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Cuarto Trimestre 2021

La batalla por Hong Kong

Observaciones sobre la narrativa y la resistencia en la competencia estratégica

Teniente coronel Steve Ferenzi, Ejército de EUA

Teniente coronel (ret.) Andrew M. Johnson, Ejército de EUA

Teniente coronel Jason Mackenzie, Ejército de EUA

Dra. Nicole M. Laster

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Un manifestante ondea la bandera de Hong Kong el 21 de junio de 2019

Esto no es solo un problema de Hong Kong, también es un problema internacional. Hoy es Hong Kong, pero mañana puede ser Japón. Por eso he venido desde Japón para apoyar la protesta de hoy.

—Sakura, manifestante japonés en Hong Kong

 

La narrativa, la opresión y la resistencia son aspectos inherentes de la competencia entre adversarios. El 15 de marzo de 2019, estos quedaron en evidencia cuando Hong Kong, una región administrativa especial de China, se convirtió en un campo de batalla de primera línea del siglo XXI entre los sistemas democrático y autoritario. Miembros de un grupo prodemocrático irrumpieron en el Complejo del Gobierno Central de Hong Kong mientras los guardias se apresuraban a cerrar las puertas en un esfuerzo inútil por detenerlos. Era demasiado tarde, la primera de las protestas contra la Ley de Delincuentes Fugitivos había comenzado oficialmente.

Las protestas de Hong Kong de 2019-2020 indican que la competencia tiene que ver más con las ideas y menos con armas letales. La guerra moderna está inmersa en un conflicto de palabras y en una batalla para influir no solo en las comunidades internas o regionales, sino también en las globales. El Ejército tiene un papel fundamental que desempeñar en este ambiente de información. Hay lecciones de Hong Kong que el Ejército debe aplicar y que tienen que ver con el control de la narrativa para influir en múltiples audiencias, como la explotación de la tecnología de la comunicación y la información y el aprovechamiento de terceros (proxies) y socios, con especial atención a la resistencia no violenta contra el autoritarismo (véase la tabla 1). En el documento Exploitation of Strategic Conditions in 2035, del Comando de Entrenamiento y Doctrina del Ejército de EUA, se señala que estos elementos son esenciales para obtener una ventaja sobre el adversario.

La narrativa y la influencia son elementos esenciales de la guerra irregular. Estados Unidos no está dejando de lado la guerra irregular por la competencia entre grandes potencias; la guerra irregular es constante y es una manera importante de competir1. Hong Kong nos recuerda por qué es esencial pensar ampliamente en las contribuciones del Ejército a lo largo de todo el continuo de competencia, especialmente cuando se utiliza la guerra irregular por debajo del nivel de conflicto armado para ganar ventaja en la competencia indirecta2.

El temor a los cisnes negros y los rinocerontes grises

La disensión interna es la mayor amenaza para la estabilidad de China. Las protestas de Hong Kong no solo confirman esto, sino que también muestran cómo imponer costos políticos y financieros al gigante asiático. El Partido Comunista de China (PCCh) ha dedicado enormes recursos desde 2012 para prevenir la amenaza de «cinco nuevas categorías negras» que incluyen «abogados de derechos humanos, iglesias clandestinas, disidentes, comentaristas prominentes en Internet y miembros de sectores desfavorecidos de la sociedad»3.

En 2019, el secretario general del PCCh, Xi Jinping, hizo hincapié en la necesidad de «estar muy alertas ante los “cisnes negros” [acontecimientos imprevistos] y prevenir los “rinocerontes grises” [riesgos conocidos que se ignoran]»4. Entre estos eventos figuran las revoluciones de color no violentas y prodemocráticas de mediados de la década de 2000 en los antiguos estados soviéticos y la Primavera Árabe a principios de 20105. En el documento Defensa Nacional en la Nueva Era, publicado en 2019 por el Gabinete de Información del Consejo de Estado chino, se destaca específicamente el separatismo como una amenaza significativa, citando Taiwán, el Tíbet y Xinjiang como ejemplos de ello6. Tanto los manifestantes como los dirigentes del PCCh entienden que la competencia entre la democracia y el autoritarismo no es un problema limitado a Hong Kong.

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Las protestas se produjeron a raíz de la presentación de un proyecto de ley sobre delincuentes fugitivos por parte del gobierno de Hong Kong. Tal proyecto de ley, que aparentemente pretendía «eliminar algunas lagunas» para evitar que la ciudad se convirtiera en un refugio para delincuentes, permitiría que activistas y periodistas fueran detenidos y que se realizaran juicios injustos y torturas conforme las leyes chinas, eludiendo así el principio de «un país, dos sistemas»7. Como reacción, muchas personas salieron a las calles a manifestarse en contra y exigieron que: se abandonara el proyecto de ley; que la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, dimitiera; que se investigara la brutalidad policial, que se liberara a todos los manifestantes detenidos y que se aplicaran mayores reformas democráticas8. Estas ideas de criminalidad y opresión encontrarían un terreno fértil en las condiciones que ofrece el ambiente estratégico.

Explotar las condiciones estratégicas

La sección G-2 del Comando de Entrenamiento y Doctrina del Ejército de EUA (TRADOC) publicó en 2019 un estudio titulado Competition in 2035: Anticipating Chinese Exploitation of Operational Environments. Este estudio fue complementado por el ya mencionado Exploitation of Strategic Conditions in 2035, en el cual se concluye que el ambiente estratégico del futuro estará caracterizado por un estado persistente de competencia en el que los adversarios globales buscarán aprovechar veinticuatro elementos9. Muchos de estos elementos se pueden encontrar en Hong Kong, pero los tres más significativos están vinculados al ambiente de la información. Estos son: las narrativas en competencia, la ubicuidad de la tecnología de la comunicación y la información y el empleo de terceros (véase la figura 1).

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Elemento 1: Narrativas en competencia. El estudio del TRADOC define las «narrativas en competencia» como la «explicación o interpretación de eventos/ideas que se originan desde una perspectiva particular y se presentan a un público específico para ganar influencia»10. Desde el principio, tanto Pekín como los manifestantes trataron de explotar la fragmentación de la sociedad en Hong Kong para promover sus respectivas narrativas.

La narrativa es un elemento común en la competencia entre adversarios, presente desde la guerra de independencia estadounidense hasta la actualidad. En la teoría de los movimientos sociales, esta competencia en el ambiente de la información es conocida como «framing» (encuadramiento), es decir, el proceso de construir un significado compartido a partir de un acontecimiento para inspirar la acción colectiva11. El asesinato de Jane McCrae por parte de los nativos americanos, aliados de los británicos en ese momento, cumplió esta función en la guerra de independencia al convencer a los lealistas de que se unieran a la rebelión12. La Primavera Árabe ilustró recientemente este fenómeno, ya que la autoinmolación del tunecino Mohammed Bouazizi catalizó las revoluciones en todo Oriente Medio en 201113.

En Hong Kong, las dos facciones que competían por la influencia eran China y los manifestantes prodemocráticos. China utiliza al gobierno de Hong Kong como su representante, no en un sentido militar tradicional, sino más bien como un brazo del PCCh14. Ambos grupos trataron de hacer avanzar sus narrativas para obtener la aprobación de múltiples audiencias, incluyendo la de actores estatales (p. ej., Estados Unidos), organizaciones internacionales (p. ej., Naciones Unidas) y la población indecisa en China, Hong Kong y el resto del mundo.

China utilizó sus medios de comunicación estatales para controlar la narrativa y difundir desinformación. Esto implicó afirmar que gobiernos extranjeros, como el de Estados Unidos, así como lo que Pekín calificó de «matones criminales de Hong Kong», incitaron las protestas15. Por ejemplo, un video dirigido a la población china más joven comenzó a circular en el que se veía a supuestos manifestantes con equipo militar estadounidense peleando con la policía. Estos medios también recibieron el apoyo de blogueros prochinos, quienes utilizaron una plataforma parecida a Twitter llamada Weibo para publicar mensajes como «Vergüenza para Hong Kong» y «Yo apoyo a la policía de Hong Kong, ya puedes pegarme» después de que un reportero del diario People’s Daily fuera acosado por manifestantes16.

Una mujer muestra un dibujo

Por otro lado, la narrativa de los manifestantes se centró en la idea de que el proyecto de ley sobre delincuentes fugitivos ponía a los ciudadanos de Hong Kong a merced de Pekín. Para apoyar esta afirmación, los manifestantes trataron de capitalizar cualquier oportunidad que mostrara cómo China estaba detrás de la respuesta violenta de las fuerzas de seguridad. La oportunidad se presentó en agosto de 2019, cuando imágenes de una joven tendida en el suelo a la que la policía había disparado en el ojo con una bolsa de frijoles empezaron a circular. Los manifestantes utilizaron el incidente como símbolo para retratar las tácticas cada vez más brutales contra ciudadanos inocentes de Hong Kong17.

A medida que ambos grupos competían por hacer avanzar sus narrativas, los manifestantes tuvieron dificultades para hacer llegar su mensaje a grupos específicos debido a la poderosa contranarrativa china y el número de recursos del que disponen. Por ejemplo, cuando los manifestantes intentaron refutar los mensajes de China en las principales redes sociales chinas, estos fueron censurados inmediatamente. La capacidad para difundir y mantener narrativas depende en gran medida de la siguiente condición.

Elemento 2: Ubicuidad de la tecnología de la comunicación y la información. La ubicuidad de la tecnología de la información y la comunicación es definida como «el acceso casi universal a la información y la comunicación en todo el mundo»18. Algunos ejemplos incluyen plataformas como Facebook, Instagram, Twitter, Reddit, YouTube, Telegram, TikTok y LIHKG. Las protestas de Hong Kong demostraron que el uso de la tecnología de la comunicación para hacer avanzar las narrativas en competencia se ha convertido en la nueva normalidad y es una tendencia que se remonta a las protestas egipcias de 2011 en la plaza Tahrir19.

China utilizó medios como Twitter a través de terceros para impulsar su narrativa. Algunas cuentas compararon a los manifestantes con terroristas y medios de comunicación controlados y financiados por el Estado compraron anuncios en Facebook y Twitter para describir negativamente las protestas. Twitter informó de que había descubierto más de 900 cuentas procedentes de China que «intentaban deliberada y específicamente sembrar la discordia política en Hong Kong»20.

Cuenta de Facebook asociada al gobierno chino que compara a los manifestantes con terroristas

Los manifestantes utilizaron las redes sociales para organizarse y hacer manifestaciones a gran escala. Según King-wa Fu, del Centro de Estudios de Periodismo y Medios de Comunicación de la Universidad de Hong Kong, plataformas como LIHKG han permitido a grupos pequeños «iniciar nuevas agendas, ideas de campaña y estrategias»21. Además, Instagram sirvió de plataforma para que los manifestantes compartieran «carteles y eslóganes de campaña visualmente atractivos, así como imágenes y videos de la violencia policial», algo que no se vio en las protestas anteriores en Hong Kong22.

Otro aspecto de la ubicuidad de la tecnología de la comunicación es la posibilidad de que los movimientos de protesta se queden sin líder y de igual manera tengan éxito. En el Movimiento de los Paraguas de Hong Kong de 2014, el líder estudiantil Joshua Wong se convirtió en blanco de las autoridades y fue encarcelado en numerosas ocasiones23. En cambio, en las protestas de Hong Kong de 2019-2020 no hubo una persona u organización que reclamara el liderazgo. Se trataba de un intento de permanecer en el anonimato para evitar la detención y la represión violenta. Si se comparan las repercusiones con las de los líderes de las protestas de 2014 claramente identificables, como Wong, el movimiento 2019-2020 parece haber sido eficaz para reducir el riesgo gracias a la ubicuidad de la tecnología de la información y la comunicación.

Elemento 3: El empleo de terceros. Este elemento estratégico es definido como el «uso generalizado de terceros por parte de actores estatales y no estatales para promover sus intereses indirectamente y con un riesgo directo reducido»24. China utilizó terceros considerablemente en las protestas de Hong Kong de 2019-2020. Hong Kong también demuestra como Estados Unidos perdió una oportunidad para apoyar a los manifestantes y contrarrestar la influencia china.

Aunque Hong Kong es oficialmente una «región administrativa especial» china, el PCCh tiene el control y hace cumplir sus políticas a través del gobierno de Hong Kong. Esto permitió a China desvincularse de la percepción de una implicación directa y proporcionó una forma de contrarrestar la narrativa clave de los manifestantes sobre la influencia china25. «Delegar» las funciones de seguridad a terceros en un esfuerzo por evitar una intervención prohibitiva es una característica que define la guerra de terceros26.

La narrativa y la capacidad de comunicación de los manifestantes se tradujeron en un éxito tangible hacia la degradación de la influencia china. En noviembre de 2019, los partidos políticos a favor de Pekín sufrieron una asombrosa derrota en las elecciones al consejo del distrito de Hong Kong. Los candidatos demócratas ganaron el 87% de los escaños del consejo, frente a menos de un tercio de la oposición27. Esta derrota ha hecho que China reevalúe cómo seguirá utilizando sus terceros después del claro apoyo público al movimiento prodemocrático.

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Estados Unidos se involucró adoptando una acción legal limitada que no se materializó hasta 8 meses después del inicio de las protestas. El Congreso aprobó la Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong en noviembre de 2019, autorizando la imposición de sanciones a funcionarios de Hong Kong y China por abuso de derechos humanos28. Esto contrasta con la asistencia a los activistas por la democracia involucrados en las revoluciones de color en Georgia y Ucrania a principios de la década de 200029. Entender el uso de terceros por parte de China es importante, pero un análisis más amplio al rol potencial del Ejército de EUA y cómo este puede apoyar a sus «socios de resistencia» no violentos merece una atención especial30.

¿Violencia o no violencia? Opciones para la opresión y la resistencia

¿Por qué China no utilizó su enorme ejército para aplastar rápidamente las protestas? Estas habrían terminado en pocos días como ocurrió en la plaza de Tiananmen de 1989. La respuesta: por el público. Los actores no solo compiten directamente entre sí, sino también para obtener la cooperación de múltiples audiencias. La elección de emplear la violencia, tanto por parte del Estado como del movimiento de resistencia, depende de cómo lograr una posición de ventaja sobre los demás frente a los públicos pertinentes.

China no puede darse el lujo de tener una repetición sangrienta de Tiananmen y a la misma vez intentar promocionarse como un socio global de preferencia. Para el Ejército es importante comprender el papel de la resistencia no violenta, no solo en el contexto de Hong Kong, sino de forma más amplia en lo que respecta a la competencia. Cabe destacar que la resistencia no violenta es casi dos veces más efectiva que su contraparte violenta31. Además, quizás de manera contradictoria, el Ejército tiene un papel fundamental en la prestación de apoyo a los socios de la resistencia no violenta32. El Ejército debe entender cómo navegar por el contexto de la violencia y la no violencia en la planificación de dicho apoyo.

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Tanto la violencia como la no violencia aparecen a menudo en las campañas de resistencia. Los especialistas en movimientos sociales hablan sobre esto en el contexto de los «efectos de flanco radical» (véase la figura 2)33. Un efecto de flanco positivo se produce cuando un grupo radical con objetivos extremos aumenta la influencia de los elementos moderados haciendo que sus demandas parezcan más razonables. Por el contrario, los radicales pueden crear un efecto de flanco negativo que debilita a los moderados al desacreditar a todo el movimiento34. Además, los flancos radicales pueden manifestarse como desafíos violentos dentro o fuera del movimiento35.

Los primeros observadores pensaban que los flancos radicales daban lugar a una mayor aceptación por parte del Estado de los cambios políticos que antes se consideraban demasiado radicales, al legitimar la posición negociadora de los moderados o empujarlos a adoptar posiciones más extremas36. Sin embargo, los estudios recientes son más ambiguos y concluyen que los flancos violentos no tienen un impacto positivo en los índices de éxito de las campañas no violentas. En algunos casos, como el desafío antiapartheid en Sudáfrica entre 1983 y 1994, los efectos positivos de los flancos contribuyeron al éxito de la resistencia37.

¿Qué significa esto para el Ejército? Los soldados pueden desempeñar un papel crucial a la hora de apoyar a los socios de resistencia creando capacidades (asistencia técnica y financiera) y generando conexiones (facilitando la planificación, la comunicación y los vínculos entre las redes de activistas locales y actores transnacionales)38. Sin embargo, el Ejército tiene dos opciones a la hora de apoyar a dichos socios de resistencia: (1) rechazar el uso de la violencia o (2) planificar deliberadamente el uso de la violencia. En el último caso, se trata de un esfuerzo paralelo para capitalizar un efecto de flanco (o una contingencia cuando la no violencia no funciona). Estos aspectos tienen importantes implicaciones para la planificación.

Rechazar la violencia

La violencia puede perjudicar las campañas de resistencia no violenta, ya que le da al gobierno una razón conveniente para tomar represalias brutales en nombre de la seguridad39. Si los manifestantes de Hong Kong decidieran escalar a una violencia organizada, el resultado democrático habría sido menos favorable. En consecuencia, muchos hacen hincapié en una estricta disciplina no violenta para reducir las barreras de entrada que impiden la movilización masiva, así como para aprovechar el «jiu-jitsu político», es decir, el tiro por la culata que se produce cuando el régimen ataca a los manifestantes pacíficos y desencadena una mayor movilización popular40.

Tanto la disciplina no violenta como las acciones violentas del gobierno son factores clave que contribuyen al éxito de las campañas no violentas41. Pero, ¿qué ocurre cuando surge una oposición armada interna o externa al movimiento, o en forma de «agentes provocadores» patrocinados por el régimen que tratan de intensificar las represalias violentas, como se vio en Siria en 2011?42. El Ejército tiene supuestamente tres opciones: (1) evitar la violencia, (2) marginar a los radicales que emplean la violencia, o (3) terminar el apoyo al socio de resistencia por completo (ver tabla 2 y figura 3).

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Prevenir. El Ejército puede presionar a un socio de resistencia para que mantenga la disciplina no violenta mediante la creación de capacidades y generando conexiones, como se comentó anteriormente. Sin embargo, objetivos divergentes son difíciles de mitigar en ausencia de una influencia fuerte sobre el movimiento43. Esto puede ser problemático si la política estadounidense rechaza la violencia y un flanco radical dentro del movimiento decide ser violento. El Ejército debe entender que el socio de resistencia puede tomar sus decisiones de forma independiente y que Estados Unidos solo está en posición de apoyar, no de controlar, el resultado.

Marginar. Mantener una clara separación puede permitir al núcleo del movimiento no violento mitigar los efectos negativos de los flancos violentos. Sobre la importancia de la narrativa, el reto consiste en cómo señalar esa diferenciación a las audiencias internas y externas apropiadas44. Un factor es la capacidad del movimiento para maximizar la «relación señal-ruido» y socavar los esfuerzos del régimen de censurar y desinformar para suprimir la voz del movimiento45. Un ejemplo de Hong Kong fue el intento de China de presentar a los manifestantes como agitadores violentos que utilizaban equipo militar. En una situación así, el Ejército puede ser el más adecuado para proporcionar el apoyo tecnológico y la capacidad de difusión de información para inclinar la balanza a favor del movimiento no violento.

Terminar. Por último, el Ejército puede cesar su apoyo cuando un socio de resistencia incurre en niveles inaceptables de violencia. Esto puede mitigar la dinámica de escalada con un adversario que favorece una insurgencia violenta, pero también puede dañar la credibilidad de Estados Unidos si se percibe que ha abandonado a su socio46.

Planificar la violencia

Lo ideal es que las campañas no violentas ofrezcan ventajas asimétricas frente a las que sí emplean la violencia. La realidad, sin embargo, demuestra que esto puede no ser factible en la práctica. Si Estados Unidos pretende proteger sus intereses apoyando a los socios de resistencia, debe planificar todas las contingencias (véase la figura 4). Esto puede manifestarse como esfuerzos paralelos (apoyando simultáneamente las alas violentas y no violentas para capitalizar los posibles efectos positivos de los flancos) o esfuerzos secuenciales (planificando la violencia en caso de que la población perciba la no violencia como un fracaso).

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Violencia paralela. Apoyar simultáneamente las alas violentas y no violentas es una jugada arriesgada. El Ejército puede hacerlo coordinando actividades entre un elemento del flanco interno del movimiento y el componente central no violento, o facilitando una insurgencia armada externa sin el conocimiento o el consentimiento del movimiento no violento. Aunque la violencia puede estar estadísticamente asociada a niveles más bajos de participación popular en las actividades de resistencia, aún puede contribuir al éxito bajo ciertas condiciones al capitalizar la dinámica espacial y psicológica.

La violencia en la periferia puede alejar los medios del régimen de los centros urbanos, donde la resistencia no violenta es más eficaz. Las insurgencias tradicionales que adoptan el enfoque maoísta se centran en la guerra de guerrillas rural. Reemplazar al régimen requiere tiempo y se logra aprovechando el espacio y luchando en las zonas donde el régimen es más débil. Esto suele ocurrir en las áreas rurales, donde muchos estados carecen de medios de seguridad47.

Aunque la situación de Hong Kong no es necesariamente similar, el movimiento de «poder popular» de Filipinas es un buen ejemplo. Antes de que Ferdinand Marcos fuera derrocado en 1986 durante las protestas no violentas por la Avenida Epifanio de los Santos (EDSA), los insurgentes izquierdistas e islamistas violentos que operaban en el norte y el sur lograron atraer grandes concentraciones de fuerzas militares a la periferia y de esta forma aliviaron la presión en Gran Manila48.

La psicología de la violencia también puede desempeñar un papel importante en la movilización. En Sudáfrica, la lucha no violenta contra el apartheid se benefició de la cultura de resistencia creada por la violencia del Congreso Nacional Africano. La «propaganda armada» del Congreso Nacional Africano contribuyó a la «difusión de una conciencia opositora» en todo el movimiento no violento49. Esta dinámica es producto de los procesos de encuadramiento que se abordaron anteriormente: esfuerzos estratégicos para crear narrativas poderosas que faciliten la acción colectiva. El uso simbólico de la violencia puede funcionar aquí como un marco de motivación, que puede ser especialmente eficaz en sociedades con recuerdos colectivos de rebelión histórica50.

Violencia secuencial. ¿Qué pasa cuando la acción no violenta fracasa o muchas personas creen que no está funcionando? Las campañas no violentas suelen tener éxito o fracasan en un plazo de tres años, en comparación con nueve años para las insurgencias violentas51. A pesar de las estadísticas, algunos pueden considerar la violencia como una forma de conseguir resultados rápidos, sobre todo si el régimen al que se quiere derrotar está reprimiendo brutalmente a la oposición y exige «hacer algo» para llegar a un punto culminante. Al analizar las luchas entre facciones en los movimientos, James DeNardo considera que la tendencia a abandonar los enfoques no violentos y a utilizar la violencia surge de la «impaciencia política»52. Cuando esto ocurre, el Ejército llega a un punto en el que o pone fin al apoyo o modifica sus esfuerzos para posibilitar una insurgencia tradicional que permita alcanzar los objetivos de Estados Unidos.

Lecciones para el Ejército de EUA

La lección más importante de la resistencia en Hong Kong es que hay que controlar la narrativa lo antes posible. Ya sean actores estatales o no estatales, los adversarios intentarán controlar la narrativa desde el principio para influir en múltiples audiencias. Entre estas audiencias se encuentran no solo los actores estatales, sino también individuos y grupos empoderados.

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¿Qué pasa cuando la acción no violenta fracasa o muchas personas creen que no está funcionando? Las campañas no violentas suelen tener éxito o fracasan en un plazo de tres años, en comparación con nueve años para las insurgencias violentas.

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El Ejército no puede darse el lujo de malinterpretar los matices de los mensajes que resuenan en las distintas audiencias. La cooperación de estas partes interesadas tiene un impacto significativo en la capacidad de un actor para lograr una posición de ventaja. Si el Ejército no anticipa, identifica y moldea la narrativa de una posible crisis o conflicto antes de que ocurra, se encontrará rápidamente en desventaja. El Ejército debe tener la capacidad, la destreza y la autoridad necesarias para actuar ante la narrativa como también neutralizarla.

En segundo lugar, los adversarios y los socios de resistencia utilizarán múltiples formas de tecnología de la comunicación y plataformas de Internet para comunicarse internamente entre ellos, así como externamente, para promover sus narrativas e inundar el entorno con desinformación para distorsionar las narrativas de la competencia. La tecnología de la comunicación y las plataformas en línea evolucionarán constantemente, lo que exige que el Ejército comprenda y aproveche rápidamente las capacidades existentes y emergentes.

En tercer lugar, el Ejército debe estar preparado para apoyar a los socios de resistencia no violenta como parte de una campaña de competencia del gobierno de Estados Unidos. Esto requiere que el Ejército comprenda quiénes son sus potenciales socios y que ayude a estos a desarrollar sus capacidades como también las relaciones entre ambos a largo plazo necesarias para establecer la confianza. Es igualmente importante que el Ejército se dé cuenta de que un adversario intentará hacer lo mismo. Por lo tanto, el Ejército debe saber cómo aprovechar las entidades interinstitucionales apropiadas, las naciones asociadas y las organizaciones internacionales para contrarrestar el uso de terceros por parte del adversario.

Por último, el Ejército debe lograr una mayor integración en sus formaciones multidominio en apoyo de los comandos combatientes geográficos—especialmente las fuerzas de tarea multidominio y el Centro de Guerra de la Información del 1er Comando de Fuerzas Especiales (Aerotransportado)53. La derrota de los sistemas adversarios que niegan el acceso cognitivo requiere la plena convergencia de las capacidades relacionadas con la información en todo el espectro electromagnético y en el ambiente virtual para dominar la narrativa.

Explotar la narrativa y la resistencia: no solo aplicable a Hong Kong

Las condiciones en Hong Kong sugieren que el ambiente de la información es el nuevo campo de batalla. Las sociedades divididas, la militarización de la información y los regímenes autoritarios opresivos crean oportunidades propicias para la explotación por parte de adversarios y socios. La competencia entre sistemas democráticos y autoritarios no es solo un problema de Hong Kong, sino que se extiende a otros ámbitos, como el Tíbet y Xinjiang, donde el PCCh se enfrenta a amenazas internas54.

La narrativa es el arma de preferencia para librar esta guerra. La información se puede difundir a mayor velocidad y con costos más bajos. El Ejército de EUA debe perfeccionar sus capacidades para explotar rápidamente la tecnología de la comunicación y la información y apoyar a los socios no tradicionales para ganar en esta competencia. Librar este tipo de guerra irregular aumenta las opciones militares de los decisores y amplía la influencia de Estados Unidos de una manera que las armas letales no pueden.

Las opiniones expresadas en este artículo son de los autores y no reflejan necesariamente la política o la posición oficial del Comando de Operaciones Especiales, del Comando de Entrenamiento y Doctrina, del Departamento del Ejército, del Departamento de Defensa o del gobierno de Estados Unidos.


Notas

  1. Kevin Bilms, «The Defense Department Just Published a Summary of the National Defense Strategy’s Irregular Warfare Annex. Here’s Why It’s So Significant», Modern War Institute at West Point, 2 de octubre de 2020, accedido 23 de abril de 2021, https://mwi.usma.edu/the-defense-department-just-published-a-summary-of-the-national-defense-strategys-irregular-warfare-annex-heres-why-its-so-significant.
  2. Joint Doctrine Note 1-19, Competition Continuum (Washington, DC: U.S. Joint Chiefs of Staff, 3 de junio de 2019), accedido 23 de abril de 2021, https://www.jcs.mil/Portals/36/Documents/Doctrine/jdn_jg/jdn1_19.pdf; Keith Pritchard, Roy Kempf y Steve Ferenzi, «How to Win an Asymmetric War in the Era of Special Forces», The National Interest, 12 de octubre de 2019, accedido 23 de abril de 2021, https://nationalinterest.org/feature/how-win-asymmetric-war-era-special-forces-87601; «The Army in Military Competition» Chief of Staff Paper #2 (Washington, DC: U.S. Department of the Army, 1 de marzo de 2021), accedido 6 de mayo de 2021, https://api.army.mil/e2/c/downloads/2021/03/29/bf6c30e6/csa-paper-2-the-army-in-military-competition.pdf.
  3. Willy Wo-Lap Lam, «Xi Jinping Warns against the ‘Black Swans’ and ‘Gray Rhinos’ of a Possible Color Revolution», The Jamestown Foundation, 20 de febrero de 2019, accedido 23 de abril de 2021 https://jamestown.org/program/china-brief-early-warning-xi-jinping-warns-against-the-black-swans-and-gray-rhinos-of-a-possible-color-revolution/?mc_cid=8eea1df3d7&mc_eid=12d6a9f975.
  4. Ibid.
  5. Ibid.
  6. Anthony H. Cordesman, China’s New 2019 Defense White Paper (Washington, DC: Center for Strategic and International Studies, 24 de julio de 2019), accedido 23 de abril de 2021, https://www.csis.org/analysis/chinas-new-2019-defense-white-paper.
  7. «Hong Kong-China Extradition Plans Explained», BBC, 13 de diciembre de 2019, accedido 23 de abril de 2021, https://www.bbc.com/news/world-asia-china-47810723.
  8. Tara John, «Why Hong Kong Is Protesting: Their Five Demands Listed», CNN, 30 de agosto de 2019, accedido 23 de abril de 2021, https://www.cnn.com/2019/08/13/asia/hong-kong-airport-protest-explained-hnk-intl/index.html.
  9. Exploitation of Strategic Conditions 2035 (Washington, DC: U.S. Army Training and Doctrine Command, 2019), accedido 23 de abril de 2021, https://community.apan.org/wg/gckn/m/mediagallery/290079/download; véase también Andrew M. Johnson, «Competition in 2035: Training for Multi-Domain Operations in Competition with China», Red Diamond 10, nro. 3 (julio-septiembre de 2019): 3–7, accedido 23 de abril de 2021, https://community.apan.org/wg/tradoc-g2/operational-environment-and-threat-analysis-directorate/m/documents/295598.
  10. Exploitation of Strategic Conditions 2035.
  11. Robert D. Benford y David A. Snow, «Framing Processes and Social Movements: An Overview and Assessment», Annual Review of Sociology 26 (agosto de 2000): 611–39, https://doi.org/10.1146/annurev.soc.26.1.611.
  12. Steve Ferenzi, «Proxy Blowback in the Revolutionary War? The Curious Story of Jane McCrae and the Battle of Saratoga», Modern War Institute at West Point, 18 de julio de 2016, accedido 23 de abril de 2021, https://mwi.usma.edu/jane-mccrae-battle-saratoga/.
  13. Rania Abouzeid, «Bouazizi: The Man Who Set Himself and Tunisia on Fire», Time (sitio web), 21 de enero de 2011, accedido 23 de abril de 2021, http://content.time.com/time/magazine/article/0,9171,2044723,00.html.
  14. «Hong Kong: What Is the Basic Law and How Does It Work?», BBC, 19 de noviembre de 2019, accedido 23 de abril de 2021, https://www.bbc.com/news/world-asia-china-49633862.
  15. Teddy Ng, «Chinese State Media Denounces Hong Kong Protesters Seeking U.S. Support», South China Morning Post (sitio web), 9 de agosto de 2019, accedido 23 de abril de 2021, https://www.scmp.com/news/china/diplomacy/article/3026387/hong-kong-protesters-warned-not-try-beijings-patience-chinese.
  16. Brenda Goh y Huizhong Wu, «Chinese State Media Urge Action, Voice Support for Hong Kong Police after Clashes», Reuters, 13 de agosto de 2019, accedido 8 de mayo de 2021, https://www.reuters.com/article/us-hongkong-protests-china-idUSKCN1V31SM.
  17. Tim McLaughlin (@TMclaughlin3), «La imagen de la joven a la que la policía disparó en el ojo con una bolsa de frijoles demuestra el tremendo enfado con la policía y sus tácticas. Se ha convocado una concentración masiva en el aeropuerto esta tarde» Twitter, 11 de agosto de 2019, 7:22 p.m., https://twitter.com/tmclaughlin3/status/1160708191249981441.
  18. Exploitation of Strategic Conditions 2035.
  19. Benjamin Haas, «The New Battle in Hong Kong Isn’t on the Streets; It’s in the Apps», MIT Technology Review (sitio web), 10 de septiembre de 2019, accedido 21 de abril de 2021, https://www.technologyreview.com/2019/09/10/102646/the-new-battle-in-hong-kong-isnt-on-the-streets-its-in-the-apps/; Lara Logan, «The Deadly Beating that Sparked Egypt Revolution», CBS, 2 de febrero de 2011, accedido 23 de abril de 2021, https://www.cbsnews.com/news/the-deadly-beating-that-sparked-egypt-revolution/.
  20. Donie O’Sullivan, «Twitter Cracks Down on State Media after Unveiling Chinese Campaign against Hong Kong Protesters», CNN, 20 de agosto de 2019, accedido 23 de abril de 2021, https://edition.cnn.com/2019/08/19/tech/china-social-media-hong-kong-twitter/index.html.
  21. Grace Shao, «Social Media Has Become a Battleground in Hong Kong’s Protests», CNBC, 15 de agosto de 2019, accedido 23 de abril de 2021, https://www.cnbc.com/2019/08/16/social-media-has-become-a-battleground-in-hong-kongs-protests.html.
  22. Ibid.
  23. Shelly Banjo et al., «Hong Kong Democracy Flourishes in Online World China Can’t Block», Bloomberg, 23 de agosto de 2019, accedido 23 de abril de 2021, https://www.bloomberg.com/graphics/2019-hong-kong-airport-protests/.
  24. Exploitation of Strategic Conditions 2035.
  25. Keith Zhai, James Pomfret y David Kirton, «Exclusive: China Sets Up Hong Kong Crisis Center in Mainland, Considers Replacing Chief Liaison», Reuters, 26 de noviembre de 2019, accedido 23 de abril de 2021, https://www.reuters.com/article/us-hongkong-protests-shenzhen-exclusive/exclusive-china-sets-up-hong-kong-crisis-center-in-mainland-considers-replacing-chief-liaison-idUSKBN1Y000P.
  26. Idean Salehyan, «The Delegation of War to Rebel Organizations», Journal of Conflict Resolution 54, nro. 3 (7 de enero de 2010): 493–515, https://doi.org/10.1177%2F0022002709357890.
  27. Shibani Mahtani et al., «Hong Kong’s Pro-Democracy Parties Sweep Pro-Beijing Establishment Aside in Local Elections», The Washington Post (sitio web), 24 de noviembre de 2019, accedido 4 de mayo de 2021, https://www.washingtonpost.com/world/record-turnout-in-hong-kong-election-seen-as-a-referendum-on-the-pro-democracy-protest-movement/2019/11/24/31804b00-0df5-11ea-8054-289aef6e38a3_story.html.
  28. Anne Gearan y David J. Lynch, «Trump Signs Legislation Designed to Support Pro-Democracy Protesters in Hong Kong», The Washington Post (sitio web), 27 de noviembre de 2019, accedido 23 de abril de 2021, https://www.washingtonpost.com/politics/trump-signs-legislation-designed-to-support-pro-democracy-protesters-in-hong-kong/2019/11/27/f7090e02-1070-11ea-9cd7-a1becbc82f5e_story.html.
  29. Matthew Collin, The Time of the Rebels: Youth Resistance Movements and 21st Century Revolutions (Londres: Serpent’s Tail, 2007), 153, 185. A menudo, esto adoptó la forma de organizaciones financiadas por el gobierno de EUA, como el National Democratic Institute, que proporcionan millones de dólares de «asistencia técnica» a activistas por la democracia.
  30. Army Techniques Publication 3-18.1, Special Forces Unconventional Warfare (Washington, DC: U.S. Government Publishing Office [GPO], 2019), Glosario-4, accedido 23 de abril de 2021, https://armypubs.army.mil/epubs/DR_pubs/DR_c/pdf/web/ARN16180_ATP%203-18x1%20FINAL%20WEB.pdf. Un socio de resistencia es «un socio que lleva a cabo la resistencia con el que el gobierno de Estados Unidos establece acuerdos para cooperar durante un tiempo determinado en la búsqueda de objetivos específicos de apoyo mutuo».
  31. Erica Chenoweth y Maria Stephan, Why Civil Resistance Works: The Strategic Logic of Nonviolent Conflict (Nueva York: Columbia University Press, 2013), 6-7. Los resultados reflejan el análisis empírico de 323 campañas de resistencia violenta y no violenta entre 1900 y 2006.
  32. John Chambers y Lionel Beehner, «Competing below the Threshold: Harnessing Nonviolent Action», Military Review (mayo-junio de 2020) [disponible en español en: https://www.armyupress.army.mil/Journals/Edicion-Hispanoamericana/Archivos/Primer-Trimestre-2021/Compitiendo-por-debajo-del-umbral/], accedido 23 de abril de 2021, https://www.armyupress.army.mil/Journals/Military-Review/English-Edition-Archives/May-June-2020/Chambers-Beehner-Competing-Below/.
  33. Para una descripción similar del espectro de violencia, véase Jonathan Pinckney, Making or Breaking Nonviolent Discipline in Civil Resistance Movements (Washington, DC: International Center for Nonviolent Conflict, 2016), accedido 23 de abril de 2021, https://www.nonviolent-conflict.org/wp-content/uploads/2015/12/Pinckney-Monograph-Final-with-Map-Changes-for-Online-1.pdf.
  34. Kurt Schock, Unarmed Insurrections: People Power Movements in Nondemocracies (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2005), 46-47.
  35. Erica Chenoweth y Kurt Schock, «Do Contemporaneous Armed Challenges Affect the Outcomes of Mass Nonviolent Campaigns?», Mobilization: An International Quarterly 20, nro. 4 (2015): 427-51, https://doi.org/10.17813/1086-671X-20-4-427. Los flancos violentos internos surgen dentro de la campaña. Los flancos violentos externos son desafíos separados y contemporáneos en el mismo país.
  36. Doug McAdam, John D. McCarthy y Mayer N. Zald, «Introduction: Opportunities, Mobilizing Structures, and Framing Processes–Toward a Synthetic, Comparative Perspective on Social Movements», en Comparative Perspectives on Social Movements: Political Opportunities, Mobilizing Structures, and Cultural Framings, ed. Doug McAdam, John D. McCarthy y Mayer N. Zald (Nueva York: Cambridge University Press, 1996), 14; para un debate sobre cómo las actividades de los afroamericanos radicales aumentaron el apoyo material externo a los movimientos de derechos civiles de Estados Unidos, véase también Herbert Haines, «Black Radicalization and the Funding of Civil Rights: 1957-1970», Social Problems 32, nro. 1 (octubre de 1984): 32, https://doi.org/10.2307/800260.
  37. Chenoweth y Schock, «Do Contemporaneous Armed Challenges Affect the Outcomes of Mass Nonviolent Campaigns?», 446.
  38. Veronique Dudouet, «Sources, Functions, and Dilemmas of External Assistance to Civil Resistance Movements», en Civil Resistance: Comparative Perspectives on Nonviolent Struggle, ed. Kurt Schock (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2015), 168-69. Los actores externos pueden apoyar a los movimientos de resistencia no violenta a través de una serie de mecanismos: informando, conectando, promoviendo, creando capacidades, protegiendo, monitoreando y presionando.
  39. Robert L. Helvey, On Strategic Nonviolent Conflict: Thinking About the Fundamentals (Boston: Albert Einstein Institution, 2004), 117.
  40. Chenoweth y Stephan, Why Civil Resistance Works, 30; Gene Sharp, Waging Nonviolent Struggle: 20th Century Practice and 21st Century Potential (Dexter, MI: Extending Horizons Books, 2005), 405-7.
  41. Pinckney, «Making or Breaking Nonviolent Discipline in Civil Resistance Movements».
  42. Helvey, On Strategic Nonviolent Conflict, 123; Maciej Bartkowski y Mohja Kahf, «The Syrian Resistance: A Tale of Two Struggles», Open Democracy, 23 de septiembre de 2013, accedido 23 de abril de 2021, http://www.opendemocracy.net/civilresistance/maciej-bartkowski-mohja-kahf/syrian-resistance-tale-of-two-struggles. Los planificadores deben tener en cuenta a los informantes del régimen que penetran en los movimientos, provocan la violencia y promueven la disensión.
  43. Steve Ferenzi, «Want to Build a Better Proxy in Syria? Lessons from Tibet», War on the Rocks, 17 de agosto de 2016, accedido 23 de abril de 2021, https://warontherocks.com/2016/08/want-to-build-a-better-proxy-in-syria-lessons-from-tibet/. Este desafío producto de la dinámica de agente principal también está presente en el apoyo externo a terceros violentos.
  44. Chenoweth y Schock, «Do Contemporaneous Armed Challenges Affect the Outcomes of Mass Nonviolent Campaigns?», 441-42.
  45. Devashree Gupta, «The Strategic Logic of the Radical Flank Effect: Theorizing Power in Divided Social Movements» (ponencia, 71st Conference of the Midwest Political Science Association, Chicago, IL, 11–14 de abril de 2013).
  46. Chambers y Beehner, «Competing below the Threshold».
  47. Gordon McCormick, «People’s Wars», en Encyclopedia of Conflict since World War II, vol. 1 (Armonk, NY: M. E. Sharpe, 1999), 23–34.
  48. Chenoweth y Stephan, Why Civil Resistance Works, 149-50. Las Fuerzas Armadas de Filipinas se enfrentaron simultáneamente al Nuevo Ejército del Pueblo (el brazo armado del Partido Comunista Marxista-Leninista de Filipinas) en el norte y a un movimiento independentista islamista en la isla sureña de Mindanao a partir de 1969 y 1971, respectivamente.
  49. Chenoweth y Schock, «Do Contemporaneous Armed Challenges Affect the Outcomes of Mass Nonviolent Campaigns?», 444-45.
  50. Benford y Snow, «Framing Processes and Social Movements», 617; Eric Selbin, «Agency and Culture in Revolutions», en Theorizing Revolutions, ed., John Foran (Londres: Routledge, 1997), 76-78. El encuadramiento motivacional es una tarea importante en la que se hace un «llamado a las armas» o se genera una justificación para participar en la acción colectiva.
  51. Maciej Bartkowski y Mohja Kahf, «The Syrian Resistance: A Tale of Two Struggles, Part 2», Open Democracy, 24 de septiembre de 2013, accedido 23 de abril de 2021, https://www.opendemocracy.net/civilresistance/maciej-bartkowski-mohja-kahf/syrian-resistance-tale-of-two-struggles-part-2.
  52. James DeNardo, Power in Numbers: The Political Strategy of Protest and Rebellion (Princeton, NJ: Princeton University Press, 2014), 257.
  53. 1er Comando de Fuerzas Especiales (Aerotransportado), A Vision for 2021 and Beyond (Washington, DC: U.S. GPO, 2021), 8, 16-17, accedido 23 de abril de 2021, https://www.soc.mil/USASFC/Documents/1sfc-vision-2021-beyond.pdf; Mark Pomerleau, «Special Forces to Build ‘Influence Artillery’ for Online Campaigns», C4ISRNet, 18 de febrero de 2021, accedido 23 de abril de 2021, https://www.c4isrnet.com/information-warfare/2021/02/18/special-forces-to-build-influence-artillery-for-online-campaigns.
  54. Josh Rogin, «China’s Atrocities in Tibet Are Growing Too Big to Ignore», The Washington Post (sitio web), 24 de diciembre de 2020, accedido 23 de abril de 2021, https://www.washingtonpost.com/opinions/global-opinions/chinas-atrocities-in-tibet-are-growing-too-big-to-ignore/2020/12/24/ba9d5c4e-4624-11eb-b0e4-0f182923a025_story.html; Alden Leader, «China’s Recipe for Insurgency», War Room-U.S. Army War College, 18 de septiembre de 2020, accedido 23 de abril de 2021, https://warroom.armywarcollege.edu/articles/chinas-insurgency.

 

El teniente coronel Steve Ferenzi, Ejército de EUA, es estratega de la División de Planificación Estratégica del G-5 del Comando de Operaciones Especiales. Ha servido anteriormente en los Grupos de Fuerzas Especiales 3º y 5º (Aerotransportados) y tiene una maestría en Asuntos Internacionales por la Escuela de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Columbia.

El teniente coronel (ret.) Andrew M. Johnson, Fuerzas Especiales del Ejército de EUA, es analista de investigación sénior de la Red de Conocimiento Cultural Global del Comando de Entrenamiento y Doctrina del Ejército de EUA. Es autor de múltiples publicaciones de investigación centradas en diferentes ambientes operacionales y también fue cocreador del Marco de Condiciones Explotables. Es licenciado en Antropología por la Universidad de Washington y obtuvo una maestría en Estudios de Seguridad por la Universidad Estatal de Kansas.

El teniente coronel Jason Mackenzie, Ejército de EUA, es oficial de Fuerzas Especiales que sirve como oficial de enlace de operaciones especiales en Francia. Anteriormente sirvió en el Centro de Excelencia del Mando Tipo Misión en la sección de modernización de fuerzas de guerra irregular.

La doctora Nicole Laster es la principal científica social de la Red de Conocimiento Cultural Global del Comando de Entrenamiento y Doctrina del Ejército de EUA, en donde realiza investigaciones y análisis socioculturales. Laster también es cocreadora del Marco de Condiciones Explotables, así como de una serie de herramientas y metodologías de análisis para el Ejército. Obtuvo un doctorado por la Universidad de Texas en Austin en Comunicación y Comportamiento Organizacional con énfasis en la influencia.

 

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