Military Review Edición Hispanoamericana Revista Profesional del Ejército de Estados Unidos

 

Descargo de responsabilidad editorial: En todas sus publicaciones y productos, Military Review presenta información profesional. Sin embargo, las opiniones expresadas en ella son las de los autores y no son necesariamente las de Army University, el Departamento del Ejército o cualquier otra agencia del gobierno de EUA.


Protegiendo, no solo reflejando, a la sociedad

Dr. Leonard Wong, Ejército de EUA, retirado

Dr. Stephen J. Gerras, Ejército de EUA, retirado

Descargar PDF Descargar PDF

El sargento segundo Michael Romero, integrante de la Fuerza de Tarea Conjunta-Guantánamo, muestra con orgullo su tatuaje, 29 de abril de 2015. Romero quedó sorprendido al descubrir que el Ejército emitió una política restrictiva sobre el tatuaje en 2014 y luego sintió alivio cuando la política fue anulada a principios de abril de 2015. Como observan los autores, las altos mandos militares debe considerar las consecuencias en la eficacia militar causadas por tendencias sociales cambiantes tal como la popularidad del tatuaje si se toman decisiones sobre políticas que se conformarán a estas tendencias o divergirán de las mismas. (Ilustración fotográfica: Sgto. Adrian Borunda, Ejército de EUA)

En su libro clásico, The Soldier and the State, Samuel Huntington observó que la institución armada norteamericana es moldeada por dos fuerzas: «un imperativo funcional que surge de las amenazas a la seguridad de la sociedad y un imperativo social que surge de las fuerzas, ideologías e instituciones dominantes en la sociedad»1. La interacción de los dos imperativos —la seguridad nacional y el alineamiento social— produce una tensión en la profesión militar a medida que navega entre las dos obligaciones. Por una parte, una institución armada —especialmente fuerzas armadas compuestas completamente de voluntarios— debe parecerse a la sociedad a la que sirve. Como destacó el senador John McCain, «Es un principio fundamental que las fuerzas armadas pueden verdaderamente servir a una democracia solo si son una reflexión de esta sociedad y se ven afectadas por las mismas tendencias sociales»2. Por otra parte, la adopción de tendencias sociales, costumbres o actitudes debe ser evaluada en comparación con el imperativo funcional de la seguridad nacional. Como McCain declaró en marzo de 2017, «También sabemos que los desafíos que vemos en las fuerzas armadas frecuentemente reflejan desafíos similares que la sociedad más amplia enfrenta […]. Sabemos que se les deben imponer estándares más altos a los que sirven en la profesión militar […]. Es una cuestión de eficacia militar»3.

Por ende, antes de que las fuerzas armadas puedan adaptarse a una tendencia social emergente o cambio de actitudes sociales, las consecuencias sobre la eficacia militar deben ser analizadas e investigadas. La evaluación del impacto potencial de las influencias sociales es una carga de los mayordomos de la profesión—los líderes militares con mayor antigüedad. Es su responsabilidad evaluar y debatir los asuntos antes de conformarse a cambios (p. ej. el tatuaje) o divergirse de cambios (p. ej., la legalización de marihuana) en las prácticas o perspectivas sociales. Sin lugar a dudas, frecuentemente es más fácil decir que hacer el monitoreo activo de la asimilación de tendencias y actitudes sociales por las fuerzas armadas con el telón de fondo del imperativo funcional. Algunas tendencias entran en las fuerzas armadas sin que lo supieran los altos formuladores de políticas, quienes están más ocupados en librar guerras o adquirir presupuestos más grandes.

Por ejemplo, el escándalo de Marines United reveló cómo las prácticas oscuras de pornografía vengativa o el compartir de fotografías de personas desnudas podían propagarse sigilosamente en la profesión militar sin aviso alguno4. En otras ocasiones, los altos mandos pueden aceptar los argumentos y posiciones promovidos por grupos de promoción externos, grupos de expertos o élites académicas o políticas. Por ejemplo, uno de los contribuyentes a la reciente cesión del Sistema de Terreno Humano (HTS) del Ejército de EUA fue la American Anthropological Association, cuyos líderes concluyeron, «En el contexto de una guerra que es ampliamente reconocida como una negación de los derechos humanos y basada en información deficiente y principios antidemocráticos, el Consejo Ejecutivo considera el proyecto del HTS como una aplicación problemática de pericia antropológica»5.

Para otras influencias sociales, el debate en la profesión militar puede ser silenciado debido a preocupaciones con parecer moralista o no estar de acuerdo con la sociedad. Por ejemplo, aunque el número de adultos norteamericanos en relaciones de cohabitación ha incrementado a 18 millones de personas —un aumento de 29 % desde 2007— analizar las implicaciones en la disposición combativa de las fuerzas armadas (y familias) puede ser potencialmente delicado6. Los altos mandos pueden ser reacios a discutir las consecuencias negativas de cohabitación a riesgo de parecer moralizantes a dos tercios de la población norteamericana que consideran convivir sin la promesa de matrimonio en el futuro como una situación completamente aceptable7.

Los siguientes párrafos introducen seis tendencias o ideologías sociales que actualmente desafían los límites de la profesión militar. Sin importar si se originan de la izquierda, derecha o centro del espectro político, estas influencias sociales requieren el análisis y discusión en los niveles más altos. Su impacto posible en la disposición combativa de las fuerzas armadas debe ser reconocido y analizado a pesar de las presiones de círculos afines externos o una percepción pública predominante.

La privacidad

Los norteamericanos valoran mucho su vida privada. Con las revelaciones de posible monitoreo por entidades que recorren la gama desde la Agencia de Seguridad Nacional hasta los televisores en nuestra habitaciones, no es de sorprender que el 93 % de los norteamericanos piensen que es importante tener control sobre quién puede recopilar informaciones acerca de ellos. O, que 79 % de la población piense que es importante que no se hagan preguntas personales en entornos sociales o laborales8. Sin duda alguna, a medida que las expectativas de los norteamericanos con respecto a la privacidad aumentan, las fuerzas armadas lentamente siguen el mismo rumbo. Aunque hay muy pocas personas que se alistan en las fuerzas armadas debido a un deseo de más privacidad, la privacidad en el contexto militar ha llegado a ser anticipada y aceptada. Las barracas abiertas y filas de inodoros sin cubículos han cedido el paso debidamente a cuartos privados y baños semiprivados. El impacto sutil de influencias tales como las normas de privacidad en la Health Insurance Portability and Accountability Act (Ley de Transferibilidad y Responsabilidad del Seguro Sanitario) de 1996 (HIPPA), la amplia aceptación de participación en las redes sociales fuera del horario laboral e incluso los argumentos de «mi vida personal es mi negocio» al fondo de la política «Don’t Ask, Don’t Tell» (no preguntes, no digas [con respecto a la sexualidad]) han acentuado la separación entre las esferas laborales y personales de la vida.

El sargento Adrian Rattigan, un oriundo de Jamaica asignado a la Tropa Lightning, 3er Escuadrón, 2o Regimiento de Caballería y un soldado en el Grupo de Combate Polonia es entrevistado por los medios de comunicación polacos después de un ejercicio de fuego en vivo de la OTAN cerca del área de entrenamiento Bemowo Piskie, Polonia, 30 de enero de 2018. (Foto: Capitán Gary Loten-Beckford, Ejército de EUA)

Sin embargo, el servicio militar es una profesión intensamente personal. Las fuerzas armadas no pueden ignorar las expectativas de privacidad aportadas por sus integrantes, pero necesitan intervenir cuando esas expectativas afectan la disposición combativa—especialmente si el orden y la disciplina son amenazados. Declarar aspectos de las vidas personales como un área fuera de consideración puede llevar a consecuencias tan extremas como no percibir las señales de advertencia de una masacre hasta la erosión más sutil del alcance de la responsabilidad del comando que los líderes aceptan para los integrantes a su cargo. Las fuerza armadas son una institución singular cuyos líderes personalmente promueven y cuidan el bienestar de sus integrantes—sin importar si están en el trabajo o no. La tendencia social con respecto a la privacidad debe ser moderada por el requerimiento más exigente de mantener una fuerza segura y preparada.

Los medios de comunicación

La confianza que la sociedad tiene con los medios de comunicación ha disminuido a su nivel más bajo con solo 32 % de los norteamericanos diciendo que tienen mucha o considerable confianza en los medios de comunicación9. Mientras tanto, casi dos tercios de los norteamericanos piensan que los medios de comunicación principales están llenos de noticias falsas. Basado en la afiliación con los partidos políticos, estas cifras abarcan 80 % de Republicanos (conservadores), 60 % de independientes y 53 % de Demócratas (liberales)10. Use este escepticismo social, combínelo con las existentes divisiones entre las fuerzas armadas y los medios de comunicación, agregue el artículo infame del periódico Rolling Stone que resultó en el despido del general Stanley McChrystal y no es de extrañar que muchos altos mandos consideren los medios de comunicación con suspicacia.

Si bien los medios de comunicación no son los fanáticos más ardientes de las fuerzas armadas, tampoco son enemigos de las instituciones militares. En cambio, como observó el secretario de Defensa James Mattis —que mencionó sus propios «momentos bastante contenciosos» con los medios de comunicación— la prensa debe ser considerada un sector público que debería ser abordado11. Una institución militar que sirve a una democracia no puede permitir que el desdén social por la prensa perjudique sus relaciones con los medios de comunicación. Si bien las relaciones entre las fuerzas armadas y los medios de comunicación son difíciles, el cumplimiento de la misión frecuentemente está ligado con la diseminación de la historia de las instituciones militares a los contribuyentes, el Congreso, familiares, aliados, enemigos e incluso sus integrantes. El acceso a estas audiencias —a pesar de las actitudes sociales prevalentes— continúa siendo proporcionado en gran parte por las medios de comunicación principales. Percibir los medios de la prensa como enemigos aísla las fuerzas armadas y actúa en detrimento del imperativo funcional de estas instituciones.

La diversidad

Hoy en día, la diversidad es considerada el fundamento de una sociedad próspera u organización exitosa. La mayoría de los norteamericanos (64 %) opina que la diversidad racial y étnica creciente hace Estados Unidos un mejor lugar donde vivir12. Además, 69 % de los directores ejecutivos consideran la diversidad y la inclusión como asuntos empresariales importantes13. El gran impacto de la diversidad ha sido documentado en la investigación que recorre la gama desde las conclusiones que los grupos socialmente diversos tienden a ser más innovadores hasta la rara conclusión que los artículos de revista escritos por coautores étnicamente diversos proporcionan una mayor contribución a las ciencias (p. ej., Wong y Gerras)14. A pesar del respeto aparentemente universal por la diversidad, en realidad, los estudios empíricos sobre el tema son ambivalentes en cuanto a los beneficios de la diversidad en la organización. Los investigadores organizacionales tienen dificultades para encontrar cualquier tipo de efectos directos —ya sean positivos o negativos— de la diversidad sobre el rendimiento15. Los investigadores sugieren que es así porque el contexto es crítico para determinar la influencia de la diversidad en el rendimiento.

Para las fuerzas armadas, el contexto que se usa para determinar el impacto de la diversidad es el imperativo funcional—el requerimiento constante de eficacia militar. Debe considerarse la diversidad en un contexto centrado en los estándares y la disposición combativa. Lamentablemente, en el ambiente actual, este tipo de discusión es desaprobado. Cuando un ingeniero de Google escribió un memorándum políticamente incorrecto que cuestionó el plan de la empresa para incrementar la diversidad, fue silenciado por Google, atacado por defensores de la diversidad y, con el tiempo, despedido16. Las fuerzas armadas no pueden seguir este camino. Las instituciones militares deben mantener su capacidad de discutir, analizar y evaluar imparcialmente el impacto de género, raza, sexualidad y otras áreas de diversidad sobre la disposición combativa. La eficacia militar, y no la diversidad por el bien de la diversidad, sigue siendo el objetivo preeminente.

«

El cambio en el apoyo social indica la casi certeza de que un incremento del presupuesto militar será una alta prioridad en un futuro no muy lejano.

»

El presupuesto de defensa

En la última década, el apoyo social ha aumentado gradualmente en los gastos militares. En 2007, solo 20 % de la población de EUA pensaba que el país gastaba muy poco en la defensa nacional mientras que 43 % pensaba que gastábamos demasiado. Esto ha cambiado en 2017. Actualmente, 37 % de los norteamericanos piensan que no gastamos lo suficiente en la defensa mientras que 31 % piensa que gastamos demasiado17. Las encuestas de opinión también indican que entre los que dicen que apoyarían un incremento de los presupuestos de defensa militar, 71 % son Republicanos y 31 % son Demócratas18. El cambio en el apoyo social indica la casi certeza de que un incremento del presupuesto militar será una alta prioridad en un futuro no muy lejano.

Si bien los fondos adicionales son requeridos por fuerzas armadas de EUA que enfrentan una situación mundial impredecible y letal, la eficacia de cualquier incremento será atenuado por la «constipación institucional» del «adversario […] más cercano»—la burocracia de defensa excesiva19. Los altos mandos no pueden permitir que el aumento de apoyo social para incrementar el flujo de fondos de defensa impida los esfuerzos necesarios en la reforma organizacional y de procesos de adquisición. La ineficacia endémica de la creciente burocracia de defensa es un obstáculo para la disposición combativa porque desvía fondos que están destinados para librar las guerras de la nación. Sin embargo, la reforma es una proposición delicada porque los políticos son reticentes a arriesgar trabajos o fondos mientras los líderes militares actúan con cautela cuando se discuten cuentos de exceso y desperdicio que ponen en peligro incrementos de fondos propuestos. Sin embargo, el creciente gasto de defensa alentado por un incremento de apoyo social debe ir acompañado por esfuerzos redoblados para reducir las redundancias y eliminar las ineficacias.

Esterilizando la vida

Los investigadores que analizan las crecientes tasas de asma recientemente han hecho un sorprendente descubrimiento. Aunque las comunidades agrícolas Amish y huteritas comparten una ascendencia genética, estilos de vida sencillos, costumbres y dietas muy similares, el asma en los niños Amish es solo un cuarto de la tasa de los niños huteritas. ¿A qué se debe la diferencia? Los Amish viven en granjas lecheras que dependen de caballos para trabajo de campo y transporte. Los huteritas viven en comunidades a kilómetros de distancia de su ganado y usan maquinaria agrícola moderna. Los científicos descubrieron que el aire en las casas Amish, debido a la proximidad del ganado, contiene casi seis veces más productos microbianos. El polvo en las granjas Amish estimula los sistemas inmunitarios innatos de los niños, protegiéndolos del asma y alergias20. La investigación apoya la hipótesis higiénica que sugiere que la exposición temprana a los gérmenes aumenta la resistencia de los niños más tarde en sus vidas21.

En este sentido, la conclusión no tiene nada que ver con el asma o los Amish. Se trata de la tendencia de la sociedad norteamericana de esterilizar el mundo de nuestros jóvenes, lo cual los priva de la capacidad de desarrollar la resistencia en el futuro. Con el celo de limpiar el planeta de intimidación y microagresiones hemos aislado nuestra juventud con advertencias desencadenantes y espacios seguros. Sin embargo, las fuerzas armadas deben preparar a sus integrantes para la realidad brutal y no agradable que la guerra es sucia, despiadada, injusta y cruel. Además, nuestros soldados están mejor preparados para esta realidad con pequeñas dosis de molestias y desafíos en lugar de un ambiente esterilizado desprovisto de adversidad y sentimientos heridos. Esto no es una aprobación de novatadas o liderazgo nocivo sino en su lugar una observación aleccionadora sobre una tendencia social inquietante.

El cambio climático

Según las recientes encuestas, la gran mayoría (70 %) de los norteamericanos piensan que el calentamiento global es real22. No obstante, aún se debate la importancia e implicaciones del cambio climático. Dos tercios, o 66 %, de los Demócratas dicen que se preocupan mucho con el calentamiento global, en comparación con solo 18 % de los Republicanos. Sin embargo, a pesar de sus preocupaciones con el cambio climático, un sorprendente número de los Demócratas, 41 %, no considera el calentamiento global una amenaza para ellos o para su estilo de vida por toda la vida. De manera igual, los Republicanos están divididos, con un 40 % que piensa que el calentamiento global es más un resultado de contaminación producida por humanos y 57 % que opinan que cambios naturales en el ambiente son la causa23.

Sin duda alguna, las fuerzas armadas deben evitar el partidismo sobre el tema. Aun usar los términos «calentamiento global» o «cambio climático» puede llevar peligrosamente a un campo minado político. Sin embargo, esto no significa que las fuerzas armadas deben ignorar las amenazas de crecientes niveles del mar, el deshielo en el Ártico, escasez de agua potable o fenómenos meteorológicos extremos. Las fuerzas armadas no tienen igual en el planeamiento y preparación para contingencias. Entonces, a pesar de la indecisión social sobre las causas y consecuencias del cambio climático. Las fuerzas armadas debe ser proactivas en abordar las implicaciones de seguridad nacional producidas por las pautas meteorológicas cambiantes en todo el mundo.

Estas seis tendencias son solo unas muestras de muchos aspectos de la sociedad norteamericana que rodean y potencialmente afectan la institución militar de la nación. Otras influencias sociales tales como actitudes cambiantes en cuanto al derecho a poseer armas, identidad de género, inmigración y libertad religiosa también pasan a través de la consciencia colectiva de la profesión militar. Los altos mandos en su papel como mayordomos de la profesión deben deliberadamente dar inicio a la discusión, debate y análisis de cada tendencia en relación con el estándar de seguridad nacional. Las fuerzas armadas son un microcosmo de la sociedad norteamericana en general, y deben permanecer así, pero el imperativo funcional de proteger la autonomía, prosperidad y bienestar de la República esprimordial.

Las opiniones expresadas en el presente artículo son propias de los autores y no representan las opiniones de la Escuela Superior de Guerra del Ejército de EUA, el Departamento del Ejército o el Departamento de Defensa.


Notas

  1. Samuel P. Huntington, The Soldier and the State: The Theory and Politics of Civil-Military Relations (Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press, 1957), 2.
  2. John McCain, citado en George Will, «Rough and Ready», The Washington Post, 22 de noviembre de 1998, C07.
  3. John McCain, «Opening Statement by SASC [Senate Armed Services Committee] Chairman at Hearing on Information Surrounding the Marines United Facebook Group», sitio web de la campaña política de John McCain, 14 de marzo de 2017, consultado 13 de abril de 2018, https://www.mccain.senate.gov/public/index.cfm/2017/3/opening-statement-by-sasc-chairman-john-mccain-at-hearing-on-information-surrounding-the-marines-united-facebook-group.
  4. Dave Philipps, «Inquiry Opens into How a Network of Marines Shared Illicit Images of Female Peers», New York Times (sitio web), 6 de marzo de 2017, consultado 18 de abril de 2018, https://www.nytimes.com/2017/03/06/us/inquiry-opens-into-how-30000-marines-shared-illicit-images-of-female-peers.html.
  5. «American Anthropological Association’s Executive Board Statement on the Human Terrain System Project», American Anthropological Association comunicado de prensa, 6 de noviembre de 2007, consultado 13 de abril de 2018, http://s3.amazonaws.com/rdcms-aaa/files/production/public/FileDownloads/pdfs/pdf/EB_Resolution_110807.pdf.
  6. Renee Stepler, «Number of U.S. Adults Cohabiting with a Partner Continues to Rise, Especially Among Those 50 and Older», Pew Research Center, 6 de abril de 2017, consultado 10 de abril de 2018, https://www.pewresearch.org/fact-tank/2017/04/06/number-of-u-s-adults-cohabiting-with-a-partner-continues-to-rise-especially-among-those-50-and-older/.
  7. Encuesta Social General, NORC en la Universidad de Chicago, «Living Together as an Acceptable Option», NORC (sitio web), consultado 10 de abril de 2018, https://gssdataexplorer.norc.org/variables/4406/vshow.
  8. Mary Madden y Lee Rainie, «Americans’ Attitudes about Privacy, Security and Surveillance», Pew Research Center, 20 de mayo de 2015, consultado 10 de abril de 2018, https://www.pewinternet.org/2015/05/20/americans-attitudes-about-privacy-security-and-surveillance/.
  9. Art Swift, «Americans’ Trust in Mass Media Sinks to New Low», Gallup News, 14 de septiembre de 2016, https://news.gallup.com/poll/195542/americans-trust-mass-media-sinks-new-low.aspx.
  10. Jonathan Easley, «Poll: Majority Says Mainstream Media Publishes Fake News», The Hill, 24 de mayo de 2017, consultado 10 de abril de 2018, https://thehill.com/homenews/campaign/334897-poll-majority-says-mainstream-media-publishes-fake-news.
  11. James Mattis, citado en Phil Stewart, «Trump’s Defense Chief Says Has No Problems with Media», Reuters, 19 de febrero de 2017, consultado 10 de abril de 2018, https://www.reuters.com/article/us-usa-trump-press-mattis-idUSKBN15Y0MB.
  12. «In First Month, Views of Trump Are Already Strongly Felt, Deeply Polarized», Pew Research Center, 16 de febrero de 2017, https://www.people-press.org/2017/02/16/in-first-month-views-of-trump-are-already-strongly-felt-deeply-polarized/3_4-10/.
  13. Juliet Bourke y col., «Diversity and Inclusion: The Reality Gap», Deloitte Insights, 28 de febrero de 2017, consultado 10 de abril de 2018, https://www2.deloitte.com/insights/us/en/focus/human-capital-trends/2017/diversity-and-inclusion-at-the-workplace.html.
  14. Katherine W. Phillips, «How Diversity Makes Us Smarter», Scientific American, 1 de octubre de 2014, consultado 10 de abril de 2018, https://www.scientificamerican.com/article/how-diversity-makes-us-smarter/; Richard B. Freeman y Wei Huang, «Collaborating with People like Me: Ethnic Co-authorship within the US», NBER Working Paper Nro. 19905, agosto de 2014, consultado 10 de abril de 2018, https://www.nber.org/papers/w19905.
  15. Thomas Kochan y col., «The Effects of Diversity on Business Performance: Report of the Diversity Research Network», Human Resource Management 42, nro. 1 (Primavera de 2003): 3, consultado 10 de abril de 2018, http://researchwriting2012.pbworks.com/w/file/fetch/59874205/Diversity.pdf.
  16. Daisuke Wakabayashi, «Contentious Memo Strikes Nerve Inside Google and Out», New York Times (sitio web), 8 de agosto de 2017, consultado 10 de abril de 2018, https://www.nytimes.com/2017/08/08/technology/google-engineer-fired-gender-memo.html?mcubz=1&mtrref=undefined.
  17. «Military and National Defense», Gallup News, https://news.gallup.com/poll/1666/military-national-defense.aspx.
  18. «With Budget Debate Looming, Growing Share of Public Prefers Bigger Government», Pew Research Center, 24 de abril de 2017, consultado 10 de abril de 2018, https://www.people-press.org/2017/04/24/with-budget-debate-looming-growing-share-of-public-prefers-bigger-government/.
  19. Robert Gates, citado en Fred Kaplan, «Not Mincing Words», Slate, 4 de marzo de 2011, consultado 10 de abril de 2018, https://www.slate.com/articles/news_and_politics/war_stories/2011/03/not_mincing_words.html; Donald Rumsfeld, grabación de un discurso en C-SPAN 10 de septiembre de 2001, consultado 10 de abril de 2018, https://www.c-span.org/video/?c4497616/rumsfeld-adversary-sot.
  20. Michelle M. Stein y col., «Innate Immunity and Asthma Risk in Amish and Hutterite Farm Children», New England Journal of Medicine 375, nro. 5 (4 de agosto de 2016): 411-21.
  21. James T. C. Li, «Hygiene Hypothesis: Early Germ Exposure Prevents Asthma?» Mayo Clinic Newsletter, 2 de junio de 2017, consultado 10 de abril de 2018, https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/childhood-asthma/expert-answers/hygiene-hypothesis/faq-20058102.
  22. Jennifer Marlon y col., «Yale Climate Opinion Maps – U.S. 2016», Yale Program on Climate Change Communication, consultado 10 de abril de 2018, https://climatecommunication.yale.edu/visualizations-data/ycom-us-2016/?est=happening&type=value&geo=county.
  23. Jim Norman, «Democrats Drive Rise in Concern about Global Warming», Gallup News, 17 de marzo de 2017, consultado 10 de abril de 2018, https://news.gallup.com/poll/206513/democrats-drive-rise-concern-global-warming.aspx?g_source=global+warming&g_medium=search&g_campaign=tiles.

El Dr. Leonard Wong es un oficial retirado del Ejército de EUA y un profesor de investigación en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela Superior de Guerra del Ejército de EUA. Su carrera incluye la enseñanza de liderazgo en la Academia Militar de EUA y análisis en apoyo del Jefe de Estado Mayor del Ejército. Cuenta a su haber con una Licenciatura de la Academia Militar de EUA y una Maestría y Doctorado de la Universidad de Texas Tech.

El Dr. Stephen Gerras es un oficial retirado del Ejército de EUA y profesor de comportamiento humano en el Departamento de Mando, Liderazgo y Administración de la Escuela Superior de Guerra del Ejército de EUA. Sirvió en el Ejército por más de 25 años, incluyendo como comandante de una compañía de infantería ligera y un batallón de transporte, instructor de liderazgo en la Academia Militar de EUA, jefe de operaciones y acuerdos en la Oficina de Cooperación de Defensa en Ankara, Turquía. Cuenta a su haber con una Licenciatura de la Academia Militar de EUA y una Maestría y Doctorado en la psicología industrial y organizacional de la Universidad de Penn State.

Volver al inicio

Cuarto Trimestre 2019