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Primer Trimestre 2023

Competencia irregular

Cómo conceptualizar un enfoque de todo el gobierno para confrontar y disuadir indirectamente a adversarios estatales y no estatales

Teniente coronel (ret.) Jeremiah C. Lumbaca, Ejército de EUA

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Gráfico creado por Jeff Buczkowski, Army University Press

A pesar del interés mundial en las actividades de la «zona gris», Estados Unidos no cuenta con una política de todo el gobierno para disuadir o enfrentarse indirectamente a adversarios estatales y no estatales en este creciente ámbito de seguridad. Con la publicación de la Estrategia de Seguridad Nacional en diciembre de 2017, se produjo un cambio de política de la noche a la mañana que modificó fundamentalmente la dirección que había tomado la estrategia de seguridad estadounidense durante dos décadas1. Tras dieciséis años, billones de dólares gastados y cientos de miles de vidas perdidas durante la Guerra contra el Terrorismo, Estados Unidos reorientó su enfoque principal lejos de las amenazas asimétricas y se centró en la competencia estratégica, a veces denominada «competencia entre grandes potencias» o «competencia entre adversarios con capacidades similares». La Orientación Estratégica Provisional de Seguridad Nacional de 2021, publicada por la Casa Blanca, continúa y refuerza el enfoque en la política de competencia estratégica2.

A pesar de este cambio, los adversarios estatales y no estatales de Estados Unidos siguen operando a nivel mundial utilizando métodos no convencionales. Como consecuencia, es necesario que Estados Unidos y naciones aliadas realicen actividades de seguridad indirecta y discretamente —en tiempos de paz, competencia y guerra— para preservar el orden internacional.

Muchos términos como zona gris, cuarta generación, nueva generación, irregular, híbrida, asimétrica, compuesta y «guerra» o «conflicto» sin restricciones se han abierto paso en el léxico contemporáneo. Cada uno de ellos viene acompañado de un matiz y una definición preconcebida. Si se le pregunta a cualquier persona involucrada con la seguridad nacional si Estados Unidos debería tener algún tipo de capacidad de guerra irregular en su caja de herramientas, la respuesta será sin duda un «sí». Si les preguntan a varios que definan «guerra irregular», las respuestas serán numerosas, vagas y confusas. Establecer una definición con la que todos estén de acuerdo sería útil, pero también demoraría mucho tiempo y probablemente sería un esfuerzo imposible. Por ello, a efectos de este artículo, se utiliza el término «competencia irregular» para describir este ámbito. La razón para el uso de este término es evitar el sesgo inherente que viene con los términos más comunes enumerados anteriormente. La competencia irregular se define como la participación de actores estatales y no estatales en actividades en tiempos de paz, competencia y guerra para influir en la población y socavar la legitimidad. Es poco probable que estas actividades provoquen por sí mismas una respuesta cinética. Además, en este artículo, la expresión «de todo el gobierno» le seguirá al término «competencia irregular» para destacar la necesidad de contar con una sinergia gubernamental. Este artículo responderá a la siguiente pregunta: ¿Cómo podría Estados Unidos modelar conceptualmente un enfoque de todo el gobierno para la competencia irregular?

Definiciones y contexto

A menudo se señala que las actividades de competencia irregular tienen lugar «entre la paz y la guerra» y que es poco probable que estas provoquen por sí mismas una respuesta militar convencional significativa3. Esta afirmación es correcta en algunos contextos. Por ejemplo, en la actualidad, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky está ejecutando una agresiva campaña de competencia irregular para influir en la población (global) y socavar la legitimidad (rusa) lejos de los campos de batalla. Sin embargo, es poco probable que las actividades específicas de competencia irregular, por sí solas, provoquen una respuesta militar convencional importante. La noción de «entre la paz y la guerra» es inexacta ya que la competencia irregular continúa independientemente de cualquier estado de paz, competencia o conflicto.

Como se indica en la Estrategia de Segurida Nacional, el Partido Comunista Chino es la principal preocupación estratégica de Estados Unidos en materia de seguridad, seguido de cerca por otros países como Rusia, Irán y Corea del Norte. En el mismo documento también se reconoce las continuas amenazas de las organizaciones extremistas y terroristas, pero estos actores no estatales ya no son la prioridad que fueron por casi dos décadas posteriores al 11 de septiembre. En esta era de competencia estratégica, se podría suponer que las lecciones y conceptos asociados a la competencia irregular tienen una aplicación limitada ya que las prioridades han cambiado. Esta suposición es incorrecta. Como han escrito David Ucko y Thomas Marks, los adversarios tradicionales y no tradicionales comparten rasgos cruciales:

Ambos emplean diversas líneas de ataque para socavar la voluntad y aumentar su influencia, a menudo explotando las vulnerabilidades económicas, sociales y políticas de las sociedades. También utilizan narrativas como armas para intensificar los debates, manipular y dividir a la población y reducir el costo de sus acciones. Por último, ambos intentan poner en duda la legitimidad o el derecho a liderar para moldear y establecer nuevas y duraderas realidades políticas4.

Vista nocturna del casino

A efectos de este artículo, es necesario definir lo que significa «de todo el gobierno». Existen numerosas formas de definir este término, incluyendo varios acrónimos que intentan captar la idea. La sigla «DIME» se utilizará aquí para definir una estrategia de todo el gobierno que abarca los instrumentos de poder diplomáticos, informativos, militares y económicos. Sin embargo, hay que hacer algunas aclaraciones sobre los actores no estatales y la DIME. En primer lugar, los actores no estatales pueden no tener un gobierno y, por lo tanto, tampoco contar con una estrategia «de todo el gobierno». En segundo lugar, los actores no estatales pueden no tener una nación formalmente reconocida para gobernar utilizando elementos de poder nacional. En tercer lugar, los actores no estatales pueden no tener un ejército permanente, representado por la «M» de DIME. A pesar de estas realidades, los actores no estatales pueden comportarse de forma similar a un gobierno que gobierne territorio como lo hace una nación reconocida y puede participar en actividades similares a las militares. Algunos ejemplos son el Estado Islámico en Iraq y Siria durante el apogeo del «califato», los grupos Maute y Abu Sayyaf en Marawi (que intentaron gobernar, pero nunca llegaron a hacerlo realmente), los talibanes en Afganistán en la actualidad y numerosos otros grupos insurgentes a lo largo de la historia que han gobernado o intentado gobernar. Esto no implica que no haya diferencia entre actores estatales y no estatales. En cambio, la cuestión es que los actores no estatales se comportan a veces de forma similar a los actores estatales y, en consecuencia, no hay que limitarse a pensar solo en los estados nación cuando se considera la competencia irregular de todo el gobierno. Los actores no estatales pueden emplear los instrumentos de poder DIME.

Por último, hay que reconocer que varios adversarios de Estados Unidos —en particular China y Rusia, pero otros también— consiguen competir irregularmente con el apoyo de toda la sociedad porque su régimen autoritario les permite movilizar recursos que van más allá del gobierno. Aunque la participación de toda la sociedad puede ser ideal para competir irregularmente, el autoritarismo es contrario a los principios de Estados Unidos y, en consecuencia, este tipo de competencia irregular es descartado. Sin embargo, se podría educar a la población estadounidense en materia de competencia irregular.

Competencia irregular del adversario

Aunque podría decirse que la competencia irregular —tal y como fue definida anteriormente— se ha empleado de diversas formas durante siglos, nuestro análisis se centra en el siglo XXI hacia adelante, ya que la tecnología y las amenazas globales han evolucionado considerablemente desde entonces. Los adversarios de Estados Unidos son expertos en estos campos. Como subrayó el antiguo asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, teniente general H. R. McMaster, en su libro Battlegrounds, estos actores utilizan la desinformación, la negación, las tecnologías de disrupción, la coerción y otras tácticas para lograr objetivos estratégicos por debajo del umbral de lo que podría provocar una respuesta militar5.

Algunos ejemplos de este tipo de acciones por parte del Partido Comunista Chino incluyen:

  • construcción de islas artificiales e intimidación de flotas pesqueras en el mar de China Meridional
  • una diplomacia basada en la deuda y coerción económica en todo el Indo-Pacífico, a lo largo de la ruta de la Seda y en África para influir en el comportamiento de los estados de forma beneficiosa para China; espionaje económico y robo de propiedad intelectual;
  • intimidación militar de Taiwán;
  • financiación de investigaciones para influir en el derecho internacional y reescribir la historia; esfuerzos para manipular la política de Australia y Nueva Zelandia; diplomacia de rehenes;
  • incautación de buques submarinos no tripulados;
  • internamiento y genocidio de uigures en Xingjian para eliminar culturas indígenas no chinas;
  • control de pequeños países en el sudeste asiático;
  • patrullas fluviales, casinos y establecimiento de microcomunidades chinas en la cuenca del río Mekong para influenciar las naciones a su alrededor;
  • extradición forzada de críticos chinos que viven en el extranjero, e
  • influencia en los medios de comunicación extranjeros, en los deportes y en las organizaciones de Hollywood para mantener una imagen positiva de China6.

En el caso de Rusia, la competencia irregular se ha convertido en un esfuerzo permanente del estado. Esto puede verse en:

  • el empleo del Grupo Wagner y proxies no uniformados en Siria, Ucrania, Georgia, Estonia y otros lugares;
  • el empleo de la pandilla de moteros Lobos de la Noche para ejecutar operaciones de información y causar conflictos en Australia y Ucrania;
  • intromisión en elecciones en Europa y América;
  • financiación de partidos políticos extranjeros como el régimen represivo de Maduro en Venezuela;
  • coerción energética;
  • vuelos cerca de buques de guerra estadounidenses para provocar una reacción excesiva;
  • campañas de desinformación a través de Internet; y
  • envenenamiento de críticos7.
Para ver la Orientación Estratégica Provisional de Seguridad Nacional

Irán patrocina el terrorismo en todo el mundo, a menudo a través de proxies. También transfiere y vende ilegalmente armas y utiliza habitualmente pequeñas embarcaciones armadas para hostigar a los buques de guerra del Reino Unido y Estados Unidos8. Corea del Norte utiliza la competencia irregular amenazando habitualmente a otras naciones con armas nucleares, lo que ha dado lugar a su designación como estado patrocinador del terrorismo, así como a asesinatos de personas consideradas amenazas políticas9.

Dado que están en una posición de desventaja, los actores no estatales suelen emplear componentes de la competencia irregular para obtener una ventaja relativa sobre adversarios con más recursos. Estas iniciativas incluyen, entre otras:

  • campañas de desinformación para alegar ilegitimidad del gobierno adversario;
  • propaganda para incitar a la violencia;
  • blanqueo de dinero y creación de empresas ficticias/organizaciones no gubernamentales falsas para apoyar el terrorismo;
  • piratería y secuestros para pedir rescate, ciberdelincuencia y otras formas de delincuencia organizada transnacional para recaudar fondos y realizar operaciones ilícitas;
  • ataques con sarín en el transporte público; y
  • radicalización en línea para reclutar miembros nuevos10.

Existen numerosos ejemplos de otros países y organizaciones que también podrían ser incluidos en la competencia irregular, por lo que la lista anterior no debe considerarse exhaustiva. En cambio, el propósito de los ejemplos proporcionados es informar al lector de la tremenda profundidad y amplitud de este escurridizo ambiente operacional. Este ámbito ambiguo, con parámetros poco claros y definiciones a menudo contradictorias, es la base de esta investigación.

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Competencia irregular como subcomponente de la competencia estratégica

La «competencia irregular» debe entenderse como uno de dos subcomponentes de la competencia estratégica, con el otro siendo la «competencia tradicional». La Estrategia de Segurida Nacional no contempla esta interpretación, por lo que la figura se ofrece a modo ilustrativo. La competencia tradicional se centra predominantemente en los gobiernos mientras que la competencia irregular hace lo mismo con las personas. Este artículo se centra en la competencia irregular, por lo que se hablará poco de la tradicional. Sin embargo, es crucial señalar que la figura no puede resaltar adecuadamente el solapamiento que existe entre la competencia irregular y la tradicional. Las líneas entre ambas no son claras, sino borrosas y transversales; las actividades pueden y deben darse en ambas al mismo tiempo y no son mutuamente excluyentes.

Como se muestra en la figura, los instrumentos de poder DIME en la competencia irregular se manifiestan de forma diferente a como lo hacen en la competencia tradicional. El instrumento de poder diplomático, por ejemplo, se manifiesta en la competencia irregular como guerra política. En el libro On Political War, que sigue siendo una obra seminal sobre el tema, el autor Paul Smith describe la guerra política como el empleo de «medios políticos para obligar a un oponente a hacer lo que queramos mediante una intención hostil»11. Se trata de una interacción calculada entre un actor y un público específico, como el gobierno, el ejército o la población general de un adversario, mediante una variedad de técnicas para coaccionar ciertas acciones, obteniendo así una ventaja relativa sobre el oponente12. Además, la naturaleza coercitiva de la guerra política permite socavar o destruir la voluntad política, social o de la sociedad de un oponente y fuerza un curso de acción favorable a los intereses propios.

El instrumento de poder informativo se manifiesta en la competencia irregular como propaganda y operaciones psicológicas. Según Smith, la propaganda está impulsada por objetivos nacionales, tiene muchas vertientes y tiene una finalidad política hostil y coercitiva. Las operaciones psicológicas, en cambio, están impulsadas por objetivos militares estratégicos y tácticos y pueden estar destinadas a poblaciones militares y civiles hostiles. Tanto si se trata de propaganda como de operaciones psicológicas, el vehículo principal es el uso de «palabras, imágenes e ideas» que, combinadas, pueden permitir que las campañas de información y desinformación alteren las opiniones de un público objetivo. Se trata de animar a los amigos y desanimar a los enemigos, de conseguir ayuda para la propia causa y de provocar que se abandone al enemigo13. Las operaciones de propaganda y psicológicas implican tanto información como desinformación y pueden ser cibernéticas.

El instrumento de poder militar se manifiesta en la competencia irregular como guerra irregular, en la cual el sector de seguridad de los actores estatales y no estatales intenta influir en la población y socavar la legitimidad. El Resumen del Anexo sobre Guerra Irregular del Departamento de Defensa de EUA deja claro que la guerra irregular favorece los enfoques indirectos y asimétricos, aunque puede emplear toda la gama de capacidades militares y de otro tipo14. Según las fuerzas armadas estadounidenses, la guerra irregular incluye cinco actividades principales: guerra no convencional (que posibilita los movimientos de resistencia), defensa interna exterior (que apoya los programas de seguridad de otro país), contraterrorismo, operaciones de estabilidad y contrainsurgencia. Más allá de lo que está formalmente escrito en la doctrina militar, la guerra irregular también puede abarcar aspectos como el apoyo a la guerra política (definida anteriormente), la guerra no convencional de contrarresistencia (que socava la voluntad y la capacidad de un adversario para crear un movimiento de resistencia), la guerra proxy, las operaciones de apoyo a la información militar (también conocidas como operaciones psicológicas), las operaciones en el ciberespacio, la lucha contra amenazas en red, la lucha contra amenazas financieras, las operaciones cívico-militares y la cooperación en materia de seguridad. Como es evidente, el concepto de guerra irregular es bastante amplio.

Una foto sin fecha de la base militar rusa de Trefoil en el Ártico

El instrumento de poder económico se manifiesta en la competencia irregular como presión, persuasión, coerción y subversión económica. Adaptando lo escrito por Smith al tema de la competencia irregular, las actividades emprendidas en el espacio económico pretenden infligir el daño económico necesario para forzar un cambio político. La conducta en este caso será diferente según el actor, ya sea autoritario o democrático, puesto que las normas, las leyes, las reglas y la capacidad de movilizar los recursos son diferentes. Las actividades económicas en la competencia irregular apoyan la consecución de objetivos políticos sin recurrir a la confrontación directa. Con la interconexión de las economías globales, la actividad económica ejecutada como parte de cualquier estrategia de competencia irregular debe ser cuidadosamente calculada e integrada con todos los demás instrumentos de poder para lograr objetivos políticos, pero sin provocar un conflicto directo.

Reflexiones finales

Muy poca gente se pone de acuerdo sobre los puntos más delicados que rodean a la competencia irregular y este artículo seguramente no rectificará eso. La competencia irregular es un tema delicado, pero Estados Unidos, sus socios y sus adversarios están todos involucrados en ella... de una u otra manera. Parafraseando una frase de León Trotsky, puede que no te interese la competencia irregular, pero la competencia irregular está interesada en ti15.

Cuando se estudia la literatura, los testimonios del Congreso o la doctrina militar, se entiende que las actividades de la zona gris o de la guerra híbrida son las que realizan los adversarios. Son amenazas que hay que identificar, prevenir, contrarrestar o mitigar. La competencia irregular, en cambio, es una herramienta proactiva que tanto Estados Unidos como sus adversarios pueden emplear para enfrentar y disuadir. En este camino deben tenerse en cuenta los factores políticos, culturales, religiosos, jurídicos, psicológicos e históricos de las diversas poblaciones. Se trata de una lucha centrada en las personas en la que la conciencia cognitiva y la inteligencia emocional son más importantes que el poder militar. Además, cualquier estrategia de competencia irregular debe ser lo suficientemente flexible como para transformarse con el espacio, la cibernética, la vigilancia, los medios sociales y otras innovaciones tecnológicas. Los conceptos de competencia irregular de la época de la Guerra Fría, como la «resistencia» y la «subversión», por ejemplo, son importantes y pertinentes en esta campaña, pero deben adaptarse al ambiente operacional actual, en el que los adversarios están conectados e hiperconectados. Este espacio operacional físico y virtual en expansión hace que trabajar con aliados sea más importante que nunca. El espacio de la amenaza es más grande de lo que un solo actor podría manejar. Como señaló el general estadounidense Richard Clarke, debemos recurrir a la comunidad multinacional, «aprovechar los exportadores de seguridad y atraerlos mediante intereses compartidos»16.

La competencia irregular, tal y como se describe en el modelo de cuatro pilares presentado en la figura, es realmente un esfuerzo «de todo el gobierno». Por desgracia, la mayoría de los que dedican tiempo a pensar en estas cuestiones no son capaces de movilizar a todo el gobierno. Por ejemplo, la comunidad de operaciones especiales de las fuerzas armadas estadounidenses piensa, planifica y entrena sobre el concepto de guerra irregular con gran coherencia. Desgraciadamente, la guerra irregular por sí sola, abordada principalmente por el sector de la seguridad, no es suficiente. A pesar de los intentos de concebir la guerra irregular como algo más grande que las fuerzas armadas, la literatura y la práctica, tal y como existen hoy en día, están centradas en las fuerzas armadas y son incapaces de coordinar todos los instrumentos de poder destacados en la figura. Para ser justos con los que estudian y practican la guerra irregular, estos profesionales son muy conscientes de las deficiencias, han calificado los esfuerzos de guerra irregular como esfuerzos «de todo el departamento [de Defensa]» y entienden que los militares por sí solos no están en condiciones de liderar un esfuerzo de todo el gobierno en este ámbito.

Confiar en uno, dos o incluso tres elementos del concepto DIME para competir irregularmente no es suficiente. Los cuatro instrumentos combinados son esenciales para planificar, sincronizar y dirigir una verdadera campaña de todo el gobierno. De hecho, lo que se necesita es una «campaña», ya que esta palabra implica que cualquier estrategia que se desarrolle debe ser continuamente refinada y ejecutada a lo largo de muchos años, quizás décadas.

Las ideas destacadas aquí probablemente conduzcan a más preguntas que deben ser abordadas, pero que van más allá del alcance de este artículo. Estas preguntas incluyen, entre otras, las siguientes ¿Quién debe dirigir ese esfuerzo de todo el gobierno? ¿Cómo se pueden traducir los objetivos estratégicos de la competencia irregular en actividades pragmáticas? ¿Cuáles son los costos y beneficios políticos de la aplicación de dicha estrategia? ¿Cómo educamos e informamos a nuestros propios ciudadanos y a nuestros socios extranjeros sobre la importancia de la competencia irregular? Aunque estas preguntas deben ser cuidadosamente consideradas y respondidas, Estados Unidos y sus amigos deben, en primer lugar, simplemente adoptar el concepto de competencia irregular en sí mismo. Esto requiere una voluntad política que trascienda las administraciones y que rara vez proporcione a los legisladores pruebas rápidas de éxito a cambio del costo de actuar en este espacio.

Este artículo y el modelo que se propone no pretenden sustituir la doctrina o la práctica existente. Quienes estén bien informados sobre la doctrina estadounidense se darán cuenta inmediatamente de que las definiciones presentadas en este trabajo son un híbrido de muchas cosas. Se exhorta al lector a centrarse en la idea general de la competencia irregular de todo el gobierno, más que en cualquier dogma organizativo o cultural codificado en la doctrina. Además, este artículo no pretende implicar que una estrategia de competencia irregular deba sustituir a cualquier plan o política actual. Por el contrario, lo que se pretende es poner de manifiesto la desafortunada realidad de que no existe ninguna estrategia gubernamental para la competencia irregular y que Estados Unidos necesita una para complementar y conseguir sus objetivos estratégicos. Los principios de la competencia irregular que aquí se analizan aparecen ocasionalmente en literatura o doctrina inconexa e incompleta —no en políticas— orientada en gran parte hacia el ámbito militar. En la actualidad no hay políticas sobre el tema. En el gobierno de Estados Unidos no existe la obligación de que las instituciones reflexionen colectivamente sobre los principios de la competencia irregular, ni una oficina o persona encargada de sincronizar un esfuerzo integral, ni una institución facultada para proporcionar educación interagencial sobre el tema (aunque las fuerzas armadas lo están considerando), ni un plan estratégico para construir una red multinacional de competición irregular de socios y aliados con ideas afines. Como ha escrito el propio Departamento de Defensa: «ningún departamento o agencia del gobierno de Estados Unidos tiene la primacía en lo que respecta a los conflictos irregulares o la competencia adversaria»17.

La pregunta formulada al principio de este artículo fue: «¿Cómo podría Estados Unidos modelar conceptualmente un enfoque de todo el gobierno para la competencia irregular?». La respuesta es un modelo de política de competencia irregular de todo el gobierno, ilustrado en la figura, que incluye cuatro pilares: la guerra política (el elemento de poder diplomático), la propaganda y las operaciones psicológicas (el elemento de poder informativo, que puede ser cibernético), la guerra irregular (el elemento de poder militar), y la presión, persuasión, coerción y subversión económica (el elemento de poder económico). Sin una sincronización, numerosas agencias, organizaciones e individuos de todo el gobierno se ven obligadas a ejecutar sus programas de competencia irregular —si es que existen— sin un entendimiento, dirección o propósito común. Si Estados Unidos desarrolla una estrategia de competencia irregular para todo el gobierno con los cuatro elementos descritos en este artículo, el país aumentará su capacidad para disuadir y enfrentarse a adversarios estatales y no estatales en esta nueva era de competencia.

Las opiniones expresadas aquí son exclusivamente del autor y no reflejan la política o posición oficial del Departamento de Defensa o del gobierno de Estados Unidos.


Notas

 

  1. The White House, National Security Strategy of the United States of America (Washington, DC: The White House, 2017), accedido 12 de abril de 2022, https://history.defense.gov/Portals/70/Documents/nss/NSS2017.pdf.
  2. The White House, Interim National Security Strategic Guidance (Washington, DC: The White House, 2021), accedido 12 de abril de 2022, https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2021/03/NSC-1v2.pdf.
  3. John Arquilla, «Perils of the Gray Zone: Paradigms Lost, Paradoxes Regained», PRISM 7 nro. 3 (2018): 122, accedido 12 de abril de 2022, http://www.jstor.org/stable/26470539; Lyle Morris et al., Gaining Competitive Advantage in the Gray Zone: Response Options for Coercive Aggression Below the Threshold of Major War (Santa Monica, CA: RAND Corporation, 2019): iii, accedido 12 de abril de 2022, https://www.rand.org/pubs/research_reports/RR2942.html; Hal Brands, «Paradoxes of the Gray Zone» (enero de 2016), 9, http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.2737593; Mark Hoffman y Martin O. Hofmann, «Challenges and Opportunities in Gray Zone ‘Combat’» en Advances in Cross-Cultural Decision Making (Los Angeles: Springer, julio de 2017), 155–66, https://doi.org/10.1007/978-3-319-60747-4_15; Elizabeth K. Kiessling, «Gray Zone Tactics and the Principle of Non-Intervention: Can ‘One of the Vaguest Branches of International Law’ Solve the Gray Zone Problem?», Harvard National Security Journal 12, nro. 1 (2021): 116–63, accedido 12 de abril de 2022, https://harvardnsj.org/2021/02/gray-zone-tactics-and-the-principle-of-non-intervention-can-one-of-the-vaguest-branches-of-international-law-solve-the-gray-zone-problem/.
  4. David Ucko y Thomas Marks, Crafting Strategy for Irregular Warfare: A Framework for Analysis and Action (Washington, DC: National Defense University Press, 2020), 4, accedido 12 de abril de 2022, https://ndupress.ndu.edu/Media/News/Article/2245731/crafting-strategy-for-irregular-warfare-a-framework-for-analysis-and-action/fbclid/IwAR2gtE34ADXb-ZZh6IcjKxHN4O1tOtKTYM-kFJpAf1qT2aVaw-kydLuwBjM/.
  5. H. R. McMaster, Battlegrounds: The Fight to Defend the Free World (New York: HarperCollins, 2020): 17–18, 26, 33.
  6. Roland Rajah, Alexandre Dayant y Jonathan Pryke, Ocean of Debt? Belt and Road and Debt Diplomacy in the Pacific (Sydney: Lowy Institute for International Policy, octubre de 2019), accedido 12 de abril de 2022, https://think-asia.org/handle/11540/11721; Hearing on China’s Non-Traditional Espionage against the United States: The Threat and Potential Policy Responses, Before the Senate Judiciary Committee, 115th Cong. (2018) (declaración de E. W. «Bill» Priestap, Assistant Director, Counterintelligence Division, Federal Bureau of Investigation), accedido 12 de abril de 2022, https://www.judiciary.senate.gov/imo/media/doc/12-12-18%20Priestap%20Testimony.pdf; Christopher Wray, «Responding Effectively to the Chinese Economic Espionage Threat» (discurso, Department of Justice China Initiative Conference, Center for Strategic and International Studies [CSIS], Washington, DC, 6 de febrero de 2020), accedido 12 de abril de 2022, https://www.fbi.gov/news/speeches/responding-effectively-to-the-chinese-economic-espionage-threat; Morris et al., Gaining Competitive Advantage in the Gray Zone, 30–39; Daniel De Wit, «Competing through Cooperation: Leveraging Security Cooperation to Counter Chinese and Russian Influence in Africa», Marine Corps University Journal 10, nro. 2 (otoño de 2019): 162, https://doi.org/10.21140/mcuj.2019100210; Scott Kennedy, «Beijing Suffers Major Loss from Its Hostage Diplomacy», CSIS, 29 de septiembre de 2021, accedido 12 de abril de 2022, https://www.csis.org/analysis/beijing-suffers-major-loss-its-hostage-diplomacy; Kiessling, «Gray Zone Tactics and the Principle of Non-Intervention», 127; Joanne Smith Finley, «Why Scholars and Activists Increasingly Fear a Uyghur Genocide in Xinjiang», Journal of Genocide Research 23, nro. 3 (2021): 348–70, https://doi.org/10.1080/14623528.2020.1848109; Julia Stern, «Genocide in China: Uighur Re-education Camps and International Response», Immigration and Human Rights Law Review 3, nro. 1 (2021), accedido 12 de abril de 2022, https://scholarship.law.uc.edu/ihrlr/vol3/iss1/2; Kerry Gershaneck, Political Warfare: Strategies for Combating China’s Plan to «Win Without Fighting» (Quantico, VA: Marine Corps University Press, 2020), 71, accedido 12 de abril 2022, https://www.usmcu.edu/Portals/218/Political%20Warfare_web.pdf; Tim Doescher, «How China Is Taking Control of Hollywood», 13 de diciembre de 2018, en Heritage Explains, pódcast, accedido 12 de abril de 2022, https://www.heritage.org/asia/heritage-explains/how-china-taking-control-hollywood.
  7. «Band of Brothers: The Wagner Group and the Russian State», The Post-Soviet Post (blog), CSIS, 21 de septiembre de 2020, accedido 12 de abril de 2022, https://www.csis.org/blogs/post-soviet-post/band-brothers-wagner-group-and-russian-state; Kira Harris, «Russia’s Fifth Column: The Influence of the Night Wolves Motorcycle Club», Studies in Conflict and Terrorism 43, nro. 4 (2020): 259–73, https://doi.org/10.1080/1057610X.2018.1455373; Kira Harris, «Russia’s Night Wolves in Australia», Journal of Policing, Intelligence and Counter Terrorism (2021), https://doi.org/10.1080/18335330.2021.2014549; Matthew Lauder, «Wolves of the Russian Spring: An Examination of the Night Wolves as a Proxy for the Russian Government», Canadian Military Journal 18, nro. 3 (verano de 2018): 6–16, accedido 12 de abril de 2022, http://www.journal.forces.gc.ca/vol18/no3/page5-eng.asp; «An Enduring Relationship–From Russia, With Love», The Post-Soviet Post (blog), CSIS, 24 de septiembre de 2020, accedido 12 de abril de 2022, https://www.csis.org/blogs/post-soviet-post/enduring-relationship-russia-love; Morris et al., Gaining Competitive Advantage in the Gray Zone, 48–70; «Russia Responsible for Navalny Poisoning, Rights Experts Say», United Nations News, 1 de marzo de 2021, accedido 12 de abril de 2022, https://news.un.org/en/story/2021/03/1086012.
  8. Daniel Michaels y Margaret Coker, «Arms Seized by Thailand Were Iran-Bound», Wall Street Journal (sitio web), 21 de diciembre de 2009, accedido 12 de abril de 2022, https://www.wsj.com/articles/SB126134401523799287; Kiessling, «Gray Zone Tactics and the Principle of Non-Intervention», 129; «State Sponsors of Terrorism», Department of State, accedido 12 de abril de 2022, https://www.state.gov/state-sponsors-of-terrorism/; Daniel Byman, «Putting the North Korea Terrorism Designation in Context», Order from Chaos (blog), The Brookings Institution, 21 de noviembre de 2017, accedido 12 de abril de 2022, https://www.brookings.edu/blog/order-from-chaos/2017/11/21/putting-the-north-korea-terrorism-designation-in-context/; J. U. Chin, «Killing Kim: Political Sanctuary, Assassination, and Why Kim Jong-nam’s Death Won’t Be the Last», Asia and the Pacific Policy Society, 28 de febrero de 2017, accedido 12 de abril de 2022, http://ecite.utas.edu.au/121986/.
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  11. Paul A. Smith, On Political War (Washington, DC: National Defense University Press), 3, 7.
  12. Ibid.
  13. Ibid.; Angelo Codevilla, «Political Warfare: A Set of Means for Achieving Political Ends», en Strategic Influence: Public Diplomacy, Counterpropaganda and Political Warfare, ed. J. Michael Waller (Washington, DC: Institute of World Politics Press, 2009), 206.
  14. Department of Defense, Summary of the Irregular Warfare Annex to the National Defense Strategy (Washington, DC: Department of Defense, 2020), 2, accedido 12 de abril de 2022, https://media.defense.gov/2020/Oct/02/2002510472/-1/-1/0/Irregular-Warfare-Annex-to-the-National-Defense-Strategy-Summary.PDF.
  15. Alan Furst, Night Soldiers: A Novel (Boston: Houghton Mifflin, 1988).
  16. Richard Clarke y Linda Robinson «Special Operations Forces and Great Power Competition», 5 de noviembre de 2021, en Irregular Warfare Podcast, producido por Irregular Warfare Initiative, accedido 12 de abril de 2022, https://mwi.usma.edu/special-operations-forces-and-great-power-competition/.
  17. Department of Defense, Summary of the Irregular Warfare Annex to the National Defense Strategy, 5.
 

J. «Lumpy» Lumbaca es profesor civil del Departamento de Defensa en el Centro Daniel K. Inouye de Estudios de Seguridad de Asia-Pacífico en Hawái. Es un oficial retirado de las Fuerzas Especiales del Ejército de EUA que actualmente realiza investigaciones sobre la competencia entre grandes potencias y conflictos internacionales.

 

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