Los niveles de la guerra como niveles de análisis
Dr. Andrew S. Harvey
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El objetivo principal de cualquier teoría es aclarar conceptos e ideas que se han vuelto, por así decirlo, confusos y enmarañados.
—Carl von Clausewitz
Muchos oficiales superiores y estudiantes del Curso de Oficiales de Comando y Estado Mayor (CGSOC) tienen dificultades para distinguir entre los niveles de la guerra. En el presente artículo, se trata de aclarar los niveles de la guerra proponiendo que se consideren niveles de análisis. Muchas disciplinas han encontrado utilidad en el uso de los niveles de análisis para clarificar el pensamiento y como enfoque para la investigación y análisis. Parece razonable creer que abordar los niveles de la guerra como niveles de análisis hará lo mismo para los estudiantes del CGSOC. Las ventajas de este enfoque se discernirán examinando los niveles de la guerra y los problemas comunes que los estudiantes tienen con ellos, el marco de los niveles de análisis (incluyendo la cuestión de la unidad de análisis) y los beneficios de utilizar los niveles de la guerra como niveles de análisis para aclarar el pensamiento.
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Cuando no existe una delimitación clara de los límites entre los niveles de la guerra, sigue siendo bastante complicado clasificar correctamente la finalidad.
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El concepto de niveles de guerra tiene una larga historia, comenzando con Carl von Clausewitz, que identificó dos niveles: estrategia y táctica1. Aleksandr A. Svechin, un oficial del Ejército Rojo soviético de la década de 1920, propuso por primera vez el concepto de nivel operacional de guerra2. Sin embargo, el Ejército de Estados Unidos no adoptó el nivel operacional de guerra como doctrina hasta 1982 en el Manual de Campo 100-5, Operations3.
La doctrina actual sobre los niveles de guerra se encuentra en la Publicación Conjunta (JP) 1, Doctrine for the Armed Forces of the United States, y en la JP 3-0, Joint Operations4.
«Los tres niveles de la guerra -estratégico, operacional y táctico- vinculan las acciones tácticas a la consecución de objetivos nacionales. No existen límites finitos entre estos niveles, pero ayudan a los comandantes a diseñar y sincronizar las operaciones, asignar los recursos y atribuir las tareas al comando adecuado. La finalidad estratégica, operacional o táctica del empleo depende del carácter del objetivo, misión o tarea»5.
Esta descripción de JP 1 establece los fundamentos y también destaca la cuestión epistemológica inherente al concepto doctrinal. Hay tres niveles de guerra (una estructura de clasificación), pero «no hay límites finitos entre estos niveles»6. Esto es un problema para los estudiantes cuando intentan identificar a qué nivel de la guerra pertenece una determinada misión o tarea u objetivo. Para los estudiantes, la cuestión es identificar qué categoría se aplica, y aunque los niveles de la guerra en realidad no son categorías, las categorías comúnmente son la forma en que los estudiantes abordan los niveles de la guerra. La doctrina trata de aclarar la cuestión con la advertencia de que «la finalidad estratégica, operacional o táctica del empleo depende del carácter del objetivo, la misión o la tarea»7. Es decir, la finalidad de la acción u objetivo es lo que determina el nivel de la guerra. Sin embargo, esto no subsana completamente el problema de la clasificación epistemológica. Cuando no existe una delimitación clara de los límites entre los niveles de la guerra, sigue siendo bastante complicado clasificar correctamente la finalidad. La doctrina de JP 1 crea un problema en cuanto a la forma en que los estudiantes pueden comprender y utilizar los niveles de guerra en su pensamiento (véase la figura 1).
La JP 3-0 no ayuda a aclarar la cuestión y, de hecho, refuerza el problema. Una contribución positiva, sin embargo, es la advertencia sobre la cuestión de la unidad de análisis. La advertencia reitera que existen tres niveles de guerra y que no hay límites fijos entre ellos. Se advierte al alumno que no incluya la unidad de análisis (por ejemplo, el escalón de mando, el tamaño de las unidades, los tipos de equipamiento) en la clasificación de los niveles de guerra. Esta es una advertencia útil porque los estudiantes suelen cometer el error de la unidad de análisis y confundir el escalón de mando, el tamaño de las unidades o los tipos de equipamiento con un nivel de guerra concreto. Por otra parte, el problema de clasificación sigue basándose en el carácter de la tarea, misión u objetivo. El lugar donde la JP 3-0 refuerza el problema epistemológico es cuando se declara,
«Por ejemplo, los satélites de inteligencia y comunicaciones, que antes se consideraban principalmente medios estratégicos, son también recursos importantes para las operaciones tácticas. Asimismo, las acciones tácticas pueden tener consecuencias estratégicas tanto intencionadas como no intencionadas, especialmente en el ambiente actual de comunicaciones globales omnipresentes e inmediatas y de amenazas en red»8.
Dado que no hay límites fijos entre los niveles de la guerra, ¿cómo puede el alumno diferenciar entre ellos cuando los medios estratégicos tienen aplicaciones tácticas y cuando las acciones tácticas tienen consecuencias estratégicas previstas y no previstas? Una acción táctica con una consecuencia estratégica prevista (finalidad) podría, a partir de la explicación en la JP 1 y JP 3-0, clasificarse como una acción táctica en el nivel estratégico de la guerra. Cabe destacar también que en esta explicación de la JP 3-0 no se menciona el nivel operacional de la guerra. No es de extrañar que muchos estudiantes del CGSOC en el Departamento de Educación a Distancia tengan dificultades para distinguir entre los niveles de guerra; la doctrina tiene un problema epistemológico inherente en cuanto a la claridad de la delimitación entre los niveles (véase la figura 2).
Hay dos problemas comunes que los estudiantes tienen con los niveles de guerra. En primer lugar, suelen combinar los niveles de la guerra. Es decir, no distinguen entre estratégico (nacional y teatro de operaciones), operacional y táctico; el error más común es que combinen los niveles estratégico y operacional. Es con esos niveles que los estudiantes tienen menos experiencia. El otro error común es confundir las acciones u objetivos de un nivel con los realizados en otro nivel, ya sea superior o inferior. El resultado de estos errores es un análisis confuso y enredado. Los errores impiden a los estudiantes pensar con claridad en los problemas relacionados con el arte operacional y son un obstáculo para su capacidad de comprender los conceptos clave. La mayoría de los estudiantes piensan en sus experiencias militares profesionales y las relacionan con ellas para contextualizar la nueva información. El planteamiento habitual es relacionar los nuevos conceptos del CGSOC con un marco táctico, ya que la mayoría de las experiencias militares de los estudiantes se sitúan en ese nivel. Esta es una respuesta natural y una heurística común, pero lleva a generalizaciones precipitadas y a una interpretación sesgada de la información. En la actualidad, hay pocos remedios para ayudar a los estudiantes que se esfuerzan por comprender los niveles de la guerra, salvo orientarlos a la doctrina. Lo que se necesita es una nueva forma de aclarar y presentar los niveles de guerra de manera que ayude a los estudiantes a asimilar el concepto en un nuevo marco sin tratar de establecer conexiones con sus experiencias tácticas. Un marco utilizado en bastantes disciplinas se denomina el nivel de análisis. Este marco puede ayudar a los estudiantes del CGSOC a clarificar su pensamiento y análisis.
El nivel de análisis es una herramienta que se encuentra en varias ciencias sociales (por ejemplo, la ciencia política, la sociología, la psicología, la antropología) para ayudar al académico a definir la escala y el alcance de su investigación.
«En cualquier ámbito de investigación académica, siempre hay varias formas de clasificar y ordenar los fenómenos estudiados con fines de análisis sistémico. Tanto en las ciencias físicas como en las sociales, el observador puede optar por centrarse en las partes o en el todo, en los componentes o en el sistema»9.
El ejemplo utilizado aquí procede de una teoría de las relaciones internacionales en ciencia política, el campo con el que el autor del presente artículo está más familiarizado. En las ciencias políticas, el problema del nivel de análisis fue descrito por J. David Singer en 1961, pero solo describió dos niveles: el sistema internacional y el Estado10. Kenneth N. Waltz, en Man, the State, and War y en Theory of International Politics, propone tres niveles de análisis que son los más utilizados en la actualidad: el individuo, el Estado y el sistema internacional11. Estos tres niveles permiten al investigador estudiar los fenómenos desde perspectivas muy diferentes. Por ejemplo, si se selecciona el nivel individual de análisis, la investigación se centraría en lo que hace el responsable individual de la política y en por qué tomó esa decisión. Si se opta por el nivel estatal de análisis, la atención se centraría en el funcionamiento interno del Estado y en cómo las burocracias y los grupos toman decisiones (por ejemplo, el trabajo de Graham Allison sobre la crisis de los misiles en Cuba12). Si se elige el sistema internacional, la investigación se centraría en la estructura del sistema y en las interacciones entre los actores del mismo (por ejemplo, estudiando la estructura de las alianzas y los tratados antes de la Primera Guerra Mundial).
La utilidad, pues, de seleccionar un nivel de análisis es metodológica; permite al investigador estructurar su investigación de forma clara y racional. Evita que los conceptos y las ideas se confundan y se enreden, limitando lo que se investiga a lo que encaja en su ámbito. Si un académico utiliza el sistema internacional como nivel de análisis, esa elección impide, por ejemplo, considerar la personalidad del káiser alemán (nivel de análisis individual) como un factor del sistema internacional de alianzas y tratados antes de la Primera Guerra Mundial. Esto no significa que un nivel de análisis específico sea necesariamente superior; al contrario, todos los niveles o perspectivas sobre un tema son necesarios para comprenderlo mejor. Sin embargo, el uso de los niveles de análisis proporciona claridad y enfoque cuando se examinan temas complejos.
Para mejorar la claridad del análisis aún más, el militar debe ser consciente de otro concepto conocido como unidad de análisis. El nivel de análisis no es lo mismo que la unidad de análisis. La unidad de análisis es el objeto en el que se centra el análisis; es la cosa estudiada. Lo importante es que la unidad de análisis «depende del nivel de investigación»13. Una unidad de análisis puede ser un individuo, un grupo, organización, Estado o sistema. La unidad de análisis depende del marco del análisis, que es el nivel de análisis. Si un soldado está examinando el nivel estratégico de análisis, su unidad de análisis podría ser las acciones de un comandante de teatro de operaciones, el jefe del Estado Mayor Conjunto o el secretario de Defensa. También podrían ser las acciones de un cabo, un sargento o un oficial subalterno cuando esas acciones se encuentran en el nivel estratégico. Esto corresponde con la doctrina, como se ha señalado anteriormente, en lo que respecta a la unidad de análisis y los niveles de guerra, cuando en la JP 3-0 se declara,
«El escalón de mando, tamaño de las unidades, tipos de equipamiento y tipos y ubicación de fuerzas o componentes pueden asociarse a menudo con un nivel concreto, pero la finalidad estratégica, operacional o táctica de su empleo depende del carácter de su tarea, misión u objetivo»14.
Esto es el equivalente doctrinal de afirmar que la unidad de análisis depende del nivel de análisis (nivel de guerra). Utilizar los niveles de guerra como niveles de análisis se ajusta a la doctrina y ayuda a clarificarla.
La utilización de los niveles de guerra como niveles de análisis tiene varias ventajas. En primer lugar, aclara la doctrina. Aclara la cuestión epistemológica descrita anteriormente. Esto es bastante sencillo y, sin embargo, no es intuitivo para la mayoría de los estudiantes. La mayoría de los estudiantes tratan de encajar la información que se les da en un nivel de guerra como categoría durante su análisis. Tratar los niveles de guerra como niveles de análisis requeriría que los estudiantes determinaran primero el alcance y las limitaciones de cada nivel de guerra en un escenario dado antes de realizar cualquier análisis del tema. Cambia el enfoque del estudiante, que pasa de intentar examinar la información en categorías vagamente definidas y superpuestas durante el análisis, a comenzar su análisis con un marco que tiene parámetros predeterminados para lo que define cada nivel de análisis/nivel de guerra. Al igual que en las ciencias sociales, el uso de los niveles de análisis aclara el alcance de la investigación y análisis al describir claramente lo que va a ser el tema de la investigación antes del análisis. El ejemplo de la JP 3-0 que describe una acción táctica en el nivel estratégico de la guerra sería aclarado. La unidad de análisis no es determinante. Si el alumno utiliza el nivel estratégico de la guerra como nivel de análisis, entonces esa acción se consideraría simplemente como una acción estratégica, independientemente del escalón de mando o de la unidad que la llevara a cabo. De hecho, las acciones (unidad de análisis) realizadas por una unidad táctica pueden ser tácticas, operativas o estratégicas. Eso está mucho más claro. Se trata simplemente de un cambio de enfoque y no de un cambio en la definición o los parámetros (alcance) de cada nivel de la guerra.
La doctrina en la JP 1 ya establece los parámetros (alcance) de cada nivel de guerra de tal manera que cada uno puede ser utilizado como un nivel de análisis. El nivel estratégico de la guerra implica la orientación y los recursos nacionales (o multinacionales) para lograr los objetivos a nivel nacional o de teatro de operaciones. En el nivel estratégico de análisis, se analizaría cualquier acción llevada a cabo que implique una orientación nacional (o multinacional), recursos u objetivos y estado final. El nivel operacional de la guerra implica la planificación y ejecución de campañas y operaciones importantes utilizando el arte operacional para lograr los objetivos militares. En el nivel operacional de análisis, se analizaría cualquier acción realizada que implique el arte operacional y la planificación y ejecución de campañas y operaciones de gran escala. El nivel táctico de la guerra implica la planificación y ejecución de batallas y enfrentamientos mediante la «colocación y maniobra ordenada de los elementos de combate en relación con los demás y con el enemigo para alcanzar los objetivos de combate»15. En el nivel táctico de análisis, se analizaría cualquier acción realizada que implique esas actividades.
Un buen ejemplo es la operación Desert Storm. Cuando los niveles de guerra se establecen como niveles de análisis utilizando los parámetros de la doctrina, es obvio que el VII Cuerpo funcionaba en el nivel táctico de la guerra (planificando y ejecutando batallas y enfrentamientos utilizando «la colocación y maniobra ordenada de los elementos de combate en relación con los demás y con el enemigo para alcanzar los objetivos de combate»16). Queda claro que los objetivos o acciones (batallas y combates) y no el escalón de mando (cuerpo de ejército) son los que determinan el nivel de guerra cuando se aplican los niveles de guerra como niveles de análisis.
Queda entonces la cuestión final de si hay que considerar los niveles de la guerra como una jerarquía o como algo incorporado e integrado. Otro aspecto de la utilidad de usar los niveles de guerra como niveles de análisis es que se pueden utilizar ambos planteamientos. Al igual que ocurre con los niveles de análisis en las ciencias políticas (individuo, Estado y sistema internacional), un individuo está integrado o incorporado dentro del Estado, que a su vez está integrado o incorporado en el sistema internacional, pero existe una jerarquía en términos de alcance que se extiende desde el individuo, hasta el Estado y el sistema internacional. El hecho de que los niveles de la guerra puedan considerarse como una jerarquía o como algo integrado e incorporado depende de cómo se utilice el marco del nivel de la guerra como nivel de análisis. Los estudiantes pueden y deben sentirse cómodos con ambas formas de ver los niveles de la guerra.
Conclusión
Los estudiantes han demostrado repetidamente que tienen dificultades para comprender y aplicar los niveles de guerra en su trabajo de curso. Esto se debe a que existe un problema epistemológico con la doctrina actual y el enfoque de los estudiantes sobre los niveles de guerra como categorías a utilizar durante el proceso de análisis. También suelen utilizar sus experiencias a nivel táctico como heurístico, pero eso provoca generalizaciones precipitadas y una interpretación sesgada de la información. Estos problemas provocan un pensamiento confuso y enmarañado, que da lugar a un análisis deficiente. Utilizar los niveles de la guerra como niveles de análisis proporciona un método para aclarar el pensamiento de los estudiantes. Esto supone un cambio en el enfoque actual, principalmente en términos de proceso. La principal diferencia consiste en cambiar la visión de los estudiantes sobre los niveles de la guerra, pasando de varias categorías utilizadas en el proceso de análisis, a niveles de análisis considerados como un marco que se aplica a un escenario previo al análisis. Esto ayudará a eliminar el problema de la unidad de análisis que a menudo hacen los estudiantes, así como a eliminar el problema epistemológico de los límites poco claros entre los niveles de la guerra.
Notas
- Epígrafe. Carl von Clausewitz, On War, ed. y trad. Michael Howard y Peter Paret (Princeton, NJ: Princeton University Press, 1989), 132.
- Sun Tzu, The Art of War (China: Sweetwater Press, 2006); Clausewitz, On War, 178. El concepto de la diferencia entre estrategia y táctica aparece en el capítulo 3 de The Art of War, «Attack by Stratagem».
- Jacob Kipp, «Soviet Military Doctrine and the Origins of Operational Art, 1917-1936», en Soviet Doctrine from Lenin to Gorbachev, 1915–1991, ed. William C. Frank Jr. y Philip S. Gillette (Westport, CT: Greenwood, 1992), 88.
- Huba Wass de Czege y L. D. Holder, «El Nuevo FM 100-5», Military Review 62, nro. 9 (septiembre de 1982): 2.
- Joint Publication (JP) 1, Doctrine for the Armed Forces of the United States (Washington, DC: U.S. Government Publishing Office [GPO], 12 de julio de 2017), I-7–I-8, accedido 30 de marzo de 2021, https://www.jcs.mil/Portals/36/Documents/Doctrine/pubs/jp1_ch1.pdf; JP 3-0, Joint Operations (Washington, DC: U.S. GPO, 22 de octubre de 2018), I-12–I-14, accedido 30 de marzo de 2021, https://www.jcs.mil/Portals/36/Documents/Doctrine/pubs/jp3_0ch1.pdf.
- JP 1, Doctrine for the Armed Forces of the United States, I-7.
- Ibid., x.
- Ibid., I-7.
- JP 3-0, Joint Operations, I-12.
- David J. Singer, «The Level-of-Analysis Problem in International Relations», World Politics 14, nro. 1 (1961): 77, https://doi.org/10.2307/2009557.
- Ibid., 80-84
- Kenneth N. Waltz, Man, the State, and War: A Theoretical Analysis (New York: Columbia University Press, 1959); Kenneth N. Waltz, Theory of International Politics (Reading, MA: Addison-Wesley, 1979).
- Graham Allison, Essence of Decision: Explaining the Cuban Missile Crisis, 1ª ed. (Boston: Little, Brown, 1971).
- Robert K. Yin, Case Study Research: Design and Methods, 4ª ed. (Los Angeles: SAGE Publications, 2009), 31.
- JP 3-0, Joint Operations, I-12.
- JP 1, Doctrine for the Armed Forces of the United States, I-8.
- Ibid.
El Dr. Andrew S. Harvey, es profesor adjunto en el Departamento de Educación a Distancia de la Escuela de Comando y Estado Mayor, en Fort Leavenworth, Kansas. Es doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Kansas. Es un oficial del Ejército retirado que sirvió en varios puestos como oficial de blindaje y oficial de área extranjera, incluso durante la operación Iraqi Freedom.
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