltiples ocasiones24.

En septiembre de 2008, un mes después de la agresión de Moscú que desembocó en una guerra con Georgia, Putin promulgó un decreto por el que se creaba la Agencia Federal para los Asuntos de los Países de la CEI, los Compatriotas que Viven en el Extranjero y la Cooperación Humanitaria Internacional — Rossotrudnichestvo para abreviar. Según su propia descripción, «las actividades de Rossotrudnichestvo y sus agencias en el extranjero tienen como objetivo aplicar la política estatal de cooperación humanitaria internacional, facilitando la difusión en el extranjero de una visión objetiva de la Rusia moderna»25.

Al mes siguiente, Lavrov concedió una entrevista en vísperas de una importante conferencia internacional sobre los compatriotas rusos que viven en el extranjero. Él dijo que el poder blando estaba adquiriendo mayor importancia y destacó que Moscú debería utilizarlo específicamente en relación con sus «compatriotas». En la misma entrevista, Lavrov describió a la víctima como el criminal, haciendo hincapié en la «agresión» de Georgia contra Osetia del Sur26. Las actividades de la Rossotrudnichestvo, por su parte, suscitaron la preocupación de las fuerzas de seguridad de los países democráticos por posibles operaciones de inteligencia. Al igual que RT era un canal de propaganda, la Rossotrudnichestvo sería otro instrumento del Estado ruso sin una gota de objetividad, contrariando lo que se había dicho en declaraciones oficiales. Estos métodos contrastan con la forma en que las sociedades democráticas proyectan sus valores, pero encajan perfectamente en la interpretación del poder blando del Kremlin.

El año 2012 marcó varios hitos en Rusia, incluso en lo que respecta a la proyección del poder blando. Entre finales de 2011 y principios de 2012, protestas masivas estallaron en todo el país contra Putin, las mayores desde la caída de la Unión Soviética. Además de culpar a la secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton de «dar la señal» para que los manifestantes salieran a la calle, Putin escribió una serie de artículos en la prensa rusa convencional. Esbozó su visión del país, incluso en los frentes económico y de política exterior, y se centró en los problemas de Rusia, especialmente en la Primavera Árabe. Al hablar de su visión de política exterior, Putin declaró que era necesario mejorar la percepción de Rusia promoviendo una imagen positiva y «precisa» en el extranjero27. Poco después, en julio de ese año, planteó la importancia de utilizar el poder blando en una reunión de alto nivel con embajadores rusos y representantes permanentes en organizaciones internacionales:

Permítanme recordarles que el «poder blando» consiste en promover las políticas y los intereses propios mediante la persuasión y en crear una percepción positiva del país, basada no solo en sus logros materiales, sino también en su patrimonio espiritual e intelectual. La imagen de Rusia en el extranjero no la formamos nosotros y, como resultado, a menudo es distorsionada y no refleja la situación real de nuestro país ni nuestra contribución a la civilización, la ciencia y la cultura mundiales. Las políticas de nuestro país a menudo sufren una imagen unilateral en estos días. Los que disparan armas y lanzan ataques aéreos aquí o allá son los buenos mientras que los que advierten de la necesidad de moderación y diálogo son, por alguna razón, los malos. Pero nuestra culpa reside en no haber explicado adecuadamente nuestra posición. Ahí es donde nos hemos equivocado28.

No es de sorprender que en febrero de 2013 Rusia haya incorporado oficialmente el poder blando a su caja de herramientas de política exterior, al tiempo que culpaba indirectamente a Estados Unidos de lo que percibía como una proyección desestabilizadora del poder blando — un tema constante del Kremlin. Esta interpretación puso de manifiesto la perspectiva distorsionada del Kremlin con respecto al concepto de poder blando:

El poder blando, un amplio conjunto de herramientas para lograr objetivos de política exterior basado en el potencial de la sociedad civil, la información, la cultura y otros métodos y tecnologías alternativos a la diplomacia tradicional, se está convirtiendo en un componente indispensable de las relaciones internacionales modernas. Al mismo tiempo, la creciente competencia mundial y el aumento del potencial de crisis crean a veces el riesgo de un uso destructivo e ilegal de los conceptos de «poder blando» y derechos humanos para ejercer presión política sobre Estados soberanos, interferir en sus asuntos internos, desestabilizar su situación política y manipular la opinión pública, incluso con el pretexto de financiar proyectos culturales y de derechos humanos en el extranjero29.

La evolución de Moscú en cuanto a la aplicación del poder blando coincidió con una nueva etapa de agresión en los asuntos internacionales cuando anexionó Crimea ilegalmente en marzo de 2014 y comenzó una guerra encubierta en el este de Ucrania. Sin embargo, Moscú, preocupado por su imagen internacional, orquestó un referéndum en Crimea bajo su presencia militar para crear una percepción de legitimidad en sus acciones. Los canales de RT también empezaron a emitirse en el Reino Unido, Francia y Alemania para seguir promoviendo el punto de vista ruso en Occidente, puesto que muchos estaban legítimamente indignados por las actividades del Kremlin. Altos funcionarios rusos, como Lavrov, siguieron hablando de la importancia de utilizar el poder blando en el futuro30.

El éxito de Moscú, o la falta del mismo, en el espacio postsoviético y en Occidente merece un debate aparte. A medida que el Kremlin se volvía cada vez más agresivo con sus vecinos a lo largo de los años y empleaba una variedad de herramientas para desestabilizar y dividir a las democracias occidentales, la imagen de Moscú se volvía discutiblemente mixta en el mejor de los casos. Moscú consiguió anexionar Crimea y librar una guerra en el este de Ucrania, pero esto a su vez unió a los ucranianos y consolidó sus esfuerzos de ser parte de Occidente. Los sentimientos generales de los «compatriotas» de habla rusa hacia la propia Rusia eran mixtos. El hecho de que Rusia siguiera sometida a sanciones es también un testimonio de las opiniones negativas generalizadas de Occidente sobre la Rusia de Putin. El Kremlin ha seguido utilizando sus herramientas de poder blando a través de organizaciones controladas por el gobierno y presentadas como organizaciones no gubernamentales (ONG) o, más exactamente, ONGOG (organizaciones no gubernamentales organizadas por el gobierno, un término que surgió en el espacio postsoviético); centros culturales y operaciones de información que siguen desestabilizando las democracias y consolidando la influencia del Kremlin en las antiguas repúblicas de la Unión Soviética. Este esfuerzo significativo debía tomarse en serio. En este sentido, el control del Kremlin era cada vez mayor. Al mismo tiempo, tras la anexión de Crimea por parte de Moscú, el G-8 expulsó a Rusia como miembro y, en el momento de escribir este artículo, no parece que vaya a producirse una invitación para su retorno. Aunque el presidente estadounidense Trump pidió la readmisión de Rusia, países europeos como Alemania han rechazado tal medida. La situación puede cambiar si Francia y Alemania reajustan su relación con Rusia y si más voces en Estados Unidos y Occidente hacen lo mismo31. Dicho esto, Oriente Medio es un caso completamente diferente.

Poder blando en Oriente Medio: diplomacia, turismo y comercio

Cuando Putin relevó a Yeltsin, se esforzó considerablemente para poner a Rusia en la órbita de Oriente Medio, tal y como había previsto años antes Yevgeny Primakov. Un hábil arabista que fue primer ministro de Rusia a finales de la década de 1990, Primakov tenía nociones de un mundo «multipolar» que otros funcionarios rusos también promovían. Según su punto de vista, Rusia no debe dejar que Estados Unidos domine ninguna región, y menos aún Oriente Medio. El Concepto de Política Exterior de Rusia de junio de 2000 definía las prioridades de Moscú en Oriente Medio en gran medida en términos de poder blando — «restablecer y reforzar las posiciones, especialmente las económicas» — y señalaba la importancia de seguir fortaleciendo sus vínculos con Irán32. El Concepto de Seguridad Nacional de enero también destacaba que había «intentos de crear una estructura de relaciones internacionales basada en el dominio de los países occidentales desarrollados en la comunidad internacional bajo el liderazgo de Estados Unidos»33. La versión de noviembre de 2016 destacaba la importancia de Oriente Medio en la política exterior rusa y señalaba la «interferencia externa» (un eufemismo para Estados Unidos) como una de las principales causas de la inestabilidad regional34. Estos documentos, junto con los mencionados en las secciones anteriores, muestran la intención de Moscú de convertirse en un actor importante en la región desde el principio y su énfasis en el poder blando como instrumento clave para lograr este objetivo.

El enfoque de Putin hacia la región fue pragmático desde el principio, al igual que su enfoque general de poder blando. Él estableció vínculos con prácticamente todos los actores importantes de la región y, para 2010, ya había fortalecido las relaciones con todos los gobiernos regionales y con la mayoría de los movimientos clave de la oposición interna35. Gracias a estos esfuerzos, Rusia recuperó su influencia política, diplomática y económica en la región.

Entre sus instrumentos de poder blando, hizo hincapié en el comercio, especialmente de armas e hidrocarburos, pero también de alimentos. Otras herramientas enfatizadas fueron el turismo, los intercambios diplomáticos y los medios de alta tecnología, como reactores nucleares, y en algunos casos la condonación de importantes préstamos, como la deuda de 13.400 millones de dólares del régimen sirio. En los años siguientes, Turquía, Egipto e Israel se convirtieron en los principales destinos para los turistas rusos, lo cual era especialmente importante para las economías de Turquía y Egipto. Era un grifo que Putin podía abrir y cerrar. Cuando los turistas rusos no podían ir a Turquía y Egipto, muchos iban a Túnez. La ministra de Turismo de Túnez, Selma Elloumi Rekik, declaró: «También observamos que el crecimiento del mercado ruso es continuo; no se trata de un fenómeno temporal como algunos afirman, sino de una tendencia real que podemos captar y fomentar»36. De igual manera, Marruecos también se propuso atraer hasta dos millones de turistas rusos para 202037. Aunque las cifras iniciales eran de decenas de miles, estas aspiraciones declaradas son significativas.

Moscú también ha aumentado su influencia a través de la construcción de centrales nucleares en Turquía y Egipto. La búsqueda continua de acceso a puertos también ha sido importante en términos de palancas estratégicas para Rusia. Moscú y El Cairo firmaron una zona de libre comercio industrial y si bien el objetivo principal era probablemente político, la dimensión económica también merece ser mencionada.

Especialmente en la zona del Golfo Pérsico, la proyección del poder blando de Moscú se centró en los instrumentos financieros para conseguir que los líderes del Golfo se interesaran más por el armamento ruso, fomentar acuerdos de fondos soberanos y organizar consejos empresariales y exposiciones itinerantes que crearan foros para acuerdos comerciales ruso-árabes38.

Moscú pagó pensiones a los antiguos ciudadanos soviéticos que vivían en Israel — incluso cuando no tenía dinero para ajustar las pensiones de los ciudadanos rusos por la inflación. Este fue otro ejemplo de la proyección pragmática del poder blando de Moscú, que tenía poco que ver con la preocupación genuina por la gente — esta acción era en gran medida un acto simbólico dado que la pensión equivalía a aproximadamente 200 dólares al mes39.

Moscú también reconoció a Jerusalén Oeste como capital de Israel antes de que Washington reconociera a Jerusalén en su totalidad40. Los principales líderes regionales presentaban habitualmente sus respetos a Putin en Moscú y esta tendencia aumentó con los años. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por ejemplo, hizo más viajes a Moscú que a Washington durante las presidencias de Obama y Trump. Los productos de alta tecnología israelíes fueron un componente importante de la relación de Putin con el Estado judío.

En resumen, el enfoque pragmático de Putin tuvo más éxito que los titubeos ideológicos de la Unión Soviética41. Sin el lastre de la ideología, Putin ofreció una narrativa clara y sencilla como alternativa a Occidente, una narrativa sobre una gran potencia autoritaria y antioccidental que resonó entre los líderes de la región. La intervención militar de Putin en Siria en septiembre de 2015 devolvió oficialmente a Rusia como un actor clave en la región y posicionó a Putin como un agente de poder regional. El poder blando por sí solo no podía hacerlo. Sin embargo, sin los años anteriores en los que desarrolló las relaciones y aumentó su influencia, Putin no habría podido aprovechar plenamente la oportunidad que le brindaba Siria. Él había construido la base que facilitaría la receptividad hacia Moscú a un nivel más profundo y más allá de Siria, especialmente en el contexto de la retirada estadounidense de la región que comenzó bajo la administración de Obama. De hecho, el énfasis general más amplio de Putin como pacificador y agente de poder regional — en sí mismo una proyección de poder blando de la imagen de Rusia — lo que siguió desempeñando un papel clave en su éxito en la región más allá del uso de las fuerzas armadas. Esto le valió el respeto, a menudo a regañadientes, de la región por mantenerse firme — irónicamente cultivando al mismo tiempo una imagen de intermediario neutral — y también por elegir claramente un bando en Siria y cumplir sus promesas. Como señaló Jeune Afrique, Moscú se ganó una reputación entre los líderes de la región por no intervenir en los asuntos internos y, sobre todo, por cumplir sus promesas42.

Irónicamente, el éxito de Moscú en Oriente Medio fue un ejemplo de cómo el poder blando y el poder duro se refuerzan mutuamente, aparentemente en consonancia con el argumento de Nye sobre el poder blando. Putin habilitó y protegió a Assad en Siria, responsable de una de las peores tragedias humanitarias desde la Segunda Guerra Mundial; y, en términos más generales, en toda la región, la influencia de Moscú perpetuó la inestabilidad de bajo nivel y reforzó las inclinaciones antidemocráticas de la región, mostrando cuán diferente era la interpretación de Moscú del poder blando de la de analistas occidentales como Nye. En última instancia, los esfuerzos de Moscú en materia de poder blando tenían como objetivo crear una influencia pragmática y dura en la región. Como escribió el destacado periodista libanés Hussam Ittani:

Se creía que la intervención de Rusia arruinaría por completo sus relaciones con los países árabes que apoyan a la oposición siria. Sin embargo, la diplomacia rusa consiguió desviar la atención de los árabes hacia cuestiones que les conciernen a ambos, como la energía. A lo largo de este período, Rusia ha mantenido su política en temas sensibles que conciernen a los árabes, como la causa palestina. El pragmatismo, por tanto, dominó las relaciones ruso-árabes y ambas partes consiguieron evitar un choque adoptando una lista de prioridades, aunque no ideal, que refleja el equilibrio de poder en el terreno43.

Aprovechar el poder blando en Oriente Medio: la Iglesia ortodoxa y su alcance cultural

La diplomacia y la influencia económica son elementos fundamentales, pero el Kremlin también recurrió a otras herramientas. Por ejemplo, la Iglesia ortodoxa rusa fue una herramienta de poder blando sutil y de gran importancia en Oriente Medio, en el marco de la visión mundial multipolar de Putin, para contrarrestar la percepción de hegemonía, imperialismo y degradación moral de Occidente.

El Kremlin alineó la Iglesia ortodoxa rusa con el Estado como herramienta de política interior y exterior, y revivió la misión histórica de Rusia como principal protector del cristianismo ortodoxo oriental en Oriente Medio. La idea no estaba totalmente separada de la «protección» de los «compatriotas» rusos en el extranjero, en el sentido de presentar a ambos como amenazados — una afirmación que podía sonar más creíble en Oriente Medio que en la antigua Unión Soviética.

Jerusalén siempre ha sido importante para la Iglesia ortodoxa rusa, tanto para la Rusia zarista como para la imperial del siglo XIX. En aquella época, la Iglesia ejercía su influencia sobre las comunidades ortodoxas griegas, armenias y árabes del Imperio Otomano. También financió escuelas, iglesias y albergues en Palestina y Siria44. Bajo Putin, la Iglesia ortodoxa rusa intentó revivir la idea, junto con las nociones históricas más amplias de Rusia como la «Tercera Roma», con su propia interpretación en términos de conexiones con la política exterior de expansión del Estado en Oriente Medio. En este contexto, la Iglesia se presentaba como una fuerza unificadora para todos los cristianos de la región y como el principal pilar de la estabilidad que protegía a las comunidades cristianas. Esta fue una de las muchas razones por las que la Iglesia y el Kremlin cultivaron vínculos con Israel.

En un decreto presidencial de 2015, Putin creó la Organización Palestina para la Cultura y la Economía Presidente Putin, una escuela en Belén45. Según Israel Defense, en 2017 asistieron unos 500 niños palestinos. La escuela se inauguró bajo los auspicios de la Sociedad Imperial Ortodoxa, fundada originalmente por el zar Alejandro III y restaurada en su nombre oficial en mayo de 1992. De hecho, para el patriarca ruso Cirilo, el restablecimiento de la sociedad era de importancia crítica; siete años antes, el gobierno israelí devolvió a Rusia un edificio asociado con esta sociedad, una marca del prestigio y la influencia de Rusia en Israel46. En enero de 2019, Mahmoud Abbas, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, se reunió con el jefe de la Sociedad Imperial Ortodoxa de Palestina y según el principal medio de propaganda ruso RT, la sociedad trabajaría para traer más peregrinos rusos a Palestina47.

En Líbano, Moscú cortejó a la comunidad cristiana relativamente numerosa del país, principalmente a través de la Agrupación Ortodoxa (al-Liqaa al-Orthodoxi), fundada en 2011. El miembro más destacado de este grupo, Elie Ferzli, era el vicepresidente del parlamento libanés y antiguo ministro de Información, que apoyó durante mucho tiempo al régimen de Assad. En enero de 2014, una delegación parlamentaria rusa — que incluía a Sergei Gavrilov, jefe de un comité de la Duma centrado en la «defensa de los valores cristianos», y al embajador ruso Alexander Zasypkin — hizo escala en Líbano de camino a Siria y se reunió con miembros de la Agrupación Ortodoxa y otras personalidades.

Gavrilov pidió a las partes interesadas que formaran un consejo con el objetivo de «activar la cooperación en todos los niveles»48. En octubre y noviembre de 2017, celebraron una serie de reuniones que desembocaron en llamamientos a una cooperación más estrecha con las entidades ortodoxas de Líbano, incluyendo el Encuentro Ortodoxo. Según Deutsche Welle, la Sociedad Imperial Ortodoxa de Palestina — una ONG de la época zarista que fue reactivada tras la caída de la Unión Soviética — se había convertido en «la pieza central de la actividad del Kremlin» en Líbano49.

La Iglesia también desempeñó un papel importante en la campaña rusa en Siria. El patriarca Cirilo y otros sacerdotes rusos elogiaron los esfuerzos de Putin y algunos incluso bendijeron los aviones de guerra que fueron a Siria y rociaron con agua bendita los misiles. Compararon la campaña rusa en Siria con una «guerra santa» o «sagrada», caracterizando la intervención como una lucha contra el terrorismo, una lucha «santa» que debería unir a todo el mundo50. Cirilo también asoció la lucha contra el terrorismo en Oriente Medio con la lucha de la Unión Soviética contra el fascismo durante la Segunda Guerra Mundial, un tema de vital importancia para el Kremlin para consolidar la sociedad rusa a nivel interno. Esto también desempeñó un papel importante en sus vínculos con Israel. La declaración de Cirilo de mayo de 2016 es ilustrativa:

Sabemos que la victoria en la Gran Guerra Patriótica fue una victoria justa... Por eso, desde el principio, la Gran Guerra Patriótica fue declarada una guerra sagrada [o santa], es decir, la guerra por la verdad... Dios quiera que este ideal del ejército amante de Cristo nunca abandone a nuestro pueblo, a nuestras fuerzas armadas. Y hoy, cuando nuestros guerreros participan en las hostilidades en Oriente Medio, sabemos que no se trata de una agresión... esta lucha contra un terrible enemigo en sí mismo malo no es solo para Oriente Medio, sino para toda la raza humana. Este mal lo llamamos hoy terrorismo..., la guerra actual contra el terror es una guerra santa51.

La Iglesia también siguió fortaleciendo sus lazos dentro de Siria. En septiembre de 2018, por ejemplo, Cirilo se reunió con el gran muftí de Siria52. En mayo de ese año, un grupo de hijos «de soldados sirios caídos» llegó a Moscú por invitación de la Hermandad de Combate, una organización de veteranos rusa. Se reunieron con Cirilo en la catedral de Cristo Salvador de Moscú y cantaron Katyusha, una famosa canción rusa de la época de la Segunda Guerra Mundial, en árabe y ruso53.

Además, la Iglesia ortodoxa rusa cultivó la percepción de desarrollar «una relación estable con todas las confesiones religiosas de la región»54. Así, los esfuerzos de la Iglesia no se limitaron únicamente al mundo cristiano; también cultivó lazos con su homóloga musulmana en la región. Por ejemplo, Cirilo describió repetidamente al Estado Islámico como una organización extremista que distorsionaba el verdadero significado del islam y pidió una amplia alianza en la región para luchar contra el extremismo, un llamamiento similar al de Putin a favor de una amplia coalición multilateral para luchar contra el terrorismo.

Además de la religión, Moscú promovió la cultura rusa en toda la región, principalmente a través de los centros culturales dirigidos por Rossotrudnichestvo y la Fundación Russkiy Mir. Sin embargo, es posible que estas agencias tuvieran objetivos más amplios, como servir de centros de recopilación de inteligencia e instrumentos para la subversión general. Los centros culturales rusos se han convertido en algo común en toda la región — por ejemplo, en Kuwait, Líbano y Túnez — y sus números están creciendo55. En Líbano, los informes de prensa indicaban que más centros serían construidos. Anecdóticamente, estos centros suelen ofrecer servicios realmente útiles, como clases de balé. Hace varios años, un centro cultural ruso en Kuwait organizó una noche de cine soviético y para sorpresa de muchos, la sala estaba llena. Como parte de las crecientes relaciones de Moscú con Marruecos, los departamentos rusos de Cultura y Asuntos Exteriores planearon un gran festival de artistas rusos en Agadir, mientras que el rey Mohammed VI concedió la nacionalidad marroquí al luchador checheno de artes marciales mixtas Mairbek Taisumov56.

La intervención de Moscú en Siria, al igual que las intervenciones en el espacio postsoviético, supuso el aumento de los intentos del Kremlin por mejorar su imagen con respecto a sus actividades allí. Así, aproximadamente una docena de organizaciones humanitarias rusas proliferaron en las zonas de Siria controladas por Assad, tanto seculares como religiosas, cristianas y musulmanas. El Ministerio de Defensa ruso coordinó en gran medida la distribución de la ayuda en torno a Siria57. El principal objetivo de Moscú para estas organizaciones era más político que humanitario. Si bien la minúscula distribución de ayuda produjo pocos cambios sustanciales, generó una cobertura informativa positiva para Moscú. Estas organizaciones no pasaron por el mismo nivel de escrutinio que las organizaciones occidentales que buscaban permiso para trabajar en las zonas controladas por Assad. De hecho, esta situación recuerda a la participación de Moscú en los esfuerzos por trasladar a los refugiados sirios a Siria desde Líbano. Los pocos que regresaron a menudo se enfrentaron a un trato brutal por parte del régimen de Assad. La situación de los refugiados seguía sin resolverse mientras Moscú se posicionaba como indispensable y ganaba influencia sobre todas las partes.

Aprovechar el poder blando en Oriente Medio: la Rusia musulmana y la propaganda

La propia identidad de Rusia se desarrolló en la proximidad de Oriente Medio y el islam. A Moscú le gusta presentarse como un país que entiende culturalmente la región mejor que Occidente, que no tiene un pasado colonial y que es una alternativa a Irán. Además, a medida que la población general de Rusia disminuía, su considerable mayoría musulmana, de unos veinte millones de personas, ha ido creciendo, lo que se suma a las razones por las que Moscú quería consolidarse en Oriente Medio. Rusia también apeló al interés propio de los líderes de la región, que se sentían cómodos tratando con Putin. Otro punto a favor de Moscú es que los funcionarios de Oriente Medio no tienen por qué preocuparse por el equivalente ruso de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (de EUA) y sus lazos con los kurdos se remontan a unos doscientos años y siguen siendo de vital importancia58.

El líder de la república chechena, Ramzan Kadyrov, ha sido otra herramienta de proyección del poder blando de Moscú. Putin instaló a Kadyrov en 2009 y dos años más tarde, los caballos de Kadyrov empezaron a correr en la Copa del Mundo de Dubái, con lo cual empezaba a cultivar una imagen positiva con los líderes de Oriente Medio y a establecer conexiones comerciales59. En mayo de 2017, el Fondo Sheikh Zayed, respaldado por los Emiratos Árabes Unidos, abrió sus puertas en Grozny y se comprometió a destinar 300 millones de dólares durante la próxima década a las pequeñas y medianas empresas de Chechenia. Al año siguiente, se inauguró en Chechenia un hotel de lujo llamado The Local. Fue el primer hotel de la región del Cáucaso Norte patrocinado por un financiador extranjero, la fabulosa Abu Dhabi Hotel Management Company. El príncipe Mohammed bin Zayed asistió a la ceremonia de inauguración. La selección nacional de fútbol de Egipto se alojó en este hotel durante la Copa del Mundo que Rusia acogió ese verano. Kadyrov, al igual que la Iglesia ortodoxa y las organizaciones laicas de Moscú, también financió iniciativas humanitarias en el mundo musulmán.

En 2020, la Liga Musulmana Mundial realizó por primera vez una conferencia internacional sobre la paz y la coexistencia religiosa en Moscú. En la quinta sesión, celebrada en Grozny, se debatieron los fundamentos de las relaciones religiosas y étnicas de Rusia y la relación del país con el mundo islámico60. La liga eligió Rusia para la cumbre porque, en su opinión, el país había sido un modelo de armonía religiosa y étnica en los últimos años. En abril de 2020, Moscú y Grozny acogieron la sesión: «El islam: Un mensaje de misericordia y paz». Representantes de más de cuarenta y tres países asistieron a esta conferencia y, según la agencia de noticias REGNUM, describieron a Chechenia como una de las «regiones de más desarrollo dinámico» y a Rusia como «el mejor amigo del islam y que no aplica una política de doble rasero» (una referencia indirecta a Estados Unidos)61. En la conferencia, Kadyrov recibió una serie de premios y títulos, como «héroe del islam» y «estrella de Jerusalén»62. Puede que sea prematuro hablar de logros tangibles más allá de las declaraciones elevadas, pero el enfoque de Moscú de trabajar con la liga contrasta con la opción de Europa de expulsarla63.

La manipulación de la información ha sido otro elemento importante, aunque desapercibido, de la proyección del poder blando de Rusia en la región64. Dmitry Kiselyov, un propagandista clave del Kremlin, declaró en una ocasión que el periodismo era una táctica de guerra. Sus palabras se hacen eco de la interpretación del poder blando de Moscú: «Si puedes persuadir a una persona, no necesitas matarla. Pensemos qué es mejor: ¿matar o persuadir? Porque si no eres capaz de persuadir, entonces tendrás que matar»65.

Oriente Medio — una región con escasa historia de prensa libre, intrínsecamente desconfiada de Occidente, acostumbrada a los medios de comunicación controlados por el gobierno y a las teorías conspirativas — estaba posiblemente más predispuesta a la influencia rusa que a las sociedades democráticas. Los dos medios de comunicación más visibles del Kremlin en la región eran RT árabe y Sputnik árabe. Como se mencionó en la sección anterior, RT salió en árabe después de haberse introducido en inglés, lo que muestra la dirección del pensamiento del Kremlin desde el principio. Los objetivos de RT y Sputnik eran crear legitimidad para el Kremlin y desacreditar a Occidente. Mientras que los dos medios suelen sembrar la confusión y jugar con teorías de conspiración, sus esfuerzos en Oriente Medio hicieron hincapié en la construcción de la legitimidad reportando noticias locales, como historias de interés humano y, a veces, cobertura de la propia Rusia, para impulsar la imagen de Moscú. En su cobertura de la situación en Siria, por ejemplo, RT Rusia presentaba a Siria como un país disfuncional que necesitaba que alguien viniera a arreglar las cosas y a Rusia como un agente al margen sin implicación directa66.

Otra característica clave de los esfuerzos de Moscú fue el énfasis en las redes sociales y los jóvenes de la región. Moscú invirtió considerables recursos en su propaganda en árabe, más que en otras regiones. Aunque es posible que en Oriente Medio no obtenga tantos beneficios como en otros lugares, la inversión de Rusia en los jóvenes de la región podría dar frutos a largo plazo. De hecho, una reciente encuesta indicó que el 64% de los jóvenes árabes veían a Rusia como un aliado mientras que solo el 41% decía lo mismo de Estados Unidos. Además, la percepción de Estados Unidos como enemigo casi se había duplicado desde 201667. En Turquía, Sputnik desempeñó un papel crítico en las operaciones de información68. Dado el entorno de los medios de comunicación en Turquía, algunos de los mejores periodistas turcos fueron a trabajar a la radio de Sputnik. Incluso analistas prooccidentales y anti-Erdoğan admitieron que Sputnik producía trabajos de calidad, reconociendo a su vez el componente propagandístico. Muchos consideraban los medios rusos como la única alternativa independiente en la Turquía del presidente Erdoğan. Por último, y más recientemente, RT y Sputnik se asociaron cada vez más con medios regionales locales para aumentar su legitimidad. Así, en septiembre de 2018, el diario Al-Ahram, controlado por el Estado egipcio, se asoció con Sputnik. La historia de Al-Ahram como la voz del movimiento nacionalista árabe tenía un significado simbólico e incrustó a Sputnik profundamente dentro de la narrativa de los medios de comunicación tradicionales en lengua árabe. La Agencia de Noticias de Marruecos y Sputnik firmaron un acuerdo «para fortalecer la cooperación bilateral» en diciembre de 2018; y en mayo de 2020, Sputnik y Radio y la agencia de noticias WAM de los Emiratos Árabes Unidos firmaron un memorando de entendimiento para intercambiar información69.

La propaganda árabe de Moscú sigue siendo un tema poco estudiado. Sin embargo, más que nada, las incursiones del Kremlin en el espacio informativo de la región ponen de manifiesto el problema de narrativa de Occidente en Oriente Medio y, a medida que la narrativa del Kremlin resuene, Occidente tendrá que presentar una alternativa igualmente competitiva.

Conclusión

El Kremlin se ha empeñado en expandir metódicamente su influencia en todo Oriente Medio utilizando todas las herramientas de su arsenal y pretendiendo que se refuercen mutuamente. Aunque el ejército ruso es importante, el enfoque de poder blando de Moscú que apoya sus esfuerzos de poder duro ha sido el más eficaz, dentro de los límites de su propia definición de poder blando. Desde una perspectiva estratégica más amplia, Estados Unidos se está enfocando cada vez más en la competencia entre grandes potencias. Pero los responsables políticos y los analistas no se ponen de acuerdo sobre si Oriente Medio es una distracción en esta competencia o un escenario parte de ella. Moscú, por su lado, considera inequívocamente que esta región es crucial en la competencia de grandes potencias principalmente con Estados Unidos y con Occidente en general.

El autoritarismo de Moscú, junto con sus ambiciones de gran potencia, son fundamentalmente opuestos a los de las democracias liberales y, por lo tanto, sus objetivos en términos de atracción, y los medios para alcanzarlos, también difieren fundamentalmente de los de los gobiernos y sociedades democráticos. La cuestión más profunda que subyace en la proyección del poder blando de Moscú es si los valores democráticos o autoritarios son, en última instancia, más atractivos, y cuánto influyen las acciones de Moscú. La respuesta depende, en cierta medida, de lo bien que cada parte exponga sus argumentos en el contexto del actual resurgimiento mundial del autoritarismo. Si Occidente no compite por Oriente Medio, las relaciones que Moscú cultiva actualmente en la región y en el Norte de África supondrán con el tiempo un reto estratégico importante para los intereses estadounidenses más allá de esta región.


Notas

 

  1. Joseph S. Nye Jr., Soft Power: The Means to Success in World Politics (New York: Public Affairs, 2004), x.
  2. G. John Ikenberry, reseña de Soft Power: The Means to Success in World Politics, por Joseph S. Nye Jr., Foreign Affairs 83, nro. 3 (mayo/junio de 2004), accedido 16 de diciembre de 2020, https://www.foreignaffairs.com/reviews/capsule-review/2004-05-01/soft-power-means-success-world-politics.
  3. En ruso, la frase es «Ne umeesh, nauchim; ne khochesh, zastavim».
  4. Matt Johnson, «What China and Russia Don’t Get about Soft Power» Foreign Policy (sitio web), 29 de abril de 2013, accedido 16 de diciembre de 2020, http://www.foreignpolicy.com/articles/2013/04/29/what_china_and_russia_don_t_get_about_soft_power.
  5. Ibid.
  6. Alexander Sergunin y Leonid Karabeshkin, «Understanding Russia’s Soft Power Strategy», Politics 35, nro. 3-4 (2015): 353, https://doi.org/10.1111/1467-9256.12109.
  7. Alexander Naumov, «‘Myagkaya sila’ i vneshnepoliticheskii imidzh Rossiiskoi federatsii», Perspektivy (sitio web), 30 de marzo de 2015, accedido 16 de diciembre de 2020, http://www.perspektivy.info/misl/koncept/magkaja_sila_i_vneshnepoliticheskij_imidzh_rossijskoj_federacii_2015-03-30.htm; Evgeniy Kuznetsov, «‘Myagkaya sila’ Rossii: chego ne khvataet?», Russia in Global Affairs (sitio web), 15 de enero de 2018, accedido 16 de diciembre de 2020, https://globalaffairs.ru/global-processes/Myagkaya-sila-Rossii-chego-ne-khvataet-19290.
  8. Innokentiy Adyasov, «Vozmozhna li rossiiskaya ‘myagkaya sila’?», Regnum, 30 de mayo de 2012, accedido 16 de diciembre de 2020, https://regnum.ru/news/1536886.html.
  9. Mikhail Suslov, «Russian World: Russia’s Policy Towards Its Diaspora», Russie.Nie.Visions, nro. 103 (Paris: Institut français des relations internationales [Ifri], julio de 2017), accedido 16 de diciembre de 2020, https://www.ifri.org/sites/default/files/atoms/files/suslov_russian_world_2017.pdf.
  10. Isabella Ginor y Gideon Remez, intercambio de correos electrónicos con el autor, junio de 2019.
  11. Leonid Vasiliev, «Rossiya, russkie, rossiyane», Nezavisimaya Gazeta, 23 de enero de 2013, accedido 16 de diciembre de 2020, http://www.ng.ru/ideas/2013-01-23/5_russia.html.
  12. Suslov, «Russian World».
  13. Anders Aslund, «12 Ways in Which Putin’s Rhetoric Resembles Germany in the 1930s», Kyiv Post (sitio web), 21 de marzo de 2014, accedido 16 de diciembre 2020, https://www.kyivpost.com/article/opinion/op-ed/anders-aslund-12-ways-in-which-putins-rhetoric-resembles-germany-in-the-1930s-340335.html.
  14. Fiona Hill, «Russia’s Newly Found Soft Power», Brookings Institution, 26 de agosto de 2004, accedido 16 de diciembre de 2020, https://www.brookings.edu/articles/russias-newly-found-soft-power/.
  15. Ibid.
  16. En años recientes, el número de inmigrantes rusos ha disminuido a unos 700 000, lo cual sigue siendo un porcentaje importante de la población total de Israel de 8.5 millones de habitantes.
  17. «Putin Says He Plans to Meet Israeli Prime Minister Soon», TASS, 16 de marzo de 2016, accedido 16 de diciembre de 2020, http://tass.com/politics/862850. Por ejemplo, Putin le dijo a Netanyahu en marzo de 2016: «Rusia e Israel han desarrollado una relación especial principalmente porque un millón y medio de ciudadanos israelíes proceden de la antigua Unión Soviética, hablan la lengua rusa y son representantes de la cultura y mentalidad rusa». Cabe destacar que Putin exageró el número de ciudadanos israelíes que procedían de la antigua Unión Soviética. Él también indicó que el número de peregrinos rusos que iba a Jerusalén a visitar los lugares sagrados estaba creciendo.
  18. Claire Provost, «The Rebirth of Russian Foreign Aid», The Guardian (sitio web), 25 de mayo de 2011, accedido 16 de diciembre de 2020, https://www.theguardian.com/global-development/2011/may/25/russia-foreign-aid-report-influence-image; Kuznetsov, «‘Myagkaya sila’ Rossii».
  19. «Putin Talks NSA, Syria, Iran, Drones in RT Interview», RT, 12 de junio de 2013, accedido 16 de diciembre de 2020, https://www.rt.com/news/putin-rt-interviewfull-577/.
  20. Vladimir Putin, «Speech and the Following Discussion at the Munich Conference on Security Policy» (transcripción, Munich Security Conference, Munich, 10 de febrero de 2007), accedido 16 de diciembre de 2020, http://en.kremlin.ru/events/president/transcripts/24034.
  21. «Russia’s Participation in International Development Assistance Concept» (Moscú: Ministerio de Finanzas de la Federación Rusa, 14 de junio de 2007), accedido 16 de diciembre de 2020, https://www.minfin.ru/common/img/uploaded/library/2007/06/concept_eng.pdf.
  22. «The Foreign Policy Concept of the Russian Federation» (Moscú: El Kremlin, 12 de enero de 2008), accedido 16 de diciembre de 2020, http://en.kremlin.ru/supplement/4116.
  23. «‘Myagkaya sila’ kak draiver prodvizheniya interesov Rossii zarubezhom», Cámara Pública de la Federación de Rusia, 3 de noviembre de 2018, accedido 16 de diciembre de 2020, https://www.oprf.ru/press/news/2018/newsitem/47195.
  24. «About Rossotrudnichesetvo», Rossotrudnichesetvo, accedido 6 de junio de 2019, http://rs.gov.ru/ru/about.
  25. Sergei Lavrov, «Myagkaya sila», entrevista para Rossiyskaya Gazeta (sitio web), 31 de octubre de 2008, accedido 16 de diciembre de 2020, https://rg.ru/2008/10/30/lavrov.html.
  26. Algunos ejemplos incluyen Vladimir Putin, «Rossiya sosredotachivaetsya – vyzovy, na kotorye my dolzhny otvetit», Izvestiya (sitio web), 16 de enero de 2012, accedido 17 de diciembre de 2020, https://iz.ru/news/511884; Vladimir Putin, «Rossiya: natsional’nyi vopros», Nezavisimaya Gazeta, 23 de enero de 2012, accedido 17 de diciembre de 2020, http://www.ng.ru/politics/2012-01-23/1_national.html; Vladimir Putin, «О nashikh ekonomicheskikh zadachakh», Vedomosti (sitio web), 30 de enero de 2012, accedido 17 de diciembre de 2020, https://www.vedomosti.ru/politics/articles/2012/01/30/o_nashih_ekonomicheskih_zadachah; «Demokratiya i kachestvo gosudarstva», Kommersant (sitio web), 2 de febrero de 2012, accedido 17 de diciembre de 2020, https://www.kommersant.ru/doc/1866753; «Stroitel’stvo spravedlivosti. Sotsial’naya politika dlia Rossii», Komsomolskaya Pravda (sitio web), 13 de febrero de 2012, accedido 17 de diciembre de 2020, https://www.kp.ru/daily/3759/2807793/; «Byt’ sil’nymi: garantii natsional’noi bezopasnosti dlia Rossii», Rossiyskaya Gazeta (sitio web), 20 de febrero de 2012, accedido 17 de diciembre de 2020, http://www.rg.ru/2012/02/20/putin-armiya.html; Vladimir Putin, «Rossiya i menyayushchiisya mir», Moskovskiye Novosti (sitio web), 27 de febrero de 2012, accedido 17 de diciembre de 2020, https://www.mn.ru/politics/78738.
  27. «Soveshchanie poslov i postayannyikh predstavitelei Rossii», Página oficial del Presidente de Rusia, 9 de julio de 2012, accedido 17 de diciembre de 2020, http://www.kremlin.ru/news/15902.
  28. «The Foreign Policy Concept of the Russian Federation» (Moscú: Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, 18 de febrero de 2013), accedido 17 de diciembre de 2020, http://www.mid.ru/foreign_policy/official_documents/-/asset_publisher/CptICkB6BZ29/content/id/122186.
  29. «Myagkaya sila. Sergei Lavrov rasskazal deputatam o napravleniyakh mezhdunarodnoi politiki», Embajada de la Federación Rusa en Eslovaquia, 16 de junio de 2016, accedido 23 de diciembre de 2020, https://slovakia.mid.ru/vnesnepoliticeskie-diskussii-i-analitika/-/asset_publisher/07ne8wRp5Mh2/content/id/22857956.
  30. «Germany Rejects U.S. Proposal for Russia’s Return to G7», Radio Free Europe/Radio Liberty, 27 de julio de 2020, accedido 17 de diciembre de 2020, https://www.rferl.org/a/germany-rejects-russia-in-g7/30748671.html; Reuters Staff, «A Year after Russia Reset, France Sees No Concrete Results: Minister», Reuters, 2 de julio de 2020, accedido 17 de diciembre de 2020, https://www.reuters.com/article/us-france-russia/a-yearafter-russia-reset-france-sees-no-concrete-results-minister-idUSKBN2431AI; para más perspectivas que exhortaban a mejorar las relaciones con Rusia, véase Rose Gottemoeller et al., «It’s Time to Rethink Our Russia Policy», Politico, 5 de agosto de 2020, accedido 17 de diciembre de 2020, https://www.politico.com/news/magazine/2020/08/05/open-letter-russia-policy-391434.
  31. «National Security Concept of the Russian Federation», aprobado por el presidente Vladimir Putin, 28 de junio de 2000, accedido 17 de diciembre de 2020, https://fas.org/nuke/guide/russia/doctrine/econcept.htm.
  32. Presidential Decree No. 24, «National Security Concept of the Russian Federation», 10 de enero de 2000, accedido 17 de diciembre de 2020, https://www.mid.ru/en/foreign_policy/official_documents/-/asset_publisher/CptICkB6BZ29/content/id/589768.
  33. «The Foreign Policy Concept of the Russian Federation» (Moscú: Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, 30 de noviembre de 2016), accedido 17 de diciembre de 2020, http://www.mid.ru/en/foreign_policy/official_documents/-/asset_publisher/CptICkB6BZ29/content/id/2542248.
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  61. Ibid.
  62. Sarah Feuer, «Course Correction: The Muslim World League, Saudi Arabia’s Export of Islam, and Implications for U.S. Policy», Policy Focus 161 (Washington, DC: The Washington Institute for Near East Policy, 2019), 36–39, accedido 18 de diciembre de 2020, https://www.washingtoninstitute.org/policy-analysis/view/course-correction.
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  64. Nick Schifrin, «Inside Russia’s Propaganda Machine», NewsHour, PBS, 11 de julio de 2017, accedido 18 de diciembre de 2020, https://www.pbs.org/newshour/show/inside-russias-propaganda-machine.
  65. Deena Dajani, Marie Gillespie y Rhys Crilley, «Differentiated Visibilities in Russia’s Role in the Syrian War: RT Arabic on Social Media», Reframing Russia, 10 de junio de 2019, accedido 18 de diciembre de 2020, https://reframingrussia.com/2019/06/10/rt-arabic/.
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  67. H. Akin Unver, «Russia Has Won the Information War in Turkey», Foreign Policy (sitio web), 21 de abril de 2019, accedido 18 de diciembre de 2020, https://foreignpolicy.com/2019/04/21/russia-has-won-the-information-war-in-turkey-rt-sputnik-putin-erdogan-disinformation/; «Sputnik, UAE Official News Agency WAM Sign a Memorandum of Understanding», Sputnik, 21 de marzo de 2019, accedido 18 de diciembre de 2020, https://sputniknews.com/agency_news/201903211073424082-sputnik-uae-news-agency-memorandum/.
  68. Ibid.; «MAP, Sputnik Ink Agreement to Foster Cooperation», MAP, 28 de enero de 2019, accedido 18 de diciembre de 2020, http://www.map.ma/en/Our-news/Map-sputnik-ink-agreement-to-foster-cooperation.

 

Anna Borshchevskaya es la becaria Ira Weiner del Instituto Washington, en donde se especializa en las políticas de Rusia hacia Oriente Medio. También es becaria de la Fundación Europea para la Democracia y anteriormente trabajó en el Instituto Peterson de Economía Internacional y en el Consejo Atlántico. Se desempeñó como analista para un contratista militar estadounidense en Afganistán y fue directora de comunicaciones del Congreso Islámico Americano. Su trabajo ha sido publicado ampliamente en revistas como The New Criterion, Turkish Policy Quarterly, Middle East Quarterly y Forbes. También realiza traducciones y análisis para la Oficina de Estudios Militares Extranjeros del Ejército de EUA y su principal publicación, Operational Environment Watch. Nació en Moscú y llegó a Estados Unidos como refugiada en 1993. Obtuvo una maestría en Relaciones Internacionales por la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins y una licenciatura en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales por la Universidad Estatal de Nueva York en Geneseo.

 

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