Military Review Edición Hispanoamericana Revista Profesional del Ejército de Estados Unidos

 

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Primer Trimestre 2023

TikTok táctico para la competencia entre grandes potencias

Lecciones de la campaña de información en Ucrania para las operaciones a gran escala del futuro

Coronel Theodore W. Kleisner, Ejército de EUA

Trevor T. Garmey

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Soldado ucraniano se hace un selfi frente a un tanque ruso T-72 destruido el 1 de abril de 2022 en la localidad de Dmytrivka, Kiev, Ucrania

Dado que es el primer conflicto convencional a gran escala entre adversarios con capacidades similares desde la guerra de Yom Kippur de 1973, la invasión rusa de Ucrania ha proporcionado una oportunidad única para evaluar las suposiciones predominantes sobre las operaciones de combate a gran escala (LSCO) en tiempo real. Tal escenario ofrece lecciones que abarcan todo el espectro de las armas de combate y sus campañas deben ser estudiadas en detalle a medida que el Ejército de EUA se centra en la competencia entre grandes potencias.

En el momento de escribir este artículo, el combate tenía apenas cuatro semanas. Sin embargo, los impresionantes resultados de las operaciones militares ucranianas ya han impulsado la revisión de la doctrina táctica y estratégica del Ejército de EUA, desde la letalidad de los misiles guiados antitanque hasta la eficacia de las municiones merodeadoras (conocidas también como drones suicidas) contra las líneas de comunicación.

Pero de todas las lecciones que se podrían extraer, la más significativa es el papel de las operaciones de información (IO). Al exhortar a los soldados a distribuir información táctica y moldear una narrativa que integra a la perfección imágenes del campo de batalla, hazañas y pruebas de posibles crímenes de guerra, el ejército ucraniano y su liderazgo civil han movilizado al mundo contra Rusia y han contribuido sustancialmente a degradar la voluntad del enemigo. Los militares rusos —supuestos expertos en desinformación y ciberguerra— han sido totalmente incapaces de rebatir los mensajes ucranianos o de comunicar una explicación coherente de los objetivos de guerra del Kremlin.

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Ucrania ha conseguido estos resultados fusionando aplicaciones comerciales, como dispositivos móviles, servicios de mensajería y redes sociales, en su estrategia de IO y delegando la autoridad de distribución —por diseño o por defecto— en la punta de la lanza1. Ucrania también ha fusionado las comunicaciones estratégicas en su campaña de IO, facultando a los soldados para que refuercen los temas articulados por sus dirigentes políticos. El resultado es una capacidad de combate autónoma que ha ganado apoyo internacional, ha permitido una rápida difusión del éxito en el campo de batalla, ha humillado al adversario y ha producido una narrativa auténtica que resuena a nivel global.

Para el Ejército de EUA, el conflicto de Ucrania ofrece una oportunidad única para evaluar la doctrina y considerar si las actividades vinculadas a las IO y asuntos públicos (PA) son adecuadas como capacidad de combate. Más concretamente, el Ejército debe examinar si sus actuales estrategias de IO y PA ganarían la guerra de la información en el punto de contacto.

En este artículo trazamos la evolución de las IO; resumimos la doctrina conjunta y del Ejército sobre IO, PA y comunicaciones estratégicas; y evaluamos si el enfoque actual del Ejército aprovecha plenamente el potencial de las IO a nivel táctico. Prestamos especial atención al hecho de que la doctrina vigente no contempla la posibilidad de ganar el combate de las IO en el punto de contacto. Después examinamos las IO en Ucrania y argumentamos que la experiencia del ejército ucraniano demuestra que, con entrenamiento, orientación y la supervisión adecuados, el empleo táctico de las IO mejora el rendimiento en el combate y es un componente necesario de la competencia entre grandes potencias. Por último, ofrecemos recomendaciones y consideraciones para que el Ejército de EUA y la fuerza conjunta garanticen que en el campo de batalla del futuro los soldados puedan utilizar las IO para neutralizar a los adversarios y mejorar los resultados del combate.

Es importante destacar que no pretendemos tener todas las respuestas sobre la integración de las IO en la doctrina del Ejército. Por ejemplo, no abordamos las implicaciones del conflicto de Ucrania para la guerra de información tradicional, es decir, el uso de sensores, software y datos para perturbar o destruir los sistemas de información del adversario. El acceso a la información necesaria para ese análisis no está disponible en este momento. Tampoco aportamos soluciones a la tensión inherente entre las IO, la seguridad de la información y la garantía de la información. Por el contrario, pretendemos que este artículo sea el catalizador de importantes conversaciones sobre el futuro de las IO y la mejor manera de posicionar al Ejército para dominar las futuras LSCO.

Antecedentes de las IO en el Ejército de EUA

Aunque el artículo no es una historia completa de las IO, un resumen de los esfuerzos recientes del Ejército por implementarlas ayuda a explicar la doctrina sobre estas y su aplicación en los futuros campos de batalla.

Los resultados de las IO y PA durante la Segunda Guerra Mundial, Corea, Vietnam y la operación Desert Storm ha sido objeto de un análisis detallado y no requieren mayor explicación aquí2. El punto de partida más útil es, en cambio, el enfoque después de la Guerra Fría en el conflicto futuro, generalmente denominado revolución en asuntos militares (RMA).

Revolución en asuntos militares. Ampliamente atribuida a Andrew Marshall y a la Oficina de Evaluación de la Red, la teoría de la RMA surgió tras el colapso de la Unión Soviética3. Los defensores de la RMA se centraron en el potencial de la tecnología — incluyendo la tecnología de la información — para impulsar un rápido cambio en la manera de librar la guerra.

El tratado de 1996 de la Corporación RAND, Strategic Information Warfare: A New Face of War, es un ejemplo útil de la teoría de la RMA porque identifica la «información» como un campo clave del conflicto futuro. Los autores destacan repetidamente los bajos costos de entrada de la guerra de la información, los riesgos para la seguridad derivados de la creciente dependencia de las redes y, sobre todo, el potencial de las nuevas tecnologías para mejorar las técnicas de engaño y permitir la manipulación de la percepción pública4.

En el caso del Ejército, las teorías de la RMA encontraron su primera expresión en la «Fuerza XXI», un término de carácter general para los esfuerzos de preparación de la fuerza en torno a las operaciones en un mundo unipolar5. Como afirmó el teniente general Paul E. Menoher Jr. en «Force XXI: Redesigning the Army through Warfighting Experiments», el Ejército pretendía «ampliar los límites y transformarse... en un Ejército de la era de la información aún mejor, basado en el conocimiento y las habilidades, capaz de dominar la fuerza terrestre en todo el espectro de las operaciones militares del siglo XXI»6.

La RMA también fue testigo del primer intento del Ejército por definir las IO. En una tendencia que sigue vigente, el Ejército consideró las IO como un complemento para las operaciones de combate, más que como una capacidad de combate independiente. El U.S. Army Training and Doctrine Command Pamphlet 525-5, Force XXI Operations: A Concept for the Evolution of Full-Dimensional Operations for the Strategic Army of the Twenty-First Century definió las IO como:

… operaciones continuas de armas combinadas que permiten, mejoran y protegen el ciclo de decisión y ejecución del comandante, a la vez que influyen en el del adversario; las operaciones se llevan a cabo mediante operaciones eficaces de inteligencia, mando y control, y de guerra de mando y control, con el apoyo de todos los sistemas de información amigos disponibles; las operaciones de información del mando de batalla se llevan a cabo en toda la gama de operaciones militares7.

Dos años más tarde, el Field Manual (FM) 100-6, Information Operations, modificó la definición a:

… operaciones militares continuas dentro del ámbito de la información militar que permiten, mejoran y protegen la capacidad de la fuerza amiga para recopilar, procesar y actuar en base a la información para lograr una ventaja en toda la gama de operaciones militares; las IO incluyen la interacción con el GIE (Ambiente Global de la Información) y la explotación o negación de las capacidades de información y decisión del adversario8.

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Los que veían las IO como un multiplicador de fuerzas se centraban en su capacidad para identificar, geolocalizar y neutralizar un adversario utilizando sensores, transmisión de datos de alta velocidad e imágenes.

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Incluso los primeros defensores de la RMA clasificaron las IO basándose en sus características técnicas y no por su potencial bélico. Esta dinámica fue destacada por Robert J. Bunker en 1998, quien cuestionó si las IO estaban correctamente clasificadas como un multiplicador de fuerzas que sirve a las funciones de combate actuales o como una capacidad independiente para que el soldado la aproveche en el combate9. Bunker afirmó que el «valor real» de las IO era cuestionable porque:

Una escuela de pensamiento postula que [las IO] representan un complemento de las operaciones actuales, cuyo resultado final es mejorar las capacidades actuales del Ejército mediante un efecto multiplicador de fuerzas. Otra escuela de pensamiento sugiere que las operaciones de información proporcionarán al Ejército nuevas capacidades. En lugar de ser un simple complemento de las operaciones actuales, según esta escuela, la influencia de la «revolución de la información» en la guerra tendrá como resultado una nueva definición de las propias operaciones10.

Los que veían las IO como un multiplicador de fuerzas se centraban en su capacidad para identificar, geolocalizar y neutralizar un adversario utilizando sensores, transmisión de datos de alta velocidad e imágenes. Por otro lado, los que las consideraban como una capacidad independiente se centraban más en el potencial de la información para imponer costos sustanciales a un adversario, ya sea mediante la eliminación de sistemas electrónicos o la difusión de contenidos negativos.

También hubo debates sobre el significado exacto de información en el contexto de las IO y la RMA. Ninguna de las publicaciones del Ejército citadas anteriormente ofrecía una definición clara de qué era la «información». El Estado Mayor Conjunto ofreció una definición concisa en 1997, describiéndola como «datos recopilados y procesados del entorno que se utilizan»11. Datos, por su parte, fueron definidos como «representaciones de hechos, conceptos o instrucciones de una manera formalizada adecuada para las comunicaciones, la interpretación o el procesamiento por los seres humanos o medios automatizados»12.

El general Gordon Sullivan, por su parte, ofreció una definición más matizada y funcional de la información que se centraba en el carácter de los datos en cuestión. En War in the Information Age, Sullivan identificó cuatro tipos de información: la información de contenido, «un simple inventario de información sobre la cantidad, la ubicación y los tipos de artículos»; la información de forma, «una descripción de la forma y la composición de los objetos»; la información de comportamiento, «una simulación tridimensional que predecirá el comportamiento de, al menos, los objetos físicos, permitiendo, en última instancia, realizar un juego de guerra de los cursos de acción»; y la información de acción, «la cual permite tomar la acción apropiada rápidamente durante las operaciones»13.

Independientemente de estos debates semánticos —que continúan hasta hoy— , las IO fueron enfatizadas durante las revisiones de la política de defensa nacional de la administración Bush y consideradas «capacidad militar clave» para la futura fuerza conjunta en el Quadrennial Defense Review de 200114. Dos años más tarde, el Departamento de Defensa publicó el Information Operations Roadmap, con la intención de que sirviera como hoja de ruta para el desarrollo de las capacidades de IO15. Esta hoja de ruta recomendaba la creación de una fuerza de IO «bien entrenada» e identificaba estas operaciones como una «competencia clave» para los combatientes, afirmando que «la importancia de dominar el espectro de la información explica el objetivo de transformar las IO en una competencia militar clave al mismo nivel que las operaciones aéreas, terrestres, marítimas y especiales»16.

La Guerra Global contra el Terrorismo. A pesar de estos agresivos mandatos, los años transcurridos —y la Guerra Global contra el Terrorismo (GWOT) — no dieron lugar a un empleo generalizado de las capacidades de las IO. Aunque la GWOT demostró sus potenciales beneficios, la aplicación de estas en un entorno estático de contrainsurgencia institucionalizó muchos hábitos que tal vez no son adecuados para las LSCO. Por ejemplo, la dotación de personal, la centralización y la retención de la autoridad de las IO en los escalones superiores a la brigada —un atributo central de la actual doctrina de las IO— pueden limitar la capacidad del Ejército para realizar las IO en el rápido ambiente de las LSCO.

De hecho, algunos expertos independientes observaron deficiencias en las IO del Ejército cuando comenzó la GWOT17. Si bien estas mejoraron durante la GWOT, es difícil evaluar su efecto en los adversarios porque los objetivos a menudo no tenían acceso significativo a dispositivos digitales y eran probablemente menos susceptibles a la influencia estadounidense que los actuales adversarios con capacidades similares a las nuestras.

También hay que darle crédito al Ejército, dado que muchos comandantes superiores autorizaron a oficiales subalternos de batallón y de compañía a que realizaran actividades de IO durante la GWOT18. Esto se pudo ver claramente en la interacción que ocurrió con líderes clave regionales. A los oficiales superiores y subalternos se les exhortó a interactuar de forma directa con los ancianos de las tribus, las figuras religiosas y los líderes políticos19.

Sin embargo, según el Centro de Lecciones Aprendidas del Ejército, los eventos de ritmo de batalla para las IO que requerían una amplia planificación y resultados se concentraban en los niveles de división y de la fuerza de tarea conjunta, y eran organizados en gran medida por profesionales y grupos de trabajo por encima del nivel de brigada dedicados a las IO20. Mientras tanto, los oficiales en el punto de contacto que querían realizar actividades de IO en vez de utilizar la fuerza letal a menudo tenían que lidiar con procedimientos poco claros, preguntas onerosas de las juntas de objetivos y plazos de aprobación demasiado largos21. Al evaluar las actividades de IO del Ejército durante la GWOT, es válido preguntarse por qué los oficiales superiores y subalternos fueron a menudo exhortados a establecer relaciones interpersonales con los centros de influencia en Iraq y Afganistán, pero fueron excluidos de otras iniciativas vinculadas al ámbito de las IO.

Los críticos señalaron estas y otras deficiencias a medida que avanzaba la GWOT. En 2007, el Dr. Daniel Kuehl, profesor de Guerra de Información en la Universidad Nacional de Defensa, comentó que el Ejército tenía un déficit de «estrategas de la información» con la capacidad para «coordinar y explotar la información y las sinergias que ofrece»22. Varios años después, Corey D. Schou, J. Ryan y Leigh Armistead escribieron en el Journal of Information Warfare que muchos de los mismos comandos que llevaban a cabo las IO «hace más de 15 años... siguen siendo los organismos clave que llevan a cabo las IO, solo que renombrados y ligeramente ampliados, pero sin un verdadero aumento en alcance o capacidad»23. Los autores concluyeron que «no es de sorprender que, en muchos sentidos, el Departamento de Defensa [y, por lo tanto, el Ejército] esté retrocediendo en lo que respecta a la estrategia, las capacidades y el alcance [de las IO]»24.

El fracaso del Ejército (y de otras ramas) para adoptar las IO en todas las funciones de combate fue reconocido implícitamente por el Estado Mayor Conjunto en 2018. El Joint Concept for Operating in the Information Environment identificó la «información» como la séptima función conjunta para las Fuerzas Armadas de EUA25. Señalando que «cada acción de la fuerza conjunta, palabra escrita o hablada, e imagen mostrada o relacionada tiene aspectos informativos», el documento exhortaba a las diferentes ramas de servicio a «cambiar la forma en que piensan sobre la información de un complemento... a una consideración fundamental para todas las actividades militares»26.

El hecho de que el Estado Mayor Conjunto admita que las IO siguen siendo una consideración operacional secundaria —casi veinte años después de la publicación de la Quadrennial Defense Review de 2001— dice mucho sobre el fracaso de la fuerza conjunta para reconocer la importancia y desarrollar las capacidades de las IO en todos los comandos de combate.

El estado actual de la doctrina de IO del Ejército

La transición en el enfoque del Ejército de la GWOT a la competencia entre estados con capacidades similares —un cambio de política que comenzó en serio en 2014 con la invasión rusa de Crimea y el cambio de enfoque de las fuerzas armadas estadounidenses al teatro Indo-Pacífico en respuesta a las crecientes amenazas de China— ha permitido reflexionar sobre la estrategia de IO.

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Podría argumentarse que la competencia entre adversarios con capacidades similares también requiere un enfoque estructural diferente para las IO del Ejército. Como se ha señalado anteriormente, los comandantes superiores generalmente supervisaban las campañas de IO en Iraq y Afganistán, y delegaban la ejecución de la campaña en expertos en la materia que no siempre poseían experiencia táctica en el punto de contacto. Con la transición de conflictos de baja intensidad a LSCO, los altos comandantes del Ejército volvieron a insistir en la necesidad de que las armas de combate «ganen en el punto de contacto» en «todas las funciones de combate»27. La Army Doctrine Publication 6-0, Mission Command: Command and Control of Army Forces se hace eco de este principio. Por ejemplo, el párrafo 1-26 instruye a los comandantes de las LSCO a preparar órdenes de misión que «se centren en el propósito de la operación y en las medidas esenciales de coordinación más que en los detalles de cómo realizar las tareas asignadas, dando a los subordinados la libertad de realizar esas tareas de la manera que mejor se adapte a la situación»28.

Field Manual 3-13. Teniendo en cuenta la necesidad de ser más competentes tácticamente en las IO, el éxito de nuestros adversarios en Siria, y el renovado énfasis del Ejército en dominar las LSCO en el punto de contacto, sorprende que las principales doctrinas de IO del Ejército continúen reflejando un enfoque centralizado y jerárquico para el despliegue de las IO. El FM 3-13, Information Operations, publicado el 6 de diciembre de 2016, no contiene una sola instrucción para el despliegue táctico de las IO por parte de oficiales o suboficiales subalternos en el terreno. En su lugar, el manual institucionaliza las IO como una función ejecutada principalmente en los niveles por encima de la brigada.

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Como punto de partida, reconocemos que gran parte del contenido del FM 3-13 es bastante relevante y útil para los profesionales del Ejército, independientemente de rango. El manual ofrece una definición concisa de las IO: «el empleo integrado, durante las operaciones militares, de las capacidades relacionadas con la información en relación con otras líneas de operación para influir, perturbar, corromper o usurpar la toma de decisiones de los adversarios mientras protegemos la nuestra»29. El manual identifica las IO como una característica esencial de todas las operaciones de combate30. También identifica adecuadamente el propósito de estas, que es: «crear efectos en el ambiente de la información que proporcionen a los comandantes una ventaja decisiva sobre los enemigos y adversarios»31. En general, el FM 3-13 proporciona al Ejército una excelente base conceptual para las IO.

El área crítica en la que creemos que el FM 3-13 (y la doctrina de IO del Ejército en su conjunto) requiere una revisión, teniendo en cuenta los recientes acontecimientos en Ucrania, es la ausencia de cualquier orientación específica o debate sobre la aplicación táctica de las IO32. El manual vigente se centra en el despliegue de las IO por encima del nivel de brigada y coloca a los estados mayores de las brigadas y divisiones como la pieza central de la infraestructura de las IO. Sin embargo, proporciona una orientación muy limitada para los oficiales de grado superior, los oficiales subalternos y los suboficiales con respecto a las actividades de IO en el punto de contacto.

El FM 3-13 tampoco exhorta a los comandantes de brigada y batallón a ser más competentes en las IO. En su lugar, el manual brevemente señala que los comandantes de división pueden emplear un experto en IO y proporciona una lista de expertos disponibles para los comandantes superiores que la requieran. En otras palabras, el manual parece concebir las IO como una capacidad especializada con idéntica aplicación en todo el espectro de las unidades de combate del Ejército, independientemente de la función que desempeñe una unidad o del teatro en el que se despliegue.

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Podría decirse que las LSCO del futuro presentarán un ritmo de batalla que requerirá que los oficiales de maniobra y su personal de apoyo — en lugar de expertos por encima del nivel de brigada — planifiquen y ejecuten las IO dentro de la intención del comandante.

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Podría decirse que las LSCO del futuro presentarán un ritmo de batalla que requerirá que los oficiales de maniobra y su personal de apoyo —en lugar de expertos por encima del nivel de brigada— planifiquen y ejecuten las IO dentro de la intención del comandante. Por lo tanto, es fundamental que los manuales de campaña no solo aborden las IO en un lenguaje accesible, sino que también ofrezcan a los oficiales subalternos y de grado superior un marco práctico para ejecutarlas33.

Field Manual 3-61. La revisión del Field Manual 3-61, Communication Strategy and Public Affairs Operations, produce un resultado similar34. El manual enfatiza la infraestructura de asuntos públicos del Ejército, la formación de los oficiales de asuntos públicos y la importancia de unificar los mensajes en todos los comandos de combate. También proporciona descripciones detalladas de los protocolos de mensajería y la materialización de la intención de los comandantes en comunicaciones efectivas por parte del oficial de asuntos públicos y sus subordinados. Sin embargo, el manual no dedica casi ninguna atención a cómo los combatientes en la punta de la lanza —los oficiales y suboficiales subalternos que dirigen a los soldados en el combate— pueden comunicar eficazmente los objetivos estratégicos del Ejército y de la fuerza conjunta o reforzar los mensajes desarrollados por los comandantes por encima del nivel de brigada.

Existe una diferencia fundamental, en nuestra opinión, entre instruir a los oficiales de asuntos públicos para que impartan un entrenamiento rudimentario a los soldados y capacitar a la fuerza militar más formada de la historia para que tome buenas decisiones sobre la creación y distribución de contenidos. En un entorno en el que todos los no combatientes dispondrán de un dispositivo móvil y la capacidad de transmitir inmediatamente imágenes de las operaciones del Ejército al mundo, el hecho de que el Ejército no haya desarrollado una doctrina que capacite a todos los soldados para hacer avanzar las narrativas favorables y reforzar los objetivos de guerra de Estados Unidos deja un agujero evidente en las capacidades de LSCO.

Convergencia. Pasando de la doctrina a la planificación, la iniciativa para la fuerza del futuro más importante del Ejército, el Proyecto Convergencia, también relega las IO a una disciplina subordinada. La convergencia, en su esencia, se centra en la integración de las capacidades de una multitud de dominios, incluyendo la información, y el despliegue sincronizado de esas capacidades contra un adversario a mayor velocidad y alcance para ser superiores en la toma de decisiones. Sin embargo, al examinar los materiales del Comando de Capacidades Futuras del Ejército sobre la convergencia —al menos los que son de dominio público— , lo que aparece es el mismo enfoque en el despliegue de las IO por encima del nivel de brigada y preferencia por los aspectos más mecanizados35. En teoría, el concepto de convergencia obliga al Ejército a adaptar su doctrina y técnicas de IO a una red cada vez más plana e interconectada de nodos en el campo de batalla desde el punto de contacto hasta el cuartel general estratégico.

Los programas de entrenamiento actuales del Ejército para oficiales subalternos y de grado superior. La ausencia de una doctrina de IO centrada en el despliegue táctico sería menos notable si los programas de entrenamiento del Ejército para los nuevos oficiales, suboficiales y reclutas mitigaran esta carencia. Desafortunadamente no es así. El plan de estudios del Centro de Excelencia de Maniobras para el Curso de Carrera de Capitán de Maniobras (MCCC) no contiene un bloque de instrucción para las IO y la Dirección de Mando y Táctica no emplea a profesionales de las IO. De las ocho órdenes producidas por los estudiantes en el MCCC, solo una incluye un equipo de operaciones psicológicas y el despliegue exitoso de ese equipo es irrelevante para la puntuación general del estudiante36.

La Escuela de Comando y Estado Mayor (CGSC) incluye un único bloque de instrucción de dos horas en su plan de estudios de un mes de duración para preparar a los comandantes para servir en los escalones por encima de la brigada. Para ser justos, el plan de estudios de las IO repasa a fondo la doctrina y los conceptos y ofrece técnicas para su integración en los procesos de toma de decisiones y selección de objetivos. Sin embargo, la lección enfatiza las acciones por encima del nivel de brigada y no se centra lo suficiente en la capacitación de los líderes en el punto de contacto. La CGSC también ofrece una asignatura opcional sobre el tema a la que asisten unos treinta alumnos por clase37.

¿Por qué es esto importante? Porque el MCCC y la CGSC producen la mayoría de los comandantes de maniobra a nivel de compañía y batallón y preparan la mayoría de los oficiales asignados a los estados mayores de batallón, brigada y división. Por lo tanto, los graduados del MCCC y de la CGSC desempeñarán un papel considerable en la planificación y ejecución de las futuras LSCO. No cabe duda de que estas se caracterizarán por un ambiente informativo y un dominio cognitivo disputados. A falta de un estudio independiente, pocos de estos oficiales estarán expuestos a la información o recibirán entrenamiento para la misma.

A la luz del mandato de julio de 2018 del Estado Mayor Conjunto, que instruye a la fuerza conjunta a priorizar las IO e identifica la información como la séptima función conjunta, la falta de incorporación de las IO como un componente fundamental de los planes de estudio de entrenamiento de reclutas y oficiales es bastante sorprendente.

Análisis de la campaña de IO en Ucrania

Las campañas de IO llevadas a cabo por Ucrania contra Rusia son un ejemplo perfecto de la eficacia de estas cuando son despojadas de pretensión intelectual y se ejecutan en el nivel táctico. En muchos sentidos, el uso de las IO por parte del ejército ucraniano representa la expresión más completa hasta la fecha de la RMA. Los proponentes de la RMA imaginaron un campo de batalla totalmente conectado como una red, con cada soldado como un nodo, capaz de recibir y distribuir información en tiempo real sobre los movimientos, los disparos, las capacidades y la moral del enemigo.

Un grupo de ucranianos celebra en un tanque ruso capturado el 2 de marzo de 2022

Es necesario hacer algunas advertencias al respecto. En primer lugar, reconocemos que escribimos sin el beneficio de un registro completo de las operaciones del ejército ucraniano y que nos basamos en gran medida en hechos extraídos de informes de terceros, medios de comunicación social y declaraciones públicas de las fuerzas armadas y del gobierno de Ucrania. En segundo lugar, reconocemos que actualmente no tenemos acceso a los planes de guerra de las fuerzas armadas, a la doctrina de IO, a los manuales de entrenamiento ni a las políticas y procedimientos que rigen el uso de los dispositivos móviles y las redes sociales por parte del personal de las fuerzas armadas ucranianas. En tercer lugar, el registro que tenemos está sesgado a favor de las IO basado en el contenido fácilmente discernible del dominio público. Actualmente no tenemos visibilidad de las operaciones de guerra electrónica o psicológica o de los esfuerzos para interrumpir el mando, el control, las comunicaciones, las computadoras, la inteligencia, la vigilancia y el reconocimiento rusos. Por lo tanto, las conclusiones que se exponen a continuación y nuestras recomendaciones pueden requerir una revisión a medida que se vaya adquiriendo más información.

Características de la estrategia de IO de Ucrania. En el momento de escribir este artículo, el ejército ucraniano no solo ha resistido la tormenta inicial de la invasión rusa, sino que, tras cuatro semanas de combates continuos, ha comenzado a retomar territorio previamente ocupado por unidades rusas. Antes de que comenzara el conflicto, estos resultados eran inconcebibles. La inmensa mayoría de los expertos militares y funcionarios públicos de Estados Unidos y de la Unión Europea preveían una rápida victoria rusa. Eso no ocurrió.

En cambio, el ejército ucraniano ha infligido un tremendo daño a las fuerzas rusas y, en el proceso, ha alterado radicalmente la percepción global de la competencia militar rusa. Aunque numerosos autores han comentado la imprevista debilidad de las armas de combate rusas, quizás el resumen más conciso de esta notable transformación de la percepción proceda de Michael Kofman, del CNA. En declaraciones a War on the Rocks el 7 de marzo de 2022, Kofman comentó que había pasado gran parte de la última década intentando «convencer al mundo de que el ejército ruso no medía tres metros», pero que ahora esperaba pasar la próxima década intentando convencer a los responsables políticos de que tampoco mide «medio metro»38. Mientras tanto, el apoyo mundial a Ucrania ha alcanzado unas dimensiones inimaginables desde que comenzó la guerra.

Un soldado ucraniano habla por un teléfono inteligente frente a un edificio residencial colapsado y supuestamente alcanzado por un proyectil ruso en Kiev

Obviamente, gran parte del mérito de estos titánicos cambios en la opinión mundial corresponde a la competencia del ejército ucraniano y al liderazgo del presidente Volodymyr Zelensky. Pero Ucrania no es el primer país que logra resultados sorprendentes contra un adversario supuestamente superior. De hecho, la Unión Soviética vivió una experiencia similar en la «Guerra de Invierno» de 1939-1940, cuando su invasión de Finlandia acabó con terribles bajas.

Pero la guerra de Invierno no generó el mismo cambio rápido en la percepción global; mientras que los observadores de la época señalaron las pobres tácticas empleadas por el ejército soviético, pocos comentaristas vieron en el conflicto la prueba de que las fuerzas soviéticas eran completamente ineptas39. Solo cuando la Wehrmacht barrió divisiones del Ejército Rojo al principio de la operación Barbarroja, la mayoría de los observadores reconocieron que la guerra de Invierno era un reflejo exacto de las capacidades, el entrenamiento y la doctrina soviética de entonces. Compárese con el estado de ánimo actual de los responsables políticos de Washington. El 28 de marzo de 2022, por ejemplo, el Washington Post informaba de que altos funcionarios del Departamento de Defensa estaban convencidos de que Rusia estaba efectivamente acabada como potencia mundial y se mostraban eufóricos ante las perspectivas de Estados Unidos y sus aliados en la futura competencia con China40.

Entonces, ¿qué es lo que ha marcado la diferencia? La respuesta es sencilla. Ucrania, ya sea por diseño previo a la guerra o por necesidad posterior a la invasión, ha convertido la guerra en un acontecimiento viral, usando las IO a nivel táctico y tejiendo cada acto heroico, cada paso en falso de los rusos y cada operación de combate exitosa en una narrativa multimedia persuasiva que, cuando se agrega al éxito continuo en el campo de batalla, ha demostrado ser en gran medida invulnerable a la influencia rusa.

Ahora tratamos de aislar —de los miles de vídeos del ejército ucraniano, publicaciones en las redes sociales, «TikToks táctico» y declaraciones— el fundamento doctrinal y las características críticas de la campaña de IO de Ucrania. Dado que el contenido relevante se publica en diversas plataformas como TikTok, Facebook, Telegram, Twitter y demasiadas otras, nos centramos menos en ejemplos específicos (y las citas resultantes) y más en las estrategias generales y los temas narrativos que el ejército ucraniano ha utilizado para llevar a cabo con éxito las IO.

Aceptar el riesgo de usar dispositivos móviles. La característica más llamativa de las IO ucranianas ha sido, con mucho, la prevalencia de los dispositivos móviles entre sus fuerzas. Desde los primeros momentos de la invasión rusa, el personal del ejército ucraniano subió imágenes, vídeos y mensajes cuidadosamente seleccionados a múltiples plataformas de medios sociales.

Aunque, como se ha señalado anteriormente, no tenemos acceso a las políticas actuales del ejército ucraniano sobre los dispositivos móviles, es evidente que han tomado una decisión calculada para (a) permitir que algunos soldados tengan sus dispositivos —ya sean de propiedad privada o del ejército— y (b) los utilicen para documentar selectivamente las actividades de combate41.

¿Qué nos dice esto? Que, al enfrentarse a una invasión no provocada por una potencia hostil, el ejército ucraniano ha decidido probablemente aceptar los riesgos que conlleva el uso de dispositivos móviles en un entorno táctico. Dicho de otro modo, han decidido aparentemente que, puesto que sus soldados están defendiendo la patria contra una invasión hostil, no tiene sentido imponer restricciones onerosas a dispositivos que han demostrado tener un potencial de combate significativo.

Aplicar las mejores prácticas de grabación y publicación. Tras cuatro semanas de conflicto, también es evidente que, aunque han decidido aceptar los riesgos de permitir que los soldados lleven dispositivos móviles en la línea de vanguardia de las tropas, el ejército ucraniano no ha dado carta blanca para transmitir cada momento no guionizado. Por el contrario, parece que los comandantes de campo han incluido las IO en sus declaraciones de intenciones y los oficiales subalternos y de grado superior han dado a las unidades de maniobra orientación sobre lo que es y no es apropiado para la documentación y la transmisión42.

De cierto modo, esto es más discernible por lo que está ausente que por lo que está presente. Al examinar el universo de la mensajería del ejército ucraniano, hemos visto poca o ninguna evidencia de lo siguiente: (1) Soldados rusos esposados o inmovilizados tras un combate, (2) documentación de víctimas rusas que permita su identificación, (3) soldados rusos gravemente heridos, (4) castigos o torturas infligidos a combatientes rusos, (5) vídeos de tácticas del ejercito ucraniano que se asemejan a las empleadas por los insurgentes en Iraq o Afganistán, como los artefactos explosivos improvisados, y que, por lo tanto, podrían suscitar emociones conflictivas en los espectadores de las unidades de la OTAN, (6) documentación de acciones vengativas de los soldados o civiles ucranianos contra los prisioneros rusos, o (7) claras burlas dirigidas al personal o las capacidades rusas43.

Ahora contrasten eso con los escenarios tácticos más comunes en las plataformas de los medios sociales: (1) los efectos de los ataques con misiles guiados antitanque (ATGM) a los convoyes rusos, (2) la mala situación de los suministros que afectan a los soldados rusos, (3) el alto estado de ánimo entre los escuadrones y pelotones del ejército ucraniano, (4) la compasión de los soldados ucranianos por los civiles y los no combatientes, (5) las hazañas individuales del personal del ejército ucraniano, y (6) el uso de fuerza excesiva por parte de Rusia contra objetivos civiles.

Algunos podrían argumentar que lo anterior refleja simplemente el ejercicio del sentido común por parte del ejército ucraniano o un filtro eficaz de los comandantes de combate. Creemos que esa explicación es demasiado simplista. El tipo de imágenes y vídeos que faltan en la narración representan la «peor pesadilla» de cualquier comandante, razón por la cual los altos mandos del Ejército de EUA han prohibido el empleo de dispositivos móviles a los soldados en combate activo. Y para que no se nos olvide, el personal del ejército ucraniano está operando en condiciones de inmenso estrés, enfrentándose a un enemigo que no ha mostrado ningún reparo en el uso indiscriminado de municiones no guiadas contra una población civil. Sin embargo, al menos en lo que respecta a la publicación en redes sociales, han demostrado una enorme disciplina en el uso de los dispositivos móviles.

Aunque no disponemos de pruebas directas, creemos que la mejor explicación de lo anterior es que el ejército ucraniano ha orientado a su personal sobre los usos adecuados de los dispositivos móviles y los contenidos idóneos para su distribución. Además, creemos que los soldados aprecian esta confianza y discreción y ha mostrado una gran implicación para lograr los objetivos estratégicos y tácticos.

Aprovechar la experiencia civil para desarrollar la infraestructura de IO. Aunque gran parte de las imágenes de las operaciones del ejército ucraniano parecen proceder de los dispositivos móviles de los soldados, el gran volumen de publicaciones en numerosas plataformas de medios sociales y el procesamiento posterior a la producción (como marcas de tiempo, texto y otras ediciones posteriores) muestran que Ucrania también cuenta con una importante infraestructura de apoyo a las IO.

Titulares recientes reflejan contenido del campo de batalla publicado por soldados ucranianos en las redes sociales

Dado que el ejército ucraniano es relativamente pequeño, no es de extrañar que, en lugar de asignar soldados aptos para el combate a apoyar las IO, recurriera a su importante sector civil experto en tecnología de la información. El 26 de marzo de 2022, The Economist destacó cómo el ejército ucraniano reunió a gran parte del sector privado para apoyar sus campañas de IO44. Al observar cómo el gobierno ucraniano movilizó al sector privado poco después de la invasión, The Economist señaló que «en toda Ucrania, especialistas en relaciones públicas, diseñadores y otros especialistas en medios de comunicación están colaborando a través de redes que surgieron a las pocas horas de la invasión»45. El resultado ha permitido a Ucrania centrar sus limitadas fuerzas militares en el combate, pero también ha proporcionado una experiencia de la que el ejército carecía antes de que comenzara la guerra. Estas asociaciones improvisadas entre el sector público y el privado han facilitado probablemente la distribución generalizada de lo que, de otro modo, habrían sido publicaciones limitadas y aisladas de los combatientes tácticos.

La ausencia de reporteros asignados. Una de las diferencias más notables entre las IO ucranianas y los esfuerzos de IO/PA del Ejército en la GWOT es la autenticidad. Ucrania, a diferencia del Ejército de EUA, no permite que reporteros sean asignados a las unidades tácticas y comuniquen sus observaciones. En nuestra opinión, independientemente de la intención subyacente, la cobertura resultante de los reporteros asignados a las formaciones estadounidenses nunca produjo una interpretación auténtica de los acontecimientos tal y como se desarrollaron. No solo los reportajes se retrasaban a menudo debido al uso de medios de comunicación tradicionales y un tipo de periodismo lento, sino que los lectores comprendían que las imágenes y los artículos estaban sujetos a una cuidadosa revisión, si no por el Ejército, entonces por los ejecutivos de las cadenas.

Captura de pantalla de Twitter/@profgalloway

Ucrania, por otra parte, parece haber hecho pocos esfuerzos para asignar reporteros a las unidades o tener un guion listo, al menos para los corresponsales internacionales. En su lugar, ya sea por diseño o por necesidad, Ucrania ha distribuido con frecuencia imágenes en directo junto con los anuncios de los soldados sobre las operaciones y los resultados. Aunque algunas de las imágenes difundidas por el ejército ucraniano parecen haber pasado por una revisión editorial, rara vez los clips contienen superposiciones narrativas, análisis de expertos o propaganda abierta. Al dejar que sus soldados y el poder de las imágenes cuenten la historia, Ucrania ha conseguido un registro más auténtico de su resistencia. En nuestra opinión, la ausencia de reporteros asignados y de entrevistas cuidadosamente preparadas ha contribuido a la masiva afluencia de apoyo internacional al ejército y líderes políticos ucranianos.

Usar las IO militares para reforzar los mensajes políticos. Ucrania también ha aprovechado las imágenes y narrativas militares para validar y reforzar las decisiones y los mensajes de sus dirigentes políticos. Zelensky y sus principales ministros han hecho gala de una notable disciplina a la hora de articular un mensaje unificado dirigido a Rusia (Ucrania resistirá hasta el final), a los ciudadanos ucranianos (sus dirigentes están aquí, permanecerán aquí y sufrirán con ustedes) y a los países de la OTAN (necesitamos su ayuda y agradecemos su asistencia). Estos temas se comunican a través de las plataformas de los medios sociales y se repiten en cada discurso, conferencia de prensa y reunión con dignatarios extranjeros.

Las imágenes del campo de batalla publicadas por el ejército ucraniano y su infraestructura de apoyo orgánico refuerzan el mensaje político del gobierno. Cuando las fuerzas de la OTAN empezaron a suministrar a Ucrania misiles guiados antitanque, por ejemplo, el ejército ucraniano distribuyó vídeos de unidades de combate desembarcando con gratitud armas ligeras antitanque de nueva generación británicas y utilizando misiles Javelin para inutilizar vehículos blindados rusos. Junto con las impresionantes imágenes de la devastación causada por la artillería y los ataques de misiles rusos, y las fotografías publicadas selectivamente de civiles heridos, esta campaña coordinada de IO hizo muy difícil que los países de la OTAN se negaran a proporcionar ayuda adicional.

Del mismo modo, Ucrania ha optado por una transparencia total en la publicación de los esfuerzos militares rusos para perturbar o eliminar a sus dirigentes políticos. Por ejemplo, mientras Zelensky y sus asesores militares y civiles hacen públicas sus actividades a diario, se reúnen con las unidades de combate y hacen hincapié en su compromiso de mantener el rumbo, el ejército ucraniano ha hecho públicas, de forma selectiva, las pruebas de que las unidades rusas han intentado matar a Zelensky y hacerse con el control de las instituciones políticas46. La narrativa simultánea de un líder político que se niega a abandonar a su pueblo mientras sobrevive repetidamente a ataques de decapitación militar que burlan el derecho internacional ha contribuido a impulsar a Zelensky a la prominencia mundial al tiempo que ha socavado aún más la reputación del presidente Vladimir Putin.

Narrativas temáticas

También es importante destacar el enfoque temático de la campaña de IO de Ucrania, ya que estas narrativas han resonado en una audiencia global que, antes de que estallaran las hostilidades, parecía notablemente desinteresada en los asuntos ucranianos.

Actuación del ejército ucraniano en el campo de batalla. Quizás el tema más frecuente de las IO ucranianas es destacar el éxito de sus fuerzas al enfrentarse a unidades rusas. Los vídeos de equipos ucranianos de ametralladoras antiaéreas tendiendo emboscadas a los blindados rusos o devastando las columnas de suministros tienen mucha más fuerza narrativa que el más bello artículo periodístico favorable. Del mismo modo, los vídeos de las unidades antiaéreas ucranianas enfrentándose con éxito a los helicópteros y aviones de ataque rusos han levantado el ánimo de los centros de población atacados.

Crímenes de guerra rusos. El ejército ucraniano también ha hecho hincapié en las tácticas rusas que potencialmente violan el derecho internacional. En particular, tanto el ejército como el gobierno ucraniano han difundido un gran volumen de vídeos que demuestran el uso indiscriminado de artillería pesada, artillería de cohetes y armas termobáricas contra centros de población. Recientemente, el ejército ucraniano se ha centrado en mostrar las condiciones del teatro de operaciones oriental, donde las fuerzas rusas han sitiado Mariupol. Las imágenes y los vídeos, que a menudo se comparten en las redes sociales sin narración, han eliminado cualquier posibilidad de que Rusia defienda de forma plausible sus objetivos de guerra y han aumentado el apoyo internacional a la resistencia.

Dificultades logísticas rusas. Si bien la mayoría de los esfuerzos de IO del ejército ucraniano se centran en documentar su eficacia en el combate, también han priorizado documentar el fracaso constante de las fuerzas rusas en la protección de sus columnas de suministro y su pobre rendimiento logístico. Las redes sociales están llenas de vídeos de ataques del ejército ucraniano a camiones y transportes rusos, e imágenes similares de equipos rusos capturados que revelan un mantenimiento deficiente, alimentos y agua insuficientes y la ausencia de suministros médicos adecuados. Aunque parte de la documentación es claramente posterior a los hechos y puede provenir de fuentes civiles, también hay abundantes imágenes filmadas por la infantería del ejército ucraniano durante o poco después de los enfrentamientos. Es importante destacar que los soldados rusos capturados o abatidos por las fuerzas ucranianas han estado a menudo en posesión de dispositivos móviles, y hay informes que indican que Ucrania ha centrado sus esfuerzos de IO para que los rusos puedan acceder a las imágenes de combate. De este modo, los soldados rusos, íntimamente conscientes de la escasez, son objeto de una mayor desmoralización en forma de anuncios diarios sobre la destrucción de suministros adicionales.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky

Declaraciones de prisioneros rusos. Uno de los momentos más significativos de las IO se produjo el 9 de marzo, cuando funcionarios ucranianos hicieron públicas entrevistas realizadas a prisioneros rusos capturados durante operaciones de combate47. Cada uno de los prisioneros afirmó que estaba hablando con los medios de comunicación de forma voluntaria y proporcionaron sorprendentes revelaciones sobre la conducta de los altos cargos rusos antes de la invasión. En concreto, los soldados rusos declararon que el personal alistado no recibió ningún aviso previo de la invasión ni recibió orientaciones sobre los planes operacionales. Los soldados también declararon que había escasez de alimentos, suministros médicos y ropa adecuada. Por último, los soldados afirmaron haber sido mal informados tanto del objetivo de la operación como de la recepción que debían esperar por parte del ejército y civiles ucranianos. Y dado que Ucrania permitió que los soldados hablaran en lugar de darles guiones y organizar entrevistas con los medios de comunicación, el mensaje resonó con la población civil de los países de la OTAN que ayudaban al ejército ucraniano con municiones críticas.

Hazañas. El ejército ucraniano también ha priorizado la difusión de relatos en torno a las hazañas. Al principio del conflicto, el centro de estas narraciones fue el potencialmente mítico «fantasma de Kiev», el piloto de un MiG-29 supuestamente responsable de derribar varios aviones enemigos48. Después, los medios de comunicación ucranianos y el ejército alabaron la acción heroica del ingeniero de combate Vitaliy Skakun, que se sacrificó para completar la demolición del puente Genichesky en el istmo de Crimea49. Por último, se enfatizó el enfrentamiento entre una fragata rusa y un pequeño destacamento de personal ucraniano en la isla de la Serpiente50. En un principio, los informes sugirieron que cuando la fragata exigió que los ucranianos se rindieran, el personal ucraniano respondió con obscenidades y fueron asesinados hasta el último hombre. Más tarde se reconoció que los rusos simplemente capturaron la isla y los soldados ucranianos que se encontraban en ella, pero para ese entonces, la imagen de la determinación ucraniana resonaba en la conciencia mundial.

La tendencia del ejército ucraniano a exagerar pone de manifiesto una importante lección para las futuras LSCO. El Ejército no puede esperar que los medios de comunicación nacionales den la misma flexibilidad a las declaraciones o narraciones públicas que los medios internacionales han concedido a Ucrania. En muchos sentidos, los medios de comunicación internacionales han sido tolerantes con los errores factuales de Ucrania. Eso no ocurrirá con el Ejército de EUA. Cada error o exageración, sin importar la fuente, será ampliado y citado como prueba de deshonestidad. Por lo tanto, es imperativo que todos los comandantes que ejecuten las IO insistan en que los hechos guíen la narrativa e instruyan a sus subordinados a omitir una publicación por completo si contiene contradicciones y narrativas falsas.

Comparecencias presidenciales. Seríamos negligentes si no habláramos de los llamados y declaraciones de Zelensky. Desde el atuendo táctico que se puso tras el inicio de la invasión hasta su épico video en las calles de Kiev, cuando refutó personalmente los informes rusos de que había huido de la capital, el presidente ucraniano se ha convertido en un componente fundamental de la ofensiva del ejército51. Podría decirse que el uso agresivo de los medios sociales por parte de Zelensky, en forma de declaraciones en Twitter y de peticiones de ayuda militar en directo, fue el factor decisivo para convencer a los países de la OTAN de que aumentaran su apoyo militar. Él también adquirió un estatus legendario cuando rechazó la propuesta de Estados Unidos de evacuar Kiev, supuestamente diciendo a los funcionarios del Departamento de Estado que «necesitaba municiones, no un viaje». A través de estas y otras declaraciones directas, y de los llamados a los gobiernos de la OTAN, el presidente ha reforzado los efectos de las IO en el exterior y ha generado un apoyo masivo a Ucrania por todo el mundo. Las repetidas y ampliamente publicitadas visitas de Zelensky al frente han corroborado la emergente narrativa de su heroísmo.

Humillar y burlarse del adversario. El último tema de las IO que queremos destacar es el uso del humor para humillar al adversario ante la opinión pública internacional. De todas las narrativas del ejército ucraniano para desacreditar al ejército ruso, ninguna ha tenido más impacto que los repetidos vídeos de agricultores ucranianos utilizando tractores John Deere para remolcar vehículos militares rusos abandonados o inutilizados. La imagen de múltiples tanques T-90 y sistemas avanzados de defensa antiaérea arrastrados detrás de tractores ucranianos tras quedarse sin gasolina o sufrir averías mecánicas es ahora un meme global de la incompetencia militar rusa. Una vez más, la relativa ausencia de comentarios o de ediciones importantes hace que estos relatos sean más convincentes. Si bien los equipos de IO pueden identificar o tomar estos vídeos y aumentar su circulación, el ejército ucraniano han permitido en gran medida que las imágenes hablen por sí solas, legitimando una historia ya convincente.

Recomendaciones y advertencias

Si la guerra en Ucrania ofrece un destello de lo que el Ejército de EUA podría esperar en el futuro —y creemos que así es—, las LSCO ofrecerán un terreno fértil para las IO. Hay tres características de las LSCO contra adversarios con capacidades similares que hacen que las actividades de IO sean especialmente adecuadas para tal entorno.

En primer lugar, dado que se librarán probablemente contra otros grandes ejércitos, las LSCO ofrecen una oportunidad sin precedentes para atacar el punto de unión entre la cúpula militar, la cúpula política y el apoyo popular del adversario, lo que supone un cambio radical respecto a las recientes campañas de contrainsurgencia.

En segundo lugar, los dispositivos digitales formarán parte de cualquier conflicto futuro. Incluso si el Ejército mantiene sus actuales restricciones sobre los dispositivos personales, los futuros adversarios podrían no hacerlo. También prevemos que todos los no combatientes tendrán acceso a múltiples plataformas digitales. En Ucrania, por ejemplo, las últimas cifras muestran que al menos el 70% de la población tiene acceso a Internet, mientras que el 87% tiene acceso a una red 4G/LTE52. Por lo tanto, los encargados de las IO tendrán una amplia gama de opciones para generar influencia.

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En Ucrania, por ejemplo, las últimas cifras muestran que al menos el 70% de la población tiene acceso a Internet, mientras que el 87% tiene acceso a una red 4G/LTE. Por lo tanto, los encargados de las IO tendrán una amplia gama de opciones para generar influencia.

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En tercer lugar, el ritmo y la escala de las LSCO requerirán un ciclo de decisión para las IO más rápido y con más participantes. El ejército ucraniano libra actualmente una LSCO en tres frentes, cada uno con varios comandantes por encima del nivel de brigada y en proximidad directa a la población civil. Para prevalecer en esta prueba de voluntades, el ejército debe identificar rápidamente los objetivos de IO que se ajusten a los objetivos tácticos, enviar información, evaluar el impacto y prepararse para el siguiente ciclo, garantizando al mismo tiempo la coordinación adecuada con las autoridades civiles. Este ritmo operacional rápido —que con casi toda seguridad caracterizará los futuros enfrentamientos del Ejército de EUA— es fundamentalmente incompatible con la idea de gestionar las IO por encima del nivel de la brigada. Como se señaló anteriormente, Ucrania ha desplegado toda su infraestructura informática civil junto a expertos en IO y combatientes para agilizar el ciclo de selección y distribución. Las actuales estrategias de IO del Ejército de EUA no tienen en cuenta en absoluto el ritmo y la escala de las LSCO.

Recomendaciones políticas

Con la esperanza de ayudar al Ejército de EUA a capitalizar el éxito del ejército ucraniano y a implementar modificaciones prudentes en la actual doctrina de IO que sean adecuadas para las LSCO contra adversario con capacidades similares, ofrecemos humildemente las siguientes recomendaciones:

En primer lugar, recomendamos que se revise la doctrina del Ejército para exigir la incorporación de las IO en todas las declaraciones de intención del comandante, al menos en el nivel de brigada de combate y superior. La intención del comandante con respecto a las IO debe articularse en la declaración que describe el propósito de la operación (que a menudo aborda el marco operacional) o el estado final que la operación pretende alcanzar. La incorporación de las IO en la intención del comandante garantizará que los comandantes subalternos hagan lo mismo en sus propios procesos de orientación y despliegue de las unidades tácticas. En la actualidad, las IO suelen estar ausentes de la intención del comandante. En su lugar, la mayoría de los estados mayores por encima de la brigada preparan una declaración de intenciones separada centrada específicamente en las IO y la relegan a un anexo en la orden base. Por lo tanto, no es de extrañar que las IO sigan siendo una consideración secundaria en la planificación y ejecución de las LSCO. Al exigir a los comandantes de combate que aborden las IO antes de que comience la planificación operacional, el Ejército tiene que asegurarse de que las IO ocupen un lugar destacado en el planteamiento de todos los comandantes de cara a futuros enfrentamientos.

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Las empresas que confían y educan a su personal en el ámbito de la información obtienen mejores resultados. Creemos que lo mismo ocurrirá con las unidades del Ejército en las LSCO del futuro.

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En segundo lugar, el Ejército y la fuerza conjunta deben debatir el nivel adecuado de control para las IO y los PA durante las LSCO. De acuerdo con las recomendaciones de la ADP 6-0, el debate debe centrarse en el grado de autoridad y ejecución adecuado para cada situación. En nuestra opinión, para obtener éxito en las IO, será necesario menos control por parte de los escalones por encima del nivel de brigada. Cuanto más consolidados estén las IO y los PA en los niveles de división y brigada, menos probable será que el Ejército consiga los resultados que se ven en Ucrania. No se trata de una idea revolucionaria; el núcleo del enfoque del Ejército sobre el mando tipo misión consiste en empoderar a los subordinados siempre que sea posible y apropiado. De este modo, los líderes en el punto de contacto no necesariamente estarían llevando a cabo una IO independiente, sino más bien contribuyendo rápidamente a los hechos y narrativas relevantes que solo se aprecian en la línea de vanguardia de las tropas mediante el empleo de dispositivos integrados —teléfonos Samsung con cámaras de la Red Táctica Integrada— para impulsar el ritmo de las IO al mismo tiempo que impulsan sus propios hechos y narrativas a través de operaciones psicológicas.

Esto conlleva un cierto nivel de riesgo para los comandantes de alto rango, aunque las investigaciones en el sector privado demuestran que vale la pena tal riesgo. En los últimos años, las empresas han empoderado cada vez más a sus empleados para que utilicen los medios sociales y otras herramientas digitales para promover los objetivos corporativos y comercializar productos e ideas mientras siguen las declaraciones de los competidores para identificar oportunidades de captar cuota de mercado. Por lo general, las empresas que confieren a los empleados júniores e intermedios en puestos de cara al público (como ventas, marketing, diversidad e inclusión y gestión de proveedores) discreción para publicar en las redes sociales enfatizan la formación, las mejores prácticas y la supervisión para garantizar el cumplimiento de la legislación federal y la misión y los objetivos de la organización, el equivalente civil de la intención del comandante. Las empresas que dan este salto descubren por lo general que los empleados aprecian la confianza y la responsabilidad conferidas, utilizan la discreción proporcionada para reforzar las relaciones con los clientes y mejoran la productividad y la rentabilidad53. Hay relativamente pocos casos en los que los empleados (a diferencia de activistas, hackers o competidores) hayan utilizado los medios sociales para revelar secretos comerciales, divulgar información confidencial o comprometer de otro modo los intereses corporativos. Resumiendo, las empresas que confían y educan a su personal en el ámbito de la información obtienen mejores resultados. Creemos que lo mismo ocurrirá con las unidades del Ejército en las LSCO del futuro.

En tercer lugar, el Ejército y la fuerza conjunta deben permitir a los escalones del nivel táctico realizar actividades de IO y AP. Esto no es solo una cuestión de doctrina y mando tipo misión. Producir resultados tácticos de IO requerirá evaluar la infraestructura tecnológica, la dotación de personal y el equipo proporcionado a los soldados en el frente. El Ejército también debe revisar las políticas que rigen el empleo de equipos militares, incluyendo los dispositivos Samsung actualmente utilizados como parte de la Red Táctica Integrada, y la posible viabilidad de los dispositivos de propiedad personal para uso oficial.

En cuarto lugar, como hemos señalado anteriormente, el Ejército como institución debe hacer hincapié en la educación en materia de IO, empezando por la formación de oficiales nuevos y suboficiales. En la actualidad, la formación en materia de IO para los combatientes tácticos es, en el mejor de los casos, superficial. Como resultado, los oficiales y suboficiales de menor rango carecen de la base profesional para llevar a cabo una IO ofensiva. Y lo que es más importante, sin una comprensión doctrinal de las IO, los soldados más vulnerables a las IO enemigas en el campo de batalla podrían tener dificultades para reconocer y mitigar los efectos adversos. Ciertamente, carecerán de la agilidad intelectual para saber cómo su percepción del campo de batalla puede contribuir de forma tangible a la línea de esfuerzo de las IO de su comandante de batallón. La actual generación de líderes de pelotón y compañía tuvo acceso a la tecnología de los teléfonos inteligentes desde la edad en que razonablemente pudieron adquirir conocimientos digitales. Esta generación posee una familiaridad sin precedentes con la tecnología y habilidades para influir. Ahora le corresponde al Ejército educar a los líderes tácticos sobre cómo esa habilidad contribuye al marco operacional más amplio.

En quinto lugar, las metodologías de selección de objetivos del Ejército y conjuntas proporcionan un medio fácilmente disponible para la ejecución de las IO en operaciones multidominio. Las juntas de selección de objetivos no deben permitir que las IO sean eclipsadas por los efectos letales. Para ello, puede ser necesario dotar a las juntas de un experto en IO, ya que el oficial de PA de la brigada de combate no puede llevar a cabo razonablemente actividades de asuntos públicos y seguir siendo un miembro activo del equipo de selección de objetivos54. El Ejército también debería evaluar las hipótesis sobre el ritmo de las IO durante las LSCO. Al hacerlo, junto con la fuerza conjunta, se darán cuenta que los ciclos de selección de objetivos para las IO son más rápidos que los ciclos de objetivos letales. Las juntas de selección de objetivos de las brigadas se reúnen rutinariamente basándose en el ciclo de asignación de tareas aéreas. El ciclo de asignación de tareas generalmente ocurre cada veinticuatro horas y proyecta los medios durante setenta y dos horas. Podría decirse que un ciclo de influencia de los medios sociales se repetirá varias veces dentro de un mismo ciclo de asignación de tareas, haciendo que las juntas de selección de objetivos sean más reactivas que ofensivas. En cualquiera de los casos, estos procesos deberían incorporarse a la selección de objetivos y a los procedimientos operativos estándares de la unidad, incluso si el resultado es la creación de una junta de selección de objetivos para las IO separada.

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La actual generación de líderes de pelotón y compañía tuvo acceso a la tecnología de los teléfonos inteligentes desde la edad en que razonablemente pudieron adquirir conocimientos digitales. Esta generación posee una familiaridad sin precedentes con la tecnología y habilidades para influir.

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En sexto lugar, el Comando de Adiestramiento y Doctrina del Ejército de EUA debe redoblar su inversión en la Red de Operaciones de Información (ION), una serie de redes de Internet cerradas que contribuyen a un entorno de entrenamientos realistas en los centros de entrenamiento de combate (CTC). En la actualidad, la ION alberga aplicaciones que imitan a las más populares de las redes sociales y permite la interacción de un número limitado de dispositivos, tanto amigos como enemigos. Hasta la fecha, la ION y sus aplicaciones se utilizan en gran medida para la inteligencia de fuente abierta y menos para las IO55. Las mejoras en la ION deben incluir un aumento en el número de teléfonos distribuidos en consonancia con el número de teléfonos en el campo de batalla de las LSCO, una actualización completa de la capacidad 4G/LTE de la red, y la evolución continua de las aplicaciones en uso para replicar mejor la calidad y la plétora de aplicaciones de medios sociales disponibles en todo el mundo. Además, se debería incentivar a las unidades que se forman en los CTC para que utilicen más la ION y apoyen las IO en el ámbito cognitivo. Con las mejoras en la educación, la dotación, la doctrina y las técnicas de las IO, los CTC y la ION se convertirán en el campo de pruebas para las IO.

En séptimo lugar, el Ejército debería incorporar la aplicación táctica de las IO en las futuras ediciones de los FM 3-13 y FM 3-61 como también en los planes de estudio del MCCC y de la CGSC.

Creemos que la doctrina de las IO debería proporcionar a los oficiales de maniobra y planificación una comprensión funcional que se adapte fácilmente a las futuras LSCO y un menú práctico y flexible de técnicas y opciones que permita lograr efectos en el campo de batalla. Las IO son una capacidad relativamente sencilla. No es más difícil de comprender intelectualmente que la doctrina de fuerza letal que los oficiales subalternos deben dominar antes de ganarse el derecho a dirigir las tropas en combate. Sin embargo, el potencial de combate de las IO, en nuestra opinión, se ve demasiado a menudo oscurecido por el lenguaje altamente abstracto y técnico que se utiliza para transmitir la doctrina.

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El Ejército puede fijarse en los esfuerzos del antiguo subsecretario de Adquisiciones de la Fuerza Aérea, William Roper, quien hizo enormes progresos en la base industrial de defensa e incorporó la participación de empresas privadas de vanguardia especializadas en sensores, desarrollo de software y ciencia de materiales.

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Las exigencias para los oficiales de maniobra y sus homólogos de grado superior en los estados mayores de batallones y brigadas son considerables. En el entorno de planificación de alta presión y ritmo rápido que caracterizará las futuras LSCO, es sencillamente poco realista esperar que los oficiales y suboficiales de estado mayor y maniobra ejecuten campañas de IO eficaces cuando la doctrina es abstracta y conceptual en lugar de práctica.

El Ejército se destaca en su capacidad para transformar conceptos complejos de fuerza letal en materiales accesibles para su rápida absorción y aplicación en un entorno táctico. Lo mismo debería ocurrir con las IO. Dada la ausencia de estas en casi toda la formación de oficiales, apoyamos el desarrollo de una doctrina de IO concreta y accesible que permita una rápida asimilación e implementación de los principios al campo de batalla.

En octavo lugar, el Ejército no necesita reinventar la rueda. Las campañas de IO ejecutadas por Ucrania tienen sus raíces en los medios sociales y las estrategias de información de las empresas nacionales. The Economist, entre otros, ha destacado en repetidas ocasiones las contribuciones del sector privado ucraniano. El sector privado de Estados Unidos es líder mundial en el uso de la información para persuadir, informar, competir e influir en el comportamiento. El Ejército haría una tontería si no aprovechara esa experiencia.

El espantoso comportamiento de las fuerzas rusas en Ucrania también ofrece al Ejército una base conveniente para entablar conversaciones con las empresas que impulsan en gran medida la revolución de las IO. Cualquier argumento sobre los valores relativos de Estados Unidos y sus adversarios se ha desvanecido en los últimos tres años y el uso indiscriminado de la artillería rusa en Ucrania y la negación de China a condenar estos actos han servido como el último clavo en el ataúd. El Ejército debería aprovechar este momento para incorporar la experiencia del sector privado y reforzar las capacidades de las IO. En cuanto a las lecciones de expansión, el Ejército puede fijarse en los esfuerzos del antiguo subsecretario de Adquisiciones de la Fuerza Aérea, William Roper, quien hizo enormes progresos en la base industrial de defensa e incorporó la participación de empresas privadas de vanguardia especializadas en sensores, desarrollo de software y ciencia de materiales.

Advertencias

Hacemos estas recomendaciones siendo conscientes de varias realidades subyacentes. En primer lugar, el liderazgo del Ejército y de las fuerzas conjuntas pueden plantear preguntas legítimas sobre la relación entre las IO tácticas y el aumento de los riesgos para la seguridad de la información y de las redes. No somos expertos en ciberseguridad o infraestructura de redes y tampoco pretendemos ofrecer soluciones a esta cuestión. Sin embargo, creemos que es posible alcanzar un equilibrio adecuado entre las capacidades de IO a nivel táctico y la seguridad de la información.

El control de emisiones también es una preocupación legítima, al igual que el posible seguimiento geográfico de las unidades sobre el terreno. Sin embargo, es importante señalar que, a menos que los futuros despliegues del Ejército se produzcan en una zona despoblada, es probable que los no combatientes observen e informen de todos los movimientos y acciones de las unidades del Ejército que operen en suelo extranjero a través de dispositivos móviles u otros medios. Obsérvese que, en Ucrania, incluso cuando los civiles se abstienen de publicar información sobre las unidades del ejército que operan en sus proximidades, periodistas y expatriados de otros países han publicado vídeos y fotografías en tiempo real de soldados del ejército ucraniano que permiten identificar las unidades, evaluar su tamaño y escala, y su armamento. Las unidades del Ejército de EUA que participen en las LSCO producirán una enorme huella electromagnética que apenas se verá afectada por el uso de dispositivos móviles por parte de los soldados. Una vez más, creemos que el potencial de las IO como capacidad táctica requiere encontrar el equilibrio adecuado con el control de emisiones.

Por último, reconocemos el delicado equilibrio que existe entre una IO eficaz y el cumplimiento del Código Uniforme de Justicia Militar (UCMJ) y los Convenios de Ginebra. Algunas IO ucranianas, aunque podrían cumplir con los Convenios de Ginebra, probablemente entrarían en conflicto con el UCMJ o con las mejores prácticas existentes del Ejército de EUA sobre el tratamiento de los combatientes enemigos y las publicaciones sobre bajas enemigas. Y si la historia sirve de guía, las fuerzas del Ejército de EUA en la próxima guerra estarán sujetas a un escrutinio mucho mayor por parte de los medios de comunicación estadounidenses, que en general se han abstenido de criticar las IO ucranianas. La importancia del cumplimiento de los Convenios de Ginebra y del UCMJ refuerza aún más la necesidad de que el Ejército desarrolle módulos de formación eficaces para los oficiales y suboficiales a fin de garantizar que se proporcione una instrucción adecuada a todos los soldados en la punta de la lanza.

Conclusión

Al escribir este artículo, nos guiamos por una convicción fundamental: que al desplegar con éxito las IO como una capacidad táctica de combate, el ejército ucraniano ha despejado cualquier duda sobre la importancia de estas operaciones como un componente central de la guerra moderna. El Ejército debe ejecutar las IO con eficiencia para dominar el campo de batalla en las LSCO del futuro.

En los últimos ocho años, el Ejército se ha enfocado en la competencia entre grandes potencias y como consecuencia, ha emprendido un esfuerzo sistemático para modernizar y optimizar sus capacidades de fuerza letal, su doctrina y su entrenamiento en vistas a hacer frente a adversarios con capacidades similares. Como parte de esa modernización, el Ejército ha adoptado cambios recientes en materia de municiones, C4/ISR y sistemas de aeronaves no tripuladas. Los combatientes del Ejército y los redactores de la doctrina, en nuestra opinión, merecen un gran reconocimiento por estos esfuerzos, especialmente teniendo en cuenta el cambio de enfoque del Ejército, que casi de la noche a la mañana pasó de la contrainsurgencia a la competencia entre grandes potencias.

Las IO son el único campo en el que el Ejército y la fuerza conjunta deben realizar mejoras significativas. Como mínimo, la experiencia de Ucrania demuestra la necesidad de que el Ejército desarrolle un enfoque práctico que haga hincapié en la capacidad de la información, en todas sus facetas modernas, para socavar la voluntad del enemigo.

En última instancia, todas las IO del ejército ucraniano —desde la celebración de las hazañas y las fotografías de las columnas de suministros destruidas hasta los vídeos de los soldados ucranianos abriendo los cargamentos de misiles rusos— tienen un objetivo: socavar la moral y la voluntad de luchar del enemigo. Los vídeos en TikTok y las burlas en Telegram no son balas, pero en nuestra opinión, el despliegue táctico de las IO ha contribuido de forma significativa a la letalidad del ejército ucraniano. Los numerosos informes sobre la baja moral de los rusos, la huida de las unidades de élite a la primera señal de contacto y el fratricidio entre el personal alistado y los oficiales atestiguan la eficacia de las IO y su integración en todos los aspectos de las operaciones de combate.

Nuestra evaluación de las capacidades e infraestructuras de las IO del Ejército de EUA sugiere que, de enfrentarnos mañana a un adversario con capacidades casi similares en una LSCO, no podríamos esperar igualar, y con razón, el nivel de éxito del ejército ucraniano. Esto debe cambiar y esperamos que este artículo facilite las difíciles conversaciones necesarias para rectificar las lagunas existentes en las capacidades de IO del Ejército.


Notas

 

  1. En la actualidad, el material de fuentes primarias de dominio público sobre la actual estrategia, políticas, procedimientos y entrenamiento de las operaciones de información de Ucrania es extremadamente limitado. Las conclusiones sobre la estrategia militar ucraniana que ofrecemos son, por lo tanto, preliminares y extraídas principalmente de la inteligencia de fuentes abiertas y pueden requerir ser complementadas o revisadas en base a la futura difusión de material de fuentes primarias.
  2. Para más literatura sobre los esfuerzos de operaciones de información y asuntos públicos durante la Segunda Guerra Mundial, véase Anthony Rhodes, Propaganda: The Art of Persuasion: World War II (New York: Chelsea, 1988); John W. Dower, War Without Mercy: Race & Power in the Pacific War (New York: Pantheon, 1987); y Allen Winkler, The Politics of Propaganda: Office of War Information, 1942-1945 (New Haven, CT: Yale University Press, 1978). Para Vietnam, véase Caroline Page, U.S. Official Propaganda During the Vietnam War, 1965-1973: The Limits of Persuasion (New York: Bloomsburg Academic, 1981); y Robert W. Chandler, War of Ideas: the U.S. Propaganda Campaign in Vietnam (Boulder, CO: Westview Press, 1978). Para la operación Desert Storm, recomendamos Michael R. Gordon y Bernard R. Trainer, The General’s War: The Inside Story of the Conflict in the Gulf (New York: Little, Brown, 1995).
  3. Para más literatura sobre la revolución en asuntos militares, véase Elinor C. Sloan, The Revolution in Military Affairs (Montreal: McGill-Queen’s University Press, 2002); Ashton B. Carter y William J. Perry, Preventative Defense: A New Security Strategy for America (Washington, DC: Brookings Institution Press, 1999); John Arquila y David Ronfeldt, In Athena’s Camp: Preparing for Conflict in the Information Age (Santa Monica, CA: RAND Corporation, 1997); Roger C. Molander, Andrew S. Riddile y Peter A. Wilson, Strategic Information Warfare: A New Face of War (Santa Monica, CA: RAND Corporation, 1996); y Earl H. Tilford Jr., The Revolution in Military Affairs: Prospects and Cautions (Carlisle, PA: U.S. Army War College Press, 1995).
  4. Molander, Riddile y Wilson, Strategic Information Warfare, 15–19.
  5. En retrospectiva, resulta tentador clasificar la RMA como un intento erróneo de respaldar revisiones generales de la doctrina del Ejército, basadas en el potencial de combate especulativo de la tecnología inmadura y la guerra «centrada en la red». Los críticos de la RMA suelen invocar experimentos costosos y problemáticos como LandWarrior para desacreditar a toda una generación de académicos militares profesionales. Creemos que ese enfoque es simplista y no tiene en cuenta los presupuestos austeros y las obligaciones globales a las que se enfrentó el Ejército tras el colapso de la Unión Soviética, así como las dificultades para adaptarse a un orden mundial unipolar al tiempo que se aplicaban reducciones masivas de fuerzas convencionales. Visto en ese contexto, resulta evidente por qué la RMA resultó tan atractivo para los altos mandos de las fuerzas armadas que recibieron instrucciones de hacer más con menos.
  6. Paul E. Menoher Jr., «Force XXI: Redesigning the Army through Warfighting Experiments», Military Intelligence Professional Bulletin (abril-junio de 1996): 6–8, accedido 11 de abril de 2022, https://www.ikn.army.mil/apps/MIPBW/MIPB_Issues/MIPB%20Apr%201996.pdf.
  7. U.S. Army Training and Doctrine Command (TRADOC) Pamphlet 525-5, Force XXI Operations: A Concept for the Evolution of Full-Dimensional Operations for the Strategic Army of the Twenty-First Century (Fort Monroe, VA: TRADOC, 1 de agosto de 1994 [obsoleto]), Glossary-4.
  8. Field Manual (FM) 100-6, Information Operations (Washington, DC: U.S. Government Printing Office, 27 de agosto de 1996 [obsoleto]), Glossary-7.
  9. Robert J. Bunker, Information Operations and the Conduct of Land Warfare, Land Warfare Paper 31 (Arlington, VA: Association of the United States Army, 1998), accedido 11 de abril de 2022, https://www.ausa.org/sites/default/files/LWP-31-Information-Operations-and-the-Conduct-of-Land-Warfare.pdf.
  10. Ibid., 2.
  11. Joint Chiefs of Staff, Concept for Future Joint Operations: Expanding Joint Vision 2010 (Fort Monroe, VA: Joint Warfighting Center, 1997), 85.
  12. Ibid.
  13. Gordon R. Sullivan y James M. Dubik, War in the Information Age (Carlisle, PA: Strategic Studies Institute, U.S. Army War College, 6 de junio de 1994).
  14. Department of Defense (DOD), Quadrennial Defense Review Report (Washington, DC: DOD, 30 de septiembre de 2001), 43.
  15. DOD, Information Operations Roadmap (Washington, DC: DOD, 30 de octubre 2003).
  16. Ibid., 4.
  17. Peter W. Singer, «Winning the War of Words: Information Warfare in Afghanistan», Brookings Institution, 23 de octubre de 2001, accedido 11 de abril de 2022, https://www.brookings.edu/research/winning-the-war-of-words-information-warfare-in-afghanistan/ (el documento destaca los malos resultados de las IO del Ejército durante las primeras campañas en Afganistán).
  18. U.S. Army Combined Arms Center (USACAC) Center for Army Lessons Learned (CALL) Report No. 08-31, Gap Analysis: Information Operations Tactics, Techniques, and Procedures (Fort Leavenworth, KS: USACAC CALL, mayo de 2008); CALL Initial Impressions Report, III Corps as Multinational Corps Iraq, December 2006-February 2008 (Fort Leavenworth, KS: USACAC CALL, n.d.); USACAC CALL, Tactical Commander’s Handbook: Information Operations (Fort Leavenworth, KS: USACAC CALL, mayo de 2005).
  19. Esta dinámica se ajusta a la experiencia personal del autor Theodore Kleisner como comandante de compañía en la 82ª División Aerotransportada, donde sirvió como miembro del Consejo de Distrito de Shullah en Bagdad y tuvo la autoridad para operar y reunirse con los líderes locales, dentro de la intención definida de sus oficiales superiores.
  20. Ibid.
  21. Kleisner sirvió como J-3 y comandante de la Fuerza Combinada de Operaciones Especiales durante cuatro despliegues de 2010 a 2013 en Afganistán. Esta declaración refleja su experiencia profesional en esas misiones.
  22. Dan Kuehl, «Introduction: ‘Brother, Can You Spare Me a DIME?’», en Information Warfare: Separating Hype from Reality, ed. Leigh Augustine (Dulles, VA: Potomac Books, 2007), 1.
  23. Corey D. Schou, J. Ryan y Leigh Armistead, «Developing an Academic Curriculum in Information Operations: The First Steps», Journal of Information Warfare 8, nro. 3 (2009): 50.
  24. Ibid.
  25. Joint Chiefs of Staff, Joint Concept for Operating in the Information Environment (JCOIE) (Washington, DC: DOD, 25 de julio de 2018), iii.
  26. Ibid., viii (énfasis añadido).
  27. Michael X. Garrett, «Winning at the Point of Contact», Army.mil, 13 de agosto de 2020, accedido 11 de abril de 2022, https://www.army.mil/article/238107/winning_at_the_point_of_contact.
  28. Army Doctrine Publication 6-0, Mission Command: Command and Control of Army Forces (Washington, DC: U.S. Army Government Publishing Office [GPO], julio de 2019), 1-6.
  29. FM 3-13, Information Operations (Washington, DC: U.S. GPO, 6 de diciembre de 2016), 1-2.
  30. Ibid., 1-3.
  31. Ibid., 1-4.
  32. Ibid., 9-1–9-2. El FM 3-13, tal y como se interpreta actualmente, dedica dos páginas a las IO por debajo del nivel de brigada.
  33. Los autores no pueden enfatizar lo suficiente que su deseo de que la futura doctrina para las IO se exprese en un lenguaje conciso y práctico no implica de ninguna manera que los oficiales superiores y subalternos son incapaces de comprender y procesar ideas complejas y abstractas o explicaciones técnicas. Más bien, los autores creen que, en las futuras operaciones de combate a gran escala, los oficiales de maniobra y de estado mayor encargados de planificar y ejecutar las IO en el punto de contacto operarán bajo una tensión increíble. Es posible que muchos oficiales tengan que aprender las IO «sobre la marcha», además de otras muchas responsabilidades. Por lo tanto, los autores creen que los manuales de campo de las IO deben proporcionar a los combatientes tácticos explicaciones y técnicas concretas y fácilmente aplicables para aprovechar este tipo de operaciones a nivel de brigada e inferior.
  34. FM 3-61, Communication Strategy and Public Affairs Operations (Washington, DC: U.S. GPO, febrero de 2022).
  35. Véase «Project Convergence», Army Futures Command, 2022, accedido 12 de abril de 2022, https://armyfuturescommand.com/convergence/ (aquí se abordan las características del Proyecto Convergencia y se describen la metodología y las áreas de interés); Stew Magnuson, «Army’s Project Convergence Continues on 10-Year Learning Curve», National Defense (sitio web), 17 de diciembre de 2021, accedido 12 de abril de 2022, https://www.nationaldefensemagazine.org/articles/2021/12/17/armys-project-convergence-continues-on-10-year-learning-curve.
  36. Entrevista del autor con un instructor del Centro de Excelencia de Maniobras para el Curso de Carrera de Capitán de Maniobras el 27 de marzo de 2022.
  37. Análisis del autor del plan de lecciones de la Escuela de Comando y Estado Mayor General (CGSC) para las IO y entrevista con un redactor de doctrina del Ejército y antiguo instructor de la CGSC, Centro de Armas Combinadas del Ejército de EUA, Fort Leavenworth, Kansas, el 28 de marzo de 2022.
  38. Michael Kofman y Ryan Evans, 11 Days In: Russia’s Invasion Stumbles Forward (pódcast), War on the Rocks, 7 de marzo de 2022, accedido 14 de abril de 2022, https://warontherocks.com/2022/03/11-days-in-russias-invasion-stumbles-forward/.
  39. Véase William R. Trotter, The Winter War: The Russo-Finish War of 1939-1940 (London: Aurum Press, 1991).
  40. Greg Jaffe y Dan Lamothe, «Russia’s Failures in Ukraine Imbue Pentagon with Newfound Confidence», Washington Post (sitio web), 26 de marzo de 2022, accedido 13 de abril de 2022, https://www.washingtonpost.com/national-security/2022/03/26/russia-ukraine-pentagon-american-power/.
  41. No citamos a propósito ejemplos específicos de Twitter, Telegram, TikTok u otras plataformas para corroborar este punto y otros por varias razones. En primer lugar, el enorme volumen de las IO, la naturaleza efímera de muchas publicaciones y la dificultad de identificar la fuente original de una imagen o un vídeo (en contraposición a un retuit, una compartición o una copia). En segundo lugar, gran parte de la información que se difunde entre Ucrania y Rusia se distribuye por primera vez en una plataforma de mensajería encriptada (Telegram) que no estamos autorizados a utilizar profesionalmente. Tampoco tenemos la experiencia necesaria para encontrar y citar el contenido original de Telegram.
  42. Michael Kofman y Ryan Evans, A New Phase of the Russo-Ukrainian War Begins (pódcast), War on the Rocks, 27 de marzo de 2022, accedido 12 de abril de 2022, https://warontherocks.com/2022/03/a-new-phase-of-the-russo-ukrainian-war-begins/. Un factor que también puede contribuir al carácter descentralizado y orgánico de las IO ucranianas es el alto grado de independencia operacional que ejercen los comandantes de los distritos militares del ejército y la relativa autonomía ejercida por los funcionarios locales elegidos en el sistema constitucional de Ucrania.
  43. Sinead Baker, «Video Appearing to Show Ukraine Forces Shooting Russian Prisoners Seems Plausible but Remains Unverified, Experts Say», Business Insider, 29 de marzo de 2022, accedido 12 de abril de 2022, https://www.businessinsider.com/video-ukrainians-apparently-shooting-russian-prisoners-plausible-not-verified-experts-2022-3. Hay una excepción. El 28 de marzo de 2022, en Telegram apareció un video de dudosa legitimidad que pretendía mostrar a soldados ucranianos atacando a prisioneros rusos. El gobierno ucraniano ha cuestionado la autenticidad del vídeo, pero ha declarado que llevará a cabo una investigación completa y que se toma el asunto «extremadamente en serio». En opinión de los autores, aunque el vídeo sea auténtico, la ausencia de otros, tras más de cuatro semanas de brutal guerra urbana, y teniendo en cuenta la variada mezcla de soldados profesionales, milicias y voluntarios internacionales que defienden Ucrania, sigue siendo una poderosa prueba de la eficacia de la política ucraniana.
  44. «The Invasion of Ukraine Is Not the First Social Media War, but It Is the Most Viral», The Economist (sitio web), 26 de marzo de 2022, accedido 12 de abril de 2022, https://www.economist.com/international/the-invasion-of-ukraine-is-not-the-first-social-media-war-but-it-is-the-most-viral/21808456; Missy Ryan et al., «Outmatched in Military Might, Ukraine Has Excelled in the Information War», Washington Post (sitio web), 16 de marzo de 2022, accedido 12 de abril de 2022, https://www.washingtonpost.com/national-security/2022/03/16/ukraine-zelensky-information-war/ (aquí se abordan características clave de la campaña de IO de Ucrania)
  45. Ibid.
  46. Véase Gerrard Kaonga, «Zelensky Has Survived Over a Dozen Assassination Attempts, Ukraine Claims», Newsweek (sitio web), 9 de marzo de 2022, accedido 12 de abril de 2022, https://www.newsweek.com/volodymyr-zelenskyy-assassination-attempt-killing-ukraine-president-russia-1686329.
  47. Russian Prisoners of War in Ukraine Deliver a Message to Vladimir Putin, video de YouTube, publicado por «7News Australia», 9 de marzo de 2022, accedido 12 de abril de 2022, https://www.youtube.com/watch?v=tQDFmRJddWo.
  48. Thomas Novelly, «Ukraine’s Fighter Ace ‘Ghost of Kyiv’ May Be a Myth, but It’s Lethal as War Morale», Military.com, ٢ de marzo de 2022, accedido 12 de abril de 2022, https://www.military.com/daily-news/2022/03/02/ukraines-fighter-ace-ghost-of-kyiv-may-be-myth-its-lethal-war-morale.html.
  49. Chloe Fulmer, «Ukraine Military Says Soldier Blew Himself Up on Bridge to Halt Russian Advance», The Hill, 25 de febrero de 2022, accedido 12 de abril de 2022, https://thehill.com/policy/international/russia/595914-ukraine-military-says-soldier-blew-himself-up-on-bridge-to-halt.
  50. Bill Chappell, «Snake Island Sailors Are Freed as Ukraine and Russia Conduct Prisoner Exchange», NPR, 24 de marzo de 2022, accedido 12 de abril de 2022, https://www.npr.org/2022/03/24/1088593653/snake-island-sailors-freed-prisoner-swap.
  51. Ukrainian President Volodymyr Zelenskyy Shares a Message from Kyiv, video de YouTube, publicado por «USA Today», 25 de febrero de 2022, accedido 12 de abril de 2022, https://www.youtube.com/watch?v=tLv9IqcoNe8.
  52. International Telecommunications Union Office for Europe, Ukraine: Digital Development Country Profile (Geneva: International Telecommunications Union, febrero de 2022), 6, accedido 12 de abril de 2022, https://www.itu.int/en/ITU-D/Regional-Presence/Europe/Pages/Publications/Publications.aspx.
  53. Como parte de su práctica jurídica, el autor Trevor Garmey asesora con frecuencia a empresas multinacionales sobre cómo mitigar los riesgos a la reputación e imparte formación y mejores prácticas para el uso de los medios sociales por parte de los empleados. Las conclusiones de este párrafo reflejan las lecciones aprendidas de su experiencia profesional.
  54. Esta recomendación será cada vez más prudente después de que el ajuste de la tabla modificada de organización y equipo para el año fiscal 2023 elimine a los oficiales de asuntos públicos de los cuarteles generales a nivel de brigada. Esto dejaría a las brigadas sin expertos en IO.
  55. Entrevistas del autor con un antiguo observador/entrenador de inteligencia militar y con un actual jefe sénior del Centro de Entrenamiento para la Preparación Conjunta el 27 de marzo de 2022.
 

El coronel Theodore W. Kleisner, Ejército de EUA, comanda la 1ª Brigada de la 82ª División Aerotransportada. Graduado de West Point, la Escuela Nacional de Guerra y la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins, ha dirigido unidades en operaciones de mantenimiento de la paz y de combate en Europa, Afganistán e Iraq.

Trevor T. Garmey es un abogado en el sector privado y ejerce en Los Ángeles, Estados Unidos. Se graduó por la Facultad de Derecho de la Universidad de Virginia y por el College of William and Mary.

 

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